Amigos de Béjar y sus historias

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1/24/2025

Semblanza del alcalde bejarano que derribó la Puerta de la Villa: Vicente Ferrer Vidal Alonso (Béjar, 1817-1889)

 Autora: Carmen Cascón Matas

            A raíz de una investigación sobre el derribo de la Puerta de Ávila[1], me fueron surgiendo al paso datos sobre el alcalde que regentaba los destinos de Béjar en 1876. En ese momento, la industria textil funcionaba a pleno rendimiento y la ciudad estaba sufriendo una transformación urbanística sin precedentes. El desarrollo imponía cambios en una población de calles estrechas, escasa vivienda para tanta mano de obra y deficientes medidas higiénicas y sanitarias. La tarea para el consistorio era ingente y los dineros, como siempre, escasos. La sensibilidad para la conservación del patrimonio era nula porque se imponía el progreso y la modernidad sobre cualquier criterio de valoración histórica o artística. Por entonces se derribaban murallas, conventos y palacios por doquier, ya bien fuera en Barcelona, Madrid, Salamanca o Béjar. Así ocurrió con la Puerta de Ávila o de la Villa. Los vecinos del barrio de La Corredera, esgrimiendo la peligrosidad por la estrechez de las calles en ese punto, solicitaron al consistorio un derribo que fue aprobado en el pleno de 4 de agosto de 1876[2]. Las protestas del gobierno provincial de Salamanca no impidieron su desaparición[3]

 Línea de casas frente a la iglesia de San Gil, parte de ellas pertenecientes al suegro de Vicente Ferrer, Juan Hernández Bueno


Años después M.ª Carmen Martín y Juan Carlos Aguilar investigaron sobre aquel suceso, desvelando el nombre del alcalde demoledor: Vicente Ferrer Vidal[4]. Algunos datos que he ido encontrando sobre su figura nos acercan al personaje. 

 Vicente Pantaleón Vidal Alonso nació en Béjar el 5 de abril de 1817, hijo de Salvador Vidal Sánchez-Cerrudo y de Josefa Alonso Téllez[5]. No sabemos en qué momento decidió hacerse llamar Vicente Ferrer y no Vicente Pantaleón, nombre este último de su abuelo materno. Nuestro personaje era tío político de Víctor Gorzo, al estar el padre de éste, Juan Bautista Gorzo, casado en segundas nupcias con Inocencia Vidal Alonso[6]. De su boda con Casimira Hernández Bueno nacieron Mariano, el mayor, que casó con María Sánchez-Cerrudo en 1881, y Cecilia y Matilde, que murieron solteras y sin descendencia. Su suegro era Juan Hernández Bueno, fabricante y propietario de una casa frente a San Gil, luego dividida entre sus hijas Casimira, Celedonia y Leandra. Vidal era cuñado del filósofo Nicomedes Martín Mateos al estar casada la hermana de su mujer con el escritor. De hecho, la vivienda que se conserva de Martín Mateos procedía de esta partición, morando Vicente Ferrer en una casa adyacente a ésta. Además de político era industrial disponiendo de un pequeño obrador textil detrás de su casa con 5 telares, 200 husos, 1 percha y 1 tundidora, además de tendederos en La Solana[7], ahora calle Colón, cuantificándose su producción anual en diez mil reales[8]

 

Su cuñado, el filósofo Nicomedes Martín Mateos. 

Foto del Casino Obrero de Béjar 


            Quizá lo más interesante sea su vida política[9]. Las primeras menciones de su nombre aparecen relacionadas con los sucesos de 1837 y el ataque de las tropas carlistas a Béjar, pues Vicente Ferrer ejerció de subteniente de la Milicia Nacional convocada para defenderla[10]. En 1854 figura como teniente de alcalde durante el Bienio Progresista, lo cual nos da pistas sobre su ideología progresista que se confirma posteriormente. Por su implicación en los acontecimientos de 29 de agosto de 1867, un ensayo de la Revolución de 1868 que tanta importancia tendrá para la ciudad, sufrió el exilio. Y es que sabemos que era el presidente del Partido Liberal Progresista de Béjar[11]. En 1868 forma parte del primer ayuntamiento organizado antes de la constitución de 1869[12]. Pasado el Sexenio Democrático y dentro del Partido Liberal de Sagasta, entra dentro del sistema político de la Restauración y es designado alcalde en 1876. Decimos esto porque es la época en la que regresan los Borbones, la dinastía expulsada en la revolución de 1868 y en cuyos acontecimientos participó Vidal. Precisamente, Alfonso XII y Ferrer se encontraron en Salamanca en la inauguración de la línea férrea. La descripción nos da pie para vislumbrar su fuerte personalidad y su ideología[13]

 

Alfonso XII

 

 

«Ha sido muy comentado el discurso dirigido a S. M. el Rey por el alcalde de Béjar, al mostrarle los productos fabriles de aquella localidad; y si bien campean en él las frases más sumisas y respetuosas, no por eso se oculta al soberano la triste realidad de las cosas, la penuria de la clase obrera y el malestar de aquel laborioso vecindario, agobiado bajo el peso de los impuestos y falto de las medidas que engendran el bienestar y la riqueza pública. Es voz general que el Sr. Cánovas del Castillo, profundamente disgustado ante las verdades que salían de los labios del representante del Municipio de Béjar, dijo de soslayo al Alcalde:

—Todas esas cosas, serán objeto de un expediente.

—No es al gobierno a quien ahora me dirijo, añadió impertérrito el alcalde, sino a S. M. el rey, que debe conocer los males de sus pueblos para prevenirlos. Por lo demás, — continuó dirigiéndose al Sr. Cánovas—, los expedientes no resuelven nada de momento, y la práctica nos ha demostrado dolorosamente que sólo ocasionan aplazamientos, y por lo tanto la continuación del mal».

 


 Puerta de la Villa o de Ávila en 1868. Foto Juan Cambón


            A nivel consistorial Ferrer Vidal acometió obras de mejora urbanística (nuevas fuentes, encañado público, empedrado de calles, eliminación de pretiles, colocación de canalones) y durante su mandato se financió la Casa de Caridad[14]. En su haber figuran el derribo de la Puerta de la Villa y el Torreón de Palacio que estaba arruinándose sobre La Carrera con gran peligro para los transeúntes. Se le consideró un «buen alcalde» por sus contemporáneos y prueba de ello es la calle que lleva su nombre entre el Casino de Béjar y La Solana. Pasaba por detrás de su casa y junto a su obrador de paños: la calleja de Ferrer.

            El 8 de marzo de 1889 El Adelanto recoge su fallecimiento a los 73 años[15]. En la necrológica se dice que era «unas personalidades más salientes de Béjar» «conjurando, con su energía de carácter y el gran prestigio de que gozaba en la referida ciudad, muchos de los conflictos que surgieron en Béjar antes y después de la revolución[16]». Es un buen epitafio para Vicente Ferrer y, sin duda, una buena forma de concluir estas líneas.



[1] Cascón Matas, C. «El proyecto de conversión de la puerta de la Villa de Béjar en un Arco del Triunfo de la Revolución de 1868. Nuevas interpretaciones de su demolición en 1876». Estudios Bejaranos, n.º XXVI, 2023, pp. 117-138.

[2] AHMB. Libro de actas de plenos del consistorio de 1876. Pleno de 4 de agosto. Sig. 1626.

[3] Martín Martín, C., y Aguilar López, J. C. «La piqueta demoledora o el derribo de la puerta de la Ávila». Estudios Bejaranos, 11, 2007. CEB y Ayuntamiento de Béjar, pp. 115-125.

[4] Ibídem.

[5] APESB. Libro de bautizados de El Salvador de 1817, P. 1.610. Dato de filiación corroborado en AHMB. Correspondencia suelta 1832. Listado de pasaportes. Sig. 089.

[6] APESB. Libro de bautizados de El Salvador de 1857, P. 152.

[7] Estos datos se los debo a Óscar Rivadeneyra Prieto. Sobre las casas, Edificios singulares de la ciudad de Béjar. Disponible en https://docplayer.es/84304312-Edificios-singulares-de-la-ciudad-de-bejar.html

[8] AHMB. Correspondencia suelta de 1877. Artefactos fabriles y producción de 1876 y 1877.

[9] MUÑOZ GARCÍA, J. «Vicente Ferrer Vidal». Béjar en Madrid (4/08/1951).

[10] AHMB. Correspondencia suelta 1837. Sig. 088.

[11] El Adelanto 28/09/1930, p. 2.

[12] AHMB. Actas de plenos de la Junta Revolucionaria de 1868. Sig. 1624.

[13] Béjar nueva, n.º 129 (29/03/1913).

[14] El Arte, n.º 1, 1873 agosto.

[15] Archivo Parroquial de El Salvador de Béjar. Libro de difuntos de El Salvador, partida 2.447.

[16] El Adelanto, n.º 658 (8/03/1889).

1 comentario:

  1. Se que con la visión que tenemos hoy, mas de una centuria después, con la conservación del patrimonio pudo ser un gran desastre el derribo de esa puerta como nos dices. Lo anterior es para ponerlo en su "debe" pero la lucha por la ciudad de Béjar y sus habitantes de la época haciéndoselo saber directamente al Rey desoyendo al presidente del gobierno, puede dar muestra de lo valiente que fue.
    Por algo le dedicaron la calle.

    Saludos.

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