3. La recuperación demográfica en el siglo XVIII.
Las referencias dieciochescas son más abundantes y concretas que en los siglos anteriores. De 1711 y gracias a un documento de propiedad, conocemos el nombre de otros cuatro vecinos de Casas del Fraile: Toribio López, poseedor de una vivienda en ese lugar, pidió un certificado de tasación en el que el escribano incluyó los nombres del tasador, Pedro Matías, y de los propietarios de las dos casas colindantes, Juan Recio y Pedro Moreno, todos ellos vecinos casafraileños; la vivienda se tasaba en 450 reales y su probable disposición entre medianerías sugiere una agrupación urbana compacta y no dispersa, salvo que los linderos no se refieran a los edificios, sino a conjuntos de construcciones y corrales (14).
El marqués de Campoflorido
Por entonces, según el Vecindario General de España de 1712, o Censo de población del marqués de Campoflorido, vivían en Navacarros 49,5 vecinos (recordemos que cada viuda computaba y tributaba como medio vecino), en torno a 198 habitantes repartidos entre los cuatro núcleos de población de aquel concejo, que en estos primeros decenios se mantenía en cifras de población parecidas a las del siglo XVII (15). Unos años después, de nuevo se registra Casas del Fraile junto a los Palomares como anejo de Navacarros en las inspecciones o juicios de residencia realizados por Joaquín Morante de la Madrid, corregidor de Béjar, entre 1737 y 1739 (16).
El Marqués de la Ensenada
La recuperación demográfica debió de ser sólida y continuada en las décadas siguientes hasta mediar el siglo, y desde luego con mayor potencia que durante la segunda mitad del XVI, según se demuestra en los datos del Catastro del marqués de la Ensenada, de 1752 para Navacarros, y en el correspondiente Nomenclátor, del mismo año. En las Respuestas Generales al interrogatorio del Catastro, los comisionados locales definían así la aldea y sus pedanías:
A la primera pregunta [respondieron]: que esta población se llama el lugar de Nabacarros, bajo cuio término y socampana, se hallan comprendidos sin separazión (sic), los varrios o agregados de las Casas de el Fraile, y Palomar, dividiendo este en alto, y bajo. (17)
En las mismas Respuestas Generales constan 147 vecinos, si bien el correspondiente vecindario recoge 147,5 más tres clérigos para todo el concejo, lo que equivale a 553 habitantes aplicando los coeficientes de 3,73 (estamento pechero) y de 1,33 (clero secular) establecidos para este documento por los historiadores, una cifra que, sin embargo no concuerda con la que se recoge en el Nomenclátor, donde se registran 167 vecinos, lo que sin duda se debe a un error de anotación (167 por 147); puesto que la cifra más baja es la que se repite, será la correcta, incluso si también muestra un llamativo crecimiento demográfico respecto de los datos del censo anterior, de 1712: en sólo 40 años, el número de vecinos de Navacarros se había incrementado en un sorprendente 179,29 %, que cabe suponer también para sus anejos. El medio millar de habitantes ocupaba 150 casas, pero se contabilizaron otras 40 vacías y hasta 11 ya arruinadas. No he podido consultar todavía las Respuestas Particulares del mismo Catastro de Ensenada, con mucho mayor detalle sobre vecinos y propiedades, donde se podrán resolver estas dudas y completar la información sobre el futuro despoblado. A la espera de conocer los nombres de cada cabeza de familia en ese documento, se puede aportar al menos el de uno de ellos, propietario de una viña en el sitio de Las Quintas, cerca del arroyo Hontoria, colindante con la cortina de secano que tenía el labrador Fernando García Picado: «Manuel Dorado de las Casas del Frayle», de acuerdo con lo registrado al año siguiente en las Respuestas Particulares de Béjar (18), y posible antepasado del navacarrense más ilustre, el penalista Pedro Dorado Montero.
Castastro de Ensenada
De 1761-1768 se conocen nuevos juicios de residencia en Navacarros y sus anejos, sin mayor aportación que la de constatar la pervivencia del lugar en los años siguientes al Catastro de Ensenada y su estatus pedáneo dentro del concejo rural de Navacarros (19). Del mismo año de 1768 se cuenta con interesantes datos de población, recabados para el Censo del conde de Aranda de 1773, en el que, esta vez sí, se registra Casas del Fraile de forma independiente y con información muy precisa sobre habitantes y no sobre vecinos, lo que también permite una aproximación razonable al número de casas pobladas en aquel momento (fig. 1).
Anotaciones sobre la población de Casas del Fraile en el Censo del conde de Aranda, 1773 (tomado del INE)
En este censo se contabiliza un total de 43 habitantes, 20 hombres y 23 mujeres; de ellos, 15 eran niños o adolescentes de menos de 16 años más nueve jóvenes de entre 16 y 25 frente a 19 adultos de entre 25 y 50 o más años, unas cifras verdaderamente envidiables para muchas localidades menores en la actualidad. Aplicando la proporción de habitantes por hogar que sigue De las Heras Santos (de 3,9 personas por cada vivienda para el concejo de Navacarros), el poblado de Casas del Fraile estaría formado por 11 edificios, seguramente unifamiliares y de uso múltiple residencial y agropecuario. El aspecto de este pequeño núcleo no sería muy diferente, por tanto, del que ofrecía Casas de la Sierra antes de quedar despoblado (vid. fig. 1 de la entrega 0). Los datos del Censo de Aranda para Navacarros y sus dos anejos también facilitan otra razonable extrapolación: la de establecer la proporción de habitantes de cada núcleo respecto del total, que ascendía a 583 habitantes; de ellos, Navacarros aportaba 358 pobladores (un 61,40 %), El Palomar –supongo que no sólo su barrio bajo, único documentado en este censo (20)– hasta 182 habitantes (un 31,22 %) y Casas del Fraile los 43 ya referidos (un 7,37 %). Si ese porcentaje se mantuvo constante desde el primer tercio del siglo XVI y hasta mediados del XIX, sería posible establecer la evolución demográfica del despoblado y el número de edificios que tuvo en cada época, al menos de forma aproximada.
En estos mismos años, 1771, el geógrafo Tomás López de Vargas Machuca se dirigía a personas instruidas de cada localidad salmantina para recabar datos geográficos, mediante cuestionario, con el propósito de elaborar su conocido Mapa Geográfico de la Provincia de Salamanca, no publicado hasta 1783. Tomás López tuvo pronta respuesta del vicario de Béjar, Luis del Peral y Vereterra, que informaba de cuanto necesitaba el demandante. En su estudio sobre la obra del cartógrafo en nuestra zona, Bonilla Hernández ha transcrito y publicado la correspondencia entre ambos sujetos. Acerca del futuro despoblado, el vicario informaba lo siguiente:
Casas del Fraile. A distancia de medio cuarto de legua, siguiendo a Oriente [desde Navacarros], se halla este [...], o, caserio, que junto con los otros de los Palomares, componen todos un Conzejo, y confina con el de San Bartolomé. (21)
En otra carta del vicario, posterior al 6 de diciembre de 1771, se informa de los anejos al curato parroquial de Navacarros y entre ellos figuran los dos Palomares, Vallejera y La Hoya, pero no Casas del Fraile, una situación bien distinta de la recogida en el Censo del conde de Aranda, donde sí consta como anejo a la parroquia de Navacarros. Podría tratarse de un simple olvido del vicario, pero antes de mediar el siglo siguiente se verifica la existencia de una iglesia en este poblado, lo que justificaría su independencia eclesiástica tiempo atrás, aunque se mantuviera el vínculo civil o concejil de sus orígenes. En tal caso, la iglesia de Casas del Fraile podría haberse construido entre 1768 y 1771, quizá por emulación de la importante reforma dieciochesca ejecutada en la iglesia de Navacarros algunos años antes, entre 1743 y 1768, según han estudiado Domínguez Blanca y Cascón Matas (22): ¿quisieron los casafraileños no ser menos que sus vecinos navacarrenses y estrenar su propio templo en pleno siglo de las luces?
Por entonces, entre 1771 y 1783, Tomás González elaboró varios croquis preparatorios del mapa provincial que también han sido publicados por Bonilla Hernández. En dos de ellos consta «Casas del Frayle» (sic) en torno al puerto de San Bartolomé, pero localizado erróneamente respecto de Navacarros y más cerca de Palomar Alto; tan sólo en otro croquis aparece el poblado en su posición correcta (fig. 2), justo el que no utilizó el cartógrafo para la edición impresa de su mapa (fig. 3), en el que, con mejor voluntad que acierto, situaba «Casas del Frayle» 1,7 km al suroeste de su verdadera ubicación.
Croquis de Tomás López previo a la confección del Mapa Geográfico de la Provincia de Salamanca, ca. 1771-1783 (tomado de Bonilla Hernández, 2020, anexo gráfico).
Fragmentos del Mapa Geográfico de la Provincia de Salamanca, de Tomás López, 1783, en dos aproximaciones de zoom, con el núcleo de población en tono encarnado y aproximadamente en el centro de cada imagen (tomado de https://www.ign.es/web/catalogo-cartoteca/resources/html/003178.html; el color es nuestro).
En los mismos años se elaboraba el Censo de Floridablanca, publicado en 1787, donde se contabilizaron los habitantes del concejo de Navacarros sin distinguir entre la cabecera y sus anejos, con un total de 582 personas censadas incluyendo «serraceros» (sic), menestrales y arrieros (23).
En el último decenio del siglo XVIII, el infatigable Tomás López seguía demandando información sobre la zona de Béjar, ya fallecidos su contacto el vicario y quien le sucediera en aquel cargo eclesiástico. En carta del 15 de noviembre de 1792, el capellán Antonio Gil y Zúñiga respondía al geógrafo con algunos detalles complementarios de lo remitido por su difunto hermano Manuel, siguiente vicario bejarano. Entre los datos aportados reiteraba la situación de Casas del Fraile en la ruta de Béjar a El Barco de Ávila y apuntaba un nuevo dato de interés al asegurar que se encontraba «en alto» (24). El siglo siguiente fue más pródigo y certero en cuanto a representaciones cartográficas e información escrita, como veremos en la tercera parte de esta entrega.
NOTAS
14. AHN, Sección Nobleza, Fondo Osuna, C. 266, D. 18, Testimonio del escribano, Francisco García del lugar de Navacarros (Salamanca) de que Toribio López posee una casa en el lugar de Casas del Fraile (Salamanca), y que sobre ella se impone un censo por parte de Pedro Matías de 400 reales, Navacarros, 20 de agosto de 1711, ante Francisco García, escribano del concejo de Navacarros (la cifra contenida en el texto no coincide con la del título del documento, posiblemente por error del archivero).
15. BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA (BNE), MS. 2274, Vecindario General de España (Censo de población del marqués de Campoflorido), 1712, fol. 200r (disponible en el sitio web oficial del INE, https://www.ine.es/prodyser/pubweb/censo_campoflorido/Censo_Campoflorido_T1.pdf).
16. AHN, Sección Nobleza, Fondo Osuna, C. 3572, D. 9-27, Residencias tomadas por Joaquín Morante de la Madrid, corregidor de la villa y estado de Béjar (Salamanca), a las autoridades de los concejos de ciertos lugares de la jurisdicción y estado de Béjar, durante los años 1737 a 1739 (los juicios de residencia del concejo de Navacarros y sus anejos Palomares y Casas del Fraile en D. 18).
17. AGS, Catastro de Ensenada, R. G. leg. 526, Respuestas Generales de el lugar de Nava Carros, Navacarros, 3 de octubre de 1752, fols. 211 y ss.
18. AMB, Copia del Libro maestro registro del Catastro del marqués de la Ensenada (Respuestas Particulares), Béjar, 1753, copia de 1757, tomo I seglar, fols. 573r-574r.
19. 1761-1768. AHN, Sección Nobleza, Fondo Osuna, C. 3570, D. 6-27, Juicios de residencia general tomados por Pedro de León Blasco, por orden de Joaquín Diego López de Zúñiga Sotomayor, XII duque de Béjar, a los cargos municipales de varios concejos desde 1761 a 1767 (juicios de residencia del concejo del lugar de Navacarros y sus anejos Palomares y Casas del Fraile en D. 10).
20. AA. VV., Censo del Conde de Aranda, 1773, t. VIII (a partir del ejemplar manuscrito conservado en la Real Academia de la Historia, RAH, y consultado a través del sitio web oficial del INE, https://www.ine.es/prodyser/pubweb/censo_aranda/tomo8.pdf).
21. ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN DE SALAMANCA (ADSA), C2, 9, Relación de pueblos pertenecientes a la Jurisdicción de Béjar, correspondientes a los cuartos de Abajo, el de Balbaneda, Sierra y el del Campo, remitida por Luis del Peral y Vereterra a Tomás López, Béjar, 8 de julio de 1771 (publicada en BONILLA HERNÁNDEZ, Béjar en el mapa de Tomás López, col. Discursos de Ingreso, nº 31, Centro de Estudios Bejaranos, Béjar, 2020, p. 51).
22. DOMÍNGUEZ BLANCA y CASCÓN MATAS, «El proceso constructivo de la iglesia...», en Estudios Bejaranos, nº 13, 2009, pp. 67 a 90.
23. AA. VV., Censo español executado de órden del rey comunicada por el excelentísimo señor conde de Floridablanca, Imprenta Real, Madrid, 1787 (disponible en el sitio web oficial del INE, https://www.ine.es/prodyser/pubweb/censo_floridablanca/facsimil.pdf).
24. Vid. BONILLA HERNÁNDEZ, Béjar en el mapa de Tomás López, 2020, anexo gráfico, y Mapa Geográfico de la Provincia de Salamanca, de Tomás López, 1783 (disponible en el IGN, https://www.ign.es/web/catalogo-cartoteca/resources/html/003178.html).
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