28 de febrero de 2023

El Ecce Homo de la iglesia desaparecida de San Andrés de Béjar y otros apuntes

 Autora: Carmen Cascón Matas

       Hace unos días tuvimos noticia del interés por restaurar un pequeño cuadro de solo 30 centímetros de lado que se guarda celosamente en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Béjar[1]. Quizá su calidad artística no sea notable, pero sí es interesante la historia que lo acompaña. Al respecto de su valor artístico, es posible que si se restaura podría aparecer la firma de su autor o, con la eliminación de repintes, encontrarnos con alguna sorpresa agradable en cuanto a su calidad originaria. 

Ecce Homo de la desaparecida iglesia de San Andrés

            Empecemos por analizarlo.  Representa un Ecce Homo de la mitad del torso hacia arriba, con la vista baja hacia su derecha y con una soga atada al cuello. Un halo circunda su cabeza de cabellos largos, ligeramente ondulados y cobrizos. Su figura destaca sobre un fondo oscuro, amarronado. Es posible que a su izquierda aparezca representada una columna. El estado de conservación es deficiente, con repintes aplicados en algún momento, faltas de materia pictórica en algunas zonas localizadas por pérdida y oscurecimiento general de la pintura por oxidación de los barnices y la suciedad adherida

 Ecce Homo de Luis de Morales (hacia 1565). Fundación Banco Santander

23x15 cm.

El modelo general responde al muy difundido por el pintor extremeño Luis de Morales y que tanto predicamento tuvo en la segunda mitad del siglo XVI con variantes (con o sin columna, con o sin soga al cuello o en las muñecas, presencia de capa roja o azul, caña y corona de espinas, del torso para arriba o de figura entera, mirando hacia la derecha o hacia la izquierda, o con los ojos hacia el cielo)[2]. Es arriesgado decir que este Ecce Homo de Béjar saliera de su mano porque la calidad es muy inferior a la de Morales y así podríamos estar ante un lienzo de seguidor o de taller que siga el modelo del maestro. La autoría nos es, de momento, desconocida. Gómez-Moreno sorprende al declarar sobre esta pintura «su factura y color, así como la disposición de la figura, recuerdan las obras de Morales, pero nada conozco suyo tan correcto, clásico y bello»[3]

 Ecce Homo. Taller de Luis de Morales. Museo del Prado

40x28cm.

            La historia del cuadro es interesante para Béjar porque procede de la parroquia desaparecida de San Andrés, un edificio que se situaba a extramuros de la villa, al final de Barrio Neila[4], cerca de la Puerta de la Traición, también desaparecida. Y tenemos constancia de ello porque una persona anónima escribió en el reverso a lápiz su procedencia, su situación en el retablo de la mencionada iglesia y que fue transportada a la de Santa María en 1703 por el clérigo Antonio Ortiz de Zúñiga. De este apunte podemos decir que este retablo se componía de cuadros en todo o en parte y solo se salvó este pequeño fragmento. 


Ecce Homo de Luis de Morales. Museo de Badajoz.

La iglesia de San Andrés debió de adquirir cierta importancia a lo largo de la Edad Media: primero porque tenía un hospital propio, que luego fue englobado en el de San Gil en 1573, y segundo porque ser párroco de San Andrés aparejaba el cargo de arcipreste de Béjar. Con la dependencia de esta parroquia a la de Santa María la Mayor con el proceso de reducción parroquial de 1568, fue perdiendo relevancia y acabaría arruinada hacia 1703, el año en que se traslada el cuadro, quedando de ella el cargo testimonial de arcipreste y cura de San Andrés, la cruz parroquial que acabó en la iglesia de Santa María (y que ahora se saca como principal de la parroquia en la procesión del Corpus Christi) y este lienzo. Que desapareció antes de 1727 explica que en ese año Ventura Lirios no la representase en su Vista de Béjar[5].

La devoción a San Andrés debía de haber calado hondo entre los bejaranos porque era procesionado junto con otras tallas de santos en la procesión del Corpus Christi[6]. Además se celebraba por su festividad una feria que desapareció en 1642 al quedar englobada en la general de septiembre y trasladarse a Aldeanueva del Camino. En esta feria de San Andrés se vendía y compraban cerdos y reses en la zona de la Solana[7]. Otro apunte de su relevancia en Béjar es que una de las torres del palacio ducal llamaba el nombre de Cubo de San Andrés

 Ecce Homo de Luis de Morales. Museo del Prado

73x50cm.

Detengámonos también en la cruz procesional de San Andrés por figurar en su reverso la figura de este santo. Siguiendo el excelente trabajo sobre platería realizado por Roberto Domínguez Blanca[8], se puede afirmar que es una gran obra de orfebrería en plata de principios del siglo XVII. Al ser imposible por fechas que proceda de esta desaparecida parroquia , ya reducida a Santa María desde 1568 como hemos comentado, quizá su precedencia sobre la de Santa María derive de seguir el arciprestazgo de Béjar vinculado a este desaparecido templo.



[1] Ya estaba allí en 1939 según don Juan Muñoz García. «Datos para nuestra historia. Sobre el templo y sobre la parroquia de Santa María». Béjar en Madrid, 1939, p. 3.

[2] Sobre este lienzo consultar Roberto DOMÍNGUEZ BLANCA y Mª Carmen CASCÓN MATAS. «El arte en Béjar desde el Medievo hasta 1900», en Historia de Béjar volumen II, Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 2012, pp. 481-547. Aquí 488 y 489.

[3] Manuel GÓMEZ-MORENO. Catálogo monumental de la provincia de Salamanca. Caja Duero, Salamanca, 2003, p. 409. Recogido en el anterior.

[4] Robustiano GARCÍA NIETO. «Contribución al estudio de la Historia de Béjar». La Victoria, Béjar 1919, p. 124.

[5] Ceferino GARCÍA MARTÍNEZ. Un paseo por el Béjar del siglo XVIII. Madrid, 1987, 95 págs.

[6] Alejandro LÓPEZ ÁLVAREZ. Ideología, control social y conflicto en el Antiguo Régimen: El derecho de patronato de la Casa ducal sobre la procesión del Corpus Christi de Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 1994, 201 págs.

[7] OSUNA,C.233,D.191-192. Petición del concejo de la villa de Béjar (Salamanca) al duque para que autorice emplear los 8 maravedíes por cabeza que se cobran en la feria de San Andrés en la construcción de unos arcos para el suministro de agua a la villa a través del valle de Corredera.

[8] Roberto DOMÍNGUEZ BLANCA. La platería del Renacimiento en Béjar. Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 2009, 340 págs.

 

5 comentarios:

  1. Ni que decir tiene, que una buena restauración sería muy conveniente, siempre que sea hecha, por una persona cualificada. Ya bastantes malas experiencias tenemos, de cuando lo ha hecho, alguna persona aficionada.
    Besos

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  2. No es una mala interpretación esta pintura: pero. Me atrevería a decir :que se pintó en mayor tamaño y se ha reducido, con el consiguiente empaste de lacas y barnices que le quitan frescura...
    A ver si se puede recuperar, porqué en la fecha que data tiene un valor incalculable.
    Muchas gracias Carmen por compartir estos logros,es una lección pasar por tu rinconcito.
    Feliz inicio de marzo

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  3. Ángel Mª Ridruejo Cabezasjueves, 02 marzo, 2023

    Impresiona siempre cómo sabes fundamentar y deducir tu exposición. Sería curiosa, por lo inesperado, una obra que añadir a lo ya catalogado de Morales, un pintor de producción netamente extremeña. Tampoco sería de extrañar, teniendo en cuenta la virtual "extremeñidad" del Béjar de la época. (Pediré opinión a un determinado experto en la vida de Morales que conozco, y que tú también conoces.)

    Es conocido que Morales se honró en rebajar considerablemente el precio de unas pinturas que realizó por encargo del Hospital de San Andrés de Badajoz. En un artista como Morales, cuya motivación era tanto o más la devocional como la crematística, quizás podría adivinarse un especial fervor por este santo:

    Saludos muy cordiales, y esperando leer con gusto muchas entradas como ésta.

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  4. tiene toda la apariencia de necesitar una buena restauración ya que la anterior sin ser como aquella famosa no me parece muy buena.

    saludos.

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  5. Estaría bien que se recuperara y quedara como la plasmó el pintor. Si se hace que sea una buena recuperación.
    Un abrazo.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.