18 de octubre de 2024

Trabajadoras de la industria y Obreras de la aguja (3ª parte y final)

Autora: Teresa López Hernández

 Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2022, pp. 50-53.

         La fundación de Sindicatos de la Aguja ha potenció las demandas de este colectivo de trabajadoras: - implantación de jornada de nueve horas - supresión de las velas - observancia rigurosa del descanso dominical -efectividad de las multas que propongan los Inspectores de Trabajo.  Al mismo tiempo se instaba al Instituto de Reformas Sociales a formular un proyecto de Ley sobre el trabajo en talleres colectivos y a domicilio que aseguraran sus derechos.

 José González Castro, médico, inspector de trabajo, 

escritor  y autor del informe que se analiza en estos artículos


       Muchas de estas reclamaciones solo requerían hacer efectivos los preceptos legales existentes y otras exigían la promulgación de nuevas leyes. El Instituto se encargaría de redactar un proyecto de Ley sobre Jornada y salario en el trabajo femenino de la aguja[1].

       Todas estas condiciones causaban agotamiento moral y físico. El permanecer de pie durante largos períodos de tiempo o encadenadas a la máquina de coser, junto a la ejecución del trabajo en medios insalubres o poco higiénicos, tendrán repercusión en las generaciones futuras porque muchos hijos se malograban o si lograban sobrevivir lo hacían en condiciones difíciles y con gran mortandad infantil[2].

 Trabajadoras de la Aguja en Cataluña. Fotos sacada de aquí

       Estas consecuencias se pueden evitar adoptando ciertas medidas:

     1. Los abortos y partos prematuros se pueden reducir no sólo con la Ley de la “silla”, también con la aplicación de pequeños motores a las máquinas de coser para reducir el esfuerzo, y pagando el descanso maternal. Para garantizar este pago se crearán Cajas de Maternidad, subvencionadas por el Estado, pero a costa principalmente de la industria, que permitirá a las obreras recibir integro su jornal y un donativo el día del parto.

      2. La gran mortandad infantil, que en las clases obreras es del 50 por ciento antes de los cinco años, se evitaría en gran parte con una acción social aplicable a todas las mujeres independientemente de su religión, conducta o estado civil; extendiéndola durante toda la lactancia mediante instituciones como la Gota de Leche, Comedor para madres, etc.

      3. Como medidas de salud pública son necesarias la construcción de fábricas y talleres atendiendo a principios científicos y teniendo en cuenta el número de obreras, así como educar a las obreras en el cuidado de las instalaciones y cumplimiento de las normas de higiene, uniendo a ello la construcción de casas baratas que reúnan unas mínimas condiciones de salubridad.

     4. Se debería establecer una jornada máxima. No es rentable, como se cree, prolongarla en el domicilio después de ocho horas en el taller, pues la fatiga lleva al desgaste prematuro, la ruina física y la muerte[3].

      5. Habría que fijar un salario mínimo proporcional al trabajo. El sexo del obrero no debería influir en su remuneración. No se entiende que a un trabajador encargado de un telar mecánico se le pague por diez horas y media 3,75 pesetas y la mujer encargada de dos telares cobre 1, 25 pesetas.

       Es imprescindible que se adopten otras series de medidas proteccionistas por parte del Estado, la colectividad y el individuo para aunar acciones.

 Foto de aquí

a)      Corresponde al Estado:

1.- Reforzar la Inspección de Trabajo, completando el personal del cuerpo y dotándolo de mayores atribuciones de las que poseen, exigiéndoles responsabilidad por el uso de aquellas, y sustrayendo el conocimiento de las infracciones legales de la Junta de Reformas Sociales.

2.- Debe legislarse en el sentido de limitar la jornada de la mujer a 10 horas.

3.- Procede reglamentar el trabajo a domicilio, de manera que la Inspección pueda intervenir los talleres.

4.- La Inspección de trabajo debería publicar periódicamente en la prensa, lo que pagan los patronos a sus obreros por la confección de ciertos artículos y el precio a que lo venden al público.

5.- Todo objeto fabricado en un taller doméstico debe llevar un sello o marca que indique su procedencia, castigando duramente la falta de este requisito.

b) Acción que corresponde a las colectividades:

       El establecimiento de Ligas de Compradores ha demostrado ya su eficacia en varios países como Estado Unidos o Francia. En España hay Ligas en varias ciudades, pero las que mejor funcionan son las de Madrid y Barcelona. 

       Se crea una Lista Blanca donde figuran todos los empleadores que cumplan con sus empleados los requisitos exigidos por la Liga, y los compradores se comprometen a no comprar en los establecimientos que no figuren en ella. Para los productos adheridos a la Lista Blanca se establecerá una marca o Label, y si los compradores sólo compran estos productos, los fabricantes tendrán que adherirse a ellas.

       Por su parte, dentro de las colectividades se fundarían sindicatos que, sin competir entre ellos, fijen condiciones y den garantías al patrono de estabilidad y cumplimiento de lo pactado.

 Foto de aquí

C) Acción que corresponde al individuo

       Los individuos deber ser conscientes de que comprar objetos sólo mirando su baratura perpetua la mala situación de las obreras, teniendo en cuenta que al realizarse en talleres domésticos insalubre y antihigiénicos son portadores de gérmenes y transmiten enfermedades.

         La solidaridad y caridad no deben ser sólo puntuales y ocuparse de enfermos, pobres…. hay que ir más lejos y poner la mirada en ejecutar medios que eviten la caída de los proletarios[4].

        A las obreras habría que concienciarlas, mediante conferencias, cursillos, folletos, cine, sobre las medidas que eviten las enfermedades y su propagación.

      Añade como reflexión final: “En todas partes surgen luchas cruentas, huelgas, peticiones de aumento de salario, etc. Lo que no se advierte en movimiento alguno del proletariado son medidas de higiene pública que salve sus vidas, inmoladas imbécilmente a la ignorancia y al desdén más criminal”[5].

 


[1] GONZÁLEZ CASTRO, José (1921): La obrera de la Aguja. Contribución al estudio de la higiene y mejoramiento social de la misma. Madrid. Instituto de Reformas Sociales, pp. 3-8.

[2] GONZÁLEZ CASTRO, José: El trabajo de la mujer en la industria. op.cit., pp. 23-24

[3] GONZÁLEZ CASTRO, José: La obrera de la Aguja. op. cit., pp.10-15.

[4] GONZÁLEZ CASTRO, José: El trabajo de la mujer en la industria. op.cit., pp. 25-31.

[5] GONZÁLEZ CASTRO, José: La obrera de la Aguja. op. cit., pp.17-18.

5 comentarios:

  1. Increíble la de años que hace que que se inicia esta lucha obrera por la mejora de condiciones laborales, y aunque hayamos avanzado bastante, pero muy lentamente; choca ver que todavía seguimos con esas diferencias de sueldo entre trabajadores de diferentes sexos, así como el abuso generalizado que existe sobre los pobres emigrantes, precisamente aprovechándose de su pobreza y necesidad.
    Un abrazo, amiga Carmen, y me ha gustado mucho leer las tres partes de este artículo porque hay cosas muy curiosas, y que nos dicen lo que tuvieron que sufrir nuestros antepasados para sacar la familia adelante.

    ResponderEliminar
  2. Estos tres artículos parece demostrar que hay cosas que tras un siglo mínimo han cambiado muy poco, como la diferencia entre el salario por el mismo trabajo .

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Es importante que haya leyes que mejoren la situación de las mujeres y la igualen a la de los hombres, pero que importante es que haya una inspección eficaz, en aquellas épocas como en la actualidad. Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Los derechos del trabajador han ido cambiando, pero aún queda camino por recorrer sobretodo en que los salarios sean iguales para un mismo puesto de trabajo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Hay varios cambios en el trabajo hoy en día!

    ResponderEliminar

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.