Conmueve
la delicadeza de los textos citados en "La esclava de doña Teresa de Zúñiga" y "Una esclava en la corte de los duques de Béjar (I-II)" de Carmen Cascón Matas,
publicados en Pinceladas de Historia
Bejarana (en realidad el misno texto colgado en dos ocasiones), como también seducen la novedad y lo
bien tratado del tema (para una visión más allá del universo
de Béjar desde Cronología de los
Estúñiga, señores de Béjar, y de los duques sus sucesores, Juan Muñoz García 1963,
vale consultar La Esclavitud en España en
la Edad Moderna, Manuel Lobo Cabrera 1990).
Tres niños, atribuido a Murillo
Establecido que para un Grande de España de la época era normal tener esclavos, no cabe asombrarse tampoco de los ytens contenidos en el testamento del Duque de Oro Diego López de Zúñiga, transcritos por Anastasio Rojo Vega en Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, 2008, página 58:
-A Elena y a Úrsula, negras, mis criadas,… a cada una diez mil maravedís y a Ana la negra por lo mismo ocho mil mrs.
-Otrosí… a Lorenzo el negro por esto mismo ocho mil maravedís.

Retrato de Juan de Pareja, esclavo de Velázquez
El
testador era el segundo hijo de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, Diego de Zúñiga (llamado Duque de Oro por el color de sus cabellos, rasgo poco frecuente en el linaje), prior
de la Orden de Santiago en San Marcos, León, que a la muerte de su padre se
intituló duque de Béjar enfrentando a su sobrino Álvaro de Zúñiga y Pérez de
Guzmán.
Recoge
también Rojo en la misma obra (páginas 104-105) las
cláusulas del largo testamento de doña Teresa de Zúñiga y Manrique de Lara, III
duquesa de Béjar, que en algunos de sus ytens
dice lo siguiente:

¿Retrato de la
joven duquesa Teresa de Zúñiga,
dueña de la esclava Cecilia Castro?
-más le mando a la dicha doña Teresa de
Zúñiga, mi nieta, a Cecilia y Jerónima, mis esclavas blancas, y a Violante, mi
esclava lora (de color amulatado o de un color que tira a negro,
DRAE), para que sean
suyas y se sirva de ellas con que no las pueda vender ni enajenar y les haga
buen tratamiento.
-yten mando a don Álvaro de Zúñiga, mi
hijo, a Ángela, mi esclava blanca, y a Úrsula, mi esclava
(¿negra?), para que las
tenga por suyas y se sirva de ellas y las trate bien y no las pueda vender…
-yten mando al marqués de Ayamonte don
Antonio de Zúñiga, mi hijo, a Guiomar, mi esclava, para que sea suya…
-yten mando a don Pedro de Zúñiga, mi
hijo, a Casilda y a Beatriz, mis esclavas…
-yten mando a don Diego López de Zúñiga,
mi hijo, a Benardina y a Marcela y a Magdalena, mis esclavas, y a Jerónimo, mi
esclavo morisco…
-yten mando a la dicha doña Inés Pereo a
Julia, mi esclava, para que sea suya y más le mando dos mil ducados de mis bienes
para que de ellos compren renta para su sustentación…
-y así mismo mando que la dicha doña
Teresa, mi nieta, se sirva de Mariquita, la nieta de La Mora, para su moza de
cámara como ahora le sirve…
Puerto de
Sevilla, centro del comercio de esclavos en la España del siglo XVI, por Alonso
Sánchez Coello
De otro miembro del linaje, Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca, VI conde de Monterrey, registra el Archivo Histórico Nacional que dio libertad en 1640 a su esclavo Hametillo, moro natural de Argel, para regresar a su tierra (Hametillo en las comedias de Lope de Vega; Cide Hamete Benengeli en El Quijote).
Todos estos esclavos parece ser solo para el servicio personal de esta familia noble como seguro tenían otros. Pero quizás tendrían otros para otro tipo de labores como la explotación de sus tierras, como en las colonias inglesas hoy Estados Unidos.
ResponderEliminarSaludos.
Otros tiempos, otras mentalidades, otras costumbres. Y era corriente entre gentes pudientes tener animales exóticos, criados (en propiedad o esclavos, no contratados a tiempo parcial), ropas caras, borcequíes, cortinajes y alfombras.
ResponderEliminarOtra cosa es lo que nos parezca hoy. Y si aquellas costumbres eran o no propias de buenos cristianos. Pero ese es otro tema.
Un saludo.
No le faltaban esclavos (ni dineros) a los duques de Béjar.
ResponderEliminarSaludos.
En Venezuela, no era distinta esa costumbre durante la época colonial y primeros años de la independencia, donde muchos "mantuanos" (la alta sociedad de la colonia), tenían esclavos. Algunos fueron liberados y se les pagó una especie de indemnización. Luego de la abolición de la esclavitud (1854), los esclavos, que entonces recibían pago, muchos se quedaron con sus antiguos amos, se quedaron trabajando.
ResponderEliminarBesos Carmen
Parece ser que los esclavos daban lustre y esplendor a las familias que los poseían.
ResponderEliminarMe ha quedado una duda sobre la pintura que entre interrogantes consideras que es un retrato de la duquesa Teresa de Zúñiga. Creí que representaba a la infanta Catalina Micaela y que era una obra de Sofonisba Anguisola, pintora a la que admiro. ¿ sabes si es de ésta autora?.
Besos
Ni la paternidad del retrato ni la retratada están claros. Entre los investigadores existen muchas dudas al respecto. Si primero se atribuía el lienzo a Sánchez Coello, después se adscribió a El Greco y por último a Sofonisba Anguisola. En cuanto a la retratada las opiniones son aún más dispersas. Para unos se trata de Catalina Micaela, hija de Felipe II e infanta de España; para otros es la duquesa de Béjar Juana de Mendoza o la mujer de El Greco doña Jerónima de las Cuevas o una hija del mismo artista. Lo ultimísimo que se baraja es que es un cuadro del siglo XIX que representa a una actriz en su papel de "La judía de Toledo".
EliminarTe dejo un enlace que cuenta esto http://opusincertumhispanicus.blogspot.com.es/2014/03/el-greco-y-la-dama-del-armino-cien-anos.html.
El tema de que se trate de la duquesa de Béjar Juana de Mendoza es controvertido, pero a nosotros nos gusta recordarlo porque podría ser posible que se tratase de ella. Aquí lo sugieren http://www.artehistoria.com/v2/obras/6308.htm, pero en otros muchos enlaces se hacen eco de este hecho. El motivo de que lo relacionen con esta identidad es que existe un retrato de esta misma duquesa, también de dudosa atribución, en el que se pueden detectar grandes similitudes de rasgos faciales y cuyo título es "Enano ofreciendo chocolate a doña Juana de Mendoza". http://1.bp.blogspot.com/_tOtwgtrMoAU/TEHv0YNMSPI/AAAAAAAAAYs/3JvjhnKowt4/s1600/El+enanito+de+Juana+Mendoza.jpg. Curiosamente en él se ve también a Catalina Micaela. ¿Sería posible que se parecieran ambas damas?
Un beso
Me has dado un motivo estupendo para una futura entrada. Muchas gracias, Ámbar.
EliminarGracias por la información Carmen.
EliminarJuan de Pareja, morisco y esclavo de Velázquez, que le otorgó la libertad. Era una costumbre muy extendida en Sevilla y sobre todo como ayudante de taller.En el caso del susodicho fue un buen aprendiz ya que después pudo vivir de sus pinceles.Hoy en día cuesta creer que haya existido este mercado, comparto con Cayetano esa forma de reflexión.
ResponderEliminarUn beso
Como dice Cayetano, no se debe juzgar otros tiempos con la mentalidad actual. Aunque a veces salten chispas.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
Ya en el siglo XV, fueron llegando hasta España barcos cargados de esclavos, guineanos capturados por los portugueses y que habían extendido su mercado de esclavos por toda la península, también había esclavos moriscos capturados en las constantes guerras con los musulmanes, la misma colonización de América tuvo su polémica por la utilización de indígenas como si fueran esclavos. Bartolomé de las Casas fue el gran defensor de los derechos de los indígenas en las tierras americanas.
ResponderEliminarBesos
Se les llamaba esclavos o sirvientes todo era lo mismo si pertenecían a la familia y habían sido comprados.
ResponderEliminarAfortunadamente ya pasaron estos años y ahora el servicio tiene hasta la seguridad social.
Un beso y espero que hayas tenido una buena Semana Santa.
Cada época ha tenido sus costumbres y la actual puede que no soportase un análisis serio y objetivo sobre determinados aspectos, por mucho que, cargados de hipocresía, acudamos a las cadenas de televisión a llorar y moquear mientras proclamamos lo buenos y maravillosos que somos y lo entregados que estamos a la defensa de los derechos humanos.
ResponderEliminarNo creo, por lo que leo, que aquellos esclavos de entonces vivieran peor que muchos supuestos hombres libres de hoy.
Un abrazo,
Qué buen comentario. Adhiero. JZR.
EliminarCada época tiene sus costumbres y en esta que nos reflejas aquí era muy dado el tener esclavos los nobles,no se veía como algo prohibido era lo normal. El que los trataran como personas o como animales dependía de la bondad del susodicho noble. Algunos de estos esclavos estarían agradecidos a su señor por tenerlos a su servicio y otros al contrario. Siempre hay y habrá un " depende".
ResponderEliminarBesos Carmen.
Puri
Por fortuna nuestra sociedad ha ido cambiando con los tiempos.
ResponderEliminarHasta los años setenta yo sólo tenía vistas a dos personas negras en Barcelona, las dos de Guinea que en realidad también eran españolas. Recuerdo que en 1978 viajé a Londres y me sorprendió que al pasear por el centro, un tercio de los que me cruzaba fuesen de color, se entiende que por las colonias. Aquí este tipo de emigración tardó más.
Besos
A lo largo de la historia vemos que el hombre necesita tener un cierto poder sobre otros hombres más débiles o desafortunados. En un principio fueron llamados esclavos comprados como animales, después fueron mejorando el trato y pasaron a ser criados, pero libres, aunque no del todo. Gracias a Dios que al menos en esta cuestión nos hemos humanizado.
ResponderEliminarGracias por tu entrada y las pinturas.
Un abrazo
Al menos ya no se comercia con ellos. Esclavos siempre habrá aunque de diferentes formas.
ResponderEliminarUn beso.