Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nª 4.765
(18/11/2016), p. 6.
Después del atentado perpetrado en
la calle del Desengaño de Madrid la noche del 6 de noviembre de 1843 contra la
cabeza del partido moderado, el general Ramón María de Narváez, del que salió
milagrosamente ileso, el Ayuntamiento de Béjar le dirigió una larga carta de
sentimiento, como hemos visto en el número anterior. Y si pensábamos que la
misiva acabaría amontonada y olvidada entre rimeros de papeles en el despacho
de cualquier secretario, como suele ser habitual en tales casos, nos
equivocamos.
Con fecha 11 de diciembre de 1843 el
Consistorio pudo leer en público el acuse de recibo a tan sentida carta de
sentimiento.
El general Narváez por Vicente López Portaña
“Capitanía
General del Primer Distrito Militar
Los votos y nobles sentimientos que
esa Corporacion Municipal se sirvió a dirigirme en 20 de Noviembre con ocasión
del atentado cometido contra mi existencia, son tanto mas apreciables para mi
cuanto que emanan de los representantes de un Pueblo Benemerito a quien todas epocas
debi pruebas irrecusables de generosa adhesion y simpatía. Tal circunstancia
realza mas y mas el convencimiento de su sinceridad. Aquel hecho horroroso,
indigno de pechos Españoles, era sin duda el primer paso de nuevas desventuras
para el Pais. La paz, el orden publico, las instituciones, el trono mismo, era
tal vez el blanco de aquellos alevosos tiros. La Providencia, empero, protegio
objetos tan queridos dando asi un nuevo tiempo a los leales.
Yo me congratulo por lo mismo con
ese Ayuntamiento Constitucional y agradecido a sus bondades y a las
distinciones que siembre a Béjar mereci, les ruego que reciba esta espresion
sencilla de mis sentimientos y acepten la seguridad de mi afectuosa gratitud.
Dios guarde a VVSS muchos años.
Madrid, 11 de
Diciembre de 1843
Ramón Mª Narvaez
(rubricado)”.
Pero, ¿por qué esta carta de
contestación, firmada de su puño y letra, al Ayuntamiento bejarano? No nos
encontramos en modo alguno con la típica carta apresurada enviada a decenas de
remitentes, como suele ser usual en personajes de tanta talla. Sólo se me
ocurren tres explicaciones, que desarrollaré en este artículo: una relación
estrecha con el moderantismo bejarano dentro del partido, un cariño especial
del militar hacia la villa por la defensa del trono en 1838, y o bien un
sentimiento más profundo derivado de acontecimientos pasados que se nos
escapan.
José Sánchez Ocaña. Retrato conservado en el
Ayuntamiento de Béjar
En primer lugar, bien pudieron ser
los bejaranos Gabriel Herrera Hernández-Agero[1] y
José Sánchez-Ocaña[2],
cabezas ambos del partido moderado en Salamanca, diputados en las Cortes y con
casa en Madrid, quienes hubieran favorecido el posicionamiento declarado y
oficial del Ayuntamiento de Béjar en defensa de general Narváez, cabeza visible
del partido. No en vano los dos trazaron su ascensional carrera precisamente
dentro del moderantismo y en el caso de Sánchez-Ocaña hay que tener en cuenta
que ocupó por dos veces la cartera del Ministerio de Hacienda durante los
gobiernos de Narváez. Sin embargo para que esto ocurriera habrían de
transcurrir algunos años (1858 y 1868). Por más que Narváez pudiera agradecer a
posteriori el apoyo que le brindaría el bando bejarano en los distintos
gobiernos (que tampoco sería muy relevante), en el momento de la carta el
general no había llegado a la máxima cúspide del poder.
Y si no se explica su contestación
al apoyo de los bejaranos dentro del bando moderado, bien puede ser factible
que haga referencia con Pueblo Benemérito
a la defensa enconada del trono de nuestra villa ante la amenaza carlista
en los famosos hechos de 1838. Por aquel entonces Béjar sufrió en varias
ocasiones la invasión de la partida carlista, defensora de Carlos Mª Isidro
como rey de España, del general Basilio desde Extremadura y los bejaranos,
hartos de las bravatas de las tropas rebeldes, decidieron armarse y luchar
calle a calle y hombro con hombro junto al general Pardiñas y el Ejército
realista en favor de la niña Isabel II y sus derechos al trono[3]. La valentía de
nuestros paisanos bien mereció un regalo especial en forma de bandera,
entregada por la mismísima reina regente Mª Cristina a la Milicia Nacional de
Béjar.
Gabriel Herrera Hernández-Agero, por Óscar Rivadeneyra siguiendo un retrato conservado en el rectorado de la Universidad de Salamanca
Sin embargo, el cariño con el que el
general Ramón Mª de Narváez se dirige al Ayuntamiento bejarano, “a quien todas épocas debi pruebas
irrecusables de generosa adhesión y simpatía”, parece ahondar en algo más
personal. ¿A qué se refiere con esas pruebas
irrecusables?
Y mientras tanto la labor del
presidente del gobierno del momento, Salustiano Olózaga, quedaba a la altura
del betún al no ser capaz la policía, bajo su mando, de identificar a los
asesinos que dispararon sus trabucos contra Narvaéz en la calle del Desengaño. Sus
dos ayudantes, Bermúdez de Castro y Bassetti, fueron heridos en el atentado, a
resultas de lo cual el segundo acabaría muriendo. Las sospechas recayeron, cómo
no, en los progresistas.
Atentado contra el general Prim en la calle del Turco de Madrid
Poco tiempo después, cuando Narváez
había llegado a la presidencia del gobierno, en octubre de 1844, se frustró
otro intento de atentado que, aunque tampoco llegó a efectuarse (se abortó
antes de que aconteciera), se le denominó Conspiración
de los Trabucos por ser de nuevo ésta el arma elegida para llevarlo a cabo.
Curiosamente, el general de división Juan Prim (un militar joven de 29 años con
una brillante hoja de servicios integrado en las filas progresistas) acabó
salpicado por los recelos y con escasas pruebas fue juzgado por un tribunal
militar. La esperada condena a muerte no llegaría y se le conmutó por el
exilio. Curiosamente ese joven acabaría muriendo en otro atentado en un calle
de Madrid una fría y nivosa tarde-noche de diciembre de 1870 cuando contaba con
57 años. Las armas que utilizaron los asesinos contra el entonces presidente del
gobierno también fueron trabucos y después de ciento cincuenta años tampoco se
sabe quiénes fueron los autores materiales del crimen.
[1] CASCÓN
MATAS, Mª Carmen. “Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca
nacido en Béjar”. Revista de Ferias y
Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2015. ISSN 1889-6421.
[2] CASCÓN MATAS, Mª Carmen. “Pequeña biografía de un
Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887)”. Revista Ferias y Fiestas de la Cámara de
Comercio e Industria de Béjar, 2012. ISSN 1889-6421.
[3] ESTEBAN DE VEGA, Mariano.
“Política y sociedad en Béjar durante el siglo XIX” en Historia de Béjar vol. II.
Había empatía entre Béjar y Narváez por todo ese cúmulo de razones que dices que revelan la buena sintonía existente entre el militar y la localidad.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen.
Como bien dices, del texto de la carta se deduce que era algo más que una respuesta cortés.
ResponderEliminarUn abrazo,
Leyendo tu texto desde esta esquina del mapa se suceden los interrogantes.
ResponderEliminar¿Dónde se ocultan los nombres de los que atentaron contra Prim y Narváez?
Quien sabe si un día, entre legajos polvorientos, aparecerán.
Buen dibujo el de Gabriel Herrera por Ribadeneyra.
Un abrazo.
No era una respuesta habitual, sobre todo teniendo en cuenta que Narvaéz recibiría muchas cartas de sentimiento de distintos lugares. Lo más probable es que Béjar gozara de las simpatías especiales del
ResponderEliminarGeneral.
Besos
Lo más seguro que hubiera un buen vínculo con el Ayuntamiento de Béjar. Eso es lo que mejor explica el hecho.
ResponderEliminarBesos
Me quedo con tus conclusiones pues vaya a saber cual fue el motivo.
ResponderEliminarUn feliz fin de semana.
Hola Carmen:
ResponderEliminarCoincido con los comentaristas anteriores. Buena empatía entre Narvaéz y los bejaranos. Las cartas manuscritas, aunque no digan mucho, es su esencia la que delata a quien escribe.
Besos
·.
ResponderEliminarLeídas tus dos entradas me admira tus dotes de investigación. Gracias a ti parece que Béjar es la capital del mundo ya que con buen tino siempre aportas trabajada documentación sobre la ciudad.
Sin duda, Narváez tenía buena sintonía con Béjar.
Un saludo
· LMA · & · CR ·
Pues va a quedar enbuelto en el misterio la razón de responder de esa manera.
ResponderEliminarUn saludo.
Una carta bien sentida.Que de agradecer que se le estimara hasta ese punto.
ResponderEliminarBéjar no es indiferente a nadie gracias a tus entradas.
Un fuerte abrazo Carmen.
Una vez leído completo, tengo que felicitarte por la narración y por la interesante documentación que aportas, seguramente nunca se sabrá quienes fueron los autores, pero, ahí queda tu buena aportación a la historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro recibió numerosas cartas como la de Béjar y pudo mandar una igual a todos. Pero en esta se ve bien que esta personalizada.
ResponderEliminarSaludos.
A saber si algún sabremos quienes fueron los autores, mientras tanto seguiremos con la incógnita. Cuanto aprendemos de la interesante historia Béjar contigo Carmen. Gracias por tus aportaciones.
ResponderEliminarUn beso de Espíritu sin Nombre.
Complicado saber qué ocurrió. Narváez era ministro de la Guerra, precisamente con el gobierno de Olózaga, quien en pocos días se vería inmerso en el escándalo de la firma de la reina, una jovencísima, en realidad niña, Isabel, a la que se dice obligó a firmar el decreto de disolución de las Cortes, preventivo le diría él para convencerla.
ResponderEliminarSaludos.
Siempre existirán personas con gran corazón que, al sentirse arropadas por el sentimiento demostrado a raíz del atentado sufrido y al comprobar que la carta venía de un pueblo al que él tenía gran cariño,ha querido mostrar su agradecimiento con una misiva personalizada y fuera de lo rutinario en estos casos.
ResponderEliminarCariños.
kasioles
Olá, Carmen!
ResponderEliminarSempre aprecio as tuas postagens históricas, que sempre somam no sentido de ilustrarmo-nos. Parabéns.
Beijo.
Pedro