29 de septiembre de 2014

Gabriel y Galán y el Castañar

Un poeta engrandeció con sus versos el monte del Castañar de Béjar. Ya otros escritores habían puesto su acento en nuestra ciudad en épocas pretéritas, atraídos por el mecenazgo de sus duques como Lope de Vega o Góngora. Sin embargo, José María Gabriel y Galán sacaba de su alma el sentir y el amor por las tierras que le vieron nacer y otras próximas.


Nacido en Frades de la Sierra (Salamanca) en 1870, estudia magisterio en la universidad de Salamanca y en 1888 saca la oposición de maestro de primeras letras en la escuela de Guijuelo (Salamanca). Tras un corto periplo en Madrid para obtener el grado de maestro nacional, consigue su traslado a Piedrahíta (Ávila) donde ejerce durante seis años poniendo en práctica lo aprendido en la Escuela Normal. Por las cartas que escribía a sus amigos sabemos que era un joven introvertido, melancólico y sensible. De hecho solía firmar como "El Solitario". También que era extremadamante religioso. Por ejemplo, escribió estas líneas en ocasión del ajusticiamiento de un reo en Piedrahíta: 


"... pasado mañana, dará la justicia en esta localidad, el triste espectáculo de la ejecución del reo de un crimen cometido en una dehesa de este partido judicial, hace ya dos años. Dios lo recoja en el cielo..."

 


Pero he aquí que el amor derrumba su impenetrable muro de melancolía al conocer a doña Desideria García y Gascón, hija de terratenientes extremeños,  con la que se casa tras cuatro años de noviazgo en 1897. Por ella abandona la enseñanza y se traslada a Guijo de Granadilla (Cáceres) con el convencimiento de que administrar una dehesa propiedad de un tío de su esposa era mejor que dar clase a los pequeñuelos de los pueblos rurales. Allí, entre jaras y alcornoques, brotará definitivamente su vena de poeta (que quizá tenía un poco dormida, pues se le documentan versos compuestos a la tierna edad de 12 años), que no le abandonará hasta la hora de su muerte. Se considera su primera incursión seria en la poesía, destinada al gran público, la composición  El ama, dedicada a su madre muerta poco antes, con la que gana la  flor natural de los Juegos Florales de Salamanca del año 1901. Por entonces era rector de la universidad salmantina don Miguel de Unamuno, con el cual comenzará a intercambiar una prolífica correspondencia. Poco a poco conseguirá conquistar galardones en otras ciudades como Zaragoza, Murcia, Lugo o Sevilla. Su poesía es un canto a la vida de los humildes campesinos extremeños y castellanos. Muere en 1905, con 34 años, por una pulmonía mal curada. 
 A los Juegos Florales de Béjar de 1904, tan cerquita de Guijo de Granadilla, presentó Amor de Madre con la que ganó la Flor Natural. Todo bejarano que se precie sabe al menos los primeros, pues describen a la perfección el paisaje de los alrededores de nuestra ciudad.




I
¡Ved la verde maravilla
de belleza y de frescura
que puso Dios a la orilla
del desierto de Castilla
y del erial de Extremadura
!

Es el arpa soberana
donde vibran los rumores
de la ciudad bejarana,
que es una hermosa artesana
rica en virtudes y amores
.

Cuando, entregado a mis sueños,
tristísimos o risueños,
corro por tierras de hermanos,
de los campos extremeños
a los campos castellanos;

el geniecillo que vuela
cerca de mí noche y día,
el que mis penas consuela
y amorosísimo vela
mis sueños de poesía,

este dulcísimo aviso
me suele muy quedo dar:
«Despierta, que ya diviso
las lindes del paraíso
que llaman el Castañar
».

Y libre la mente, herida
de ensueños que dan enojos,
sacudo el alma oprimida,
dispuesto a bañar mis ojos
en la visión prometida.

Y mientras voy bordeando
el bello edén secular,
voy sin palabras forjando
un cantar más dulce y blando
que este grosero cantar.


II

La vida me da dolores,
pero también me da amores,
que es darme dichas muy hondas
¡Fueran acaso mayores
gozadas bajo tus frondas!

Mas, ¡ay!, que aunque peregrino,
tu visión no me has negado,
al cruzar este camino
siempre voy arrebatado,
con paso de torbellino.

Y aunque al pasar sé llevar
alma y ojos codiciosos
abiertos de par en par,
tus misterios más sabrosos
no puedo paladear.

Miro tus sendas oscuras
perderse en las espesuras
,
y presiento tus canciones,
y venteo tus frescuras,
y adivino tus rincones...

Y yo me fijo cantando
tu peregrina hermosura,
la música interpretando
del himno sereno y blando
que tu oleaje murmura.

Los ojos y el alma abiertos
del hijo de los desiertos
¡con qué delicia te ven!
¡Qué pobres mis pobres huertos,
después de visto el edén!

¡Qué mísera aquella higuera,
de donde cuelgo mi lira,
y aquella parra casera
que a mi dulce compás suspira
de mi guitarra severa!

Pulsárala en las hojosas
moradas de tus umbrías,
y fueran sus melodías
opulentas y pomposas
como tus frondas sombrías.

¡De aguas puras los rumores,
frescas sombras, brisas sanas
y perennales verdores!
¡Qué hermoso vergel de flores
es el vuestro, bejaranas!



III

Templo en que Naturaleza
puso grandiosa belleza
,
tan llena de majestad...
desde tu espléndida alteza,
mira la hermosa ciudad.

Blanca como una paloma
que descansa en el alcor,
el sol de la vida toma,
posada sobre esta loma,
como la abeja en la flor.

Lavandera y cardadora,
infatigable hilandera,
batanera y tejedora,

tiene historia de señora
y honrada vida de obrera.

Respira tus brisas duras,
sus ojos en ti recrea
y busca en tus espesuras
alivio a fatigas duras
de la perenne tarea.

Si hacer su epopeya quieres,
escoge en salmos austeros
plegarias de sus mujeres,
rumores de sus talleres
y cantos de sus obreros.

Por las abiertas ventanas
de fábricas y de hogares

penetran las brisas sanas
que agitan, dulces y ufanas,
tus árboles seculares.

Pues tiene tu rico aliento
música que da contento
y efluvios de esencia rica,
que la sangre purifica
y equilibra el pensamiento.

¡Hinche de salud briosa
la vida de esas legiones
de la gente laboriosa,
y reine en sus corazones
tu paz augusta y sabrosa!

Bejarano edén ameno;
¿qué es lo que no podrás dar,
si para hacerte más bueno
puso el Señor en tu seno
la Virgen del Castañar?

Bejarano paraíso:
si el cielo donarte quiso
ricos veneros tan bellos,
tu pueblo será preciso
que venga a abrevarse en ellos.

¡Abre veneros tan sanos,
y tus cultos bejaranos
y tus lindas bejaranas

beban perfumes cristianos
disueltos en brisas sanas!

Y almas y cuerpos al par,
en salud podrán cantar
este su más dulce anhelo:
«¡De Béjar, al Castañar,
y del Castañar, al Cielo!».


*****
Para saber más

**********

Estaré un tiempo fuera. Os dejo en la buena compañía de los versos de Gabriel y Galán.


17 comentarios:

  1. Todavía recuerdo aquella que decía "He dormido en el monte esta noche con el niño que cuida mis vacas" O algo así. El señorito que tiene el detalle de codearse con un pobre niño pastor quien comparte su "raquítica manta" con el poeta. Muy lacrimógena la poesía. Mi suegro, que era "salamanquino" -como le decían por Extremadura- era un gran admirador suyo.
    Un saludo.

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  2. Que maravilloso y relajante post Carmen. Leer estos versos y pasear los ojos por tu fotografía es todo un lujo. He disfrutado del verdor de Bejar. Que pena que se muera tan joven. Escribía muy bien y con sentimiento.
    Buen inicio de semana.
    Bss

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  3. Un gran poeta que encontró un gran motivo de inspiración en tu hermoso pueblo. Béjar puede estar orgullosa de qu tan insigne escritor le haya dedicado tan bellas estrofas.

    Besos

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  4. Un gran autor dentro de la poesía descriptiva y costumbrista. Excelente entrada, Carmen. Ha sido un placer leerla. Un abrazo.

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  5. Es agradable y música para el alma tan bello poema y hermosas palabras, gracias por mostramos un poco mas de Bejar y presentarnos a tan insigne poeta. un saludo y que te vaya bien.

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  6. Hola Carmen:
    Desconocido para y muy agradable conocerlo.
    La poesía costumbrista me agrada mucho. Conocer como es la vida del común através de esta forma es agradable para el espíritu.

    Besos

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Tengo una edición completa de los poemas de Gabriel y Galán y no dejo, de vez en cuando, de consultarla. Es el campo de ayer, sencillamente.

    Saludos, doña Carmen.

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  9. Creo que no había nadie de mi generación que no supiese recitar de memoria algún poema de Gabriel y Galán, entre otros "El embargo", con aquel "Señol jues, pase usté más alanti y que entrín tos esos" que declamábamos en la escuela engolando la voz y adoptando poses teatrales.
    Un abrazo,

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  10. Todo un placer recordar estos hermosos versos casi olvidados, la poesia es la sonrisa del alma y tambien la pena como en este caso. hermosos, sentidos, muy a nivel del pueblo los versos de Gabriel.
    Un beso.

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  11. Muy poco se puede añadir después de esta lección del inmortal profesor y poeta.
    Un abrazo.

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  12. Cuántas vidas truncadas en la flor de la juventud por enfermedades que seguramente hoy hubiera logrado superar, aunque otras nuevas las sustituyen. Cuánto más hubiera podido dar de sí esta alma sensible de haber tenido una vida más larga.

    Buenas noches, madame

    Bisous

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  13. ...Me jiedin los hombris que son medio jembras! Cien vecis te ijeque no se lo dieras,que al chinquín lo jacían marica las gentis aquellas. Ya no dici padri, ni madri, ni agüela. «Mi papá, mi mamá, mi abuelita...» así chalrotea...

    Que preciosa entrada Carmen. Buenos versos le hizo a esta tierra. Y que buenos recuerdo me has traido de Gabriel y Galan.
    Lo leía de chica tenía mi padre dos libros de él y de Luís Chamizo que ahora los tengo yo y de vez en cuando los leo.
    Un beso.

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  14. Como siempre, bien documentado el post. Las fotos, que veo que firmas, son estupendas.

    · un abrazo

    · CR · & · LMA ·


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  15. Por cuestión familiar, Gabriel y Galán siempre había significado para mí un nexo con Extremadura, su paisaje y sus cortijos y chozos, el viento, la hierba. Recuerdo a mi madre recitando en Navidad los poemas de este autor que hacían llorar a todos los extremeños que conocíamos en Barcelona.
    No sabía que fuera salmantino ni conocía de él más que los versos arrebatados y trágicos en castúo. Una sorpresa este poema descriptivo y bello.

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  16. Me ha encantado el poema de Gabriel y Galán. Como Cayetano recuerdo, bueno la verdad es que he olvidado, un poema sobre un pastorcillo o vauqero que cuidaba el ganado. Se le ha considerado un poeta menos, pero tiene una especial sensibilidad y desde luego es todo un lujo que haya hecho este poema sobre Béjar y el Castañar. Mi tío escribió un libro sobre la poesía de Gabriel y Galán, por ello le tengo un cariño especial.
    Un abrazo.

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  17. Así se llama el colegio donde trabajó mi madre en Salamanca: Gabriel y Galán. No conocía esos versos en los que Béjar está presente, nunca es tarde!! Un saludo! Alberto

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.