Autor: Óscar Rivadenyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, 18/07/2014, nº 4.707, p. 4.
Terminábamos el último de nuestros artículos hablando de la relación entre los nietos de Luisa Rodríguez Yagüe (familia, como decíamos, de embajadores, intelectuales, artistas y científicos) separados necesariamente por el desdoblamiento del país en las “dos Españas”, pero unidos en tales adversidades bélicas y pos-bélicas por los inquebrantables lazos de la sangre.
El hijo díscolo, ideológicamente hablando, de doña Luisa, fue Ruperto Sánchez Rodríguez, bejarano de nacimiento que hizo sus estudios medios en Barcelona y universitarios en Salamanca, trasladándose a Madrid donde logró notoriedad como médico tocólogo. Su carácter izquierdista contrastaba con el resto de la familia, muy conservadora y pía, y sería heredado por sus hijos, los Sánchez Arcas, donde destacaban Manuel (ya mencionado), Ruperto (gran médico y escritor al que también hemos hecho referencia) junto con Asunción y María Luisa.
Ruperto Sánchez Rodríguez. Foto sacada de Archivo Fotográfico y Documental de Béjar.
Hagamos mención de esta última, creemos que también médico, que nos va a dar la pauta de la relación de estos hermanos con parte de la comunidad científica más destacada del momento, vinculada a la Generación del 27 y, como esta, en buena medida diezmada por el trauma de la Guerra Civil. María Luisa Sánchez Arcas era naturalista y alpinista, deporte de las élites en aquel inicio del siglo XX que practicaba con frecuencia en la sierra de Guadarrama. En ese ámbito conoció a Juan Madinaveitia Tabuyo, integrante de una prestigiosa familia de médicos también de marcada ideología izquierdista. Ambos contraerían matrimonio en 1919: matrimonio civil y no católico, debido al laicismo de ambos que, según testimonio oral, provocaría escándalo notable en la sociedad bejarana del momento. La pareja veraneaba con frecuencia en Béjar, en una de las casas y colonias de la subida al Castañar (tal vez en la Colonia Castrillón), pero tras un robo en ese lugar decidieron residir, en sus siguientes estancias estivales, en la hermosa vivienda que la familia Gosálvez tenía en plena Corredera.
Ernest Hemingway
Los Madinaveitia habían conocido al afamado escritor norteamericano Ernest Hemingway en 1937 durante el asedio de Madrid en la guerra, tal vez por mediación de Manuel Sánchez Arcas que gestionaba aquellos meses la entrada en España de periodistas y escritores como Malraux, Cappa, y el propio Hemingway. La relación entre el matrimonio y el autor de Por quién doblan las campanas debió ser muy estrecha desde ese momento pues Madinaveitia se convertiría en su médico y gran amigo cuando, pasados los primeros y terribles años de la posguerra, Ernest regresó a España.
Juan Madinaveitia y Tabuyo
Imagen sacada de aquí
Él fue quien le diagnosticó en 1956 los altísimos niveles de colesterol y presión arterial, poniendo al escritor en una estricta dieta que le prohibía el alcohol, las mujeres y los viajes. Huelga decir que Hemingway no renunció a sus aficiones favoritas pese a la insistencia de su fiel amigo español. Ignoramos si esta estrecha relación tuvo algo que ver con las varias visitas que el escritor norteamericano realizó a Béjar, la más conocida sin duda la que tuvo lugar a principios de septiembre de 1959, rematando su taurino y literario “verano peligroso” . Pero nos tienta pensar que alguna de las otras las hiciera de mano del docto matrimonio de médicos.
Vicente Aparicio Olleros, según dibujo de Óscar Rivadeneyra
Por último, y como de embajadores bejaranos se ha tratado, no podemos dejar de recordar dos nombres sin cuya mención sería incompleta esta serie de artículos. Me refiero a Vicente Aparicio Olleros y a José Luis Tapia Vicente.
El primero de ellos nació en Béjar en 1906 y falleció en Hamburgo en 1967. Durante su carrera diplomática, iniciada en 1931, ocupó distintos cargos de ministro plenipotenciario y de cónsul en capitales como en Manila (1948), y Nueva Orleáns y Lousiana entre 1954 y 1957. Como le sucediera a muchos otros fue cesado al inicio de la Guerra Civil por el gobierno republicano que pretendía depurar a un estamento, el diplomático, que consideraba como el último reducto monárquico.
El actual cónsul en Pau, el bejarano José Luis Tapia Vicente, con Antonio Banderas. Foto sacada de Béjar FM.
Y para finalizar, José Luis Tapia Vicente (vinculado por lazos familiares con el editor de Béjar en Madrid), nacido en Béjar 1948, sigue hoy en día ejerciendo su labor que desde hace décadas ha desarrollado en brillante hoja de servicios. Ha ocupado, como puestos más relevantes, el de embajador en Libia en 2000, y cónsul en La Habana en 2004 y en Pau en 2007.
Muy interesante y cercano Carmen gracias a Oscar por escribirlo y a ti por compartir lo mejor de Béjar. Buena semana.
ResponderEliminarY ati por seguirnos y leernos, Leonor. Un beso
EliminarLa verdad sea dicha, por más que lo intento no me imagino a Ernest Hemingway siguiendo los consejos de su amigo y doctor sobre aquello de seguir dieta, no beber, no viajar y abstenerse de mujeres.
ResponderEliminarUn abrazo,
Está claro que el escritor norteamericano apreciaría a Madinaveitia como amigo, pero como médico me parece que no seguía los consejos de él ni de nadie. Carpe diem.
EliminarUn saludo
Hemingway no habría cambiado su estilo de vida por mucho que le lo hubiese recomendado el Dr Madinaveitia aunque finalmente no fue la hipertensión ni el exceso de colesterol lo que acabaría con su vida. Un relato muy interesante.
ResponderEliminarSaludos Carmen
Cada uno elige su destino, pernsaría, y la vida si no se vive es mejor acabar con ella. Estos pensamientos y otros por estilo defendería Hemingway para explicar su triste final. Un escritor, un genio.
EliminarSaludos
Datos interesantes de la vida de Ernest Heminngway que me eran completamente desconocidos...me imagino la poca gracia que le debió hacer las recomendaciones del médico.
ResponderEliminarBesos
Ninguna gracia, Ventana de Foto, porque de hecho no les dio la más mínima importancia.
EliminarBesos
Que maravilla de artículos me ha encantado :nunca mejor dicho que más vale tarde que nunca.
ResponderEliminarTodos ellos han paseado el nombre de Béjar y han dejado su listón muy alto.y esto sigue...con el actual cónsul en Pau.
Muchas gracias Carmen por compartir estas entradas.
Béjar ha tenido y tiene personalidades interesantes entre sus paisanos y es un placer para mí darlos a conocer. Pero este blog no sería posible sin gente como tú que tuviera la paciencia de leer las entradas y de hacer comentarios.
EliminarMuchas gracia spor ello.
Un beso
...un abrazo enorme:)
ResponderEliminarOtro para ti
EliminarComo siempre Carmen muy interesante las historias de Béjar.
ResponderEliminarHemingway poco caso hizo de los buenos consejos médicos, mejor vivir bien ya que de todas formas hay que morir.
Un abrazo.
Esa era su filosofía de vida. Como diríamos popularmente que me quiten lo bailao, ¿no? En esto se parecía, y perdonad la frivolidad, a esa famosa señora que se murió la semana pasada y que ha puesto en su epitafio: "vivió como sintió".
EliminarBesos
Interesante relato de la historia contando con el afamado Hemingway a quien admiro mucho por su exitosa carrera literaria.
ResponderEliminarMe lo imagino con demasiada personalidad, no conocía tanto de él y sus pasos por aquellas tierras, pero sí de la guerra.
Un besito
Gracias por compartir tantos conocimientos enriquecedores.
Es que Béjar no se privó de su presencia. Ya lo contaremos en otra entrada, pero Hemingway dijo de Béjar que "era la ciudad más horrible en la que había estado". Y se quedó tan ancho. ¿Y sabes por qué? Porque no salió a verla. Se quedó en su hotel acompañado de su sempiterno vaso de alcohol.
EliminarBesos
Cómo iba a dejar Hemingway el alcohol y las mujeres si fue incapaz de abandonar la literatura, los toros y lo que era más peligroso: su participación en la guerra civil española como brigadista internacional. Lo suyo era apostar por el riesgo y hacer de la vida una aventura permanente.
ResponderEliminarUn saludo.
Sabia forma de vida, Cayetano. Quién pudiera seguir su ritmo sin importarle lo más mínimo lo que le dijeran los demás, incluído su médico.
EliminarSaludos
Me pasa como a Miguel y a Cayetano y supongo que a cualquiera, no me imagino a Hemingway haciendo dieta, dejando el alcohol y el lado salvaje... Lo de las mujere lo creo más porque me las imagino dejándole a él :)
ResponderEliminarUn beso, Carmen
El escritor americano era en si mismo su obra y la imagen que él mismo había vendido a lso demás y que se correspondía con su propia imagen. En este caso el marketing lo había dejado a un lado y se había creado un personaje de si mismo no inventado, sino completamente real.
EliminarBesos
Vaya, en algunas familias los hijos díscolos y ovejas negras parece que no están nada mal. En cuanto a esas visitas de Hemingway a Béjar, seguramente darán para otro buen artículo. Tal vez más adelante, madame?
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Claro que sí, madame. Mi buen amigo José Antonio Sánchez Paso tiene uno muy bueno que seguro no tendrá inconveniente en dejarme, aunque le advierto que la conclusión le va a sorprender.
EliminarUn beso
¡Los bejaranos no dejáis de asombrarme nunca! Saludos cordiales.
ResponderEliminarCuánto tiempo sin saber de ti en estos medios digitales, Isabel. espero que todo te vaya bien.
EliminarUn beso
Hola Carmen: Cuando uno tiene un paciente como Hemingway, la idea es darle la vuelta, para que él mismo entienda que se debe dejar llevar por las recomendaciones...Si intentas imponerlas, pues...sucede llo que sucede.
ResponderEliminarclaro que los hay rebeldes y él lo era.
Besos
Como médico sabrás perfectamente lo difícil que era Hemingway como médico y de la delicada posición de Madinaveitia, galeno y amigo al mismo tiempo. ¿Crees que cuando se tiene un amigo médico y éste te recomienda algún tratamiento le haces menos caso por ello o al contrario?
EliminarUn beso, doc
Muy documentado, como siempre.
ResponderEliminarYo lo que necesito es un médico no tocólogo, sino oftalmólogo, que me diera mejores noticias.
manolo
A ver si tus problemas poco a poco van pasadon, querido Manolo.
EliminarUn abrazo y ánimo
Una buena familia bejarana por el mundo, que aún siguen siguen representando a béjar
ResponderEliminarMe cautivó la historia de Jordan y Maria en Por quién doblan las campanas;)) que jovencito Hemingway en esa foto.
Un beso.
Excelente Oscar.
Un beso
Una de sus mejores novelas a mi humilde entender, entre otras cosas porque se sitúa la acción muy cerquita de aquí, en la Sierra de Gredos y todo nos parece algo familiar, ¿verdad?
EliminarUn besazo
Como apunta Ambar, los problemas de don Ernesto fueron otros, pero bien hubiera hecho en seguir, parcialmente, los consejos de su médico bejarano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Más le hubiese valido, aunque, viendo cómo murió, eso era lo menos, la verdad.
EliminarSaludos
No me extraña que Hemingway visitara esta preciosidad de Villa.
ResponderEliminarPersonalidades diplomáticas y cientificas que han dejado su huella en España y, por supuesto, en su villa natal, Béjar.
Como siempre un gran documento sobre la historia de las personas que habitaron y nacieron en este hermoso paraje.
Abrazos y Besines.
No nos podemos quejar de personajes ilustres, aunque sí de la memoria (o falta de ella) de sus paisanos en la actualidad. Habrá que ir paliando esa falta de reconocimiento.
EliminarUn abrazo
Un placer haber leido la 4ª parte de tu historia, que ha sido muy interesante, igual que las tres primeras. ¡¡Grandes hombres ha dado Béjar al mundo. Gracias por compartir y espero que las próximas entradas sean igual de interesantes.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen.
Eso intentamos, Conchi, y con comentarios como el que nos dejas nos animas a seguir adelante con nuestras pequeñas historias sobre Béjar y los pueblos y ciudades de su entorno,
ResponderEliminarAbrazos
Gran final para una serie muy completa, Carmen. Ha sido un placer seguir las ramificaciones diplomáticas de la familia hasta llegar a nuestros días.
ResponderEliminarSaludos
Y un placer para mí compartir el excelente trabajo de investigación de Óscar.
EliminarUn saludo
Desde luego sería un escándalo para el Béjar de la época saber que una de los miembros de una destacada (y cristiana) familia bejarana se encontraba casada por lo civil exclusivamente.
ResponderEliminarEn cuanto a Hemingway, no me extraña que no hiciese caso de los sensatos consejos del dr. Madinaveitia; genio y figura....
Abrazos, Carmen!!!
Tienes mucha razón, Enrique. La rígida moral cristiana y católica campaba entre los miembros de la burguesía bejarana, aunque no tanto entre los trabajadores textiles. De todas fromas hay que decir que, como bien ha demostrado Óscar, entre las poderosas familias de los fabricantes bejaranos también se producían fisuras de carácter político.
EliminarUn abrazo
La afición a las excursiones por la Sierra de Guadarrama era muy característica de los pertenecientes a la Institución Libre de Enseñanza, de ideas reformadoras y avanzadas, como se decía en la época.
ResponderEliminarSaludos.
De nuevo por tu casa, disfrutando de tus cosillas.
ResponderEliminarSaludos.
Después de representarnos en destinos tan dispares, su puesto actual en Pau debe ser un remanso para el señor cónsul.
ResponderEliminarVaya vida tan movida la de esta saga, sobre todo teniendo en cuenta que en muchas de esas épocas el sólo cruzar a Francia ya era una odisea para nosotros. Interesantes episodios.
Saludos a los dos.