Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.751 (15/04/2016), p. 4.
El famosísimo retrato de La dama del
armiño no es accesible al público por dos razones. La primera es porque se
encuentra en una colección privada, en las lejanas y brumosas tierras de
Escocia, concretamente en la casa-museo Pollock House en Glasgow; la segunda se
centra en el misterio sobre la identidad de la dama y las atribuciones sobre su
autor. La mujer que los delicados pinceles del artista plasman sobre el óleo
posee una intensa mirada de ojos negros, tez alabastrina y un atuendo propio de
la segunda mitad del siglo XVI. Es joven, sin duda, y de alto linaje por sus lujosas
ropas. ¿Quién se esconde detrás de esa misteriosa mirada? Tres mujeres, e
incluso alguna más, se esconde tras ella e igualmente tres pintores se disputan
su creación.
La dama del armiño
Autor desconocido
Colección particular. Glasgow
El Greco. Dama con una flor
El Greco. La Virgen María
Los investigadores hace tiempo que
rechazaron la atribución tradicional de El Greco, una teoría que procedía de
principios del siglo XIX. Hasta ese momento no cabía duda de que el pintor
cretense había plasmado en este lienzo a la madre del único hijo del artista,
Jerónima de las Cuevas, una hipótesis descartada a principios del siglo XX
porque el estilo utilizado en esta ocasión poco se aproxima al del cretense.
Rechazada dicha suposición, y sin renunciar a El Greco, los expertos se
inclinaron a pensar que bien pudiera haber refrenado su radical estilo con el
fin último de ganarse el favor de Felipe II en el escaso tiempo que permaneció
en la corte. Así la dama oculta bien pudiera tratarse de la infanta Catalina
Micaela, segunda hija del monarca.
¿Alonso Sánchez Coello? ¿Sofonisba Anguissola?
La infanta Catalina Micaela
Detalle
¿Alonso Sánchez Coello?. ¿Sofonisba Anguissola?
La infanta Catalina Micaela
Apartada esta larga e incuestionable atribución
hasta hace breve tiempo, se barajan ahora otras posibilidades, tanto por parte
de Fernando Marías, director de la exposición sobre El Greco que tuvo lugar en
Toledo el pasado año, como por Carmen Bernís y María Kusche. Por ejemplo, que La dama del
armiño escondiese la identidad de Catalina Micaela por la similitud de rasgos
faciales con otras representaciones de la infanta, pero que el lienzo hubiese
salido de los pinceles del artista por antonomasia de los retratos áulicos de
la corte de Felipe II: Alonso Sánchez Coello.
Sin embargo, los investigadores
dudan de que todos los retratos, que se cuentan por docenas, de la familia real
se debieran al taller de este último y es entonces cuando surge el nombre
olvidado de la pintora Sofonisba Anguissola, una de las mejores artistas de la
segunda mitad del siglo XVI, coincidente con Pantoja de la Cruz y Sánchez
Coello, como posible autora del lienzo. La presencia de esta pintora nacida en
Cremona, retratista oficial de la corte desde 1559, había sido silenciada quizá
por su condición femenina y últimamente los expertos están transvasando muchos
de los retratos de Sánchez Coello al haber artístico de la italiana. Quizá la
principal diferencia que separa a uno del otro estriba en el tratamiento más
delicado del personaje en el caso de Sofonisba. Para lo que nos ocupa aquí, me
pregunto si es posible que una infanta, criada en la severa etiqueta borgoñona,
mire de esa manera tan penetrante al espectador. Es ahí cuando se diluye la
identificación con Catalina Micaela.
Enano entregando
chocolate a doña Juana de Mendoza, futura duquesa de Béjar
Colección particular
Pero, llegados a este punto, los
lectores se preguntarán qué relación puede establecerse entre este retrato y
Béjar, y es una hipótesis sorprendente: Fernando Marías baraja la posibilidad
de que La dama del armiño sea la duquesa de Béjar doña Juana de Mendoza,
esposa de Alonso López de Zúñiga y Sotomayor, al que Cervantes dedicó El
Quijote. Las similitudes surgen cuando se compara este retrato con otro,
también de dudoso autor y no menos intrigante identidad, Enano entregando
chocolate a doña Juana de Mendoza, futura duquesa de Béjar o Margarita de
Saboya con un enano, también de una colección particular (marqués de Griñón) esta
vez de Madrid. En ambos casos los rasgos de la retratada se asemejan si los
comparamos detalladamente y es por ello por lo que este último que comentamos
sea también atribuido a Sofonisba Anguissola y a Alonso Sánchez Coello
indistintamente.
Federico Zuccaro. Margarita de Saboya, hija de Catalina Micaela
Los investigadores, asimismo, dudan entre Catalina Micaela y
Juana de Mendoza como protagonistas, e incluso si la niña pueda ser Margarita
de Saboya, la hija primogénita de la infanta y futura virreina de Portugal,
punto que defiende la mencionada María Kusche. La artista se habría trasladado
a Italia en ocasión de la boda de Catalina Micaela con el duque de Saboya y
ésta le habría encargado con posterioridad, en la década de los noventa, el
retrato de su hija primogénita. En todo caso, si se baraja el nombre de Sánchez
Coello sale a la palestra la duquesa de Béjar y si se afirma que es de
Sofonisba la dama misteriosa es Margarita de Saboya. La prueba de que sea Juana
de Mendoza la ofrece Narciso Sentenach al mostrar un documento de la Casa de Osuna, en
concreto un inventario de 1601, sobre los bienes de D. Iñigo López de Mendoza,
duque del Infantado (la duquesa Juana de Mendoza pertenecía a dicho linaje
nobiliario), donde se dice: “Item
(...), otro de mi sra. Dª Juana, duquesa
de Béjar con el enano”.
La interpretación más inverosímil
defiende que en realidad el cuadro no es un retrato de una dama, ni de una
infanta, ni siquiera es datable en el siglo XVI. Los defensores de esta teoría
rebaten a los investigadores del retrato áulico y esgrimen que La Dama del
armiño es una famosa actriz de teatro del siglo XIX con el atuendo se la
protagonista de un conocido drama de época titulado La judía de Toledo.
Las fechas bailan en las manos de los expertos:
si la retratada es Juana de Mendoza o Margarita de Saboya pertenecerían ambos
retratos a la última década del siglo XVI, datación que coincidiría con la
posibilidad de que saliese de los pinceles de Sofonisba, mientras que si es de
la década de los 80, la dama en cuestión sería con mucha seguridad la infanta
Catalina Micaela o la mujer de El Greco.
En todo caso hay una duda que me asalta
ante tanto dato. ¿Podría ser que ambas, la infanta Catalina Micaela y la
duquesa de Béjar, luciesen rasgos faciales similares o es que en los retratos
áulicos los artistas acababan siendo tan benevolentes con sus modelos que al
final los rostros acababan siendo idénticos en una suerte de antecedente de
retrato en serie? La duda continúa.
BILIOGRAFÍA
GENERAL
1. Parte de los datos de esta entrada sobre el enigma del retrato se tratan en http://cuadernodesofonisba.blogspot.com.es/.
2. Un
resumen del tema tratado aparece en Diario de Burgos en fecha 14 de mayo de
2015 escrito por Adolfo de Mingo Lorente, “¿Quién es esta mujer?” http://www.diariodeburgos.es/noticia/Z6D61F4F7-B0B1-0BDD-C1FA5A33F4B0D3A5/20140518/quien/es/mujer.
Bonito artículo, con una investigación muy completa. Felicitaciones. Desde Chile, JZR.
ResponderEliminarSiempre nos quedará la duda. Aunque es increíble el parecido de la infanta Catalina Micaela con el de la Dama del Armiño del primer cuadro, me inclino por la benevolencia de los pintores y su tendencia a repetir rasgos jóvenes y agraciados en sus retratos.
ResponderEliminarUn saludo.
La famosa Dama del Armiño, es un cuadro que en su momento se lo atribuyeron Al Greco, pero después de varios estudios se le atribuye la autoría a Sofonisba; otro tanto ocurre; con el retrato de Catalina Micaela que se lo atribuyen a Juan Pantoja de la Cruz, que en su momento era retratista en el reinado de Felipe II y colaborador de Coello.-Es mucha casualidad que Coello se atribuya varios retratos pues su estilo era bastante oscuro...
ResponderEliminarEn cuanto a la similitud de los rasgos puede ser esta observación que los artístas de esa época era bastante benevolentes con según que damas...
Coello o Sofonisma:por supuesto Sofonisma era incleible su perfección y el detallismo lo cuidaba al máximo.
Un fuerte abrazo.
PERDÓN :(SOFONISBA)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia. La mirada de la dama del armiño siempre es delicada, pero a la vez enigmática.
ResponderEliminarBesos Carmen
Un gran dilema nos dejas y que al parecer no tiene fácil solución. Sea quien sea el autor es un gran cuadro.
ResponderEliminarTambién nos dejas el nombre de al parecer gran pintora que cuyo mayor pecado para no llegar al gran publico fue la de ser mujer.
Saludos.
Tiene un cierto parecido Catalina Micaela, pero siempre quedará la incógnita de a qué personaje pertenecerá este retrato. Supongo que los pintores siempre tratarían de perfeccionar los rasgos de las personas retratadas, haciéndolas aparecer con más bellas....es lo que también podemos observar con las fotos de ahora, con photoshop.
ResponderEliminarBesos
Como para escribir una novela de intriga. Interesante la investigación sobre el cuadro.
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha gustado la investigación hecha con la Dama de armiño, pues es un cuadro que naturalmente nunca he podido admirar y siempre me ha intrigado, seguro que con tantos adelantos e investigaciones llegan un día a poner la firma del pintor en él.
ResponderEliminarUn abrazo.
A medida que avanzaba leyendo, más intriga encontraba en tu información, espero que algún día se despejen las dudas y los investigadores puedan adjudicarle la obra a quien corresponda.
ResponderEliminarBesos.
Pues si que parece un rompecabezas (ahora se me ocurre un chiste: Se encuentran dos amigos y uno le dice al otro - "¿Has estado alguna vez en un Laberinto? - y le contesta...- "No" - y le dice el otro: - "Pues no sabes lo que te pierdes?-)
ResponderEliminarLa autoría de este famoso retrato de la Dama de Armiño es un misterio y a quien representa, otro.
Las dudas que al final que te surgen creo que a todos nos sucede lo mismo.
Me ha encantado este reportaje sobre este misterioso Retrato.
Abrazos y Besines.
En estas ocasiones, lo mejor es no plantearse quién es la protagoista o quién fue el pintor. Lo mejor, sin duda, es sentarse frente al retrato y disfrutar de su contemplación.
ResponderEliminarUn abrazo,
Interesante articulo ojala algún día se llegue a la respuesta del enigma. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarhe disfrutado mucho leyendo esta entrada.Un trabajo excelente y un misterio no desvelado todavía.
ResponderEliminarBesos
Pese al parecido, pienso como Cayetano. Quízás unos rasgos idealizados lleve a la confusión, pero como dice otro comentarista, el cuadro, fuera quien fuese la dama o el pintor ante la que posó, es precioso y digno de admiración.
ResponderEliminarSaludos.
Como lega en técnicas de autentificación, después de ver superpuestos los dos rostros me decantaría por adjudicar ambas telas a cualquiera de los dos artistas, Anguissola o Sánchez Coello. En cuanto a la dama, se diría que la lectura del inventario de Dº Iñigo parece concluyente, eso del “retrato de mi esposa con el enano” no debía ser muy común. ¿O sí?
ResponderEliminarDe todas maneras, un texto interesante, Carmen. Un abrazo.
acabo de comprar hace dos horas, en el rastro de Oviedo, una copia enmarcada ,ya en casa investigando por internet, la verdad es que tiene un gran parecido con Catalina Micaela, pero a saber , no soy ninguna experta en estos temas , aunque como bejarana que soy, me gustaría , la verdad, que se tratase de la duquesa de Béjar
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