Autora: Carmen Cascón Matas
El infante don Luis de Borbón, morador del Palacio de La Mosquera de Arenas de San Pedro, había nacido en el Palacio del Buen Retiro el 25 de julio de 1727, hijo de Felipe V y de su segunda mujer Isabel de Farnesio. Como era usual en las familias nobles de la época, fue educado en la carrera eclesiástica, pues ocupaba el quinto puesto en la línea de sucesión al trono de su padre. Por delante de él, se colocaban con preferencia los futuros reyes de España Luis I, Fernando VI, Carlos III y Felipe, duque de Parma. Su madre, que no pensaba en otra cosa que en el futuro alentador de sus hijos, viendo las escasas posibilidades de su último retoño, solicitó al Pontífice el capelo cardenalicio, por lo que se le nombró a la tierna edad de 5 años Arzobispo de Toledo. Quién sabe si la reina no veía en él a un futuro pontífice… Por de pronto, tal puesto le daba pingües beneficios, además de altas dignidades y privilegios. No contentos con todo ello, en 1741 y con 14 años, sumó el de cardenal de Sevilla.
"La familia de Felipe V" por Van Loo.
Los reyes aparecen sentados,en el centro.
Tras ellos y de rojo, el infante don Luis.
“Debo confesaros que el único motivo que tuve, en otros días para renunciar al gobierno de las mitras, fue la íntima convicción en que estaba de que no tenía vocación para el estado eclesiástico, y antes bien, de sentirme con inclinaciones incompatibles de aquel santo estado.”
Sin embargo, conflictos dinásticos vinieron a ensombrecer el panorama de la familia real española. Después de los cortos reinados y las muertes de sus hermanastros, Luis I y Fernando VI, volvió a tierras españolas para ocupar el trono español Carlos III, una vez renunciado a sus derechos a la corona de Nápoles que pasaron a su tercer hijo Fernando, desplazando al infante don Luis. El nuevo rey de España se trajo consigo a toda su familia, incluyendo a algunos de sus hijos nacidos en tierras italianas, entre ellos a su primogénito Carlos. La ley sucesoria especificaba claramente que los futuros poseedores del trono español debían haber visto la luz en España y haber sido criados en ella, por lo que, a partir de ese momento, era el infante don Luis el primero en la línea sucesoria y nos los hijos de Carlos III.
El rey de España a partir de ese momento comenzó a tratar con severidad a su hermano, provocando conflictos con la intención de apartarle del trono a favor de su hijo primogénito el futuro Carlos IV. La situación hubiese podido solucionarse si don Luis se hubiese casado con una de las hijas de Carlos III, pero éste último se empecinaba en que su hermano no se casase para evitar cualquier maniobra sucesoria por parte de éste.
Don Luis tuvo entonces que buscar relaciones sexuales con mujeres del estado llano como Mariquita García (que fue desterrada al quedar embarazada), Antoñita María y otras muchas. Carlos III, ante los devaneos de su hermano, decidió desterrarle de la corte.
Escribió el embajador de Francia Versalles:
“El infante don Luis tiene una predilección muy violenta por las mujeres. Hace tres o cuatro años que el rey, su hermano, informado de estas citas secretas, trato de poner fin a ello sin escándalos; el infante se hizo curar de una cierta enfermedad muy común en España y todo pasó bien; pero este príncipe, impulsado por su temperamento, se había buscado los medios para disponer de tres chicas a las que veía alternativamente durante los días de caza en el bosque, en los momentos en que estaba alejado del rey, a quien acompañaba siempre (...) en cuanto a las chicas y sus parientes, han sido echados y perseguidos”.
(Continuará)
BIBLIOGRAFÍA:
http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_de_Borb%C3%B3n_y_Farnesio
http://www.archimadrid.es/sanisidro/images/cardenalinfante.htm
PARAÍSO, A. Mª (coord.): Goya su tiempo, su vida, su obra. Ed. Libsa. Madrid, 2002.
Caramba con el infanzuelo, no sabía de su gusto por las faldas, aunque tratándose de un Borbón es comprensible. Hummm tan pequeño y ya querían meterlo a cura, ¡no sabían con quien lidiaban! Me hace gracia saber que pudo haber sido rey de España. Pues, desde luego, era difícil hacerlo peor que Carlos IV. Es posible que otro gallo hubiese cantado. Es pposible que hubiese toreado mejor a Godoy y hubiese sido más cauto con la vecina Grandeur en plena Revolución. ¿Qui lo sá?
ResponderEliminarSaludos y espero las entradas sigueintes y sus travesuras por Arenas de San Pedro, pues alguna haría y más con alguna moza de ese valle del Tiétar.
Pobre hombre, aqui el que nacia el ultimo tenia todas las papeletas para acabar metido en la iglesia, le gustara o no. Menos mal que el consiguio librarse, ya que no era su gusto hacerlo.
ResponderEliminarY que curiosa exigencia la de tener que nacer en territorio español, teniendo en cuenta que el padre de todos ellos era frances.
Por poco se lia otro buen conflicto dinastico, madame! Qus historia tan complicada la nuestra.
Buenas noches
Bisous
A ver que yo me entere, a los 5 años le nombran arzobispo de Toledo, a los 14 cardenal de Sevilla y ( logicamente por su edad) sin ejercer ninguna función ya obtenían beneficios y privilegios. No podemos levantar cabeza con tanto parasito desde que el mundo es mundo.
ResponderEliminarUn besote.
Interesantísimo personaje, al igual que yo estoy tratando del segundo don Juan, aquí nos encontramos con el segundo cardenal-infante, que acabría siendo Conde de Chinchón y mecenas del genial Francisco de Goya.
ResponderEliminarUn saludo
Fascinantes muchas veces las historias de los que ocupan en la historia dinástica un lugar secundario. Intrigas familiares por doquier. Los de sangre real también sos humanos con todos sus defectos. Y lo del gusto irrefrenable por el sexo contrario algo muy de tradición en los borbones (y borbonas).
ResponderEliminarUn saludo.
Me apunto al comentario de Juan: ¿Qué hubiese sido si...? A veces es muy entretenido perderte en estas disquisiciones.
ResponderEliminarAdemás, la atracción por el sexo no debería ser obstáculo para llegar a ser un buen gobernante.
Nunca lo sabremos.
Un abrazo, carmen.
¡Vaya, Carmen, y yo que pensaba que los benjamines de la casa hemos sido siempre los más mimados...! Así fue en mi caso, desde luego. Algo bueno había de tener el ser el 5º y último de los hermanos... Menos mal, que cuando yo vine al mundo las cosas funcionaban de otro modo y, por supuesto, no estaba al alcance de mi madre el convertirme en arzobispo de Sevilla. A ella le habría encantado pero yo lo habría llevado fatal, como el pobre de don Luis...
ResponderEliminarEn fin, parece que hubiera una conspiración planetaria, pues S.M. la Reina doña Isabel de Farnesio no hace sino cruzarse en mi camino últimamente, asímismo... Sin ir más lejos, dos de las obras de Murillo que muestro en mi última entrada, El Buen Pastor y San Juan niño..., formaron parte de su colección. El último, por cierto, fue el cuadro que presidió mi dormitorio, quiero decir, una copia..., malilla..., jejeje..., hasta que prácticamente me hice adulto...
Me encanta el de Van Loo que has rescatado para ilustrar la entrada..., muy francés, muy flamenco..., muy propio de la grandeur francesa recién importada...
Feliz y leve jornada, Carmen.
Un beso..
Carmen...
ResponderEliminarOtro monográfico que nos presentas que promete ser de lo más interesante. Y es que los conflictos dinásticos se las traían. Me apunto a lo que dice nuestro amigo Xibeliuss, que lo haga de puertas para dentro es asunto suyo, lo importante es saber llevar un reino o un país. Nos esperan más intrigas palaciegas, de eso estoy seguro.
Besos y gracias por tu apoyo, amiga.
Juan: bueno, ya sabes que los Borbones han sido muy falderos y no digamos los Austrias...
ResponderEliminarPodría haber sido rey de España si su hermano no l ehubiera quitado de enmedio. Extrictu sensu desde luego que tenía todos los derechos para serlo. En cuanto a Carlos IV, uno de los ejercicios más divertidos de la Historia ficción es imaginar qué hubiera pasado si...Nunca lo sabremos.
Un besito
Madame mInuet: paradojas históricas. Su padre francés y se le exige al heredero al trono ser español. Quizás fue una medida adoptada para que la descendencia de Felipe V sí heredara el trono, frente a sus opositores austriacos de la Guerra de Sucesión. Si esta medida se hubiese tomado en cuenta, a la muerte de Fernando VI, Luis hubiese sido rey de España con el nombre de Luis II. Lo lógico es que Carlos III hubiese seguido siendo rey de Nápoles y su hermano Felipe, duque de Parma, dejando el trono al único hermano que no tenía título.
ResponderEliminarEn fin, hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados. Aunque hay que decir que fueron las circunstancias y los manjeos de Carlos III quienes lo impidieron.
Un beso, madame, y feliz fin de semana
Juana María: la idea es que el niño fuese ordenado posteriormente y poder llegar al solio pontificio. Pero ya sabes los caprichos de los monarcas. Primero a cubrirle las espaldas económicamente al retoño y luego lo demás vendría después. Ni vocación religiosa ni nada. En la Historia estamos plagados de papas más guerreros y sanguinarios que cualquier mercenario que matara en las Cruzadas.
ResponderEliminarUn besito
Carolus II: efectivamente, un nuevo cardenal infante, como luego será el tercero su hijo Luis María. Creo que una de las cosas que se pueden agradecer a don lUis de Borbón fue precisamente que su camino se cruzase con el de Goya y que le alzase a la fama. Si no, ¿quién sabe?
ResponderEliminarA sus pies, majestad
Cayetano: sí, sí y Borbonas. Porque no digamos la inclinaci´çon por el bello sexo de Mª Cristina de Borbón, cuarta mujer de Fernando VII. Pero ésa es otra historia...
ResponderEliminarMe da pena don LUis de Borbón, porque su hermano hizo lo posible y lo imposible para que no heredase el trono español. Aunque, bien es verdad, que entonces la mayoría de los españolas morían de hambra (eso me da más pena aún). Pero dentro de las historias de la casa real ésta es de las más chuscas.
Un abrazo
Xibelius: desde luego. Por de pronto, Luis fue uno d elos infantes españoles más cultos que han existido junto a su sobrino el infante don Gabriel (éste no se casó y siempre se le tuvo por un lumbrera).
ResponderEliminarQuién sabe lo que hubiera ocurrido... Lo que sí sabemos es que sus hijos siempre tuvieron inclinación por los ideales liberales e incluso su hija Mª Teresa se exilió a Francia voluntariamente por obra y gracia de Fernando VII y su antiliberalismo.
A lo mejos don Luis hubiese defendido los ideales liberales, aún sufriendo la ocupación de Napoléon.
Un abrazo
Jose: así es que también lo hubieses pasado mal, ¿eh? jejej. Es que al pobre muchacho ni siquiera le preguntaron, ni esperaron a ver si tenía inclinaciones por tomar los hábitos. Y de niño no se nota, pero cuando el retoño empezó a tener la edad del pavo la cosa cambió. Imagino el mosqueo de Isabel de Farnesio, terrible.
ResponderEliminarPues me preocupo por tí, porque cruzarse con la reina Isabel de Farnesio no debe ser un plato de gusto, sobre todo por el carácter que tenía...jejeje
Espero que no se te aparezca por las noches.
Un beso
Félix Casanova: la verdad, no me imaginaba al asentado y afable Carlos III llevando a cabo intrigas contra su propia familia, él que era tan amante de los suyos. Pero, claro, cuando alguien se interpone en el camino y si éste conduce a la corona, la cosa cambia.
ResponderEliminarUn beso y sigo votando
Querida Carmen, paso a saludarte, ya estoy de vuelta de mis vacaciones.
ResponderEliminarGracias por tus gratas visitas.
Esta entrada es muy interesante, tu sabes que me encanta la historia de la realeza.
Te envio un gran abrazo
Besos Isthar
No sabia mucho sobre este infante pero no sé por qué simpatizo más con los hijos de la saboyana, aunque Carlos III no me desagrada del todo ... pero la Farnesio no me hace nada de gracia. Interesante entrada. Quiero avisar que he cambiado el nombre a mi blog y esta es la razón por la que el enlace no funciona. El nuevo enlace es el siguiente: http://mujeresdeleyenda.blogspot.com/
ResponderEliminarUn beso y feliz semana
Isthar: espero que las vacaciones te hayan sentado de maravilla. Creo que de hecho así es porque sigues presentándonos unas entradas muy interesantes en todos tus trabajados blogs.
ResponderEliminarUn besote y feliz sábado
Magnolia: a pesar de que todos o casi todos aborrecemos a Isabel de Farnesio seguro que habrá alguien que la ensalce. A ver si se pasa por aquí y nos deja algún comentario, jejej
ResponderEliminarMuchas gracias por enviarme aviso de tu cambio de dirección. Lo corrijo inmediatamente.
Un beso
Pobre Mariquita García, qué sería de ella... ¿el hijo era del infante?
ResponderEliminarSeguiremos leyendo tan intersante historia, siempre amena y didáctica y tan real como la vida misma. La realidad siempre supera la ficción, está claro.
Un abrazo guapa.
Carmensabes: por lo que parece el hijo de Mariquita sí, era de don Luis de Borbón. Pero no sé qué pudo ser de ellos. Habrá que investigar.
ResponderEliminarUn besito y gracias por tu comentario
¡¡¡5 años y arzobispo!!! no me extraña que luego saliera por peteneras...
ResponderEliminarDentro de lo que cabe tuvo suerte con Carlos III, otros hubieran tenido menos remilgos a la hora de quitarse de en medio a un pretendiente molesto...
Jose Luis de la Mata: tienes razón, desde luego. Al menos Carlos III se lo quitó de enmedio de manera metafórica y no físicamente. Al hombre no le fue tan mal, después de todo, y menos mal les fue a sus hijos. Pero, ésa es otra Historia...
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen...
ResponderEliminar¡Ostras¡ Este me lo había saltado, jeje. La verdad es que estos borbones no tienen precio, veremos lo que ocurre por Arenas de San Pedro. Excelente documentación y exposición, historiadora.
Besos
Félix Casanova: si no te lo has pasado. Que ya me has dejado un comentario ahí arriba, jejeje
ResponderEliminarUn besito