*Reproducimos el discurso que este año ha pronunciado el ex alcalde de Béjar, Cipriano González, con motivo del homenaje que anualmente realiza la Agrupación Socialista Bejarana el 28 de septiembre. Esta ocasión era especial, al cumplirse, como sabemos, los 150 años de La Gloriosa. En este blog ya hemos compartido con vosotros varios de estos discursos: José Antonio Sánchez Paso, Antonio Avilés Amat, Ignacio Coll Tellechea, Antonio Gutiérrez Turrión, Carmen Cascón Matas y éste que hoy colgamos.
Desde la Agrupación Socialista Bejarana llevamos mucho tiempo homenajeando a aquellos compatriotas que hace 150 años se organizaron, lucharon, algunos murieron, pero juntos lograron un hito en nuestra historia. La gesta no fue baladí: el 28 de septiembre de 1868 lograron vencer al ejército de Isabel II defendiendo lo que ellos consideraron que era un ideal en sus vidas: la libertad.
Tumba colectiva de los mártires.
Foto: Raúl Hernández
Es verdad que como Antonio Gutiérrez Turrión dijo en este mismo lugar, no es posible trasladar aquellos ideales a la actualidad utilizando las palabras que ellos usaron, hoy, 150 años después, están muchas de ellas ciertamente devaluadas por el abuso que de las mismas se está haciendo.
Pero no es menos cierto que ello no nos ha de impedir rendirle el merecido homenaje año tras año favoreciendo así el mejor conocimiento de unos hechos que deberían servir, creo yo, como referente no solo en el presente sino también en el futuro de nuestra ciudad.
Cartel de las Jornadas Universitarias sobre la Revolución de 1868 en Béjar, únicas que se han celebrado en España sobre el tema este año (autor: José Muñoz Domínguez)
Muchos autores han investigado y publicado sobre ellos, mis palabras son deudoras de sus escritos, especialmente quiero significar a Carmen Cascón que con sus publicaciones ilumina muchas oscuridades y a la Asociación Bejar68 que con su enfoque multidisciplinar está tratando y consiguiendo que estos hechos puedan ser más conocidos y siempre desde la pluralidad y sin dogmatismos, más allá de cualquier chovinismo al que los mismos se podrían prestar y que algunos han intentado aprovecharlo. Gracias a todos ellos.
Pero vayamos a lo que nos interesa.
Les voy a pedir que realicemos un pequeño esfuerzo y hagamos volar nuestra imaginación hacia aquellos años de la segunda mitad del siglo XIX. ¿Qué veríamos? Veríamos a nuestra ciudad encorsetada con su muralla y sus puertas, que ha pasado de 5.000 a 10.000 habitantes en poco más de diez años y ha tenido que buscar espacio fuera de las murallas, extramuros. También veríamos una ciudad pujante aunque coyunturalmente en lo económico en un ciclo decadente como consecuencia de malas cosechas, exceso de impuestos, encarecimiento de los productos básicos y muchas dificultades en el incipiente tejido industrial con el consiguiente cierre de fábricas y talleres. A la vez también veríamos, una ciudad bulliciosa en lo político y en lo social: en 1852 se había puesto en marcha la Escuela de Artes y Oficios de Béjar, se había construido el teatro Cervantes, aparecía el primer periódico bejarano “El Obrero”, se fundaba la Casa de Caridad y se creaban círculos culturales, entre otros el Liceo bejarano, posteriormente Casino Obrero, donde las tertulias políticas vivían momentos efervescentes frente a una taza de café, algo novedoso y por ello excitante.
Veríamos, por tanto, una ciudad viva, comida a problemas, como casi siempre, pero tratando de buscarle soluciones, nunca rendida, nunca indiferente. El profesor Mariano Esteban de Vega lo recoge magistralmente en el volumen II de la Historia de Béjar.
Ofrenda floral en la tumba colectiva de los Mártires por la Libertad. Foto: Enrique Ramón García Periáñez
Tenemos en esas fechas en Béjar, una situación de descontento general por la situación económica y política, además de la presencia de importantes ciudadanos como el filósofo Nicomedes Martín Mateos, los republicanos Domingo Guijo y Vicente Valle, el obrero batanero y republicano Aniano Gómez, el polaco Fronsky nombrado responsable de la defensa de Béjar por la Junta Revolucionaria o el herrero Víctor Gorzo, las tertulias en los Círculos, y también la presencia de ideas renovadoras en el conjunto de España que llegaban a Béjar a través del telégrafo que se había instalado aquí en 1863… La suma de todos estas circunstancias tenía que tener consecuencias para Béjar y claro que las tuvo.
La gente se estaba organizando, no es fácil movilizar a la ciudadanía. En nuestro caso la revolución no fue un acto espontáneo fruto de una actuación desesperada, muy al contrario podemos afirmar que fue el resultado de mucho trabajo, mucho tiempo, muchas personas, mucha inteligencia y una idea clara: para que la movilización tuviera éxito tendría que ser transversal lo que favoreció la participación de gran parte de la sociedad bejarana sin discriminación de clases sociales.
Marcha cívica hasta el cementerio.
Foto: Enrique García Periáñez
Muchas fueron las ciudades y pueblos del estado español donde se organizaron levantamientos en estas mismas fechas y por estas mismas causas, pero sólo en Béjar triunfó. Es la diferencia entre un movimiento militar, Cádiz o Madrid… y el de Béjar un movimiento cívico militar. La clave del éxito estuvo en esta forma de llevar a cabo el proceso y así les fue reconocido.
Abundando en el tema de la organización conviene que recordemos otros hechos que fueron el preámbulo de los del 28 de septiembre, fueron los que ocurrieron a finales de agosto de 1867. Dice de ellos Ignacio Coll que “Los sucesos del 28 de septiembre de 1868 no pueden entenderse sin tener en cuenta lo que pasó antes, el caldo de cultivo en el que se fue fraguando el levantamiento por el que la ciudad se abrió paso en la historia de las libertades”.
Si en Béjar la situación en agosto de 1867 era desastrosa, no lo era menos en España debida entre otras causas a la crisis del crédito y de las materias primas que los sucesivos gobiernos de Isabel II se mostraban incapaces de resolver lo que propiciaba un gran número de conflictos en todo el territorio español que terminaron favoreciendo los intentos de insurrección en muchos pueblos y ciudades.
Placa en el lugar de la desaparecida Puerta de la Villa con los nombres de los bejaranos caídos
Eso explicaría que en Béjar se viviera ese ambiente prerrevolucionario. Uno de los líderes Domingo Guijo celebró una reunión pública para seguir los pasos de otras ciudades. En esta ocasión una serie de hechos lamentables, imprevistos, determinaron el que los guardias detuvieran a algunos de los participantes lo que encrespó los ánimos y propició el que se organizara de forma rápida la liberación de los detenidos y para ello decidieron atacar el palacio, tomarlo y liberarlos. Fue el día 27 de agosto. Las autoridades militares reaccionaron de inmediato y mandaron un destacamento para normalizar la situación, lo que lograron el 28 de agosto. Pero el 29 los revolucionarios bejaranos volvieron al ataque y asaltaron de nuevo el palacio y con él tomaron el poder en la ciudad. Este triunfo –provisional- quedó registrado dándole el nombre de ese día a una calle en la Antigua: calle "29 de agosto”. El día 30 un gran contingente militar se presentó en Béjar para reducir a los revolucionarios. Tras arduas negociaciones se consigue que la situación se normalice y que no haya más derramamiento de sangre. Los sublevados abandonan y el ejército toma de nuevo el control de la ciudad. Habían perdido, sí, pero habían aprendido la lección.
La oportunidad se presentaría en septiembre de 1868. Los hechos de aquellos días todos los conocéis, los militares seguían en el palacio ducal desde el 30 de agosto del año anterior. El lunes 21 de septiembre de 1868 en Cádiz se subleva la Marina, los militares acantonados en Béjar reciben orden de partir hacia Valladolid. Esta circunstancia es aprovechada el martes 22 sublevándose la ciudad y constituyendo la Junta Revolucionaria. Ante estos hechos los militares reciben orden de regresar y al grupo que se iba se les une dos contingentes venidos desde Salamanca y Madrid. Todos ellos están a las órdenes del brigadier Nanneti. Los bandos serían unos 300 hombres jóvenes en Béjar frente a unos 1.500 militares. Cada uno juega sus bazas, los de dentro levantan barricadas, construyen los cañones, organizan el hospital y el avituallamiento, los de fuera guardan silencio terrible y amenazador y se preparan para la toma de la ciudad.
Réplica de los cañones de Víctor Gorzo
Gracias al fotógrafo Juan Cambón todos tenemos en nuestra retina la fotografía donde se observa la ciudad amurallada con un puerta magnífica en este mismo lugar en el que nos encontramos, una foto que recoge las barricadas que taponaban la puerta de acceso a la ciudad y sobresaliendo el cañón de Víctor Gorzo. Puerta que como le gusta decir a José Antonio Sánchez Paso desapareció unos años después en aras de la modernidad. Fuera de allí, hacia el este, todo era extramuros, la Alameda donde se celebraban las ferias y la calle “Bajada del Río” con viviendas a los lados.
Las negociaciones para su rendición fueron infructuosas y el brigadier preparó el ataque. Con todos sus soldados y sus cañones no fueron capaces de sobrepasar la Puerta de Ávila. No les quedó otra que replegarse cometiendo en su retirada las mayores villanías en quienes estaban indefensos. La idea era asustar a la población antes de reiniciar el acoso el día siguiente. Pero no hubo lugar. La derrota del ejército realista en la Batalla del Puente de Alcolea en Córdoba obligó a cambiar los planes, los militares se retiraron definitivamente. Béjar había triunfado. El 29 de septiembre la revolución lo hace en Madrid y el 30 la reina tiene que abandonar España. La septembrina había triunfado pero esa ya es otra historia.
Estudiantes y profesores del IES Ramón Olleros de Béjar recreando los hechos de 1868 este año
La gesta había concluido, era hora de contar las víctimas, reparar los daños, dar sepultura a los mártires y recomponer la ciudad. Pero también era hora de iniciar los homenajes a todo un pueblo.
Me gustaría dedicar este homenaje en nombre de la Agrupación Socialista Bejarana a los ciudadanos y ciudadanas de aquella década que fueron actores reales de la vida local, mujeres, hombres, obreros, comerciantes, industriales… que demostraron que las dificultades se vencen con organización, que esta tiene que ser transversal y participativa, que todos somos importantes en un proceso tan difícil y doloroso. La mayor lacra en la vida de los pueblos es la indiferencia. Hoy, aunque la situación de nuestra ciudad no es muy boyante no estamos como hace 150 años, pero no estaría de más que aprovecháramos el aniversario de aquellos hechos para aprender de los mismos. No hubo ninguna ciudad en España en el que el movimiento cívico militar triunfase, excepto en Béjar. Todos coinciden en que el éxito fue debido a que desde dentro no hubo reacción social en contra, se actuó al compás que marcaba la Junta Revolucionaria y ello fue reconocido en el decreto del Ministerio de la Gobernación de 18 de noviembre de 1868 concediendo a la Béjar los títulos de “Liberal y Heroica”.
Icono de la Asociación Béjar 68
He querido darle a esta breve intervención un marcado carácter coral, he huido de enfatizar en los protagonistas para resaltar la actuación colectiva. No es que no fueran importantes los líderes, que lo fueron, es que normalmente al pueblo llano no se le reconocen sus méritos.
Para finalizar, hoy que tanto nos quejamos y, tal vez, con razón, deberíamos escuchar lo que en 1881 decía otro bejarano importante, el profesor don Juan García Nieto en un discurso memorable recogido en el Centenario de la Cámara de Comercio de Béjar en 1986 decía así: “Preguntarse acerca del porvenir de la industria lanera es inútil pues ninguna escapa a los esfuerzos de nuestra voluntad. No alimentéis, no, esperanzas mesiánicas, no busquéis redenciones inverosímiles ni auxilios exteriores para exterminar la funesta crisis que atraviesa nuestra industria y nuestra ciudad. El remedio está en vosotros, en vuestra iniciativa, en vuestra unión, en vuestra voluntad. Los pueblos, como los individuos, son hijos de sus esfuerzos y de sus obras”.
Que el sacrificio de nuestros antepasados en aquel lejano, pero hoy recordado 28 de septiembre de 1868, no haya sido inútil para el conjunto de nuestra ciudad.
Muchas gracias.
Béjar, Puerta de Ávila, 19.00 del día 28 de septiembre de 2018
Cipriano González Hernández
Situaciones desesperadas, hacen que se levante todo un pueblo. Espero que en nuestros días, los políticos de turno sepan legislar justamente para que no se produzca ningún levantamiento. Laa justicia es la mejor forma de evitarlos.
ResponderEliminarBesos
Excelente visión histórica y algo más. Puntos para Carmen y el blog. Desde Chile, Jorge Zúñiga Rodríguez.
ResponderEliminarOtra perspectiva acerca del mismo acontecimiento histórico -ni mejor ni peor- que aporta rasgos, características y detalles que complementan la información de los trabajos publicados anteriormente en este blog.
ResponderEliminarMi enhorabuena a Carmen Cascón y a los participantes en esta especie de "maratón" o tema monográfico acerca de un hecho relevante y trascendental tanto para Béjar como para el resto del país.
Bueno, todo parece indicar que aquel Béjar del siglo XIX tenía más garra como ciudad que la del actual siglo XXI.
ResponderEliminarUn abrazo,
Bien documentado e interesante el texto. Y didáctico, ya que en general no son efemérides que hayan tenido una buena repercusión fuera de su círculo. La idea de recrear una cierta escenografía de la época junto a las Jornadas culturales siempre es positiva, sirve para despertar el interés por el factor humano de unos hechos que tanto significaron en su momento. Saludos, Carmen.
ResponderEliminarEs interesante conmemorar este tipo de acontecimientos con festejos, ceremonias y recordando a los que lucharon por una buena causa
ResponderEliminarBesos
Interesante. Un visión sobre cómo lo vieron los acontecimientos la gente de a pie y cómo lo vivieron
ResponderEliminarBesos Carmen
Gran relato de aquello que sucedió hace 150 años y ahora no recuerdo bien pero seguro que ni se estudio ni estudia en la gran historia al suceder en una ciudad pequeña.
ResponderEliminarSaludos.
·.
ResponderEliminarCuanto más te leo sobre Béjar, más me admira la ciudad y tu trabajo.
Felicidades una vez más.
Un abrazo
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LMA · & · CR
Hoy en día, es difícil unir a tantas personas por un mismo fin.
ResponderEliminarY enhorabuena, por esas palabras de reconocimiento que se te hacen en el discurso. Por algo será?
Un saludo.