14 de febrero de 2018

De cómo dos mozalbetes provocaron un conflicto entre la Iglesia y el Consistorio un Miércoles de Ceniza



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4.746 (5/02/2016), p. 4.

               De altercados graves, con ofensa hacia la autoridad pública o hacia la eclesiástica, se consideraban en épocas pretéritas asuntos que hoy calificaríamos de jocosos, dignos de risa. Cualquier acontecimiento podía suscitar la controversia entre las autoridades y no existía procesión, romería o misa solemne que no se saldara con una trifulca entre los miembros del clero y del Consistorio, dos estamentos enfrentados durante siglos que no veían la hora de manifestar sus diferencias públicamente. El Corpus[1] era el escaparate en que los bejaranos se miraban, en el que mostraban su poder el duque, el Cabildo y el Consistorio, por lo que año tras año se sucedían en él altercados por la colocación de sus integrantes o la precedencia de las crucesparroquiales de la Villa y Tierra[2]. Quizá fuese esta la ocasión más habitual para mostrar las diferencias en cuanto a poderío se refería, pero menudeaban otras como los Te Deums en acción de gracias por el nacimiento de un nuevo vástago en la familia ducal, la muerte de un rey[3] o la Semana Santa[4]. Las disputas se generaban por cualquier motivo, por trivial que fuese, por ejemplo a cuenta de la colocación en un acto público, bien sea en una columna en movimiento o en la distribución de asientos, para lo cual se seguía una estricta jerarquía que no era del agrado de todos, como se desprende de las continuas discusiones provocadas por una mala praxis en cuanto a este particular se refería. Poder y posición debían manifestarse claramente ante los ojos de los plebeyos, sin dudas ni rompimientos unilaterales

 Julian Fałat, Miércoles de Ceniza (1881)

8 de febrero de 2018

Visión del siglo XVIII de Béjar y otros lugares cercanos



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Por encargo de Pedro Rodríguez, conde de Campomanes y ministro de Hacienda de Carlos III, el historiador y pintor Antonio Ponz Piquer recibió el encargo de inspeccionar los bienes artísticos de la Compañía de Jesús recién expulsada (1), experiencia que vertió en su Viage (sic) de España o Cartas en que se da Noticia de las Cosas más Apreciables y Dignas que hay en Ella, publicado en dieciocho volúmenes entre 1767 y1794. 


 


Antonio Ponz, autorretrato en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid



      En el volumen octavo, y viniendo Ponz de Hervás y Baños de Montemayor, localidad esta última que anota como jurisdicción del duque de Béjar, pasa por Puerto de Béjar y Cantagallo dedicándoles algunas líneas y describiendo el camino con mucho recreo de la vista por entre arroyuelos, castañares y otros diferentes árbolescopioso de aguas y regaladas frutas, pero de una penosísima subida, no tanto por su rapidez como por el indigno piso que tiene hasta llegar a lo alto.   


1 de febrero de 2018

El atentado de la calle del Desengaño (1843). El general Narváez y Béjar (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nª 4.765 (18/11/2016), p. 6.


         Después del atentado perpetrado en la calle del Desengaño de Madrid la noche del 6 de noviembre de 1843 contra la cabeza del partido moderado, el general Ramón María de Narváez, del que salió milagrosamente ileso, el Ayuntamiento de Béjar le dirigió una larga carta de sentimiento, como hemos visto en el número anterior. Y si pensábamos que la misiva acabaría amontonada y olvidada entre rimeros de papeles en el despacho de cualquier secretario, como suele ser habitual en tales casos, nos equivocamos.

        Con fecha 11 de diciembre de 1843 el Consistorio pudo leer en público el acuse de recibo a tan sentida carta de sentimiento.

El general Narváez por Vicente López Portaña

        “Capitanía General del Primer Distrito Militar
      Los votos y nobles sentimientos que esa Corporacion Municipal se sirvió a dirigirme en 20 de Noviembre con ocasión del atentado cometido contra mi existencia, son tanto mas apreciables para mi cuanto que emanan de los representantes de un Pueblo Benemerito a quien todas epocas debi pruebas irrecusables de generosa adhesion y simpatía. Tal circunstancia realza mas y mas el convencimiento de su sinceridad. Aquel hecho horroroso, indigno de pechos Españoles, era sin duda el primer paso de nuevas desventuras para el Pais. La paz, el orden publico, las instituciones, el trono mismo, era tal vez el blanco de aquellos alevosos tiros. La Providencia, empero, protegio objetos tan queridos dando asi un nuevo tiempo a los leales.
      Yo me congratulo por lo mismo con ese Ayuntamiento Constitucional y agradecido a sus bondades y a las distinciones que siembre a Béjar mereci, les ruego que reciba esta espresion sencilla de mis sentimientos y acepten la seguridad de mi afectuosa gratitud.
          Dios guarde a VVSS muchos años.
Madrid, 11 de Diciembre de 1843
Ramón Mª Narvaez (rubricado)”.

25 de enero de 2018

El atentado de la calle del Desengaño (1843). El general Narváez y Béjar (1ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4.764 (4/01/2016), p. 4.

               La calle del Desengaño de Madrid se sitúa en pleno centro de la capital de España, muy cerquita de la Gran Vía, justo detrás del edificio de Primark y de Telefónica. De tintes castizos tanto por la leyenda que le da nombre como por contar entre sus ilustres vecinos al mismísimo Francisco de Goya, se levantó aquel día 6 de noviembre de 1843 tranquila y lluviosa, un poco oscurecida por aquellos días del crudo invierno que se presagiaba. El ocaso llegó como el de otra jornada cualquiera, viendo la calle trajinar a paisanos que iban y venían ajetreados en sus quehaceres. Mas, al cabo, una vez los últimos rayos del sol mortecino comenzaron a retirarse dejando huérfanos de luz a los edificios circundantes, varias sombras parecieron reunirse sin hacerlo a los lados de la calle. Embozadas, quietas, sordas, vistiendo largos gabanes bajo los que asomaban armas de fuego, se emboscaron en los portillos, agazapándose hasta hacerse todas uno con la noche. Esperaban… a un carruaje que apareció al final de la vía. Solo ante su presencia se movieron a una las sombras y, sacando lo que parecían ser trabucos de debajo de sus capas, preparados sin que un resquicio de luz de la llama de sus mechas hubiese podido atisbarse, hicieron fuego contra la frágil cabina de madera, haciendo detener la berlina, rompiendo los cristales y haciendo fuego directamente sobre los ocupantes. Los caballos relincharon asustados y salieron con facilidad pasmosa en estampida, casi con la misma celeridad con la que las sombras se dispersaban corriendo hacia distintas direcciones, con los trabucos humeantes mirando hacia el suelo. 

18 de enero de 2018

¿Cristóbal Colón en el linaje de los Duques de Béjar?



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


      Pareciera probado el origen genovés del descubridor de América, pero no es así porque la polémica continúa entre quienes le asignan otra nacionalidad e incluso otra identidad. Aparte de teorías foráneas, en España se alzan al menos la catalana, la mallorquina, la andaluza, la extremeña y la gallega (Se cuestiona también la primacía de Colón en el descubrimiento y aún el nombre del continente, que provendría de la voz indígena americ, escuchada por los españoles en Nicaragua, y no del nombre del florentino naturalizado castellano Américo Vespucio) 



El retrato más antiguo de Colón (1493), por Antonio del Rincón. Cristóbal Colón en la Pintura

      La teoría gallega repuntó en 2008 con la publicación de Colón, Pontevedra, Caminha, del escritor Rodrigo Cota González que rescata el siguiente pasaje de la Crónica Burlesca del Emperador Carlos V (1525-1529), de Francés de Zúñiga, para apoyar la tesis planteada en 1898 por el historiador pontevedrés Celso García de la Riega de que Cristóbal Colón era realmente el lerense Pedro Álvarez de Sotomayor y Zúñiga:  

        Iba también con su majestad monsieur de Laxao, e contábale como don Diego de Sotomayor é el clavero de Alcántara é Rodrigo Manrique no tenían justicia para pedirle la encomienda mayor de la dicha Orden… Decíale también que don Diego de Sotomayor parecía hijo bastardo de Colón el almirante de Indias, é solicitador de la mejorada…