Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid , nº 4.750 (5/06/2015), p. 4.
Que la celebración del
Corpus Christi es vivida en Béjar desde hace siglos con devoción de fiesta
mayor y con multitudes como testigos de la procesión no se le escapa a nadie,
incluso en este laicizado presente donde los afanes de promoción turística van
sustituyendo a los orígenes ortodoxamente religiosos de esta fiesta. Ese
impulso y deseo por mostrar al visitante una ciudad entregada a su celebración
más emblemática está haciendo regresar poco a poco el viejo esplendor del
Corpus bejarano, aún lejos, no obstante, de la pasión y entrega con que en
otros siglos se vivía.
Hombre de musgo
Quizá fuera en la centuria
de 1600 cuando la fiesta del Santísimo y de los Hombres de Musgo alcanzara su cenit
de inusitada magnificencia implicando a todos los estamentos de la villa,
incluyendo a todos los gremios, y congregando multitudes. Las rivalidades entre
las jerarquías eclesiales y consistoriales por ocupar lugares de privilegio en
la procesión y en las iglesias, o las fuertes multas con que se penaba a
quienes no asistieran con el debido decoro dan muestra de la trascendencia de
tan señalado día.
Procesión Corpus Béjar
Fue en ese siglo XVII cuando, además, fruto del descontrol de
la muchedumbre, la procesión pareció irse de las manos sucediéndose una serie
de altercados que en algunos casos concluyeron
con resultados fatales. De esta manera queda descrito en los numerosos
documentos que sobre el Corpus bejarano se custodian en el Archivo Histórico
Nacional.