10 de agosto de 2019

San Petersburgo, Béjar, un retrato y algo más


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Parece utópico relacionar ciudades tan distintas y distantes (más de 4.000 kilómetros mediando países de culturas diversas prácticamente en dos continentes) como son San Petersburgo en Rusia, y Béjar en España, pero la relación, aunque incidental, existe y es a través de un retrato… y algo más. 


 Hermitage desde el Neva. Wikimedia.org


       A orillas del rio Neva, San Petersburgo fue fundada en 1703 por el zar Pedro el Grande para que fuera la ventana de su imperio hacia el mundo occidental, y por más de dos siglos fue la capital de Rusia. Es hoy la ciudad más poblada después de Moscú, y en lo cultural alberga más de doscientos museos de los cuales el Hermitage es el más grande.


       Es aquí donde está la relación con Béjar porque en la Sala de Pintura Española del Hermitage se puede disfrutar del retrato del autor de La Araucana, Alonso de Ercilla y Zúñiga, de cuyo abuelo materno testificaba el expediente de incorporación a la Orden de Santiago que el dicho Alonso de Zúñiga descendió de los Reyes de Navarra, de adonde descienden los Duques de Béjar.



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     Solicitado el retrato en 1585 por la Casa Imperial de Alemania para la Colección de Españoles Contemporáneos e Ilustres (el emperador Maximiliano y la reina de España Ana de Austria apadrinaron a Ercilla en su boda), el poeta lo encargó, parece ser aunque los investigadores no se ponen de acuerdo, a El Greco y finalmente dio en manos de mercaderes, que lo vendieron a alguno de los monarcas rusos que iniciaron e incrementaron la colección del Hermitage (Pedro el Grande, Catalina II, Nicolás I).


 Mariano Téllez-Girón, XV duque de Béjar. 
Museo del Romanticismo, Madrid



      El algo más es que en el mismo escenario, frente al puente Nikolai, vivió Mariano Téllez-Girón y Beaufort (y Zúñiga por algún lado), XV duque de Béjar y XII duque de Osuna, cuando fue embajador de España en Rusia entre 1856 y 1868, que hacía abrevar en cubos de champaña los caballos de sus invitados, y en una fiesta ante el zar hizo poner vajilla de oro y después de cada plato la hacía arrojar por sus criados al río Neva.





Fuentes:

-Medina Zavala, José Toribio. La Araucana. Vida de Ercilla, 1914.

Montaner y Simón: Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, 1887-1899.

-Sánchez Sánchez, Antonio. Con la Z de Stúñiga, 2012.

-Otras en la red

7 comentarios:

  1. Sí que viajó el cuadro para aquellos tiempos en que los medios de locomoción que distaban bastante de lo que hay ahora.

    Besos

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  2. Siempre me sorprendes...Béjar en Hermitage.

    Besos

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  3. Vaya anécdota más curiosa, la del retrato del poeta que cantó a Chile y acabó en Rusia.
    Leí hace años un breve perfil del duque de Béjar y me fascinó. Otro personaje de esa rara estirpe que aparecen de vez en cuando, auténtico romántico y bohemio.

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  4. Curioso destino el de este cuadro al no finalizar en palacio de los Zúñiga o en Chile termino en Rusia.

    Saludos.

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  5. Para dejar constancia de que somos importantes
    Cariños a través de mi móvil y mar cantabrico.
    Kasioles

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  6. Curioso donde terminó el cuadro, y sorprendente e increíble, lo de los cubos de champaña y los platos de oro.
    Saludos, Carmen.

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  7. ·.
    Fíjate tú. Y yo pensaba que la relación era otra. Que yo había dormido en ambas ciudades, y paseado por sus calles y avenidas... museo incluido, claro. :)
    Estuve horas en el museo pero no recuerdo haber establecido relación alguna con Béjar. Debido a mi ignorancia, claro. De todos modos, tanto cuadro y tanta belleza hace que dejes de percibir muchos detalles. Stendhal, supongo.
    Un abrazo

    LMA · & · CR

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.