19 de enero de 2009

Historia de la iglesia de El Salvador (1ª Parte)


*El texto y algunas de las fotografías del artículo siguiente vieron la luz primeramente en formato folleto, costeado por el Ayuntamiento de Béjar y Caja Duero. Se repartió preferentemente a turistas desde la Oficina de Turismo.
Posteriormente los autores decidimos publicarlo en el Béjar en Madrid, para que éste llegara a los bejaranos.

Autores: Roberto Domínguez Blanca
Mª del Carmen Cascón Matas
Oscar González Hoya

Publicado: Folleto turístico y Béjar en Madrid, nº 4418, 2006




La iglesia de El Salvador se localiza en la plaza mayor, uno de los rincones con mayor atractivo histórico-artístico de la ciudad de Béjar, que concentra los edificios representativos de los poderes religioso, nobiliario y civil, ocupando la zona noreste de ésta. Sobre las gradas de su portada principal se divisa: a nuestra izquierda la desembocadura de la calle mayor entre los soportales dieciochescos de la plaza, que continúan rodeando la iglesia por la parte septentrional de la misma; enfrente el edificio renacentista del Ayuntamiento, y a nuestra derecha el castillo-palacio de los duques, presidiendo el conjunto.




- La iglesia: su arquitectura.

El edificio presenta una planta de tres naves con una única capilla mayor, a los pies una tribuna con sotocoro, y la torre de planta cuadrada adosada al templo en su ángulo noroeste. En la costanera sur del ábside se ubica la sacristía de planta rectangular.

Sus orígenes se remontan a la repoblación llevada a cabo por Alfonso VIII de Castilla en los territorios al sur del Duero (siglo XIII), en el marco de la Reconquista, coincidiendo arquitectónicamente con el tardorrománico peninsular. De este momento se conservan el ábside, las dos portadas y los primeros cuerpos de la torre del originario templo románico.





El ábside es de planta semicircular y con tambor liso rematado en cornisa con canecillos lisos o decorados con rostros. Al interior se cubre con bóveda de horno apuntada precedida por un presbiterio de dos tramos separados por fajones sobre ménsulas y resaltes apilastrados. Todo ello es fabrica de cantería granítica despiezada en sillares con interesantes marcas de cantero, visibles tanto al exterior como al interior del ábside. Al sur se abre una portada entre contrafuertes de cuatro arquivoltas ojivales, con elementos característicos del románico como el alfiz y el tejaroz sobre canecillos. La portada norte (trasladada en el siglo XX a su actual ubicación a los pies), de traza ojival de tres arquivoltas, presenta características similares a la principal. El fuste que sustenta el campanario es de sobria obra románica que conserva los primitivos ventanales tapiados.


 
Durante el siglo XVI y buena parte del XVII en el templo se acometen obras y ampliaciones dentro del programa de renovación arquitectónica general de la villa, impulsadas principalmente por el mecenazgo de la casa ducal.

Un hito importante en el devenir histórico de la vida religiosa de Béjar se producirá en 1568, con la reducción de diez a tres parroquias, operación llevada a cabo durante el obispado de don Pedro Ponce de León. A la iglesia de El Salvador le fueron reducidas San Gil (existente) y San Andrés (desaparecida) que se localizaba en la barriada de Barrioneila junto a la muralla. Por ello, las iglesias favorecidas vieron incrementar el número de sus feligreses, materializándose esta circunstancia en las obras de ampliación de sus naves.


Tumba de Juan Núñez Burgalés

En el caso de El Salvador el maestro de cantería Diego de Torres (al menos desde 1561) trabaja en la elaboración de dos enormes arcos escarzanos que, cubriendo la distancia que media el ábside del coro, divide el espacio en tres naves. A continuación se procede a realizar los muros y techumbre del cuerpo de las naves. Este arquitecto se documenta trabajando por estas fechas en obras tan importantes como el edificio del Ayuntamiento y otras iglesias del ducado de Béjar, como las de Becedas o Puerto de Béjar.

Las obras continúan en el siglo XVII, recibiendo un decisivo impulso con la importante aportación económica de mil reales por parte del duque, que sirvió para la construcción del coro bajo y el campanario nuevo, bajo la dirección del maestro cantero Pedro Hernández de Cogollos. Este sotocoro se fecharía entre 1622 y 1625. Presenta un arco carpanel de gran luz (reparado en 1657 para sustentar la nueva tribuna mandada hacer en 1650), flanqueado por otros dos más pequeños de medio punto que dan a una nave transversal al eje principal de la iglesia. Desde ella se accede a una hornacina rematada en cuarto de esfera (antiguo baptisterio), a una nave transversal con bóveda de cañón segmentada por fajones estrechos y moldurados, y a la dependencia de lo que fue osario.


(Continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.