Publicado: Béjar en Madrid, Junio de 2009
El pasado día 24 de mayo, y dentro del programa de Equinoccio organizado por el Ayuntamiento de Béjar para este año, un grupo de bejaranos, con buen humor y a la espera de la bonanza del tiempo, pues el día se inició con negros nubarrones, preludio de un buen chaparrón, se animó a conocer un poco más el cercano paraje de Los Pinos. “Ruta de las coníferas”, anunciaba la programación, alentando a que acudiesen numerosos visitantes, atraídos por el olor a pino y el ansia intelectual de aprender.
A principios del siglo XX y en sucesivas fases, aquel Tomillar, exento de arboleda, también desapareció, como los compañeros de aquel castaño solitario. Un Béjar industrial y moderno no podía tener de fondo, recortado frente a la sierra, un túmulo, mezcla de cantos y tierra, señorío del popular tomillo (que parece ser no se llama así, sino cantueso), arbustos mediterráneos, jara y demás. De esta forma, se contrató al ingeniero vasco Arrieta para que asentara el suelo y lo poblara de coníferas de todas clases, con la intención de transformarlo en un paraje arbóreo. Posteriormente se hicieron nuevas repoblaciones en diferentes fases, mezcla de árboles de hoja caduca y perenne, adaptadas a diferentes condiciones de suelo, humedad y claridad.
Algunas de estas repoblaciones se están cuestionando en la actualidad, con el típico debate “pinos sí o no” y la adaptabilidad de tales especies a determinados tipos de suelo. El caso es que el bosque de hoja caduca parece que se va adueñando del paraje de Los Pinos, lenta e inexorablemente, de manera casi imperceptible, como una vez soñaron los ingenieros al repoblar el monte- frontera entre El Bosque y la escarpada sierra.
Me pregunto si no hubiera sido mejor repoblarlo respetando el original que hubo un dia, aunque se supone que, puestos a hacer un cambio, se trata de que quede mas bonito y embellezca aun mas el paisaje.
ResponderEliminarUsted que hubiera preferido, madame?
Bisous
A ver, a ver,... que esta entrada no la puedo yo dejar sin comentar jejejejeje, que estuvimos por allí un montón de gente haciendo una excursión la mar de interesante. Y, mira lo que son las cosas, ayer y hoy he sacado yo fotos de ese día en mi blog (y faltan dos más que saldrán próximamente).
ResponderEliminarA mi me gustaba más antes este monte, con sus densos pinares, aunque ahora tampoco me disgusta esa mezcla con árboles de hoja caduca.
Un abrazo.
Un abrazo.
Está claro, que aunque ahora no tenga la esencia que tuvo en su origen, este bosque hay que verlo y disfrutarlo...
ResponderEliminarQuién tuvo..retuvo no?
Gracias por tu hermoso trabajo amiga Carmen!! y por tus lindas palabras siempre en mi rincón, se agradece de veras!
Madame Minuet: visto lo visto, y dado que el suelo estaba muy deteriorado pues durante muchos siglos sólo crecieron allímatojos y arbustos, creo que fue la mejor solución. De todos modos la naturaleza es sabia, y poco a poco el monte vuelve a sus orígenes.
ResponderEliminarBesos
Juan Carlos: fíjate que al ver tus fotos me dí cuenta de que nos habíamos puesto de acuerdo. ¿Telepatía? Podríamos haber hecho una entrada conjunta como hace Manolo, ¿qué te parece para otra vez?. Además tenías mucho que decir porque eras uno de los "atrevisods visitantes" jajajaj.
ResponderEliminarBesos
Carmensabes: tienes mucha razón, tocaya. Y es que Béjar tiene unos alrededores campestres y serranos que ya quisieran algunos, jajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias, ya sabes que soy asidua de tu blog.
Besos
Recuerdo que en los años 80 el pinar estaba mucho más frondoso y era una delicia de paseo. Yo hice la EGB en el Colegio María Díaz, junto a este bosque del que tengo muy buenos recuerdos. Recuerdo que en el recreo "sobrevivíamos" recolectando moras, piñones y algunas plantas comestibles. Por cierto, Carmen, soy el visitante 3000, ¿he ganado algo?
ResponderEliminarFuese o no acertada la elección del tipo de àrboles que se eligieron para repoblar el monte,lo que está claro es que a día de hoy el paraje resultante,a mi modo de ver es expléndido.Yo paseo mucho por los pinos igual en verano que en invierno y es una delicia.Gracias a la Asociación El Cervunal pues la mañana fue muy didactica.
ResponderEliminarQué paisaje tan bonito! Me han entrado ganas de hacer un excursión a tu tierra. Lamentablemente de momento me pilla un poco lejos, pero me lo apunto para más adelante. Un besito!
ResponderEliminarHola Carmen, en mi país Uruguay, tenemos una casa en la playa "El pinar" las vacaciones allí son maravillosas, porque está en pleno océano Atlántico y por los pinos, bellísimos paisajes. Un abrazo
ResponderEliminarBesos Isthar
Roberto: Asi que recolectando para poder sobrevivir..., pero ¿en qué época fue tu juventud? En el Mesolítico, jajaja
ResponderEliminarPues ya ves, por intentar manipular el blog se me ha ido el contador, así que de premio nada.
Besos
Juana María: nos lo pasamos muy bien aquel día. Es un paraje muy conocido por los bejaranos, pero también desconocido, porque no sabíamos su génesis.
ResponderEliminarBesos
Ana Trigo: si quieres no pasar calor este verano puedes disfrutar de nuestra sierra. Siempre se ha dicho que en Béjar calor por el día y frescor por la noche. Por lo menos podemos dormir.
ResponderEliminarBesitos, guapa
Isthar: qué preciosidad!!! Aquí en Béjar es lo que nos falta, el mar.
ResponderEliminarBesos
Fue una excursión muy interesante, la lluvia no impidió que lo pasáramos estupendamente conociendo mas a fondo la zona.
ResponderEliminarHenar: sí, opino lo mismo. Esperemos que este tipo de iniciativas se recupere para el año que viene. Allí nos veremos.
ResponderEliminarBesos