Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Gartzea (garza
en euskera)
fue el segundo rey de Pamplona, hijo de Íñigo Arista (Ennek Aritza) fundador del
reino de Pamplona. Pasó a la historia como García Íñiguez (no
existían aún los apellidos) y le sucedió en el trono su hijo Fortún
Garcés (por
ser hijo de García). Esta dinastía
llamada Íñiga, es el tronco del linaje que en 1274 pasó a Castilla y constituyó
la Casa de Zúñiga, cuyos Parientes Mayores fueron los duques de Béjar (Menéndez
Pidal, Historia de España, 1935-2004)
Barcos vikingos.
Redhistoria.com
Durante el
reinado de García (851-870) los vikingos realizaron una
incursión desde Camarga, sur de Francia, que penetró por la desembocadura del
Ebro y llegó hasta Pamplona. Después de saquear la ciudad los vikingos tomaron
prisionero al monarca, liberado finalmente por la suma de 70.000 monedas de oro
(Lèvi-Provenzal,
Du Nouveau sur le Royaume de Pampelune au
IXe Siècle, 1953)
De la página vascongados.com
El paso fluvial
estaba controlado por los Banu Qasi -poderosa familia muladí emparentada con
los Íñigo por línea materna y su principal aliada hasta el momento- que habían
ayudado a Íñigo Arista en la consolidación del reino de Pamplona. La incursión
de los vikingos fue interpretada por García como una conspiración de sus
parientes y aliados (hasta hoy el linaje es susceptible y tornadizo) y
las relaciones con los Banu Qasi empezaron a deteriorarse. García se acercó entonces
a Ordoño I de Asturias, cristiano fervoroso y furioso antimusulmán, casado con
su hermana Nuña, y se volvió no sólo contra los Banu Qasi, sino también contra
sus parientes de la corte musulmana cordobesa donde se había educado.
Arteguías.com
Ordoño y García
presentaron batalla y derrotaron en Albelda (La
Rioja) en 859 al tío de García, el Banu Qasi Musa ibn Musa al Qasaw (el
Grande)
que se autotitulaba Tercer Rey de España,
y el monarca pamplonés ayudó al monarca asturiano a reconstruir el Camino de
Santiago en el tramo correspondiente a Navarra.
Corte de
Abderramán III en Medina Azahara, por Dionís Baixeras Verdaguer
Así, el
paganismo ancestral del linaje -que había derivado al islamismo y en el siglo
siguiente produjo al mayor estadista de la España musulmana, el emir de Córdoba
y primer califa independiente Abderramán III, descendiente por línea materna de
Íñigo Arista- tomó en adelante la senda del cristianismo (esta
corriente ideológica se instaló tardíamente en Navarra, y la alusión de Eulogio
de Córdoba sobre Íñigo Arista como christicolae
princeps, se considera hoy una interpolación posterior. Asimismo, carente
de fundamento histórico es el episodio de la
Cruz de Íñigo Arista y otros)
Inmaculada
Concepción de José Ribera, el Españoleto,
en el Convento de Agustinas Recoletas de Salamanca
Para los Íñigo
navarros, ahora Zúñiga en Castilla, la religión representó un instrumento de
poder tal que para los demás nobles, y algunos de ellos llevaron su devoción
más allá de los marcos temporales y consideraciones morales de la época. Así, cuando
el VI conde de Monterrey, Manuel de Zúñiga y Fonseca, fue embajador en Roma,
consiguió de dos papas pronunciamientos
favorables sobre la concepción inmaculada
de María, trescientos años antes de la declaración del dogma; y cuando fue
virrey en Nápoles encargó a José Ribera una monumental pintura sobre el tema
para el convento e iglesia (hoy Monumentos Nacionales) que
mandó construir en Salamanca para que profesara su hija Inés Francisca, habida
fuera del matrimonio (las religiosas la “eligieron” abadesa).
Emblema de la
Orden de Alcántara
Leonor Pimentel
y Zúñiga, sobrina, ahijada y segunda esposa del I duque de Béjar Álvaro de
Zúñiga y Guzmán, por su parte, había conseguido el maestrazgo de la Orden de
Alcántara para su hijo Juan de Zúñiga y Pimentel (de trece años
al momento)
directamente con el papa Sixto IV, que había sido su huésped en Plasencia, no
sin antes haber puesto sitio a la fortaleza donde se reunían los caballeros de
la orden. En agradecimiento por una supuesta curación milagrosa del joven
maestre, los duques levantaron también una iglesia y un convento (hoy
Parador Nacional de Turismo) junto a su palacio en Plasencia.
Otra
bibliografía:
Cabañas B.,
Miguel y otros: Arte, poder y sociedad en
la España de los siglos XV al XX. 2008.
Eran expertos los vikingos en entrar por las desembocaduras de los ríos para hacer labores de pillaje.
ResponderEliminarLo que desconocía es que el Parador de Plasencia (precioso, por cierto) había sido antes convento.
Saludos.
Toda una vida de aventuras en la dinastía de los Duques de Béjar.
ResponderEliminarRecuerdo esa oficina de turismo en mi visita a Plasencia.
Besos
Toda una vida de aventuras en la dinastía de los Duques de Béjar.
ResponderEliminarRecuerdo esa oficina de turismo en mi visita a Plasencia.
Besos
Los vikingos aprovechaban cualquier vía fluvial medianamente profunda y amplia para adentrarse en cualquier territorio, lo que ignoraba es que llegasen tan arriba por el Ebro.
ResponderEliminarSaludos.
No sabia que los vikingos hubieran llegado hasta Pamplona. No les salió mal el paseo fluvial.
ResponderEliminarSaludos
Mira que se aprende contigo :D La península siempre ha sido apetecida por todos, pero no sabía que también los vikingos habían estado estado por estos rumbos...
ResponderEliminarBesos Carmen
Todos las vías marítimas eran buenas para ellos, pero mira por donde hoy nos descubres sus hazañas en tierras españolas.
ResponderEliminarUn abrazo
Dicen sabiamente los peruanos, para referirse a la mezcolanza de razas que allí se unieron, «aquí, el que no tiene de Inga, tiene de Mandinga». Era lógico pensar que acá pasase algo similar y que todos en alguna medida algo de moros tenemos.
ResponderEliminarUn abrazo,
http://www.diariovasco.com/20140222/mas-actualidad/sociedad/cuando-vikingos-atacaron-pamplona-201402220054.html
ResponderEliminarOjalá que lo puedan desplegar porque soy bastante torpe en manejar estas técnicas. Atte.,
JZR.
Hola Carmen, con cada entrada tuya adquiero más conocimiento de la familia Zúñiga que me tiene entusiasmada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siento desengañarte pero en mi reportaje no aparece mi imagen ya que en todas las fotos estoy empuñando la cámara, mi marido que siempre me acompaña no es aficionado a la fotografía. No soy rubia y mi pelo es negro.
ResponderEliminarBesos
Siento desengañarte pero en mi reportaje no aparece mi imagen ya que en todas las fotos estoy empuñando la cámara, mi marido que siempre me acompaña no es aficionado a la fotografía. No soy rubia y mi pelo es negro.
ResponderEliminarBesos
No pasa nada. Es que como ví a una mujer de pelo rubio que aparecía por dos veces en tus fotografías, pensé que eras tú. Ya me parecía...
EliminarUn beso y gracias por la aclaración
Desconocía que los vikingos llegaran hasta las tierras de Pamplona para luego avanzar por la península.
ResponderEliminarEl parador de Plasencia es precioso pero no sabía que había sido convento.
Carmen mucha información nos regalas con esta entrada,que por otro lado está muy bien ilustrada.
Besos
Puri
En la exposición Vikings, del Museo Marítimo de Barcelona, tuve ocasión de conocer algo de las andanzas marítimas de estos pueblos de Norte en nuestras costas, de los que ignoraba que hubieran penetrado en el interior. Interesante el texto sobre las conexiones de la familia Zúñiga.
ResponderEliminarSaludos