Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Del mismo Pedro
de Zúñiga (Stúñiga/Estúñiga) y
Leiva, conde de Plasencia, II señor de Béjar y primogénito del I, Diego López
de Estúñiga, descienden los Zúñiga que fueron titulares del condado de
Monterrey (6) y
del ducado de Béjar (12), siendo los de este último quienes
fungieron como Parientes Mayores de la rama gallega y de otras ramas nobles castellanas
que conformaron la Casa de Zúñiga.
Tía y sobrina, pintadas por Diego Velázquez y
Juan Carreño de Miranda respectivamente
Existe una
apreciable iconografía del linaje, y en ella figuran los retratos de dos
mujeres que llevaron, entre otros, el título de condesa de Monterrey: el de
doña Inés de Zúñiga y Velasco, prima hermana y esposa del conde-duque de
Olivares, nieto de Pedro Pérez de Guzmán y Zúñiga (Leonor, hermana
del conde-duque, se casó con Manuel, hermano de doña Inés), y
el de su sobrina Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca, Grande de España, igual
que su tía, y esposa de su pariente (¡no faltaba más!) Juan
Domingo de Haro y Sotomayor, quien para acceder a altos cargos cambió su nombre
a Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, con el título de conde de Monterrey.
Escudo del municipio de Monterrey, Galicia, con la cadena de ocho eslabones de oro
de los Zúñiga de Béjar
Los hay también
de varones, y salvando las diferencias técnicas, sorprende el parecido del de
Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco (1560-1606), V
conde de Monterrey, virrey de México y Perú y tataranieto de Pedro de Zúñiga,
II señor de Béjar, con la fotografía del poeta chileno Óscar Castro Zúñiga (1910-1947
casado con la escritora Ernestina Zúñiga), descendiente
de Francisco López de Zúñiga y Meneses, marqués de Baides y conde de Pedrosa,
que gobernó Chile entre 1639 y 1646.
El conde y el
poeta
¿Herencia
genética transmitida por generaciones a través del tiempo y la distancia a los
descendientes de un linaje noble español, que como muchos otros de la época
practicó casi sin restricciones la endogamia para mantener la cohesión entre
los miembros de sus diversas ramas?
La endogamia era una cosa frecuente entre gentes que no querías perder su identidad, evitando diluir el linaje en sucesivos enlaces.
ResponderEliminarUn saludo.
Un rancio abolengo y una columna vertebral por este linaje.-Tiene ud razón, que a pesar de la diferencia de años y de vestimenta el parecido es asombroso.Como se suele decir que de casta le viene...Por cierto las pinturas en muy buen estado y también existe un cierto parecido en los rasgos a pesar de la diferencia de edad porque la joven tendría unos dieciseés o a lo mejor algunos menos y los rasgos se suelen cambiar.
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen por publicar esta información.Estas reseñas y más contadas por un familiar del mismo linaje son un privilegio.
¡FELIZ VERANO!
Un beso.
...entre el virrey y el poeta el parecido es asombroso.(que no termine la frase)
EliminarDoña Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca expresa poderío y son muy curiosos sus carrillos, quizás maquillados con coleretes y demás afeites.
ResponderEliminarSaludos.
Por mucha endogamia que hubiera, el parecido es realmente sorprendente. Es muy notable, sobre todo en el caso del conde y el poeta y teniendo en cuenta los siglos que los separan a ambos.
ResponderEliminarFeliz tarde de domingo
Bisous
Ciertamente, hay gran parecido entre tía y sobrina; y entre conde y poeta, quizás más entre estos dos últimos.
ResponderEliminarSaludos.
Los parecidos son indiscutibles, las damas se lo lleva la nariz, y a los hombre su mirada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las tres ramas principales, la de los Duques de Béjar (con palacio en la homónima villa), la de los Condes de Monterrey (con Palacio en Salamanca), y la que los Duques de Plasencia (con palacio en Plasencia). Una de las parentelas más poderosas del Reino de Castilla que, como vemos, se extendieron a ambos lados del Atlántico con multitus de ramas colaterales que llegan hasta nuestro días. Destaco entre todos los retratos el de la poderosa mujer del Conde-Duque de Olivares, Inés de Zúñiga y Velasco, Condesa de Monterrey, de la mano del genial Velázquez.
ResponderEliminarSin duda, se parecen mucho. Saludos
ResponderEliminarAuténtico encaje de bolillos el que formaba esta familia, casi siempre conectada con el Poder.
ResponderEliminarY curioso el cambio de nombre del esposo de Inés Francisca, que lo convertía en su hermano.
¡Ajá!, y en el caso del poeta rancagüino también porque tuvo dos hijas que se apellidaron Castro Zúñiga. Atte.,
EliminarJZR.
Hay además otro enlace, que el primer apellido del poeta chileno lo llevaron también como segundo los dos últimos Zúñiga duques de Béjar. Vale.
EliminarLimítrofe con Verín, en Ourense, y con Chaves, en Portugal, está el municipio de Monterrei (na lingua galega non hai a "y" grega) dentro del cual se encuentra en lugar de Monterrei, en la parroquia de Santa María que, por cierto, no es de las más pobladas del municipio. Pues bien, allí se encuentra un castillo bastante bien conservado que fue ocupado, entre otros, por los Zúñiga.
ResponderEliminarUn abrazo,
Parecen clones repetidos. A toda costa querian martener esa genetica.
ResponderEliminarBuen artículo Jorge.
Un beso.
Recuerde que si usted tiende a culpar a las circunstancias, condiciones y demás usted perderá el control sobre sí mismo.
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