21 de agosto de 2021

Fray Diego de Santa Inés, un bejarano olvidado

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez   

  Que fray Diego de Santa Inés nació en Béjar –no como fraile, por cierto, sino como un niño común- lo dice el mismo que cuenta sus hazañas, fray Juan de San Antonio, salmantino, en los capítulos XXI y ss. del II tomo de la Crónica de la Santa Provincia de San Pablo de la más estrecha regular observancia de nuestro seráfico padre San Francisco, 1729, que se puede leer completa en la red. Más aún, en estimación del autor fray Diego sería la octava abeja, mística eso sí, del escudo de su villa natal. Y con todo, ni wikipedia lo incluye  en la lista de bejaranos ilustres.

 

Antiguo escudo de Béjar, con siete abejas y un león. Salamancartvaldia  

 

       Como muchos ascetas, empezó oyendo voces a edad temprana, para luego desatarse todo lo demás:  

            "De otra suerte miraba a Diego el Padre de las Misericordias, acibarándole el gusto a las conveniencias mundanas, y llamándole con suavidad a las soledades del claustro. Eran frecuentes las inspiraciones, mas como la voz de Dios es tan sutil, no la percibía el cándido joven, divertido con el bullicio de su casa… Ya llegó a ser tanta su sordera, que fue necesaria mayor voz para su vocación… Llamóle por su nombre estando un día solo, y con voz sensible le dijo: Diego, búscame en religión… Segunda y tercera vez repitió su Majestad… y reconociendo el bendito mozo era eco del cielo aquella voz, dejó su patria (Béjar) por obedecer, rendido, a quien se dignó llamarle con vocación tan señalada."

Según la Biblia y otras ideologías sagradas, los truenos son la voz de Dios. Protestantedigital.com

          Vino luego la capacidad de hacer milagros, y otros prodigios más:

       "…transitando desde la ciudad de Salamanca a nuestro convento de Peñaranda, llegó con su compañero a la villa de Bavilafuente en tiempo de tanta carestía, que después de exquisitas diligencias no pudo hallar el devoto hermano otro pan, que un panecillo de una libra. Este socorro era cortísimo, considerada la necesidad de los huéspedes, y de otros tres, que habían de ser de mesa. Lastimados los buenos hermanos de esta inevitable penuria comentaron su penalidad con el siervo de Dios, que oyéndoles con alegre semblante respondió: Pues si hay en casa una libra de pan, ¿qué más queremos? Prodigioso caso: puestos a la mesa los dos religiosos y los hermanos… remediaron a satisfacción su necesidad con aquel panecillo. Dividiose este, y cuando parecía habría cuando más una parvidad para los cinco, creció el pan en las manos de todos, y creció de suerte que al levantarse agradecidos de la mesa, dejaron en ella fragmentos sobrados. Una libra pesaron estos, y una libra pesaba el panecillo, haciendo Dios el gasto como de justicia al que esperaba fiel en sus misericordias."   


Regojo. Palabraria.blogspot.com

         "Fue singular en Zamora la curación de una noble señora, reputada de unos por obsesa, y de otros por dementada. Después que los físicos, apuradas las medicinas, la dejaron por incurable; y después de muchos años de conjuros, llevaron a la triste mujer a la presencia del bendito fray Diego. Recibiola el siervo de Dios en el confesionario con admirable serenidad, y después de administrarla el sacramento de la penitencia, rezó los evangelios, formando la señal de la cruz sobre su cabeza. Hallábanse presentes sus nobles deudos esperando algún estupendo prodigio por el gran concepto de santidad, que tenían formado del caritativo confesor; y quiso Dios, que desde aquel instante le alabasen en su siervo, viendo a la penitente con sanidad perfecta. Cesaron las furias, y quedó la buena mujer más cuerda que nunca, desmintiendo con su recogimiento, frecuencia de sacramentos y ejercicio de virtudes sus frecuentes locuras…".             

         "No hubiera sido varón tan extático el bendito fray Diego, si no hubiera sido tan amante de la soledad de su celda y coro, que rara vez faltaba de ellos… Y como   ni la caridad ni la obediencia interrumpían el silencio de su espíritu, llegó a grado tan eminente de contemplativo, que más parecía morador del cielo que peregrino en la tierra. Tenía frecuentes éxtasis y raptos, siendo tan profundo en aquellos como admirable en estos. La llave de los secretos que Dios le reveló, cuando padecía la enajenación de sus sentidos… se levantaba de la tierra tan aligerado de la pesadumbre del cuerpo, que volaba por el aire… En estos raptos fueron vistos en su devoto semblante… muchos resplandores, y otras veces un fuego maravilloso… que con él hablaba."


¿Levitación…? Bloganavasquez.com

     "…Llegó a tanto la insolencia del demonio, que picado de sus merecidos desprecios arrojó al bendito fray Diego contra una pared. Fue tan de veras el golpe, que con él le dejó maltratada la frente con una profunda herida… Reconoció la herida con su propia mano, y apretándola con un lienzo, se acogió a su acostumbrada oración. Concluida esta, salió en busca de quien le tomase la sangre para la cura, y desatado el lienzo fue vista su frente serena y sin cicatriz alguna. Con ser esta curación tan prodigiosa, aun fue más admirable la potestad que le dio el Señor sobre sus rebeldes enemigos. Para ahuyentarlos de los cuerpos, que poseían, no era necesario recurrir a los conjuros del siervo de Dios, ni que este tocase con su sombra al Energúmeno. Bastaba que pasando por las calles fuese visto, para que dando espantosas voces los demonios huyesen cobardes y confusos, dejando libre a la persona posesa. No fuera acaso tanta la potestad del bendito fray Diego, si no le hubiera perseguido con descarada malicia el enemigo, queriendo dejarle señalado de su mano. Hízole el tiro a la frente, y no viendo en ella cicatriz alguna de su furioso arrojo, se arrojaba después al infierno por no verle la cara, dejando por suyo el triunfo en la publicidad de las calles.          

Imagen reencontrada de un demonio de Goya. Museo de Zaragoza. Abc.es

        "Un día,… mereció le consolase el Señor y le dijese (que) se llegaba presto el término deseado de su peregrinación, y que moriría en el breve espacio de tres semanas. Recibió esta buena nueva con aquel júbilo de que están privados los que, oyendo semejante asunto con amargura, quisieran vivir, cuando mueren, porque no murieron cuando vivían (?) Participó… su importante secreto al confesor, que computando desde aquella hora los días, vio cumplido el oráculo el día señalado… Murió en el año del Señor de mil seiscientos y veinte y cuatro, en 21 de septiembre… "  

 Entierro de San Antonio Abad, por Fra Angelico. Museo del Prado.

       "Los religiosos de nuestro convento de Zamora, o porque temieron algunos disturbios o por evitar molestias, trataron darle sepultura con todo secreto. Así discurrían como hombres, cuando Dios, que siempre ha honrado a sus verdaderos siervos, conmovió toda la ciudad. Llevados de superior impulso, corrió al convento lo eclesiástico, lo noble y lo plebeyo, unos desconsolados con la pérdida de tal padre, otros alegres, renovando el concepto antiguo de su santidad. No hubo honra, ni aplauso de aquellos que consignó la Divina Providencia para tales lances, que no se viesen practicados con el precioso cadáver. Estos le tocaban los rosarios, aquellos con piedad animosa le cortaban el hábito, y todos le aclamaban por santo. Todos deseaban ver y tocar el cadáver, y fue necesario tomar la mano para templar su excitada devoción, y darle aquel día sepultura. "

      "Poco después de su dichosa muerte se apareció el bendito fray Diego a una persona muy sierva de Dios… y la reveló había entrado en el gozo del Señor media hora después que había expirado. Son muy distintos los juicios de Dios de los juicios de los hombres; y si a muchos hombres, reputados por santos, se les ha suspendido por años, por meses, y cuando menos por días la entrada en la patria, no es corto elogio de este siervo de Dios haberse reducido su purgatorio a la brevedad de media hora". 

Detalle del purgatorio en un retablo. Youtube.com

     "Cuarenta y ocho años después de su muerte, trasladándose nuestro convento antiguo de Zamora al sitio donde hoy permanece, se trasladaron a la nueva iglesia los cuerpos de los religiosos difuntos. Abierto entonces el sepulcro del bendito fray Diego, fueron vistos sus huesos de color dorado, y exhalando suavísimas fragancias. Y ora fuese su color rubicundo, índice del incendio de su caridad ardiente, ora representase la suavidad de su olor los perfumes de su oración, bien puede inferirse, atenta la santidad de su vida, se alegraron en el Señor huesos de tal olor y color."

         Finalmente habría que preguntarse qué podría representar para bejaranos y bejaranas del siglo XXI reivindicar su ciudad como la cuna de un personaje como fray Diego de Santa Inés. Tal vez valiera la pena sentarse al menos a pensarlo… ¿O no?            

Lecturas:

Béjar, Heráldica Municipal de Ricardo Gil Turrión

Rucquoi, Adeline: Los franciscanos en el reino de Castilla. 1994

 

5 comentarios:

  1. En momentos de grandes penurias, salen personas llamadas por Dios. Estos están dispuestos a seguirlo, dedicándose a aquellos que sufren y que carecen hasta de alimentos.....no es una vida fácil para ellos , porque siempre está el enemigo acechando y poniéndolos a prueba. Puede estar Béjar muy orgullosa de ese santo varón.

    Besos

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  2. Una lectura. Fuera de cualquier credo religioso o pensamiento político, no se puede negar que fue excepcional en momentos duros.

    Besos

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  3. Quise decir una lectura interesante...

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  4. Me ha recordado a mi último comentario, donde te dije un tanto en broma, lo del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, y mira por donde... Pero la cosa no queda ahí, porque te he leído detenidamente y me has dejado boquiabierto con los milagros y casos extraños de este fraile, cuya vida no deja indiferente a nadie, sea creyente o no.
    Interesantísimo y muy ameno, tu artículo de hoy.
    Un fuerte abrazo, Carmen.

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  5. He leído atentamente todo el artículo y, desde luego, comparto la reflexión final.
    Un abrazo,

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.