20 de diciembre de 2022

Un lienzo del pintor Bartolomé Román de 1639 en una iglesia bejarana

 Autora: Carmen Cascón Matas

            Hasta 2010, en que fue restaurado por el taller de Las Edades del Hombre, el lienzo Nacimiento de Cristo con San José y Ángeles (según lo tituló Gómez Moreno, citando al párroco de San Juan Bautista, don José María Santamera Tejedor, en su catálogo de obras de principios del siglo XX) era desconocido para la mayoría de los bejaranos. La razón no era otra que pendía en la sacristía de esta iglesia, un espacio al que accedían un ramillete de fieles además de los sacerdotes, y que en realidad no era tal hasta un incierto momento. Me explico: la sacristía original se situaba (y sitúa aunque no se utilice para ello) adosada al presbiterio por su lado sur[1]. Mandada construir por la insalubridad de la anterior por el obispo de Plasencia don Pedro González de Acevedo, dejó de actuar como tal quizá porque se abrió una puerta de acceso desde la calle que servía para descongestionar el templo en momentos de mucho aforo. Y esta decisión se pudo tomar porque existía otro espacio, en este caso adosado al presbiterio en su lado norte, para tal cometido: la capilla privada de los Muñoz de Aguilar


            De fundación y uso privado, la capilla sepulcral de los Muñoz de Aguilar se construyó en torno a principios del siglo XVII. Sus principales promotores fueron Antonio de Sotomayor, Juan Muñoz de Aguilar, tesorero y canónigo de la catedral de León, y Diego Muñoz de Aguilar, Caballero de la Orden de Alcántara. Dentro de la capilla existe grabada una inscripción sobre pizarra en la que se lee:

Un pecador sacerdote fundo esta capilla y otras obras pías.

F A ORATE PRO EO 1609

E lo enterrase en ella a de ser con licencia del patrón

y su noble y cristiano viejo etc.

El patrón lo a de ser y sacar con persona noble.

Diego muñoz Año 1631.


 

Además existen diversas armas grabadas en piedra de granito con los emblemas del linaje como el águila de los Aguilar, la cruz de la Orden de Alcántara, a la que pertenecía Diego Muñoz de Aguilar, el escudo con los escaques de los Sotomayor y una serie de estrellas, quizá referente al apellido Frías, bien combinados o en solitario, algunos de ellos coronados por yelmos empenachados y un brazo protegido por armadura cuya mano porta una cruz. Sin entrar a desglosar la historia de esta familia hidalga bejarana (otra más que sigue olvidada), el caso es que el lienzo que nos ocupa ha estado presidiéndola hasta su restauración. ¿Estuvo ahí desde su construcción en el siglo XVII hasta entonces? No lo sabemos, pero si no adornó la capilla de los Aguilares desde su fundación, bien pudo haber sido trasladado desde alguno de los conventos desamortizados en el siglo XIX, muy probablemente desde el convento de San Francisco, el más próximo a la iglesia de San Juan. 

Firma arriba de San Pedro, de Bartolomé Román (Ansorena), 

y abajo del lienzo de Béjar con repintes

Si Bien Gómez-Moreno le otorgó el título que hemos comentado más arriba, la profesora Montaner López[2] lo denominó La Virgen y San José adorando al Niño. El tamaño de la pintura es de 172x138 cm. La descripción de la escena que representa es muy curiosa: en el centro de la composición se sitúa el Niño en el pesebre con San José a la derecha y la Virgen María a la izquierda orantes y arrodillados. Ocupando la mitad superior, en un rompimiento de gloria, seis angelotes desnudos llevan en volandas la cruz del sacrificio, una prefiguración del martirio. El Niño la recibe con los brazos abiertos mirando hacia ella. Sus padres no parecen percatarse de esa figuración angélica. 


 

Aunque desconocemos la procedencia, una firma y un año casi ilegibles en uno de los ángulos de la obra nos aclaran la autoría y la datación: B[artolomeus] Roman[us] m[e] fac[iebat] an[no] 16¿3?9. La firma es un tanto ilegible pero en sus caracteres y comparándola con la de otras obras de este mismo autor parece referirse a Román[3]. Y además, la fecha coincide más o menos con la construcción de la capilla (1629 o 1639), es verdad, pero no debemos fiarnos. 

Detalles del lienzo de Béjar
 

El autor es un pintor de reconocido prestigio. Bartolomé Romano o Román nació en Montoro (Córdoba)[4] en 1596 y murió en Madrid en 1647. Discípulo de Vicente Carducho según Palomino, su primer biógrafo, fue maestro de Juan Carreño de Miranda e incluso pasó por el taller de Velázquez. Sus encargos procedieron sobre todo de instituciones religiosas y sus obras más representativas son una serie de arcángeles, algunos de los cuales llegaron a América. Precisamente hasta 1629 se tienen escasos datos sobre él y la inspiración artística le llevó al candelero a partir de 1630 (otros investigadores como Gutiérrez Pastor [5] la retrasan a 1635) coincidiendo con su lienzo de Béjar. Desconocida la mayoría de sus obras hasta hace poco tiempo, en las últimas décadas han ido adjudicándosele lienzos de su autoría dispersos: Madrid, Puente Genil, Béjar, Calatayud, Calahorra, San Millán de la Cogolla, Burgos, América[6]. La obra bejarana pertenece a la época posterior a su paso por el taller de Velázquez, ya que suaviza los colores. 



Ángeles del Museo del Prado de Madrid. 

Foto investigart

Gómez-Moreno lo clasificó en su momento como de Escuela de Murillo y lo curioso es que el gran pintor sevillano no comenzó a descollar hasta algunos años después de Román. Veamos que decíamos Roberto Domínguez y esta que escribe sobre este lienzo hace unos años[7]:

«En la Virgen se observa la misma tipología que la utilizada en su Descanso de la huida a Egipto del Colegio de Santamaría, incluso repite el modelo de túnica, velo transparente y forma de peinado. Siguiendo a Montaner, los ángeles niños que revolotean en los celajes que sostienen amorosamente la cruz parecen derivar del repertorio de su maestro Vicente Carducho. El interés en la descripción de objetos del natural es propio de la época y aplicable a los pintores de su generación. El dibujo cuidado, la técnica lisa y la simplicidad compositiva vinculan el lienzo al espíritu clasicista propio del cinquecento».

 

 Desposorios místicos de Santa Catalina. Ansorena

¿El tema podría casar con un espacio sepulcral privado? En cierta medida sí, porque la cruz llevada por los angelotes prefigura el martirio y la muerte justo en el momento del nacimiento. Pero hasta que no tengamos una documentación que lo atestigüe no podemos dar nada por hecho. 

La excusa para traer este análisis particular y breve de esta obra es porque vienen las fechas de Navidad y creo que es un buen lienzo para desearos una Felices Fiestasa todos. 

 



[1] CASCÓN MATAS, Carmen. Una sacristía que más bien parecía ratonera. Béjar en Madrid, 2022.

[2] MONTANER LÓPEZ, Emilia. La pintura barroca en Salamanca. Universidad de Salamanca, 1987, p. 110.

[3] La firma de otro lienzo de Bartolomé Román, proporcionada por Investigart y su comparación con ella nos hizo dar su autoría a Román. Gracias al equipo de Investigart por ello.

[4] https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/roman-bartolome/fecea361-3c80-439b-81f8-c2bb378b62e0.

 [5] GUTIÉRREZ PASTOR, Ismael. «Una pintura inédita de Bartolomé román y dos series benedictinas de San Millán de la Cogolla y de San Lesmes de Burgos atribuidas». Berceo, nº 105, 1983, págs. 7-30.

[6] VELASCO, B. (2001). Un inédito de Bartolomé Román. Archivo Español De Arte, 74(294), 188–190.

[7] Con DOMÍNGUEZ BLANCA, Roberto. «Retablística, escultura, pintura y artes industriales en Béjar desde el siglo XV al 1900». HERNÁNDEZ DÍAZ, José Mª, y AVILÉS AMAT, Antonio (Coords.) Historia de Béjar, Volumen II. Diputación de Salamanca, Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, Salamanca, 2013, pp. 481-547 (aquí pp. 520 y 521)

 

6 comentarios:

  1. Es una obra de extraordinario valor, de la que puede estar orgullosos el pueblo bejarano.
    Besos.

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  2. Ya se sabe que hasta que no se pueda dar una versión contrastada todo son hipótesis, pero estoy de acuerdo que tiene esa simplicidad compositora clasicista del cinquecento.
    Carmen te deseo unas tranquilas Fiestas en compañía de tus seres queridos.
    Un saludo.

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  3. Unas pinturas preciosas, el Nacimiento de Jesús en la que los ángeles bajan la cruz, me parece estupendo que ahora puedan admirarla todos. ¡Feliz Navidad!.

    Abrazos.

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  4. Es importante poner en valor el patrimonio local, sin confundirlo con una mirada exclusiva. Mis felicitaciones, una vez más, por esta página.

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  5. Bellísimo cuadro.Y bien nos cuentas su historia.
    Feliz Navidad 🕊️ Carmen. Que paséis muy buenas fiestas.
    Un abrazo 🤗

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.