29 de agosto de 2021

Breve inventario de regocijos y jolgorios bejaranos civiles de la Edad Moderna y siglo XIX (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019, pp. 14-18.

     Adéntrate lector en este artículo en el que te ofrezco unas breves pinceladas sobre las festividades civiles, o más o menos civiles, con las que los bejaranos de otro tiempo rompían la monotonía de sus rutinarias vidas. Te adelanto que, si bien algunas se han mantenido a lo largo de la Historia, otras han sido engullidas por el loco devenir de los siglos. Y aunque la mayor parte disponía de un lugar fijo en el calendario y el componente religioso era el que primaba, las menos surgían de manera improvisada por obra y gracia de la familia ducal o del monarca que rigiera sus destinos. Las celebraciones plenamente civiles comienzan su andadura en el siglo XIX, a menudo vinculadas a hechos de armas. 

 

Gigantes y cabezudos en La Corredera.
Archivo Fotográfico y Documental de Béjar

       En todas, querido lector, bien sean fijas o puntuales, encontrarás unos denominadores festivos comunes: repique de campanas, aderezo de calles, ventanas y balcones, estallido de cohetes y fuegos artificiales, luminarias, encamisadas y mascaradas por la noche, construcción de arcos de follaje, contratación de compañías de comediantes y grupos de danzantes, sueltas de toros y corridas de novillos en las plazas del Castañar o de la plaza Mayor (salvo cuando se prohibían), al margen de las consabidas procesiones y romerías, misas, bendiciones y Te Deum[1].

 

21 de agosto de 2021

Fray Diego de Santa Inés, un bejarano olvidado

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez   

  Que fray Diego de Santa Inés nació en Béjar –no como fraile, por cierto, sino como un niño común- lo dice el mismo que cuenta sus hazañas, fray Juan de San Antonio, salmantino, en los capítulos XXI y ss. del II tomo de la Crónica de la Santa Provincia de San Pablo de la más estrecha regular observancia de nuestro seráfico padre San Francisco, 1729, que se puede leer completa en la red. Más aún, en estimación del autor fray Diego sería la octava abeja, mística eso sí, del escudo de su villa natal. Y con todo, ni wikipedia lo incluye  en la lista de bejaranos ilustres.

 

Antiguo escudo de Béjar, con siete abejas y un león. Salamancartvaldia  

 

       Como muchos ascetas, empezó oyendo voces a edad temprana, para luego desatarse todo lo demás:  

            "De otra suerte miraba a Diego el Padre de las Misericordias, acibarándole el gusto a las conveniencias mundanas, y llamándole con suavidad a las soledades del claustro. Eran frecuentes las inspiraciones, mas como la voz de Dios es tan sutil, no la percibía el cándido joven, divertido con el bullicio de su casa… Ya llegó a ser tanta su sordera, que fue necesaria mayor voz para su vocación… Llamóle por su nombre estando un día solo, y con voz sensible le dijo: Diego, búscame en religión… Segunda y tercera vez repitió su Majestad… y reconociendo el bendito mozo era eco del cielo aquella voz, dejó su patria (Béjar) por obedecer, rendido, a quien se dignó llamarle con vocación tan señalada."

14 de agosto de 2021

Posibles orígenes genealógicos de los Zúñiga en Chile

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez desde Chile
 

A mi nieto Sadi Alonso Díaz Zúñiga

 

         El apellido Zúñiga, que en 2080 cumple mil años, es el 51er apellido más común en Chile, con mayor incidencia en la región de O´Higgins (5,2% de la población nacional), donde en la comuna de Lolol alcanza el tercer lugar y en la de Coltauco el noveno. 

 

Castañares de las Cuevas, La Rioja. Cope.es


        Hasta ahora se había considerado la descendencia de Francisco López de Zúñiga y Meneses, marqués de Baides y conde de Pedrosa nacido en Pedrosa del Rey, Valladolid, que fue gobernador de Chile, el primero con títulos nobiliarios, entre 1639 y 1646 (Ecos de Béjar en Chile 1ª parte, Pinceladas de Historia Bejarana 02/02/2015); pero últimamente se ha puesto también atención en la de Francisco de Zúñiga Arista y Tejada, nacido en Castañares de las Cuevas, La Rioja, llegado al país en el siglo anterior.

7 de agosto de 2021

Un relato de la diáspora sefardí con tintes bejaranos

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez desde Chile

 

         Conocí a Sonia Martin en un pequeño círculo santiaguino de bné anusím, descendientes de judíos españoles y portugueses forzados a la conversión en 1492 y 1497, donde también estaban la abogada María Cristina da Fonseca y el bibliotecólogo Bruno Contreras, todos intelectuales ("Estos sí que son judíos, que tienen apellidos españoles", según mi madre). No manifestaban interés en someterse a procedimientos rabínicos para integrar)e a alguna comunidad organizada,  seguramente porque el "orgullo ibérico de sentirse suficientemente legitimados como judíos por su ascendencia" les hacía el trámite innecesario (Kaplan, Yosef: Judíos Nuevos en Amsterdam, Barcelona 1996).

 

Lápida en el cementerio judío hispano-portugués de Londres. Esefarad.com

 

        Perdido el contacto con Sonia por haberse radicado en EE.UU, recibí recientemente un correo suyo que me recordó una de sus novelas. Se trata de la que este artículo lleva el título, publicada en Santiago de Chile por editorial LOM en  2007.     

31 de julio de 2021

Sobre dos pinturas en la Purísima de Salamanca. El virrey Manuel de Zúñiga, San Genaro y la erupción del Vesubio de 1631

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

    Bajo el título El misterio de Rubens hallado en Salamanca, el blog libertaddigital.com informaba en abril de 2018 que  

       "Durante más de tres siglos la iglesia de la Purísima de Salamanca ha tenido un Rubens en el retablo que decora su altar, sin saberlo. Así lo afirma Matías Díaz Padrón, que fuera conservador jefe de pintura flamenca del Museo del Prado. Para probarlo acaba de publicar un artículo en la Revue Belge d'Archeologie et d'Histoire de l'Art, editada por la Real Academia de Arqueología e Historia del Arte de Bélgica, en el que demuestra que el “San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad” que acompaña a la imponente Inmaculada Concepción, de José de Ribera, es obra del maestro del barroco flamenco."

 

El San Agustín salmantino de Rubens. Es.wilipedia.org

24 de julio de 2021

Béjar y el ducado de Mandas, Cerdeña


 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        Mandas es un municipio italiano de unos 3.000 habitantes, situado en la zona centro-sur de la isla de Cerdeña. Su nombre tiene que ver con la actividad agropecuaria -corral para animales significaría en latín antiguo-, actividad que aún conserva junto con el cultivo de la vid y el trigo. Hay también yacimientos arqueológicos en los alrededores, que remiten a una época de gigantes y civilizaciones misteriosas, y un pequeño tren que une Mandas con localidades cercanas.  


     En 1297 el papa Bonifacio VIII entregó Cerdeña a la corona aragonesa, pasando a la española en el siglo XV. En 1614 Felipe III creó el ducado de Mandas y Villanueva, que por matrimonio de la III titular, Ana de Mendoza, con Francisco de Zúñiga, VII duque de Béjar, pasó a esta casa nobiliaria. Tras la guerra de sucesión (1713-1715), la isla fue entregada a Austria, pero el título continuó en la línea anterior hasta la muerte sin descendencia del XV duque de Béjar y XIII de Mandas en 1882, circunstancia en que la corona española lo rehabilitó en otro linaje (para que no poseyera tantos títulos y tantas posesiones una sola persona, dictaminó).

17 de julio de 2021

Cartaya y Béjar: seiscientos años de historia

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez  

 

         Cartaya -ciudadela en fenicio- es una localidad y municipio de la provincia de Huelva, Andalucía. Situada en el ámbito de la desembocadura del río Piedras, cuenta hoy con alrededor de 20.000 habitantes, dedicados principalmente a actividades económicas del sector primario (agricultura, ganadería, pesca), algunas del secundario (industria), otras del terciario (ocio, turismo) y también del cuaternario (cultura). Posee excelente clima, buenas playas, y dista por carretera 22 km de Huelva, 190 de Sevilla y 492 de Béjar.

 

Reconstrucción del castillo en 3D  aquí


        La heráldica municipal de Cartaya lleva en el centro un castillo de oro adjurado (aclarado) de sinople (verde) sobre un campo de gules (rojo) timbrado de corona de marqués, imagen estereotipada del edificio, o al menos de las murallas que de él quedan, enclavado en un alto en medio de la población.