Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.737 (18/09/2015), p. 12.
La
memoria es tan efímera como los seres humanos cuyos recuerdos sumados forman el
pasado de un pueblo. Las gentes van y vienen, nacen y mueren, y solo permanecen
los documentos y los edificios, los objetos, para recordar un presente que se
evapora a sorbos por segundos. Sin embargo, cada persona, cada lugar, enarbola
un momento estelar, una estrella en el firmamento que nunca se apaga en el
recuerdo a pesar del paso de los siglos.
Creo no errar al afirmar que la Revolución
Gloriosa de 1868, aquel septiembre en que los bejaranos se alzaron valientes en
persecución de un sueño que se hizo realidad, puede consignarse en los anales
de nuestra ciudad como esa estrella brillante en el firmamento de la Historia.
El eco de su nombre, la acción conjunta de aquellos héroes que arriesgaron sus
vidas o las perdieron en favor de la libertad de todos, se extendió como la
pólvora en el territorio nacional e incluso en la prensa internacional, como
bien nos ha mostrado Ignacio Coll en su artículo sobre este tema publicado en
la última revista de ferias y fiestas[1].
Un dibujo de la época que bien pudo reflejar los sucesos de la calle del Puente, hoy calle de la Libertad, entre los civiles bejaranos y las tropas del ejército isabelino. En realidad la imagen representa un suceso ocurrido en la Guerra de Independencia en Valdepeñas.
Los sentimientos de condena y de loa
a partes iguales a los esforzados bejaranos, considerados mártires de la causa,
no se hicieron esperar y llovieron cartas de condolencia desde distintos puntos
de España. Conocidas son ya las enviadas por la Junta Revolucionaria de La Latina de Madrid[2]
o la del farmacéutico Vicente Martín de Argenta[3].