Antonio Gutiérrez Turrión
Discurso
PUERTA DE ÁVILA BÉJAR
2009-09-28 17,3h
Excmo. Señor alcalde de Béjar,
representantes públicos, amigos todos.
Es para mí un honor haber sido invitado
a dirigiros unas palabras. Y lo es, sobre todo, por la ocasión que las acoge,
por el sentido del acto que estamos celebrando.
Nos hemos reunido hoy aquí para
conmemorar, creo que es la tercera vez que se realiza en este escenario, un
hecho histórico para esta ciudad. Porque un hecho histórico es, sin duda, que
un nutrido ramillete de ciudadanos, de manera consciente y no azarosa, dieran
por su comunidad lo más valioso de ellos mismos, su propia vida.
Grabado aparecido en La Ilustración Española sobre los sucesos revolucionarios de Béjar
Los hechos históricos deberían ser bien
conocidos y no me parece esencial volver sobre ellos; pero permitidme que anote
al menos que la fecha de 1868 supone para Béjar uno de los hitos más visibles y
nobles de su historia. Hay fuentes diversas en las que beber y conocer los
detalles de todo lo que estos hechos supusieron en el discurrir de la historia
de España y de Béjar en particular. Los hay incluso directos, de alguno de los
que los vivieron y los sufrieron en sus propias carnes y en sus propios
sentimientos. A ellos podemos acudir, aunque se sugiere hacerlo con la
serenidad que da la distancia en el tiempo y el desapasionamiento de los que
quieren reflexionar sobre los hechos con serenidad y firmeza.
Sean cuales sean los antecedentes que
justificaran el levantamiento -y existían muchos para ello, algunos
absolutamente esclarecedores-, lo cierto es que Béjar se proclamó en la
revolución antes de que se levantara Madrid, que los datos apuntan a que fue
una acción colectiva en la que intervino buena parte de la población bejarana,
incluidas muchas mujeres, que no fue hasta un día después de los enfrentamientos
en Béjar cuando se produjo la revolución definitiva en Madrid, que son estos
hechos los que sustentan la concesión a Béjar de los títulos de “Liberal y
Heroica”, y que todo trae como consecuencia la promulgación de una nueva
constitución en España que proclamaba, entre otras cosas, nada menos que el
sufragio universal masculino.
"Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga en 1831", de Antonio Gisbert. Museo del Prado
Para Béjar, además, supone un corte en
su historia particular pues pasa de depender, en casi todas sus variables de
personas y bienes, de los duques para convertirse en ciudad libre y moderna y a
transformar a sus vecinos de siervos (y he medido bien la palabra) en
ciudadanos libres. ¡Menudo hito para la historia de Béjar! Cuando nuestros
historiadores pasen sin temores de la descripción de legajos a la búsqueda de
causas y consecuencias de esos hechos que se describen, nos darán un cuadro
histórico para Béjar realmente sombrío y tenebroso. Solo entonces seremos
conscientes de hasta qué punto nuestros antepasados estuvieron sometidos, y de
qué manera, a la voluntad de la casa ducal y en qué medida sus vidas
transcurrieron lejos de los parámetros elementales de la dignidad y de la
libertad humanas. Algún historiador de nuestro pasado ya se atrevió a
considerar toda la historia de la casa ducal como un período de esclavitud; otros
muchos, de bastante menor consistencia, siguen en la adulación y en la ñoñería.
El tiempo está de nuestra parte y todo lo iremos conociendo. A nadie le puede
extrañar que, con esos antecedentes, Béjar se levantara apasionadamente contra
los privilegios sociales y de clases.
A la cabeza de todas esas gentes figura
la lista de los que entregaron su vida para que todo esto se consiguiera. Son
los que conforman esta lista que se puede leer en nuestra Puerta de Ávila. Pero
tras ellos, como he dicho, está casi toda una ciudad, comprometida con los
mismos ideales. Mi recuerdo, por tanto, será para todos ellos, para los que
hicieron la historia más visible y para los que tejieron también la
intrahistoria, esa que sale menos a la luz pública pero que termina siendo la
más densa y evidente.
Placa de los caídos en los sucesos de 1868. Puerta de Ávila (Béjar). Imagen sacada de Salamancartvaldía
Nosotros llamamos a todas estas personas
héroes de la libertad o mártires de la libertad. Y decimos bien, porque lo son.
Lo son porque ofrecieron sus impulsos, y muchos hasta sus propias vidas, por el
ideal de la libertad y todo lo que esto pudiera suponer.
Yo no tengo derecho a suplantar sus
ideas acerca de lo que para ellos pudiera significar la libertad, pero creo que
sí tengo derecho a imaginar en qué podían pensar cuando entregaban sus
esfuerzos y sus vidas para conseguirla. Y quiero imaginarme con vosotros qué
legado nos han dejado a nosotros, seres del siglo veintiuno, que también amamos
la libertad. Porque los hechos históricos realmente tienen sentido si somos
capaces de trasladarlos al presente, si conseguimos hacernos cargo de qué
podríamos hacer nosotros ahora mismo si nos pusiéramos en su lugar, si sabemos
sacar las enseñanzas oportunas y no nos conformamos con los datos fríos que
solo conducen a ejercicios inútiles de memoria y a mantener en semiolvido los
verdaderos significados de las cosas. Y eso ya deberíamos saber a quién
beneficia siempre.
Esa revolución de 1868, llamada la
Gloriosa, está tejida por levantamientos sobre todo de corte militar. Y por el
camino crecen especies e intereses de todo tipo que aquí y ahora no se van a
detallar. Pero en Béjar el levantamiento fue ante todo popular y afectó a la
forma de pensar de casi toda la colectividad.
Será bueno recordar, por una vez y en
público, que conviene no jugar con las palabras y menos engañar a los
ciudadanos con sus significados. Se ha dicho -y es verdad- que esta revolución
fue una revolución “liberal” y, desde entonces, y ya desde 1808, hay grupos que
se arropan con esta bandera subvirtiendo los valores y acomodando los contextos
históricos a sus conveniencias. De modo que, ojo con el uso de palabras como
libertad, liberal, liberalismo y todas las de su familia. A esta denominación
también nos apuntaríamos muchos si realmente se concretara en los ideales que
tanto en 1808 como en 1868 se defendieron, actualizados, por supuesto, a los
comienzos del siglo veintiuno. Un análisis más calmado y racional nos ofrece
otros resultados bien distintos.
Continuará
Interesante. Así pues habrá que esperar a la siguiente entrega.
ResponderEliminarUn abrazo,
Como todo concepto abstracto es susceptible de interpretaciones diversas, no exentas de subjetividad. Hay quienes se dicen liberales y solo lo son en materia económica. Hoy pongo la tele y sale un que te habla de libertades y de derechos cuando lo que se pretende enmascarar es una ilegalidad.
ResponderEliminarSaludos.
Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
ResponderEliminarHace tiempo que los políticos dederechas se dieron cuenta de la importancia del lenguaje para ganarse adeptos. Términos como liberal o popular (que no populismo que lo usan despectivamente) consideraron que eran palabras que podían atraer a la gente a sus filas. Ahí está nuestra Esperanza Aguirre (por cierto de la que no se sabe nada desde hace mucho) gran defensora del liberalismo así como el nombre del partido gobernante, que a lo largo de su historia siempre fue "popular".
Libertad: Un concepto del que no jactamos saber usar, pero que realmente ni sabemos interpretar...Como dice Cayetano, se interpreta según quien lo usa...
ResponderEliminarComplicado asunto.
Besos Carmen
Un bien muy preciado es el de la vida propia, esos héroes llegaron a sscrificarlas, para lograr un futuro mejor a las generaciones venideras...tanta injusticias no se podía tolerar.
ResponderEliminarBesos
Muy interesante, a falta de el resto de la exposición. Me pregunto qué pasa por la mente de los héroes para anteponer los ideales a la propia vida. Por otro lado, desviando el discurso hacia el momento actual, ¿qué ha sido de la heroicidad de aquellos que se mueven por ideales? Creo muy oportuno leer estos acontecimientos en este presente oscuro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como bien nos dices unas pequeñas partes de la historia hacen el todo y la falta de conocimiento de esas pequeñas partes pueden deformarla.
ResponderEliminarDecirte que en mi blog antes de la entrad de los trajes de Castilla y León puse una sobre los de Salamanca.
Saludos.
Es que la situción en España era complicada, y la revolución vino a tratar de curar las heridas que el país tenía, la reina se fue y se convocaron Cortes Constituyentes. Ahora lo sabemos, pero sirvió de mucho menos de lo que cabría esperar: un nuevo rey, una república fallida…
ResponderEliminarSaludos.
Realmente interesante; quedo a la espera de esa segunda parte.
ResponderEliminarUn beso.
Perfecto el aviso para navegantes, de que utilicemos con propiedad el diccionario. Cuántas veces vemos las palabras progresismo, democracia, liberales, etc, dando título a grupos y acciones que van en dirección opuesta a su digno significado. Un saludo para ti, Carmen, y para el autor.
ResponderEliminarMuy interesante Carmen, de tu mano estamos conociendo la historia de Béjar a la perfección. Gracias.
ResponderEliminarBesos.