*El día 28 de septiembre de 1868 Béjar alzó su voz en contra de la monarquía de Isabel II y en favor de los ideales progresistas y democráticos. Muchos bejaranos murieron durante aquella jornada a manos de las tropas realistas. Desde entonces (y a excepción de los años de la dictadura) se conmemora esa fecha con ofrendas florales y procesiones cívicas en el llamado "Día de los Mártires por la Libertad".
Discurso íntegro de Antonio Avilés Amat
pronunciado el 28 de septiembre de 2010, “A los mártires de la Revolución de
1868”.
Dice un popular refrán castellano
que “De bien nacidos es ser agradecidos”.
Nosotros en este día queremos serlo y mostrar
nuestra gratitud a aquellos antepasados que ofrendaron su vida en aras de la libertad. No por la Libertad
como un concepto retórico y en tantas ocasiones falto de sentido, sino por esa
otra libertad, escrita con minúsculas, que es suma de pequeñas libertades necesarias,
casi como el aire que respiramos, para vivir. Ya les hemos ofrendado un cálido
recuerdo, evocando su gesta junto a las réplicas
de los atávicos cañones que ellos construyeron para la defensa de la población
de las tropas isabelinas, al inicio de la calle que, desde entonces, ostenta
este noble título de Libertad. En estos momentos quiero, en nombre y como
portavoz de todos, rememorar una vez
más, los trágicos episodios que situaron
a Béjar en una de las páginas más gloriosas de nuestra historia.
Alegoría a la Revolución Gloriosa |
Se cumplen hoy 142 años de aquel
lunes, 28 de septiembre de 1868, en
que una reducida milicia de 300 hombres,
secundada por toda la población bejarana, se enfrentó al numeroso y bien equipado
cuerpo de ejército del brigadier Nanneti. Pero comencemos por el principio
y para no cansarles ni abusar de su atención les recordaré, de manera escueta, casi
telegráfica, los hechos. En la madrugada del día 18 de septiembre[1],
21 cañonazos disparados desde la fragata
Zaragoza, anclada en la bahía de
Cádiz, señalaron el comienzo de la
revolución septembrina o La
Gloriosa que debía ser secundada con el levantamiento de
ciudades como Cádiz, Málaga, Sevilla, Granada, Córdoba y de otras localidades
andaluzas, para luego extenderse al resto de la nación. Pero el ambiente revolucionario
no fue, en principio, demasiado entusiasta y las poblaciones españolas tardaron
en secundar el pronunciamiento gaditano. En
Béjar, el día 22 parten, con destino a Valladolid, la policía y las tropas realistas acuarteladas en la localidad y a
partir de ese día, en que es asaltado un carro rezagado del ejército con
armamento y munición, se sublevan los
bejaranos y constituyen una Junta para su gobierno y defensa. Con ejemplar organización
comienzan los preparativos para enfrentarse al ejército del acuartelamiento
bejarano que, se sabe, regresará para reprimir cualquier conato revolucionario.
En apenas unos días y bajo la siempre oportuna supervisión de un singular
personaje como Fronsky, el Polaco, se constituye una milicia armada, se fabrican, con precarios recursos,
utillaje de guerra y medios de protección, como cañones y proyectiles,
barricadas y parapetos. Se previenen hospitales de sangre, la distribución
de alimentos y la atención a los más desprotegidos como ancianos, indigentes o
niños. Y sobre todo, se administran,
con estricta pulcritud, los fondos
aportados por la población para cubrir las emergencias que irán surgiendo y
se respetan, escrupulosamente, el orden público y las propiedades de todos los
habitantes.
Isabel II |
El telégrafo, único medio de
comunicación, en aquel tiempo apenas cubre una parte del territorio nacional.
Como las noticias se difunden oralmente y llegan a sus destinos deformadas o tergiversadas,
la Junta de Béjar envía a Ávila y a
Madrid a uno de sus miembros, Domingo Guijo, como comisionado para conocer
la situación de las poblaciones más cercanas y la del país. Sin embargo, este vuelve con tan escasos informes que
no permiten una coordinación con otras juntas que se suponen ya constituidas.
En ese ambiente, falto de noticias veraces y sobrado de rumores, las respuestas
de la mayoría de las ciudades y poblaciones ante el pronunciamiento de los
generales Prim y Serrano y del
almirante Topete fueron tibias hasta
la madrugada del día 28, cuando se dio la batalla del puente de Alcolea sobre el río Guadalquivir, a las puertas de
Córdoba. En su transcurso es derrotado un contingente del ejército isabelino lo
que infunde nuevos bríos al proceso revolucionario.
Batalla del Puente Alcolea |
En
Béjar, desde que constituyó su Junta, predomina
el entusiasmo y ese mismo día que reiteraré una vez más –lunes, 28 de septiembre de 1868- es la
primera población española en enfrentarse al ejército realista y pagar su
tributo de sangre a la revolución. Y también, como señalan con unanimidad
los historiadores, de las ciudades sublevadas: Granada, Alcoy y Béjar, fue ésta en la única en que triunfó
el levantamiento popular.
Me permitirán que les rememore un documento de innegable valor que nos sirve
para conocer de primera mano los acontecimientos de aquella jornada. Fue escrito
por Juan Muñoz Peña, uno de nuestros convecinos que participó de
manera directa en los mismos, y obviando la subjetividad del relato en aras
de la inmediatez de los hechos que relata, les leeré, seguidamente, un
fragmento significativo de su narración. Cuenta así, con estilo directo y
realista, cuanto vio y protagonizó:
Fotografía del General Prim |
“Al
amanecer del día 28 las tropas de
Nanneti se destacan hacia Béjar por el camino de Vallejera, y luego que
pasan el puente de Riofrío desplegan
gerrillas hacia el cementerio […] situando sus cañones en aquella
eminencia, protegidos por sus masas. Nuestro
cañón de Campopardo les hizo el correspondiente saludo de atención causándoles
algunas bajas, al que respondieron con finura, como también lo ejecutó el
de la Cruz de la Corredera, que para nuestra desgracia, a los pocos disparos,
cayeron en tierra, por estar débiles, las burrillas en que estaban fijos por no
haber tenido tiempo de hacer las curreñas que necesitaban. Y como el barrio de la Corredera era de todo punto imposible defenderle,
por coger mucho circuito y estar aislado de la ciudad, por ser los nuestros pocos en número y con pocas armas servibles,
hubo que replegarse a ella, dejando clavado ese cañón y abandonado a su suerte aquel barrio desgraciado.
Portada de "Béjar, reseña al vapor..." de Muñoz Peña |
En
efecto, la tropa penetró en ella por los
dos puentes a la vez, guareciéndose en los árboles corpulentos que hay en
aquellos paseos para hostilizar nuestras
barricadas de la Puerta de Ávila, que atendían en sus fuegos a aquella
parte, como también a la calle del Puente
Viejo, por donde avanzaba parte de la fuerza enemiga, rechazando con
valentía las acometidas que la hicieron. Lo propio aconteció también con la caballería que avanzaba por la Solana,
siendo rechazados y puestos en fuga por los que defendían aquella barricada. No
pudiendo forzar ningún punto, situaron
sus cañones frente a la barricada de la Puerta de Ávila, que era defendida
con un tesón sin igual. Ciento cincuenta
y siete cañonazos de metralla, granada y bala roja nos tiraron; pero ni por
eso lograron intimidar a nadie; antes, por el contrario, el olor de la pólvora y el ruido de las descargas de fusilería y el
estampido de cañón, parecía que les fortalecía. ¡Qué día! Aquel día era de
fuego y sangre; ni aun tiempo había de tomar aliento, cuanto más alimento alguno.
El genio de Polonia, el invicto Fronsky, se encontraba en todas partes, a todos
fortalecía con su ejemplo y con sus palabras, como también sus compañeros Guijo
y Valle.
Fotografía de 1868 que muestra la desaparecida Puerta de la Villa de Béjar defendida por los bejaranos con los cañones fabricados por Víctor Gorzo |
Placa en el lugar en que estuvo la Puerta de Ávila o de la Villa |
Después
de ocho horas de un fuego tan continuado, y no pudiendo forzar ninguna entrada, el brigadier Nanneti tuvo que ponerse en
retirada hacia Vallejera, dejando en
nuestro poder 66 soldados y 2 cajas de guerra; pues así que iniciaron esa
retirada saltan de las barricadas 16 valientes que hostilizan a los fugitivos y
logran hacer esos prisioneros. Sólo unas
300 armas causaron esta maravillosa victoria, distinguiéndose en ella los
muchachos de dieciocho a veinte años que incansables no conocían el peligro ni
el miedo…”
Creo que estas palabras de nuestro
cronista,
cargadas de dramatismo, transmiten mejor
que cualquier discurso académico la gallardía de aquellos bejaranos resueltos,
que ofrendaron sus vidas en defensa de
unos ideales de Libertad. Y como muy bien señala el historiador José Luis
Comellas, “nunca se expresó de forma tan
clara y espontánea la real gana española: el pueblo dueño de sus destinos.”
Reproducción de los cañones que defendieron Béjar frente de las tropas realistas |
Placa con los nombres de los caídos en aquellas jornadas |
Sin
embargo y antes de poner fin a esta exposición quisiera desmitificar un tanto los hechos, que no por discretos
fueron menos heroicos, y glosar la dimensión más humana de los personajes que
los vivieron. Si en el conjunto del país las fuerzas coaligadas en la
revolución fueron los demócratas que
aportaron las ideas; los progresistas,
el grueso de la masa popular y los unionistas,
los mandos principales del ejército; en
el levantamiento bejarano intervino, de diversa forma, toda la sociedad pues todos, burgueses
y clase media, obreros y fabricantes, comerciantes y pueblo llano compartían un
ideario colectivo. En la derrama que se realizó para sostener los gastos
que se originaran colaboró el pueblo en su conjunto y con mayores aportaciones
los que más tenían. Si los combatientes de la milicia bejarana, según nos ha
trasmitido el cronista Muñoz Peña, eran en su mayoría jóvenes, junto a ellos hubo
hombres maduros, mujeres, ancianos y niños que mostraron solidariamente su
valor y heroísmo. Algo que evidencia el hecho de que el mayor número de
víctimas se produjera cuando las tropas gubernamentales
penetraron en el barrio de La Corredera
y se ensañaron con toda crueldad sobre la población más desprotegida y sus
bienes. Fueron los que sucumbieron en la contienda personas de carne y
hueso, conscientes o no de lo trascendente de su gesto, antepasados nuestros y
de nuestras propias familias, con nombres y apellidos que nos han trasmitido –también
a la Historia- y perviven entre nosotros. Por eso los sentimos tan próximos y su
martirio y heroicidad nos resultan tan de
casa, tan familiares y tan cercanos.
Béjar estuvo presente en Madrid a la llegada del General Prim. |
Sobre este grabado podréis encontrar más en http://documentosdebejar.blogspot.com.es/2011/10/congreso.html
A los que crearon e integraron la
Junta de Béjar y a los que, en defensa de las libertades que disfrutamos sus
descendientes, protagonizaron aquellos acontecimientos y ofrendaron sus vidas, una
vez más, en este 28 de septiembre de 2010, junto a estas lápidas que los evocan,
nuestro cálido recuerdo y emotivo agradecimiento.
*Para saber más pinchad en este enlace http://ccasconm.blogspot.com.es/2013/09/los-martires-de-la-libertad-muertos-el.html
** Y para saber más sobre uno de los revolucionarios del 68 bejarano, el polaco José Fronsky, http://ccasconm.blogspot.com.es/2013/09/los-martires-de-la-libertad-muertos-el.html
[1] No existe unanimidad entre los historiadores sobre la fecha del
pronunciamiento gaditano que unos sitúan el 17, otros el 18 y algunos el 19 ó
20 de septiembre de 1868.
Merecido homenaje a estos valientes, que sin medios s enfrentaros al ejercito.
ResponderEliminar142 años han pasado de estos tristes sucesos, y hoy no con tanta gravedad, está el pueblo tambien revuelto con sus gobernantes.
Me ha gustado ver en imágenes sitios por los que paso todos los días.
Muy interesante la enrada.
Un beso
No conocía este momento revolucionario de la historia de Béjar. En ocasiones el pueblo debe hacerse escuchar y quizá sea este uno de esos momentos. Impresionante la descripción del cronista.
ResponderEliminarPor cierto, que hoy es 26 de septiembre y no 28. ¿Es por algo en concreto que te adelantas dos días en la conmemoración de aquellos hechos?
Un fuerte abrazo, Carmen.
Carmen, que entrada emotiva y gloriosa. Haz realizado un magnifico tributo que me llego mucho. Yo me uno a tu calido recuerdo; honor y gratitud para todos quienes ofrendaron su vida porque los que vinieran atras disfrutaran los beneficios de la libertad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Laura: los sucesos de 1868 en Béjar, con ser tan importantes no tenían todavía ninguna entrada en este blog, así que ya iba siendo hora, ¿no te parece? Y si es un experto el que habla de esos hechos mucho mejor. A veces los discursos caen en el olvido porque las palabras ya sabes que se las lleva la brisa o un huracán.
ResponderEliminarUn besazo
Dissortat: lo he puesto antes, no por despiste, sino porque de esa forma los bejaranos y los que no lo son se van haciendo cargo o refrescando la memoria antes de que el día llegue. Además, como habrás podido comprobar este discurso es de un par de años y probablemente, en días próximos, colgaré el del presente año que todavía no ha sido pronunciado.
ResponderEliminarSaludos
Carolina: lo malo es que en Béjar mucha gente confunde a estos héroes de 1868 con los caídos durante la Guerra Civil. Cuando se colocaron las placas en su honor hubo polémica y a mí me daban ganas de decirles que se pusieran las gafas y se percatasen de la fecha 1868 y no 1936-1939.
ResponderEliminarUn besito
Hola Carmen:
ResponderEliminarDesde que frecuento tu blog, me he dado cuenta de la importancia de Bejar en la historia española en general.
Este episodio revolucionario era desconocido para mi. Este viernes, seguro que en Bejar todos recordarán este gran momento de la historia de la ciudad.
Besos
Que buen tributo a esa gesta.
ResponderEliminarNo conocia nada de esto.
Un abrazo.
Precioso homenaje, madame. El discurso de Antonio Avilés resulta un texto bellísimo y cargado de sensibilidad a la par que didáctico para quienes desconocíamos los pormenores de la jornada en Béjar.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Se necesitan muchos redaños para levantarse contra un ejercito contando con tan precario armamento, poca tropa y no profesional, en fin, con todo en contra.
ResponderEliminarme asombra que dentro de lo que cabe se organizasen de tan buena forma pensando incluso en un hospital de campaña y en los menos favorecidos,.
Queda claro que todo el pueblo se unió en un único clamor a favor de esa libertad formada por todas ellas y tuvo un comportamiento heroico.
Besos.
He entrado conducida por Manolo Casadiego, que me envió el enlace. Cuando conocí Béjar me pareció distinto, más evolucionado que el resto, en su etapa industrial. Esto hace prueba, también, de ello. Bonito homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo y buena noche: PAQUITA
Gran entrada, Carmen. Y de total actualidad.
ResponderEliminarSaludos
"y en favor de los ideales progresistas y democráticos"
ResponderEliminarEn base de esto levantamos cientos de millones de cadáveres en el mundo y no acabamos de encontrar estos ideales. Si todos estos muertos levantasen la cabeza...
Su heroicidad y muerte por estos ideales deberían cuestionarnos cada día.
¿En que país del mundo la gente está contenta de su democracia?
Muy bien documentado como siempre tu post. Gracias por tu trabajo que es impagable.
Bss
Muy hábil usted, doña Carmen. Esperaremos con impaciencia el discurso de este año.
ResponderEliminar¡Un saludo, Carmen!
Un momento de esperanza para muchos españoles que duró poco. Otro ensayo democrático frustrado. Una pena de país.
ResponderEliminarUn saludo.
Magnífico ejemplo de compromiso y no ahuecar el ala del pueblo de Béjar, Carmen. Ejemplo que debiera servir para la actualidad. Un abrazo.
ResponderEliminarTodo un siglo de guerras civiles y España se agotaba sola. Desconocía estos heroicos hechos de Béjar y mucho de sus personajes.
ResponderEliminarSaludos
Manuel: creo que podríamos considerar la Revolución de 1868 en Béjar casi como el más importante, porque la actitud de Béjar fue capital para el triunfo del golpe de estado, aunque bien es verdad que no sabemos qué hubiera pasado si en Alcolea Prim no hubiese ganado la contienda. Me imagino a una Béjar destrozada por los cañones de las tropas realistas...
ResponderEliminarSaludos
Gaucho: el fin de este espacio es precisamente ése, dar a conocer, compartir y tener acceso a esta información histórica.
ResponderEliminarSaludos
Dame Masquée: es el primer artículo que dedicamos en el blog a los sucesos de 1868, que tan importantes fueron para Béjar y el resto de España. Aunque adelanto que no será el último. de aquí vamos a salir expertos en 1868, jejeje
ResponderEliminarBesos
Wendy: los únicos que no se adhirieron a la revolución fueron los fabricantes de paños, los dueños de las fábricas textiles, quienes no veían con buenos ojos la arriesgada apuesta de la población de a pie. Como digo, no sabemos qué hubiera pasado si Prim no hubiese ganado la Batalla del Puente Alcolea. Quizás Béjar hubiera caído bajo las tropas organizadas de la reina, como era previsible.
ResponderEliminarUn besazo
Caminante: rme acuerdo de ti porque te sigo también en facebook, Paquita Caminante. A Manolo, mi paisano, este hecho revolucionario de 1868 es quizá el acontecimiento histórico que más le guste. Pero, y a quién no...
ResponderEliminarSaludos
Xibelius: y, aunque parezca mentira, te diré que no era mi intención porque, como sabrás después de leer la entrada, celebramos la conmemoración de estos hechos mañana. A veces las casualidades asombran.
ResponderEliminarSaludos
Katy: aquellos eran otros tiempos, tiempos en los que cada dos por tres los gobiernos puestos por la reina caían por obra y gracia de los militares, unos en favor de los ideales progresistas y otros por el conservadurismo. Hoy no tenemos ya un rey volublke que hace y deshace a su antojo, ni un estado tambaleante cada dos por tres, aunque sí te diré que tenemos todavía mucho camino que recorrer para encontrar esa verdadera senda democrática utópica que esperamos todos que se lleve a cabo algún día.
ResponderEliminarUn besazo
Dissortat: seguro que el discurso que se pronunciará aquí mañana saldrá en este blog el sábado.
ResponderEliminarSaludos
Cayetano: como profesor sabes perfectamente que el siglo XIX fue un verdadero caos político y el proyecto de Prim al final se acabó saliendo de madre, como casi siempre en aquellos que hay mucho de utópico.
ResponderEliminarSaludos
Paco Hidalgo: esperemos, Paco, esperemos...
ResponderEliminarSaludos
Eduardo: hablando de personajes, dentro de poco conoceremos a uno de los protagonistas de estos hechos en Béjar conmás deteniemiento en este blog...
ResponderEliminarSaludos
A mí los bejaranos no dejan de sorprenderme nunca. Me conmueven mucho estas acciones en defensa de la libertad que protagonizaron nuestros antepasados. Fueron capaces de darlo todo por sus ideas, por sus ideales, por el conjunto de la sociedad. Y me conmueven aún más en estos momentos, cuando el pueblo llano está siendo maltratado de una manera tan cruel. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarTampoco yo conocía estos hechos, y me parece muy justo que se recuerde a aquellos que luchando dejaron la vida por los que creían. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarParece que hablásemos de ahora mismo...Me ha gustado mucho la entrada, Carmen, sobre todo la conclusión, ese reconocimiento de los protagonistas de la intrahistoria, que decía Unamuno.
ResponderEliminarUn beso, guapa
Isabel: es curioso pero ha sido una casualidad que precisamente los hechos de 1868 coincidieran con lo que ha ocurrido ahora en Madrid. Septiembre parece ser un mes de defensa de las libertades...
ResponderEliminarUn beso
Desde la terraza: muchas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo
Alma: 1868 y 2012, fechas para recordar.
ResponderEliminarBesos y guapa lo eres tú
¡Cuántos héroes han perdido sus vidas en nombre de la libertad! Un magnífico documento, Carmen.
ResponderEliminarBesos
Magnifica entrada y, además, de total vigencia.
ResponderEliminarSaludos.
Bonito y merecido homenaje a estos bejaranos que dieron su vida defendiendo sus ideales y luchando para conseguir su libertad contra la tiranía reinante en esos momentos. Una entrada muy bien documentada, Carmen.
ResponderEliminarSaludos.
Francisco: gracias en nombre del autor de este texto, Antonio Avilés.
ResponderEliminarUn beso
Antorelo: gracias y un saludo
ResponderEliminarJesús: el mérito no es mío, sino de Antonio Avilés. Tenía una cuenta pendiente con este blog y con vosotros, pues hasta ahora no había colgado ninguna entrada (y parece mentira) sobre la Revolución de 1868.
ResponderEliminarUn abrazo
Estimada Carmen: Le escribo en relación a la imagen que publica en este post de la puerta de la villa en el año 1868. Estoy realizando un trabajo de investigación sobre la historia de la fotografía de guerra en España y me ha llamado mucho la atención. Parece que es una reproducción de una revista o un libro. Podría indicarme de donde la obtuvo. Si le interesa yo poseo otra otra imagen de estos hechos.
ResponderEliminarUn saludo.
Antonio
anajota@ono.com