Amigos de Béjar y sus historias

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6/29/2025

El héroe de Buda

Autor: Francisco Javier Suárez de Vega. 

Publicado: ABC Artes Letras Castilla y León. Sección Hijos del olvido LIX (30/04/2025)

          El de hoy es un hijo grande como pocos. Don Manuel de Zúñiga y Guzmán, X duque de Béjar, con grandeza de España de primera clase, caballero de la orden del Toisón de Oro y descendiente de reyes. Aunque su fama alcanzó hasta el último rincón de la Cristiandad, el paso del tiempo evaporó su recuerdo. El casual redescubrimiento de su tumba a finales del siglo XIX, algunos trabajos biográficos y, en especial, la publicación por el Centro de Estudios Bejaranos de la magnífica investigación de Emiliano Zarza Sánchez, han contribuido a rescatar una figura histórica apasionante.

 

Imagen extraída de este artículo 


Cuando tenía cuatro años murió su padre y heredó un ducado casi en la bancarrota.  Pronto destacaría por su carácter caritativo y una indudable inclinación por la carrera de las armas. Su ‘cursus honorum’ comenzará bien alto al ser nombrado en 1681 mariscal de campo. Al frente de un tercio de veteranos en Flandes, demostraría su valor en la defensa de Oudenaarde, asediada por el ejército francés. Con un arrojo temerario, en medio del fuego contrario, se abalanzó hacia unas barricas a punto de explotar y quitó con sus propias manos los rescoldos que las cubrían. El enemigo fracasó en su objetivo de volar el polvorín, al día siguiente levantó el cerco y fue perseguido por el duque. Así comenzaba a forjarse su leyenda. 

6/20/2025

Los papas de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Durante tres siglos hubo papas atentos a las necesidades espirituales -y no tanto- de los señores y duques de Béjar. El primero fue Benedicto XIII, aragonés, que en 1413 otorgó el patronato sobre la fiesta de Corpus Christi a Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar, y a sus descendientes, privilegio que arrastraba poder y beneficio económico. A Pedro de Estúñiga, primogénito y sucesor, le otorgó permiso para casarse con su prima Elvira de Guzmán, señora de Gibraleón, y a su hermano menor, Gonzalo de Estúñiga, lo nombró obispo de Plasencia y después de Jaén.

 

Benedicto XIII retratado como San Pedro, s. XV., en la iglesia Santa María de Morella, Castellón Es.wikipedia.org

 

           Tres papas incidieron en la vida de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, el que castellanizó el apellido. Cuando era sólo conde de Plasencia, enviudó y quiso casarse con su ahijada y sobrina Leonor Pimentel y Zúñiga, treinta y tres años menor (16/49), por lo que tuvo que pedir permiso a Roma por consanguinidad en tercer grado. El papa Calixto III, valenciano, se lo negó, pero tras la insistencia y el pago de una considerable suma de dinero, el papa Pío II lo concedió.

6/13/2025

Las torres almenaras onubenses y el linaje de los duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

          La relación causa-efecto se expresa muy bien en la frase popular esos polvos trajeron estos lodos, que en términos actuales ilustra, por ejemplo, las consecuencias del colonialismo europeo de siglos anteriores. Así también, la política expansionista de los Reyes Católicos (toma de Granada, 1492) y del Imperio Otomano (toma de Argel, 1525), dio origen a los corsarios o piratas berberiscos, que desde el norte de África saqueaban la costa mediterránea y atlántica. Para defenderse, se construyeron torres de vigilancia en la playa, desde las que los vigías daban la voz de alarma a la población con la frase: ¡Hay moros en la costa!       

Cartagenadelevante.wordpress.com

        Carlos I de España –y V de Alemania por cierto-, inició las fortificaciones que fueron implementadas por su hijo, Felipe II, y terminadas por su nieto, Felipe III. Las torres en general debían extenderse desde Almería a Huelva, y en cuanto a las onubenses, estas cubrían el litoral desde la desembocadura del Guadalquivir hasta la del Guadiana. Si bien se tiene conocimiento de las catorce originales, en la actualidad se conservan sólo once torres almenaras en el sector, tema que genera mucho interés dada su importancia histórica, sin olvidar que se han convertido en todo un símbolo de algunos de los lugares en que se insertan. Abierto al público en general, existe un programa denominado Descubre tus fortalezas, patrocinado por el Colegio de Arquitectos de Huelva, que propone descubrir los sistemas defensivos de la provincia a través de visitas culturales gratuitas guiadas por arquitectos, historiadores y arqueólogos.

6/06/2025

Una ermita en la Peña de la Cruz para evitar tormentas

Autor: Agustín García Gómez

        El desorden histórico existente en el Archivo Histórico de la Nobleza, a pesar de los múltiples intentos realizados por los Zúñiga para su buena conservación y ordenamiento, hace que su investigación requiera de muchas horas de dedicación, a cambio de sorpresas como la que hoy se expone.

 Paraje de la Peña de la Cruz. Imagen extraída del blog https://grancalili.blogspot.com/2016/01/llano-alto-pena-de-la-cruz-pena-negra.html

 

        Buscando información para otro asunto, el que esto escribe se encontró con un legajo compuesto de ochenta y nueve folios con documentos de diversa correspondencia entre el XI duque de Béjar, don Juan Manuel II y su esposa, María Ana de Borja Centelles Fernández de Córdoba, con sus contadores en Béjar sobre la administración y gobierno de sus estados entre los años 1734 y 1735. Tiene hasta cinco hojas de catalogación de la inconfundible mano del contador archivero, el bejaranizado José de Tapia Osorio, quien nos explica, añade y resume, según su costumbre, el contenido de los documentos del legajo [1].

5/30/2025

Pueblos sin gente / 3 (3ª parte). Las Casas del Robledo junto a San Bartolomé (ca. 1479-1667)

Autor: José Muñoz Domínguez

2. Localización del despoblado y su término 

Los datos históricos y de tradición oral acerca de las Casas del Robledo y la permanencia de algunos topónimos asociados, junto con las propuestas de Martínez Díez y González Calle, permiten establecer con certeza su localización al noroeste de San Bartolomé de Béjar, como adelanté en la primera parte (vid. figs. 1, 4 y 5). Este último investigador propuso una ubicación mixta y dispersa para el pequeño conjunto urbano, que suponía repartido en tres o cuatro barrios entre la vega del arroyo de San Bartolomé y la ladera noreste del cerro inmediato:

[El despoblado] Se halla situado a una altitud de 1110-1145 m, en un terreno de cierta pendiente en la vega del pequeño arroyo de San Bartolomé, afluente del Becedillas, con posición de umbría (orientada hacia el noreste). (1)

La hipótesis de un poblamiento disperso es compartida por Ridruejo Cabezas, quien, en un comentario reciente (2), la consideraba de interés bajo la premisa de una economía ligada a la explotación forestal del robledo de su término, tan notorio como para incluirlo en el topónimo, y teniendo en cuenta que, a diferencia de las economías agro-ganaderas, las explotaciones forestales suelen generar hábitats diseminados. Dejando abierta esta cuestión hasta disponer de nuevos datos, cabe traer aquí ejemplos de nuestra zona o poco distantes en los que el distintivo forestal asociado al topónimo del asentamiento no impidió la generación de un núcleo concentrado: en la Sierra de Francia se encuentran los casos de Miranda del Castañar y San Martín del Castañar; en el alfoz de Béjar, Santibáñez del Castañar e incluso Béjar del Castañar (3), sus apelativos entre las décadas finales del siglo XV y las primeras del XVI, antes de que ambas localidades perdieran tal complemento toponímico, como igualmente sucedió con las Casas del Robledo. Las Ordenanzas de Béjar promulgadas en 1577, pero con antecedentes bajomedievales y reformas de 1562, ofrecen una posible explicación a este fenómeno: ni los castañares ni los rebollares de la zona se explotaban exclusivamente por su valor forestal o maderero, sino, de forma complementaria, por su importancia en la alimentación de los puercos en la montanera, a base de la «castaña y lande» (glande o bellota) de aquellos árboles, entre otras utilidades auxiliares de la agricultura, como el corte de varas o támbaras (4). Posiblemente es lo que ocurrió en las Casas del Robledo. 



Fig. 1. Hipótesis gráfica ideal sobre el aspecto del conjunto urbano de las Casas del Robledo en su etapa de mayor crecimiento (elaboración propia, 2025).