Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 4.851 (17/07/2020).
Corre el año 1789 y Francia vive los prolegómenos de una revolución que marcaría el devenir de la historia de Europa y aún de América. Mientras las turbas parisinas pueblan las calles augurando lo que estaba por venir, Béjar no permanece en calma, como si un espíritu levantisco se hubiera extendido por doquier. El edificio consistorial bulle de individuos procedentes de los confines de la Villa y Tierra. El olor a sudor y a cuero campea en el salón de reuniones en aquel pleno extraordinario de 13 de marzo[1] (faltaba un mes para el asalto a La Bastilla) en el que se dan cita los sexmeros convocados por el duque de Béjar por un motivo inusitado: las protestas contra un alcalde mayor ausente, en este caso José Verdes Montenegro. Varios pleitos contra él están abiertos y su persona concita tanto parabienes como exabruptos. Su carrera futura pende de un hilo y su principal bienhechor, el señor duque, no está dispuesto a que el buen hacer de su delfín quede puesto en entredicho de aquí en adelante.
Toma de la Bastilla
Pero, adentrémonos en los escasos datos que manejamos del personaje, protagonista de este artículo, a fin de conocerle con detalle. José, natural de Segura de León (1741), había estudiado leyes en la Universidad de Sevilla[2]. Le restaba un año para concluir sus estudios en 1771 cuando marcha a la Villa y Corte para presentarse a los exámenes de abogado que convocaba el Consejo. La decisión la había tomado de manera arriesgada y sin otra opción, obligado como estaba por su situación personal al tener que mantener a una madre viuda y a tres hermanas huérfanas. A sabiendas de que no podía presentarse a puesto alguno sin haber terminado sus estudios de bachiller bajo pena de cárcel, inhabilitación de sus estudios y cuantiosa multa, se arriesga y es descubierto en el momento de solicitar desde el Consejo examinador razón de los estudiantes a su correspondiente Universidad. A Verdes Montenegro sólo le resta pedir perdón de sus actos enviando una carta a la institución aduciendo sus problemas personales, su mala salud y una escasa hacienda. De manera inaudita elude el peligro y regresa al año siguiente con el mismo objeto, explicando que su actitud del pasado año respondía a “ligereza de muchacho” según sus propias palabras.
Armas de los Verdes Montenegro. Wikipedia
Sabemos que provenía de linaje principal con raíces gallegas, concretamente de Cospetio (Lugo). Su familia se había vinculado a la Casa de Benavente, habiendo entre sus miembros caballeros de la Orden de Santiago y Calatrava, corregidores, abades de monasterios, canónigos, miembros del Consejo de Indias y de Hacienda[3]. José casó con Isabel de la Vega Rangel, de linaje noble pues su bisabuelo había sido corregidor de Ciudad Rodrigo y teniente general del ejército. De su descendencia hablaremos al final de este estudio.
En 1780[4], y olvidado este borrón en su historial, el duque de Osuna, de Benavente y Béjar por matrimonio, Pedro Téllez-Girón, marido de M.ª Josefa Pimentel, legítima propietaria del ducado, le nombra alcalde mayor o corregidor de Béjar. Sus competencias se centraban en la administración de justicia en el señorío con un mandato limitado a tres años. El 19 de julio de 1784 cuando el plazo de su gobierno estaba a punto de expirar, y a petición ducal, el rey Carlos III[5] expide una real cédula para que Verdes Montenegro amplíe su estancia en Béjar “para que el Pueblo logre las felicidades que se prometen por su desinterés, juiciosa conducta y que no podrá otro concluir las obras públicas y otros negocios pendientes con tantas ventajas ni mayor celo”. Con esta medida se contravenían las leyes y pragmáticas de Castilla y las ordenanzas del señorío bejarano de que nadie pudiera acaparar funciones consistoriales más allá de tres años. El mandato real cayó como un jarro de agua fría entre los miembros de la Real Fábrica de Paños de Béjar, que ya habían mostrado su malestar por las injerencias de Verdes en ella.
Pedro Téllez-Girón, duque de Osuna por derecho propio, y de Béjar y Benavente por matrimonio. Retrato de Francisco de Goya.
La animadversión contra Verdes Montenegro fue aumentando durante los años siguientes y llegó a su punto álgido en el momento en el que el duque consigue otro permiso real para alargar aún más su corregimiento hasta 1789, en que es nombrado corregidor de la villa de Hinojera. Se despidió “de la jurisdicion que regentaba y la pasaba al Theniente, despidiéndose con la urbanidad correspondiente de esta Villa y su Ayuntamiento, en cuia vista los Sres. del Reximiento dieron las grazias a su merçed por el exmero, exactitud y zelo con que ha regentado su empleo[6]”. Le sustituye Telesforo Mexide y Vega, abogado de los Reales Consejos.
¿Qué había motivado esa situación de animadversión contra él, máxime si ya había abandonado su jurisdicción?
Continuará
[1] Archivo Histórico Municipal de Béjar (AHMB). Libro de actas sesiones del consistorio de 1789. Pleno extraordinario de 13 de marzo,
[2] Este y los siguientes datos sobre la biografía de José verdes Montenegro pueden encontrarse en Archivo Histórico Nacional, CONSEJOS, 12133, Exp.39.
[3] Muchos datos personales sobre Verdes Montenegro, no relativos a Béjar, proceden de esta página web http://www.verdesmontenegro.es/2016/05/los-verdes-montenegro.html
[4] AHMB. Libro de actas de sesiones del Consistorio de 1780.
[5] Archivo Histórico de la Nobleza, OSUNA, C.264, D.15. Cédula real de Carlos III, Rey de España, por la cual concede licencia a favor de [Pedro de Alcántara Téllez-Girón, IX duque de Osuna, (XIII)] duque de Béjar, para que pueda reelegir y nombrar a José Verdes Montenegro y continúe sirviendo en la alcaldía mayor de la villa de Béjar (Salamanca). El documento fue enviado a Béjar y transcrita íntegramente. En la actualidad forma parte de las actas de plenos consistoriales de 1784.
[6] AHMB. Libro de actas de sesiones del consistorio de 1789.
Muy interesante la actitud de este atrevido personaje que sin titulación alguna llegó a ser alcalde mayor de Béjar... Tuvo al menos el detalle de excusarse con ese "cosas de muchachos"... en los políticos de la España actual se siguen dando muchos casos de títulos universitarios de carreras, y otros oficiales, falsos. Ya sabemos de donde les puede venir... en fin, cosas también de muchachos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Nos dejas con las ganas de conocer aquello por lo que tras haber dejado el cargo no dejo buen recuerdo.
ResponderEliminarSaludos.
Como dice nuestro refranero. Arrepentidos los quiere Dios, eso en cuanto a su arrepentimiento espontáneo, pero la verdad que fue un privilegiado y con buenos padrinos...
ResponderEliminar-Deseando saber más acerca de este privilegiado...
Un abrazo y un tranquilo martes estimada ,Carmen