18 de agosto de 2023

Hacia tierras ignotas: emigrantes bejaranos a América en el siglo XVI

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar , 2021, pp. 22-26.

 

          Sevilla, el principal puerto de embarque hacia las Indias, bullía de actividad. El Guadalquivir rebosaba de naos y galeones prestos a cruzar el que otrora fuera un océano desconocido y tenebroso, plagado de monstruos y seres fantásticos. Las arboladuras ascendían hacia las nubes por encima de los edificios como bosques bamboleantes, mecidos por la corriente del Guadalquivir. La Giralda asistía brillante y cantarina al despliegue de hombres y mujeres, hormigas para ella, que pululaban a sus pies. Los gritos con aires salitrosos de los marineros se alternaban con los rezos de los clérigos, las palabras dichas quedamente de las mujeres nobles y las órdenes firmes de los funcionarios. Dejes extremeños, fablas gallegas, acentos vizcaínos, expresiones catalanas, aires andaluces y perfecto castellano salían de las bocas de los decididos a romper con su pasado y afrontar un futuro incierto. Muchos españoles embarcaban a pesar de los peligros, buscando una vida mejor, aventuras y riquezas, esas utopías vendidas por los retornados que habían conseguido medrar, o que decían haberlo conseguido. Algunos quedaban en el camino, muertos por las enfermedades desconocidas, las flechas de los indígenas y las reyertas entre los españoles, que de todo había por aquellas tierras


Puerto de Indias. Atribuido a Alonso Sánchez Coello

Sacado de wikipedia

 


 

            Y no resultaba fácil pasar los trámites burocráticos exigidos para empezar esa nueva andadura vital. Primero había que solicitar una licencia a la Corona a título individual, una por cada miembro de la familia mayor de edad que quisiera pasar a Indias. El documento tenía una validez de dos años, plazo en el cual debían llegar a Sevilla y embarcar en una de las naos surcadoras del Atlántico o bien acudir hasta Cádiz para partir desde ese punto. Por supuesto también existían las licencias para viajar hasta lugares especiales como Chile, Filipinas, La Florida o el Río de la Plata, de gran interés repoblador para la monarquía. Y no hemos abordado la complejidad de requisitos a la hora de obtener la dichosa licencia, pues se exigía al «pasajero de Indias» un documento de «limpieza de sangre», que demostrase oficialmente que tanto el individuo como sus antepasados no hubiese caído en el pecado de judaizar, ni de pertenecer a grupos sociales prohibidos. Además los maridos debían viajar con sus mujeres e hijos, exigiendo así el asentamiento completo de familias, incluso con criados.

Puerto de Sevilla en el siglo XVI

 

            Los nombres, orígenes, profesiones, ancestros, edad y otras características de los viajeros se recogían en los Catálogos de Pasajeros que se conservan en el Archivo General de Indias, elaborados por los funcionarios de la Casa de Contratación de Sevilla cuando se presentaban desde sus lugares de nacimiento o vivienda para embarcarse hacia las Indias. En ellos se acopian los nombres de los bejaranos que decidieron buscar mejor fortuna en las nuevas tierras recién descubiertas. Sigo para estas pinceladas de acercamiento sobre el tema tanto la consulta de fuentes primarias como de bibliografía. Dentro de las primeras he buceado las listas de los «pasajeros a Indias» recogidas en PARES (Archivo Nacional de Indias) y en los libros sacramentales de distintas parroquias bejaranas. Para las segundas me he servido de investigaciones tales como la de Mª Carmen Martínez Martínez La emigración castellana y leonesa al Nuevo Mundo (1517-1700)[1], que incluye los listados del archivo sevillano, además de artículos más o menos alejados en el tiempo que desglosaré cuando sea oportuno. No indago entonces en territorio virgen y sin trillar, sino que antes me han precedido investigadores que han publicado estos nombres, bien en ediciones generales, bien en monografías particulares. En Béjar se adentraron en el bosque sin desbrozar don Juan Muñoz García[2], Ángela Asegurado[3], José Luis Buenadicha[4], Gonzalo Santonja[5], Óscar Rivadeneyra [6]. 


            Por delante vaya la aclaración de que me he centrado sólo en aquellos pasajeros que se declararon naturales de Béjar o de Béjar del Castañar, como se llamaba nuestra villa en el siglo XVI, dejando al margen los oriundos de las poblaciones pertenecientes a la Tierra. Me temo que, en su conjunto, representaba un número demasiado ingente para este magro artículo en cuanto a páginas. Porque oriundos de Hervás, Santibáñez o Becedas, tierras ducales, partieron con la misma valentía y arrojo con la que lo hicieron los protagonistas de este artículo. Hasta es probable que algunos de los pasajeros que aquí reseñamos fueran de pueblos de la tierra y se les anotara como oriundos de la capital de los estados de los Zúñiga para abreviar. Además, no quiero pormenorizar en sus biografías, pues la mayoría de sus nombres todavía se encuentran en el nimbo del olvido. Apenas un puñado han sido abordados por la historiografía, algunos recientemente. 

Continuará



[1] Mª Carmen Martínez Martínez. La emigración castellana y leonesa al Nuevo Mundo (1517-1700). Junta de Castilla y León, 1993, 2 tomos.

[2] AGI. CONTRATACION, 5536, L.5, F.346R. Alonso de Palacios, hijo de Alonso de Palacios y de María Alonso, vecino de Béjar del Castañar, en la Armada de don Pedro de Alvarado.

[3] Ángela Asegurado García. «Hablando con Béjar», en Semblanzas bejaranas y ecos de su comarca. Grupo Cultural San Gil, pp. 13-18.

[4] José Luis Buenadicha Martín. «Béjar y su comarca presentes en la conquista de América», en Semblanzas bejaranas y ecos de su comarca. Grupo Cultural San Gil, pp. 99-102.

[5]  Gonzalo Santonja Gómez. «La epopeya americana de Andrés Dorantes». Discurso de entrada al Centro de Estudios Bejaranos. Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 1992, 34 págs.

[6] Óscar Rivadeneyra Prieto. «Pedro Dorantes Arias: un conquistador bejarano en el Río de la Plata». Béjar en Madrid, 4748, 4749 y 4750 (2016).

 

3 comentarios:

  1. El hombre siempre ha tenido ansia de prosperar y ha sido el motor que le ha impulsado a conocer nuevos mundos, que le hicieran labrar una fortuna.
    Un abrazo

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  2. Un gran trabajo y ya que se conservan los datos sería de sumo interés el conocer la relación nominal de aquellos aventureros.
    Un abrazo,

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  3. Como nos dices seguro que muchísimos de los que embarcaron no se volvieron a tener datos suyos. Quizás solo se pueda saber algo si algún descendiente de alguna forma desea saber algo de aquel antepasado que fue hace 500 años aquellas tierras.

    Saludos.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.