Abrimos en verano (1ª Parte)

Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.512. 22 de agosto de 2008

Este es el lema escogido por la Junta de Castilla y León para llevar adelante su programa de apertura de monumentos durante el verano, en colaboración con los distintos obispados de la región. Se han escogido para tal fin zonas turísticas de gran riqueza patrimonial (ciudades patrimonio, románico norte, mudéjar al sur del Duero…), proponiendo diversas rutas a través de algunos de los monumentos religiosos más importantes, que abren sus puertas a los turistas las mañanas y las tardes casi todos los días de la semana.

Béjar y alguno de los pueblos de su entorno han sido incluidos dentro de esta plausible iniciativa. La ruta por las iglesias de la Sierra de Béjar es uno de los itinerarios trazados dentro del área monumental que se ha denominado Sierras del Sur, que se compone de otras rutas por el patrimonio eclesiástico de Ciudad Rodrigo, de la Sierra de Francia, y de la zona abulense del Barranco de las Cinco Villas. Las iglesias que componen el recorrido por nuestra comarca son las parroquias de San Juan y de Santa María de Béjar, la de Ntra. Sra. de la Asunción de Montemayor del Río, su homónima de Candelario, y la parroquia de Santa María la Blanca de Fuenterroble de Salvatierra. Esperemos que para el próximo verano la oferta se pueda ampliar, incluyendo tras iglesias importantes como las de Puente del Congosto, Navacarros, Cespedosa de Tormes o Colmenar de Montemayor, por citar algunos ejemplos.

 Torre- campanario de San Juan Bautista.

Béjar

En la zona más elevada del Béjar histórico se construyó la iglesia de San Juan Bautista. Comenzada, como las más antiguas de Béjar, a principios del siglo XIII en la fase tardía del románico. Conserva de esta primitiva fábrica su único ábside semicircular y el tramo presbiterial, cerrado con bóveda de cañón apuntado, que se refuerza con arcos ojivales. De este momento también es la torre, muy deteriorada y agrietada, en cuyo último cuerpo se abren varios arcos apuntados doblados. La nave primitiva se sustituyó en el siglo XVI por otra mucho más amplia, aunque conservando las dos portadas medievales; la principal de un gótico muy clásico. En el interior de la nave, unos enormes arcos diafragma soportan la techumbre de madera (que nada tiene de mudéjar como alguna vez se ha dicho), descansando en ménsulas acapiteladas renacentistas. El coro ya es obra del siglo XVII.

En las primeras décadas de este siglo se debieron de ejecutar los tres arcosolios manieristas junto al ábside. El de la costanera norte acoge el enterramiento del licenciado Bartolomé López Dávila, con la imagen del canónigo retratado en actitud orante según la moda escurialense. De los arcosolios que flanquean el arco triunfal destacan la escultura barroca de San Francisco, y el relieve dieciochesco que en origen acogía la Asunción de la Virgen coronada por la Santísima Trinidad. La capilla de los Aguilar, de principios del siglo XVII, se cubre con una bóveda de medio cañón segmentada por arcos al estilo de lo que Pedro de Ybarra trazó en las dependencias de la catedral de Coria. En el testero de la capilla, un lienzo de 1629 con la Virgen y San José adorando al Niño, atribuido a Bartolomé Román, recuerda a obras de Murillo. Del siglo XVIII parecen las magnificas esculturas de la Dolorosa y Ecce Homo cobijadas en el nicho meridional de la nave. Se trata de una iconografía más andaluza que castellana.

  Interior de la iglesia de San Juan Bautista

Béjar

La iglesia bejarana de Santa María también fue fundación medieval, y de este momento conserva su precioso ábside mudéjar (muy extraño en estas latitudes), y los cuerpos bajos de la torre, cuyo cuerpo de campanas es ya de un clasicismo cercano al 1600. La nave, como en la parroquia de San Juan, es ampliación del siglo XVI; aunque la reforma tuvo que ser aquí anterior, como ponen de manifiesto el perfil gótico de los pilares de los arcos diafragma que soportan la techumbre. La obra del coro se hizo posteriormente en un lenguaje más clásico.

Iglesia de Santa María la Mayor.

Béjar

Un buen número de retablos barrocos y rococó ha conservado esta iglesia. El mayor, del segundo cuarto del siglo XVII, es un ejemplo espectacular de la escuela salmantina de ese momento, donde la talla y el relieve se anteponían a la pintura. En él trabajaron artistas de la talla de Pedro Hernández, Francisco Sánchez, Andrés de Paz o el pintor Miguel Ciprés, que policromó el retablo de forma magistral. Magnífico es el grupo escultórico de la Piedad que se venera en la capilla del sotocoro, obra de finales del XVIII cercana al neoclasicismo. Sobre su autoría, Nicolau Castro apunta hacia José Salvador Carmona. Lo que no tiene sentido es pretender adjudicar esta obra a un maestro del barroco pleno como Alejandro Carnicero.

Continuará