Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2012, pp. 53-59.
IV. De veraneo con Bravo Murillo en
tierras bejaranas (1853)
En
el verano de 1853, ocupando José Sánchez Ocaña su cargo habitual de Diputado por
Salamanca [1],
ocurre un suceso que es digno de ser mencionado por el revuelo que provocó en
su momento. Don José, acompañado por don Juan Bravo Murillo (presidente del
Consejo de Ministros hasta diciembre de 1852 y del Congreso de los Diputados en 1858, dos veces Ministro de Hacienda y una de
Gracia y Justicia, conservador políticamente) y otros personajes de la Villa y
Corte, visitan Béjar. Pero dejemos a Bravo Murillo que nos cuente sus
impresiones sobre el viaje:
Juan Bravo Murillo
«Béjar: la travesía, que es de 16
a 19 leguas, se hizo a caballo hasta Piedrahíta, donde pernoctamos y nos visitó
el Juez de ella; y las siete leguas desde aquel pueblo a Béjar, parte en una
tartana y parte a caballo. En este último tramo, sabiéndose ya en los pueblos
intermedios nuestra venida, salían los curas y Ayuntamientos, algunos de los
concejales en mangas de camisa, pero todos con capas negras, a recibirnos. A
dos leguas de Béjar, estaban ya Herrera (Gabriel Herrera, natural de Béjar y rector de la Universidad de Salamanca) sus más allegados parientes, una
comisión del Ayuntamiento y otros personajes, todos los cuales con nosotros,
hicieron el resto del camino en tres buenos coches de paseo, que a pesar de lo
poco que se prestan las vías, que hay en ésta, poco hace villa, hoy ciudad por
la intercesión de su celoso diputado don José Sánchez Ocaña.
El Bosque de Béjar, uno de los lugares donde almorzaron Bravo Murillo y sus acompañantes
En barca en el estanque de El Bosque
Fotos antiguas sacada de aquí
Herrera
es soltero y rico: tiene una buena casa, en la cual con mucha holgura fuimos
alojados Bordíu y yo (pues Ocaña dormía en casa de una hermana suya) (se refiere a Teresa Sánchez Ocaña) y teníamos
el pesebre lujoso y abundante los tres. Para evitar las indigestiones que
hubieran producido unos veinte convites que nos amenazaban de la numerosa
familia de Herrera y Ocaña, fue necesario un acuerdo formal que se tomó ipso
facto de no admitir ninguno. Esto, sin embargo, tuvo dos excepciones, la una
por cierta función de gracias a la Virgen en una hermita (sic) (se refiere al santuario de la Virgen del Castañar, la patrona de Béjar) que está a media
legua del pueblo, que hizo una sobrina de Herrera por haber salido de una grave
enfermedad, y la otra de una comida que en un hermoso bosque de la casa de
Osuna quería dar el Ayuntamiento al Diputado de Béjar y con él a sus
acompañantes (se refiere a la finca renacentista de El Bosque).
Santuario de la Virgen del Castañar
Foto antigua sacada de aquí
Aquí
hay algunos progresistas, todos los cuales, a excepción de uno, nos han
visitado; se habla poco o nada de política y todo de su fabricación y de sus
paños. Los clérigos, aquí como en todas partes, muy obsequiosos.
Béjar
está un tanto resguardada del Norte por una pequeña colina y la población misma
al Mediodía, pero tiene enfrente la elevadísima sierra que lleva el nombre de
Béjar, en la cima de la cual hay una depresión que forma una quebrada, en la
que hay tres buenas lagunas, movidas por el derretimiento de las nieves, que se
disminuye en mucho pero que no se funde del todo. He subido a ellas por un
áspero camino; el clima por consiguiente es frío, tan bueno o mejor que la
Granja para este tiempo; nada ha llovido, algunas viñas, muchos castaños y
frutales.
Hasta las Lagunas del Trampal subió Bravo Murillo y en aquella época tenía su mérito (el pico de mayor altitud, El Calvitero, está a una altitud de 2.425 m). Foto wikipedia.
Hay
dos ríos, el uno pequeño, el otro mediano; éste constituye toda la riqueza de
Béjar, porque es la fuerza motriz de sus
fábricas de paños, en las cuales se emplea la misma maquinaria que en Cataluña
y en el extranjero y hacen paños de las clases comunes muy buenos en su género;
y de tal baratura, que aun sin derechos no podrían competir con ellos los del
extranjero. Todo el que aquí tiene algo es fabricante en mayor o menor medida.
La población no es buena; las calles estrechas, pero blanqueadas las casas;
larga y angosta como alma de vizcaíno, no cabe ya en su antiguo recinto, que es
amurallado y se va extendiendo por fuera y se extendería mucho si el Gobierno
lo permitiese. La gente de baja esfera está muy apretada en pequeñas casas; no
bajará de 10 a 12.000 almas las que aquí se encierran por lo más; en los días
de fiesta y de mercado, las plazas y calles están atestadas todas. Los
operarios ganan buenos jornales y por consiguiente, como en todo el pueblo
fabril, que es la esencia de éste, siendo casi nula la agricultura, corre la
moneda y todos comen y en vacaciones gastan y se divierten. A media legua de
distancia, camino de la Sierra de Béjar, está Candelario.
Candelario. Foto de nosabíasque.net
Candelario,
por donde pasé para ir a las lagunas y donde se presentó la justicia, da frente
al Norte, está completamente resguardado del mediodía por la susodicha Sierra,
y esto constituye un bien, porque el mucho frío da buena sazón a la chacina, en
cuya confección son casi eximios. Fuera de una fábrica de papel continuo que
hay en su término y con poquísimo de agricultura, allí no se hay más que
matanzas, y como en Béjar todo el mundo hace paños, en Candelario todo el mundo
hace chorizos, con los cuales surten a Madrid y van hasta Zaragoza y Valencia.
Candelario y sus paisanos
Foto sacada de nosabíasque.net
Tampoco
nos pudimos escapar, aunque se procuró, aquí en Béjar, de una gran serenata que
dispuso el ilustre Ayuntamiento; la dieron primero en Casa de Herrera; después
en la de Ocaña y quedó una tercera para el Obispo de Plasencia que se hallaba
aquí a la sazón. En medio de la corriente, frente a la puerta de la calle, los
músicos, que son seis o siete, plantaron una mesa, sus luces y sus papeles de
música y estuvieron tocando que se las pelaban. La calle llena de gente, como
era natural y una comisión del Ayuntamiento nos hizo visita mientras duró la
música.
Las
visitas se hacen aquí de diez a doce o doce y media. A esta hora todo el mundo
busca la puchera. Nosotros tenemos nuestras horas; se almuerza a las nueve y se
come a las cuatro. Alguna visita (lo preciso), paseos reglamentariamente en
mula (parezco un Jesucristo) para recorrer todas las cercanías y un rato de
conversación en la noche, constituyen la vida».
El
relato en forma de carta fue publicado por Alfonso Bullón de Mendoza en su
biografía sobre Bravo Murillo. Está fechada en agosto de 1853 y relata un viaje
por Talavera de la Reina, Arenas de San Pedro, Piedrahíta y Béjar. Fue sacada a
la luz en Béjar en Madrid [2]
cien años después y creo que merecería algunos comentarios, mas ahora no
disponemos de espacio para hacerlo con el detenimiento que merece.
Continuará
*Me adelanto a mi día habitual de publicación porque estaré ausente y de vacaciones durante unos días y qué mejor que empezar el descanso con esta descripción de Béjar y de Candelario, escrita por un presidente del Gobierno durante un verano de 1853 de paso por nuestras tierras. Espero que os haya gustado. A mí me encandiló cuando descubrí este testimonio perdido. A la vuelta terminaré con la biografía de don José Sánchez Ocaña.
[1] CARASA, P.
(Dir): Élites castellanas…..ob. cit.,
pp. 512 y 513.
[2] El artículo, sin
firmar, está recogido en Béjar en Madrid,
nº 1.544 de 20/10/1953. Su descubrimiento se lo debo a José Antonio Sánchez
Paso. De esta visita también se encuentra una anotación en las actas de la
sesión del consistorio de 22 de Julio de 1853. Libro de actas de sesiones del ayuntamiento, Sign. 1.621 f. 127.
Todo un documento histórico el relato con las impresiones de Bravo Murillo sobre Béjar.
ResponderEliminarQue disfrutes mucho de esos días de vacaciones. Cuando vuelvas yo estaré también en situación de pausa veraniega.
Que disfrutes. Me ha encantado el relato que nos has traído hoy.
ResponderEliminarMas que un relato, un retrato. Carmen, que pases unas buenas vacaciones. Un abrazo,
ResponderEliminarMuy interesante el punto de vista de Bravo Murillo sobre el Bejar de esa época; que mejor testimonio que vivirlo de cerca.
ResponderEliminarBueno ya nos vamos de vacaciones la inmensa mayoría.
Que las disfrutes Carmen|.
Besos.
Es que nacer en Bejar, era ya una garantía de ser un Prohombre en la Historia de España.
ResponderEliminarCuantos personajes ilustres. Y que bien los describes y nos documentas.
Eres genial Carmen.
manolo
Un buen relato de su viaje de Bravo Murillo, me imagino que pudo disfrutar de la buena hospitalidad y los bonitos rincones que Béjar tiene.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la foto de Candelario un lugar el cual me gustaría visitar.
Besos.
Interesante esta crónica de Bravo Murillo, Era muy frecuente en el XIX y aún en la primera parte del XX, como lo había sido antes, dar cuenta de las impresiones de los viajes, Una forma interesantes de conocer, cómo eran aquellos lugares en tiempos pasados. Insufrible -no nos damos cuenta de lo sencillo que resulta hoy-, moverse por caminos polvorientos y llenos de baches en tartana o a caballo, para llegar a cualquier lugar, incluso a las ciudades, Béjar ya lo era desde hacía tres años.
ResponderEliminarQue disfrutes de tus vacaciones. Un abrazo.
Toda esta cuidada documentación es lo que hace que podamos conocer la historia de nuestros municipios y a tu buena labor divulgativa que esta sea conocida por infinidad de personas.
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Que relato más interesante Carmen.Moral tuvo Bravo Murillo de subir a as lagunas.Las fotos todo un documento, así vemos como ha cambiado todo.
ResponderEliminarBuenas vacaciones.
Un beso.
Lo interesante que resulta una crónica donde nos enteramos de que un siglo y medio atrás, en las reuniones de las personalidades de la ciudad, “se habla poco de política y todo de su fabricación y sus paños”.
ResponderEliminarQue pases unos buenos días. Besos.
He leído de un tirón tres entredas que me faltan, añadiéndole la segunda para repasar. Leído casi de un tirón me ha ayudado a seguir las andanzas de José Sánchez Ocaña, pero sobre todo me ha ayudado a entender los entresijos de la política del siglo XIX y la forma de pensar de los políticos, como ha sucedido con las impresiones de Bravo Murillo. Te felicito, has logrado mantener el interés, aunque el tema tratado no esté relacionado con mi entorno, pero lo expones de forma muy amena y didáctica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una crónica pormenorizada y de importancia histórica. Los agasajos que se querían hecer a los visitantes, poderosos en el gobierno, así como la colección de fotografías son fruto de una atenta investigación que aporta costumbres, extensiones de términos municipales, cultivos, paisajes, etc. Una delicia encontrar estos documentos tan bellos y de gran mérito histórico.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida amiga Carmen.