Autor: José Muñoz Domínguez
3. De lugar despoblado a ruina entre los siglos XIX y XX
Si en el último tercio del siglo XVIII se documenta la condición de despoblado, en el XIX se certifica la ruina material de la Redondilla, que ya no figura en la relación de aldeas y lugares de la tierra de Béjar en torno a 1820 (vid. adenda sobre Casas del Fraile, fig. 2 y nota 2) ni en el elenco de poblaciones de la nueva división territorial de 1834 (1). Tampoco consta ninguna referencia en el Diccionario de Madoz, aunque, paradójicamente, cual Guadiana, se rotuló como despoblado en su anexo cartográfico, el Atlas de Coello, que salió de la imprenta dos décadas después. En la entrada correspondiente al municipio de la Garganta, publicada en 1847, ni siquiera se menciona como agregado o pedanía, pero curiosamente se hace referencia a su iglesia como la única de aquella localidad, ignorando –sin duda por error u omisión involuntaria– la de la Asunción en pleno casco urbano, que sí se reconocía como tal en la carta de Pérez de Soto a Tomás López seis décadas antes. Según lo publicado por Madoz:
hay 1 iglesia parroquial, dedicada á San Antonio Abad, con curato perpetuo y de provisión ordinaria: el edificio está situado al norte fuera del pueblo y á su inmediación el cementerio (2).
Fig. 1. Mapa provincial de Salamanca por Francisco Coello, 1867, con los topónimos «D. de la Redondilla» y «Desp. de Casas Viejas» (Planoteca del IGN)
En el mapa de la provincia de Salamanca incluido en el Atlas de Coello, de 1867, se localiza correctamente en sus coordenadas y se le identifica como «D[espoblado] de la Redondilla» (fig. 1 y nota 3). También aparece rotulado otro asentamiento del que no se conserva más rastro documental que el proporcionado por Coello, el «Desp[oblado] de Casas Viejas», de ubicación imprecisa debido a la ausencia de punto indicador. Sin descartar nuevas noticias, como su posible huella en los topónimos de «las Casas» y «Casarejo» que se localizan al oeste de la Garganta, me inclino por la misma confusión entre San Antón y la Redondilla, que también se conocía como el «pueblo viejo» y sería equivalente, por tanto, al de «Casas Viejas»: ¿se trata del mismo despoblado, repetido por el cartógrafo bajo dos denominaciones diferentes, o verdaderamente hubo un segundo despoblado en el término actual de la Garganta? La respuesta quizá la tengan los garganteños de mayor edad, como mejores conocedores del terruño y transmisores del saber acumulado durante generaciones.
Fig. 2. Bosquejo planimétrico de Manuel Bouvier en su cuaderno de campo sobre la Garganta para el MTN, la Garganta, 1900 (Planoteca del IGN)
Fig. 3. Croquis de Manuel Bouvier con el término municipal completo de la
Garganta para el MTN, Cáceres, 1900 (Planoteca del IGN)
A punto de estrenarse el siglo XX, los trabajos cartográficos para la elaboración del Mapa Topográfico Nacional propiciaban el registro de los restos del despoblado como «Ruinas del pueblo de San Antón», certificando el olvido del topónimo original tanto como su estado de incuria y desolación. Así consta en dos documentos gráficos fechados en 1900, ambos trazados a escala 1 : 25.000 por el auxiliar de geografía Manuel Bouvier: un bosquejo planimétrico contenido en el cuaderno de campo del término municipal de la Garganta y el croquis completo de todo el término (figs. 2 y 3 y notas 4 y 5). La información recogida en estos trabajos topográficos se incluyó en la minuta o catastrón de 1946 (fig. 4 y nota 6), donde se registra el mismo topónimo a escala 1 : 25.000, así como en la primera edición del MTN escala 1 : 50000 (de 1947-1963), con la indicación de «San Antón (ruinas)», y ya sin representación alguna en la edición del MTN escala 1 : 25000 (de 2000-2005), pero con el topónimo «San Antón» rotulado en la misma zona, exactamente como en la cartografía más actualizada (fig. 5 y nota 7).
Fig. 4. Detalle de las minutas cartográficas o catastrones correspondientes a las hojas 553 (Béjar, 1946) y 576 (Cabezuela del Valle, 1949), escala 1 : 25000, sobre los datos de 1900 en adelante (Planoteca del IGN). El recorte y unión de ambas hojas es mío.
Fig. 5. Tres fragmentos del MTN en sus distintas ediciones. Izquierda: detalle del MTN escala 1 : 50000, de 1947-1963 (1ª ed.), con referencia toponímica a las «San Antón (ruinas)». Centro: detalle del MTN escala 1 : 25000, de 2000-2005 (1ª ed.), con referencia toponímica a «San Antón». Derecha: detalle del mapa más actualizado, disponible mediante el visor Iberpix del IGN, con referencia al topónimo «San Antón».
La cartografía catastral, mucho más detallada, recoge los topónimos «Redondilla» y «San Antón» en decenas de parcelas colindantes, lo que permite un primer intento de restitución gráfica del primitivo término del despoblado. No he localizado ningún parcelario de la Garganta anterior a 1990 (fig. 6 y nota 8), que apenas difiere del que ofrece la Sede Electrónica del Catastro en la actualidad (9), punto de partida para la hipótesis territorial de la figura 7. De acuerdo con la presencia catastral de ambos topónimos, los límites aproximados del territorio redondeño podrían ser los siguientes: por el norte, el camino de la Cardosa, en parte coincidente con el camino viejo a Puerto de Béjar; por el este, la cuerda del Cabezuelo y Piezallana; por el sur, el camino entre la Garganta y la Redondilla que proseguía como camino viejo a Béjar; y por el oeste, el pago de las Hoyas y el camino de San Antón.
Fig. 6. Mosaico de tres planos del Catastro de Rústica correspondiente al término municipal de la Garganta en el área de San Antón-la Redondilla, enero de 1990 (Sede Electrónica del Catastro, Cartografía histórica catastral)
Fig. 7. Mapa catastral hodierno de la misma zona, con las parcelas nombradas "San Antón" o "Redondilla" señaladas en tono verde; en azul se indican las parcelas registradas con diferente topónimo, pero que podrían completar el término original del despoblado (Sede Electrónica del Catastro; el color es mío).
Además de la cartografía, se puede consultar la fotogrametría aérea de la zona, disponible desde 1946, máxime considerando que todavía se conservan restos de estructuras construidas en nuestros días; sin embargo, el resultado no puede ser más decepcionante por la escasa calidad de los fotogramas, la incidencia de la luz solar sobre el relieve, demasiado plana, y, probablemente, por la considerable cantidad de maleza que ocultaba los restos. La imagen aérea más explícita que he manejado data de 1979 (fig. 8 y nota 10) y en ella se reconoce con dificultad una decena de estructuras cerradas y en parte agrupadas en pequeñas manzanas, junto con varios muretes sueltos, que podrían definir el perímetro de las viviendas ya documentadas, no más de 33 en el período de mayor desarrollo del lugar, a finales del siglo XVI, cuando habitaban la Redondilla unas 128 personas (figs. 9 y 10).
Fig. 8. Detalle del fotograma aéreo de 1979 con el área donde se acumulan los restos de edificaciones (CNIG, Fototeca digital IGN).
Fig. 9. Detalles de la cartografía y fotogrametría citada. Izquierda: bosquejo de 1900. Centro: croquis de la misma fecha. Derecha: fotograma aéreo de 1979.
Fig. 10. Trazado sobre las tres imágenes anteriores con hipótesis de trabajo sobre red viaria, manzanas y parcelas urbanas de la Redondilla (elaboración propia, 2025).
4. Restos conservados de La Redondilla
Desconozco si se ha realizado algún sondeo arqueológico que pudiera aportar información útil y fiable sobre la disposición y tipología de las viviendas, sobre su iglesia y cementerio anejo, sobre la evolución crono-constructiva y destructiva del conjunto, sobre posibles restos humanos, etc. Por ahora, y al margen de la cartografía y la fotogrametría ya mostradas, sólo es posible constatar la realidad material de este despoblado en los restos de mampostería que resisten a las injurias del tiempo, hoy menos evidentes que hace tres décadas, cuando tomé las cinco fotos que ilustran esta entrega (figs. 11 a 15, todas de septiembre de 1991). En ellas se reconocen varias estructuras de dos a tres metros de altura y una vara de espesor, muy arruinadas, cuyas entrañas muestran la forma habitual de construcción vernácula en toda la zona: dos paramentos de mampostería de piedra local (granito, gneis, etc.), con ocasional enripiado, y relleno intermedio de mampostería menuda o bien cascote ligado con tierra o barro, lo que impide adscribir tales fábricas a ninguna época concreta. En dos de estas imágenes (figs. 13 y 14) se observa una alineación vertical de sillares bastante erosionados que podría corresponder a la jamba izquierda de una puerta; en otra (fig. 15) se alza la estructura de mayor volumen de aquellas ruinas, que cabría identificar con la torre de la iglesia de San Antón, ya mencionada por Majada Neila siete años antes.
Fig. 11. Restos visibles de la Redondilla en septiembre de 1991: muro arruinado (foto de José Muñoz Domínguez).
Fig. 12. Restos visibles de la Redondilla en septiembre de 1991: muro
arruinado (foto de José Muñoz Domínguez).
Hasta aquí la información geográfica e histórica que he podido reunir sobre el despoblado de la Redondilla, del que todavía se pueden aportar algunas consideraciones sobre el significado del topónimo y sobre la leyenda fundacional que lo vincula con la aldea de la Garganta, pero eso lo dejaremos para la cuarta y última parte de esta entrega.
Figs. 13 y 14. Restos visibles de la Redondilla en septiembre de 1991. Izquierda: parte de jamba entre la maleza. Derecha: detalle de la misma estructura (fotos de José Muñoz Domínguez).
Fig. 15. Restos visibles de la Redondilla en septiembre de 1991: posible
muro de la torre de la iglesia de San Antón (foto de José Muñoz Domínguez).
Continuará
NOTAS
1. AA. VV., Subdivisión en partidos judiciales de la nueva división territorial de la Península é islas adyacentes aprobada por S.M. en el Real Decreto de 21 de abril de 1934, Imprenta Real, Madrid, 1834, p. 186.
2. MADOZ IBÁÑEZ, Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico..., vol. 8, Madrid, 1847, p. 313, voz «La Garganta» (he comprobado que no se incluye ninguna entrada con las voces «La Redondilla», «Redondilla» o «San Antón» en otros volúmenes del Diccionario).
3. COELLO DE PORTUGAL Y QUESADA, Atlas de España y sus posesiones de ultramar, mapa de la provincia de Salamanca, escala 1 : 200.000, Madrid, 1867 (disponible en la Planoteca del IGN).
4. INSTITUTO GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO (IGE), Trabajos geográficos, Cuaderno de campo del término municipal de la Garganta (Cáceres), a cargo de Manuel Bouvier, la Garganta, 1900, p. 86 (disponible en la Planoteca del IGN).
5. IGE, Trabajos geográficos, Plano geométrico del término municipal de la Garganta (Cáceres), a cargo de Manuel Bouvier, Cáceres, 1900 (disponible en la Planoteca del IGN).
6. SERVICIO GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO (SGES) / SERVICIO GEOGRÁFICO DEL EJÉRCITO (SGEJ), Minuta o catastrón del MTN, hoja 553 (Béjar) y 576 (Cabezuela del Valle), E / 1 : 25000, Madrid, ca. 1946-1949, detalle y ampliación (disponible en la Planoteca del IGN).
7. IGN, MTN, hoja 553 (Béjar) y 576 (Cabezuela del Valle), E / 1 : 50000, Madrid, 1963, y MTN, hoja 553 (Béjar) y 576 (Cabezuela del Valle), E / 1 : 25000, Madrid, 2005 (ambos mapas disponibles en la Planoteca del IGN). La cartografía más actualizada, disponible on line desde el visor Iberpix del IGN, ofrece la misma información que el mapa de 2005.
8. Ministerio de Economía y Hacienda, Catastro de Rústica del término municipal de la Garganta (Cáceres), Cáceres, 1990, en 25 mapas con diferente escala y orientación, principalmente los numerados del 2 al 6 (a través de la Sede Electrónica del Catastro, Cartografía histórica catastral).
9. Ministerio de Hacienda, Dirección General del Catastro, Sede Electrónica del Catastro, Cartografía, mapa catastral hodierno del término municipal de la Garganta en el área San Antón-Redondilla (Sede Electrónica del Catastro, https://www1.sedecatastro.gob.es/Cartografia/).
10. CENTRO NACIONAL DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA (CNIG), fotograma nº A-0004_0553_00G_0004.jp2, del 5 de mayo de 1979 (disponible en IGN, Fototeca digital, https://fototeca.cnig.es/fototeca/).
En ocasiones los templos han seguido usándose ya como ermitas o como en un caso en las hoces del Ebro se uso el cementerio hasta no hace mucho tiempo.
ResponderEliminarLos datos cartográficos también son buenos a la hora de señalar un posible asentamiento humano de siglos atrás ya desaparecido.
Saludos.
Cierto, los edificios dedicados al culto suelen estar mejor construidos que los domésticos y su uso ha trascendido al de las generaciones que los construyeron, de forma que han permanecido en pie cuando todo lo demás desaparecía. Salud. José Muñoz
ResponderEliminarEstupendo reportaje. Tenía pendiente el tema, sobre el que me acerqué hace tiempo indirectamente.
ResponderEliminarPues anímese a aportar información, si le apetece: aunque no se trata de un trabajo colaborativo, los testimonios ajenos son siempre bienvenidos y se citarán en futuras entregas. Saludos. José Muñoz
EliminarAmigo José, sobre el despoblado de Casas Viejas hubiese querido esperar a la entrada correspondiente, pero ya nos adelantas acerca de la imprecisión de su sitio, que posiblemente nos depare una búsqueda poco fructífera.
ResponderEliminarAntes de nada, decir que sobre la fecha de elaboración del Atlas de Coello, mucho he cuestionado con más de uno. Tengo entendido que la cartografía del Atlas se fue publicando en hojas sueltas, en varias series encarpetadas, no en una obra encuadernada y unitaria en la que figurase al inicio la fecha de edición. En el caso del mapa de Salamanca, en efecto, es 1867 la que figura en el momento de ser dado a la imprenta, pero me parece enormemente tardía. Comprendo que hay que ser muy friqui para leer el prólogo al Diccionario de Madoz (sí, soy un friqui, qué pasa), en donde el propio autor, en 1845 (Tomo I, pág. 28 s.n.), habla del Atlas de Coello (a quien pondera como consocio) como una publicación cuyos trabajos se han desarrollado complementariamente y en paralelo. En la fecha de 1845, Madoz habla de 6 mapas provinciales ya concluidos y 22 a punto de ultimarse, y más o menos adelantados los restantes; es decir, que más de la mitad de los mapas estaban listos para darse a la imprenta en esa fecha. En concreto, en las acotaciones textuales del mapa de Salamanca se consignan los años 1844 como el último con datos de población y 1849 con datos de contribuciones. En cualquier caso, es improbable una redacción del texto en 1867 sin estadísticas actualizadas en casi 20 años transcurridos. Apostaría por una fecha de elaboración en torno a 1851, año del Concordato con la Santa Sede por el cual se fijaban las diócesis: se menciona en el texto la integración de la de Ciudad Rodrigo en Salamanca y, al hablar de los datos eclesiásticos, se desprende que era un proceso aún no resuelto del todo y, menos resuelto aún, se habla del territorio eclesiástico que aún no han conformado las órdenes militares en la que sería diócesis de Ciudad Real.
Pienso, pues, que el mapa se imprimió en 1867 tal y como estaba elaborado en 1851, tanto con datos estadísticos, que no se actualizaron, como topográficos, cuya actualización hubiera sido mucho más compleja y laboriosa. No sería anacrónico, pues, que el despoblado de Casas Viejas figurase en el Atlas de Coello 20 años después de no haber sido incluido en el Diccionario de Madoz.
El texto del mapa aclara que los objetos simbolizados con puntos representan ruinas y, efectivamente, el despoblado de La Redondilla se localiza con el característico triángulo de tres puntos, signo convencional que aún se dibuja en los actuales mapas topográficos. Sin embargo, el despoblado de Casas Viejas no siquiera está provisto de tal símbolo, y de ahí la imprecisión de su lugar. Probablemente, éste estuviera ya completamente arrasado y sin construcción alguna diferenciada del terreno, y que perdurase tan sólo su memoria en el nombre del paraje, que fue lo que se pretendiera cartografiar.
Un saludo muy cordial.
Cuidado con los frikis, ja, jaaa... Excelente aportación, Ángel, como siempre. Considerando ese par de décadas de desfase, quedaría explicada la presencia cartográfica de la Redondilla, pero sigue siendo incomprensible el silencio de Madoz: si Coello tuvo a punto su material en torno a 1851 y Madoz publicaba lo suyo cuatro años antes, ambos tendrían que conocer la existencia del despoblado. Tal vez todo se deba a los inevitables recortes de textos, siempre tan traicioneros: si el informante de ambos aportó información sobre la Redondilla en un texto excesivamente largo, a Coello no le suponía ningún problema mantener el topónimo en el mapa, pero Madoz tendría que cortar por lo sano algunas partes, y eso explicaría que no mencione la iglesia de la Asunción, pero sí la de San Antón, sin mencionar la Redondilla: se le fue la mano con la tijera. En el otro hipotético despoblado, me parece posible lo que propones, pero no hay ni rastro en la toponimia menor parcelaria y me gustaría disponer de algún otro dato de apoyo: ¿no se anima ningún garganteño a contarnos algo sobre "Casas Viejas"? Salud. José Muñoz
ResponderEliminarJulia Sánchez dice en Facebook:
ResponderEliminarMi padre decía (era de 1919) que ahí había un poblado que desapareció por una invasión de víboras…
Efectivamente, así se transmitió a través de la tradición oral. Trataré ese asunto en la cuarta y última entrega sobre la Redondilla. Salud. José Muñoz
EliminarDespués de escribir mi comentario anterior, me asalta esta duda: ¿el testimonio de su padre se refería al despoblado de la Redondilla o al de Casas Viejas? Gracias. José Muñoz
EliminarPues no lo dice. Voy a preguntarle.
EliminarEstoy siguiendo estos trabajos de don José Muñoz Domínguez con verdadero interés. Creo que constituyen una importante aportación para mantener vivo el recuerdo y la historia de nuestra tierra. y ese "nuestra" trae a mi memoria a Verdi y su Nabucco cuando el coro entona aquello de:
ResponderEliminar"Va pensiero,
Sull’ale dorate,
Va ti posa sui clivi, sui colli,
ove olezzano tepide e molli
L’aure dolci del suolo natal!
Del Giordano le rive saluta,
Di Sionne le torri atterrate…
Oh, mia patria,
Sì bella e perduta!
Un abrazo
Sí, es un sentimiento universal que nace del arraigo. La motivación principal de esta serie es recordar esos lugares perdidos en un paisaje que, sin embargo apenas difiere del que conocieron los habitantes de estos despoblados, y eso es algo que une a las generaciones de ayer con las de ahora, las mismas pendientes y colinas de la tierra natal, sin olvidar aquello que decía Pérez de Ayala y citaba Fernán-Gómez sobre el significado del verbo recordar: "traer de nuevo al corazón". Salud. José Muñoz
ResponderEliminarEspero que algún día nos puedas aportar más datos.
ResponderEliminarAbrazos.