17 de diciembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (4ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: revista Cultural de Gibraleón nº18, diciembre de 2015.


     Como comentamos con anterioridad, Antonio Pizarro heredó a la muerte de su abuelo y de su tío, el mayorazgo o vínculo fundado por el primero, Francisco Pizarro y Pedraza. En él se incluían 1.734 ovejas, 281 corderas, 43 cabras y 20 chivas. Además se integró en su patrimonio, al menos en vida, el palacio del mayorazgo situado frente al desaparecido convento de las monjas dominicas de la Piedad

 El palacio de los Pizarro es el edificio de la izquierda del lienzo de soportales

      La edificación, de gran empaque, ocupa la mayor parte del lienzo norte de dicha plaza, otrora espacio presidido por el Palacio Nuevo de los duques, luego convento. A imitación de su señor y de las obras que se estaban llevando a cabo en esos momentos en la Plaza Mayor, con la edificación de los soportales que aún perviven, los Pizarro, Francisco Pizarro, el abuelo, y Antonio Pizarro, el nieto, costearán la construcción de un palacio, digno de su mayorazgo y linaje, con soportales, cuadra, bodega, patio cuadrangular y capilla particular

10 de diciembre de 2018

El Plan urbanístico de Béjar diseñado en 1941-42 por Fernando García Mercadal

Autor: José Muñoz Domínguez

     El primer plan urbanístico de Béjar fue diseñado en 1941-1942 por Fernando García Mercadal (Zaragoza, 1896-Madrid, 1985), creador de la primera obra de arquitectura racionalista de nuestro país (El Rincón de Goya, de 1926-1928) y el único arquitecto español –junto a Juan de Zavala– admitido en el selecto grupo de Le Corbusier que se reunía en las sucesivas ediciones del Congrés International d'Architecture Moderne (CIAM) celebradas en La Sarraz, Suiza (Foto 1). 



 Foto 1. El grupo de arquitectos reunidos en el CIAM de 1928. En el centro, tras madame Mandrot y otra señora, se ve a Le Corbusier.Sentado junto a una joven, Fernando García Mercadal (imagen tomada de http://ulbratorresarquitetura.blogspot.com/)


      En 30 de julio de 1941, García Mercadal y su socio, el arquitecto bejarano Tomás Rodríguez Rodríguez, recibieron del Ayuntamiento el encargo de elaborar el primer plan urbanístico de Béjar, o Proyecto de urbanización y ensanche, del que nos ocupamos seguidamente. 

3 de diciembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (3ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón nº18, Dic. 2015



Los Pizarro: el mayorazgo, sus propiedades y el palacio en Béjar


      La presencia de los Pizarro en el Béjar de la Edad Moderna, sobre todo entre los ss. XVII y XVIII, es constante: ejercen de padrinos de los hijos otros hidalgos, poseen extensas propiedades, molinos, tierras y rentas. Pero sin duda se les puede englobar en la lista de la nobleza tradicional, mas dedicada a mantenerse del trabajo que obtienen de sus tierras o de las rentas de sus molinos que a la inversión en las manufacturas textiles. Esta actividad, desarrollada desde la Edad Media en Béjar, viene a eclosionar en este momento gracias al patrocinio de los Zúñiga. Es entonces cuando algunos propietarios, deciden a imitación del duque invertir sus escasos ahorros en la compra de uno o dos telares. Las ganancias que les reporten serán sólo un complemento para sus pequeñas economías familiares[1]. Estos precarios comienzos se transformarán significativamente en el siglo posterior, convirtiendo Béjar en un foco industrial del oeste peninsular.



 Río Cuerpo de Hombre

       El caso de los Pizarro es abiertamente diferente: seguían manteniendo los ideales y privilegios de la nobleza castellana, lejos del trabajo manual y los negocios, fuera de los ideales ilustrados imperantes, atada a las rentas de la tierra, de la ganadería y de los beneficios extraídos de sus molinos.

26 de noviembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas 
Publicado:  Revista Cultural de Gibraleón (Huelva) nº17. Junio de 2015

         En 1713 dejará este mundo Francisco Pizarro y Pedraza y en 1729 le seguirá su esposa doña Ana López Dávila, según la partida de defunción, muerta “de repente”. Al fallecimiento de su padre heredará el mayorazgo de los Pizarro y el vínculo de los López Dávila, como hemos comentado, su hijo Francisco Pizarro y Pedraza quien, como clérigo, no tendrá descendencia legítima.

 Iglesia de El Salvador. Béjar

      A la hora de redactar su testamento en 1734 designará como heredero del mayorazgo a su sobrino Antonio Raimundo, hijo de Juan Vicente. El segundón de la familia había casado en tres ocasiones con mujeres nacidas en Gibraleón y con todas ellas tuvo descendencia, primero con María Camacho y Blanco, después con Mª Josefa Ojeda y Rivera y por último con su prima Mª Agustina Pizarro y Acorso. Nos interesa mencionar a algunos de ellos porque seguirán consolidando los intereses familiares en ambas villas hermanas. Con María Camacho y Blanco, Juan Vicente había tenido en Gibraleón en 1714 a Antonio Raimundo Pizarro y Pedraza, quien heredaría el mayorazgo fundado por su abuelo Francisco Pizarro y Pedraza en Béjar, como hemos dicho. Mientras sus hermanos José (habido con su prima Mª Agustina Pizarro Acorso), Francisco Tadeo (Gibraleón, 1737-1799), Antonia, Isabel, Juan Antonio (casado también con su prima Mª Antonia Pizarro y Acorso, nacido en Gibraleón y muerto en Béjar) y María (casada con el onubense José de Mora y Negro) permanecían Gibraleón, él se apartaría de la senda del linaje en tierras andaluzas para seguir la política de engrandecimiento familiar en tierras salamantinas. 

19 de noviembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón (Huelva) nº 17. Junio de 2015

       El apellido Pizarro resulta familiar a cualquier bejarano y no es la razón primordial que lo luzcan muchos paisanos en su carnet de identidad, no. Con el nombre de Pizarro se han bautizado a unos soportales situados en la antigua plaza del convento de monjas dominicas de la Piedad, fundado por los duques de Béjar a finales del siglo XVI en el antiguo Palacio Nuevo, hoy desaparecido. En el devenir cotidiano, en el transcurrir lento de las estaciones, cientos de bejaranos lo recorren arriba y abajo a lo largo de la calle Mayor, el eje principal que comunica el antiguo centro neurálgico de la villa, la plaza Mayor, y el moderno, La Corredera con su Parque Municipal a su vera. 

 Portales de Pizarro

       Pocos de ellos, sin embargo, saben que están pasando a la sombra de una antigua casa de mayorazgo que nada tiene que ver con el conquistador extremeño Francisco Pizarro y mucho con un linaje que vivió generación tras generación al servicio de la Casa de Zúñiga, entre Herrera, Belalcázar, Burguillos y sobre todo Gibraleón y Béjar. 

12 de noviembre de 2018

Sobre el Abuelo Mayorga, un autómata en el Ayuntamiento de Plasencia (Cáceres)

 Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero

*A Jorge Zúñiga, en contestación a su email sobre el Abuelo Mayorga de Plasencia.

        El Abuelo Mayorga es un muñeco “autómata” que se instaló en la torre del reloj del Ayuntamiento de Plasencia en el año 1743. El relojero era natural de Mayorga (Valladolid) y por eso la población le puso este nombre. 

       En 1811, en una de las muchas incursiones de los franceses en Plasencia durante la Guerra de la Independencia, los soldados franceses lo tiraron al suelo y lo destruyeron en venganza a unos acuchillamientos a afrancesados. “Episodios menos festivos como el horrendo crimen que bajo mis pies cometieron Manuela Rangel y otros vecinos airados acuchillando a los “afrancesados” que estaban prisioneros, en aquél aciago verano del año 1808.  En esos años nos invadieron en más de diez ocasiones las tropas francesas y se vengaron en mí haciéndome añicos y quemando mis restos.” Parece ser que lo repusieron en 1936, pero, por lo visto el peso que tenía paraba el reloj y lo eliminaron

 Abuelo Mayorga
Foto extraída de aquí

           El actual Abuelo Mayorga lo mandó reponer el alcalde Juan Francisco Serrano Pino en 1973. Fue un buen alcalde y el primero, en mucho tiempo, que se dedicó profesionalmente a la alcaldía. Fue el último alcalde no constitucional. Dio un cambio radical a Plasencia, que pasó de ser un Pueblo, a una pequeña Capital. Reformó el Ayuntamiento recuperando la fachada primitiva y la figura del Abuelo Mayorga. Cuando se presentó a las primeras elecciones constitucionales, yo formé parte del grupo que encabezaba: el GIP (Grupo Independiente Placentino) con la condición de no salir de concejal. Yo tenía una empresa y no podía dedicarme a enredos políticos. Le di mi apoyo porque vi la transformación de Plasencia desde que llegué hasta esas fechas. Y de su siembra vivieron algunos alcaldes posteriores. Salió como Concejal con un pequeño grupo de compañeros con los que sigo teniendo buena relación. Serrano Pino murió hace unos años, un poco olvidado, aunque los placentinos lo recuerdan con agrado. 

5 de noviembre de 2018

La Segunda Celestina y el duque de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        No fue la duda sobre la identidad de su autor lo que retrasó en un siglo el éxito editorial de La Celestina, ni tampoco la censura inquisitorial de que fue objeto más adelante (“Celestina lena, nequitiarum parens”. De institutione feminae christianae, Juan Luis Vives) lo que frenó su difusión. 

       Lo cierto es que hubo una Segunda Celestina (en realidad hubo varias, alguna atribuida a sor Juana Inés de la Cruz, y hasta una tercera y una cuarta), escrita y publicada en 1543 en Medina del Campo por Feliciano de Silva, natural de Ciudad Rodrigo, Salamanca. 

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