Autor: Javier R. Sánchez Martín
Publicado: Béjar en Madrid, Julio de 2006
Así se titula un pequeño libro publicado en 1966, cuyo autor es Rufino Agero Teixidor, una copia del cual ha llegado a mis manos gracias a la amabilidad de su hijo Rufino Agero Olleros. He leído el libro con mucha atención, porque los libros de temática bejarana que alguien tiene la deferencia de hacer llegar a mis manos suelen ser para mí pequeños tesoros de cuya lectura me gusta disfrutar.
Las intenciones de D. Rufino al escribirlo están claramente expresadas en el prólogo: «traigo aquí un conjunto de voces bejaranas, de sabor típicamente localista, expresivas de modismos propios de un pueblo, que se sirve de ellos para manifestar particularísimamente sus ideas y sentimientos.»
Rufino Agero en la primera fila, segundo por la izquierda
Fotografía extraída de Archivo Fotográfico y documental de Béjar
De entre las palabras y frases que figuran en el libro voy a entresacar y comentar sólo unas pocas. Algunas de ellas son conocidas y se siguen utilizando, otras las hemos oído en alguna ocasión, aunque ya prácticamente no se emplean, y otras pertenecen a la cuenta de pérdidas de esta variante bejarana de nuestro rico idioma, que algunos están empeñados en dejar de llamar español para dejarlo sólo en castellano. Porque es cierto que originariamente fue sólo castellano, pero pasó a ser español cuando se comenzó hablar en toda España, y con ese nombre, español, se exportó a todo el mundo. En Latinoamérica la gente se refiere a él como “español”, y en los países anglosajones como “Spanish”, y te ponen cara rara si dices “Castilian”. De esto último soy testigo directo, pues he utilizado para nuestro idioma la palabra “Castilian” adrede con ingleses y norteamericanos para ver qué cara ponían: la mayoría de extrañeza.
Pero hablemos del libro de D. Rufino, que me voy por las ramas. Comenzaremos por la palabra “aloque”, que designa el vino clarete de nuestras viñas, el cual, al beberle puro en la bodega del cosechero, se sube como “un loco” a la cabeza (palabras del autor). Y quien de los lectores no ha hecho nunca “calillos”, es decir “novillos”, en definitiva, faltado al colegio sin causa justificada.
Los que tienen o han tenido un pozo, seguro que conocen la palabra “carambuche”, que es un recipiente improvisado, habitualmente de hojalata, atado con una cuerda, para sacar agua del pozo.
Pero si el uso de algún término está generalizado en Béjar es el de ¡TO!, posiblemente apócope de “toma”, y que sirve para expresar un estado de ánimo, de forma interpretativa o admirativa o incluso dubitativa. También ¡COI! se emplea en Béjar de forma similar al “to”, e incluso otra palabra de significado parecido podría ser ¡Jolín!.
Los Dos Hermanitos, "picurutos"de la Sierra
Cuando alguien habla de “coñearse”, sabemos que es mofarse, reírse de una persona. Una “corrobla” es la reunión de varias personas para divertirse, comer, beber, conversar. Cuando alguien se “descuajeringa”, es que queda como desjarretado, con piernas y brazos como muertos o inútiles; por extensión se aplica también a cosas.
¿Quién, cuando era niño no ha “embocado” la pelota (u otro objeto) en un balcón, en un tejado o, en general en un sitio poco accesible? Seguro que alguna vez hemos oído decir de alguien que está “escuchimizado”, lo que significa que está muy delgado. La “gobanilla” es el nombre dado a la muñeca del brazo.
La “fachina” era una huerta del monte, generalmente en las laderas del Castañar, dedicada al cultivo de frutales y patatas. El “gua”, es un hoyo pequeño en el suelo (yo recuerdo haber jugado a un juego de ese nombre).
El adjetivo “manío” se emplea para carne atrasada, que huele mal. La “mantelada” es la torta de pan (lleva anises) que se hace para San Antón, para comer con ella el chorizo. Un “perro” era un chato de vino, o mejor, su valor, ya que se llamaba así por la perra gorda de cobre, del siglo XIX, que se utilizaba para pagarlo, y que desapareció en 1939. Un “pardillo” es un novato, un principiante.
En Béjar se conocen como “pesqueras” las represas que se hacían en el Cuerpo de Hombre para embalsar el agua que utilizan las fábricas -a las que se hacía llegar por una regadera-, bien para mover las ruedas de cárcabo o las turbinas, o bien para realizar las operaciones en húmedo (lavado de lana, batanado, tintura…); también a veces se bañaba en ellas la gente.
Paisanos bebiendo aloque o un "perro", quién sabe
Fotografía extraída de Archivo Fotográfico y documental de Béjar
Se llama “picuruta” a un pico, generalmente el más alto, de una montaña. Si te da un “torzón”, es un cólico cerrado, aunque en la actualidad se utiliza para designar la indisposición que se puede sufrir cuando se come mucho. Y, como consecuencia del torzón, puede venir la “zurreta”, que es la descomposición ligerísima del vientre.
En la categoría de frases especiales habla, por ejemplo, de “cachar los morros”, que es romper la cara y los labios de una bofetada o un puñetazo, aunque actualmente se utiliza más como amenaza que no se va a cumplir (¡que te cacho los morros!). Pero, desde luego, más grave es “cascar el peine”, que en su origen era una frase utilizada por cardadores y tejedores para designar la rotura del peine con el que cardaban la lana o apretaban la tela. Es, desde luego, una frase muy gráfica que significa que alguien se ha muerto.
“Dar la cabeza” (o el cabezazo), es dar el pésame al pasar por delante de la presidencia de un duelo. Los que “están de coña”, es porque están de broma, de cachondeo, no toman nada en serio. Cuando alguien “se hace el longui” es porque no quiere saber nada de algún tema, o porque se desinteresa aún sabiendo. Y qué emoción tenía para los muchachos “ir de tonda”, es decir, ir en cuadrilla a coger frutos de los árboles o de las huertas sin permiso del dueño. Claro que, como te pillara, te podías preparar.
A la frase “mear fuera del tiesto” se le asignan distintos orígenes, según el lugar. En Béjar se refiere a cuando se recogían los orines de los obreros textiles en grandes tinajas que solía haber en todas las fábricas (también se recogían por las casas). Este líquido se utilizaban después en la operación de batanado, para obtener medio ácido; no se podía mear fuera de la “tinaja” (a la que, con humor, el habla popular llamó “tiesto”), para no desperdiciar ni una gota de este líquido tan útil para dicha operación textil. El significado universal de esta frase es salirse del tema de una discusión, decir algo que no viene a cuento, o incluso hacer o decir un despropósito.
Si a alguien “se le alegró la pajarilla” es porque esa persona estaba alicaída y, de pronto, cambiósu estado de ánimo y se puso contenta. Sentarse “a repatajón” es sentarse a horcajadas sobre caballo, asno, mulo, moto, etc.
Y así podríamos seguir con esta entrañable relación que seguro que a todos los bejaranos nos trae gratos recuerdos, y quizá más especialmente a los que ya peinan canas.
El Río Cuerpo de Hombre y la" pesquera" de Los Ladrones
En 1991, Manuel A. Marcos Casquero, bajo el título de “El habla de Béjar” escribió un libro mucho más completo y documentado, pero el de D. Rufino tiene el mérito de ser el primero en el que se hizo una recopilación seria de términos (125) y expresiones (53) más ó menos específicas del habla de Béjar. El semanario Béjar en Madrid de 29 de junio de 1968 anunciaba una 2ª edición de esta obra, aumentada en más de cien voces nuevas, pero nunca llegó a ver la luz.
No obstante, sigue habiendo palabras que yo creo bejaranas y que siguen sin ser “inventariadas”. Por ejemplo, me viene a la mente “pelajustrana”, que se refiere a alguien, generalmente mujer, con el pelo muy alborotado, enredado. Y hay más.
Está claro que el idioma es una cosa viva y, por tanto, siempre en constante evolución.
Querida amiga, paso a saludarte,pues he estado bastante mal , pero por suerte estoy mejor.
ResponderEliminarMuy interesante tu entrada.
Un gran abrazo
Besos Isthar
Madame, me ha hecho gracia que algunas de esas palabras me resultan muy conocidas. Sí que uso escuchimizado, y lo de descuajaringarse, a veces como partirse de risa, o sea, quedarse asi, todo desjarretado de tanto reir.
ResponderEliminarY lo del pardillo tambien, jiji. Y no digamos lo de mear fuera del tiesto o hacerse el longui.
Lo que no sabia yo era que estaba hablando bejarano!
Muy curiosa entrada, madame, me ha encantado.
Feliz noche del sabado
Bisous
Preciosa entrada, Carmen. Como a Madame, hay algunos giros que me resultan muy familiares. Otros no los conocía y son dignos de colección.
ResponderEliminarSaludos.
Muy bueno, estas entradas producen una sensación parecida al "aloque".Se suben a la cabeza. Repito Muy bueno
ResponderEliminarQuerida Carmen, muy didáctico como siempre tu post, las palabras me pierden, me enloquece la riqueza linguística propia de cada región, provincia, pueblo...
ResponderEliminarEn esta ocasión, me quedo con: La “mantelada”, vamos que si me quedo.
Un abrazo!
Isthar: ¿de salud?. Espero que la enfermedad haya remitido. ¿Emocionalmente? Sólo puedo decirte ÁNIMO.
ResponderEliminarUn besazo grande
Madame Minuet: jejjejje. Quizás en el artículo también se recojan modismos que se hablan en otros lugares de España y también en Béjar. Pero es que muchas veces uno no sabe si "esos palabros" tan curiosos son particularmente de la tierra de origen o no.
ResponderEliminar¿Sabe que cuando se ven por escrito hacen más gracia?. Parece que a la hora de hablar se utilizan de manera tan natural que uno no se da ni cuenta.
Un besazo e igualemente le deseo con el domingo
Xibeliuss: transmitiré mis felicitaciones al autor de su parte. Anímese y haga algo parecido de sus tierras sanabresas a ver qué resultado obtiene. Seguro que hay muchas palabras utilizadas allí que coinciden.
ResponderEliminarUn beso
Archivo fotográfico: ya sabes que Javier es un monstruo, tanto de la Historia textil de Béjar, como de la escritura (y no es peloteo, Javier, que tú lo sabes, jejeje).
ResponderEliminarYa ves que te he tomado "prestadas" algunas de tus imágenes sin permiso, pero como tengo tu augusta aprobación, pues eso. Espero que no me mandes a los de la SGAE.
Un abrazo reputado experto
Carmensabes: pasaré tus felicitaciones al autor (yo soy una mera técnica, en este caso, que cuelgo en el blog el texto y lo adorno de imágenes para ilustrarlo).
ResponderEliminarPues yo también me quedo e invito a todos virtualmente a comer "mantelada" (panecillo con anís y chorizo asado que se come por aquí en la festividad de san Antón). Riquísimo!!!!
Besos, tocaya
Carmen , genial .Tu dedicación y estudio me parece fabuloso .
ResponderEliminarAl igual que madame minuet , muchas de estas palabras las conocía y las he utilizado .
Ha sido todo un placer esta publicación ,ya soltaré alguna palabrilla de estas je, je ,je .
Un beso y abrazo .
En este mundo globalizado los localismos están en peligro de extinción, y es que una cosa son las expresiones de los lugares y otras muy distintas las patadas al diccionario, creo que es posible y necesario la supervivencia de las primeras sin caer en lo segundo.
ResponderEliminarVaya palabrería que se usaba y se sigue utilizando. Yo me quedo con el famoso TÓ y de Béjar. Un abrazo
ResponderEliminarLoli Martínez: muchas gracias por tus felicitaciones. Se las haré llegar a su autor (de todos modos seguro que las lee personalmente).
ResponderEliminar¿A qué es a veces difícil soltar estas expresiones en los círuclos cultos porque pensamos que están mal utilizadas? A mí me pasa con frecuencia y resulta que son características del habla de cada lugar. Merece la pena no perderlas.
Un besazo
José Luis de la Mata Sacristán: tienes mucha razón. No hemos de perder los dichos, las expresiones y modismos que utilizaban con asiduidad nuestros antepasados. Muchas palabras que oímos "extrañas" a las personas mayores resultan ser correctísimas. ¿Por qué en el lenguaje culto las obviamos? Quizás porque creamos que son "de pueblo" y mal usadas. Convenzámonos de que todos somos "de pueblo", del pueblo y no negar nuestras raíces.
ResponderEliminarUn saludo
Henar: cuánto tiempo!!!!Veo que has puesto tu foto para que se te reconozca, jejej.
ResponderEliminarPues yo también me quedo con ésa, porque la utilizo sin considerarla incorrecta. Es uno de nuestros símbolos más característicos, ¿para qué rechazarlo?
Besos
Que gracia me hace ,yo algunas palabras,¡Coi!,¡To!,¡Jolín!las uso mucho,eso querrá decir que tengo ya más años que la Tana¿quién era la Tana?.Y lo de ¡mi niña,mi niño!expresión tan bejarana.Que curioso Javier,realmente yo nunca hubiera pensado que estas expresiones fuesen casi exclisivamente bejaranas.
ResponderEliminarMuy interesante Carmen.Besitos.
hola..
ResponderEliminarpasaba a saludarte
un abrazo!
Gracias a todas/os por vuestros comentarios a mi artículo.
ResponderEliminarJuana María, en realidad algunas de estas palabras pueden considerarse localismos, pero está claro que los bejaranos no tenemos la exclusividad. Bien porque se han extendido desde aquí a otros lugares, o bien porque llegaron a Béjar en un determinado momento procedentes de otros sitios y se quedaron por esta zona.
Desde luego uno de los problemas de la globalización es que se pierde lo específico en "beneficio" de una cultura global, a mi modo de ver poco enriquecedora en muchos aspectos.
Pero es lo que hay.
Abrazos para todas/os.
Javier R. Sánchez
yo fui de los que llego a Béjar y no le extrañó el "TO" pues en mi pueblo se utilizaba y de la misma forma en lso mismo scontestos
ResponderEliminarmi pueblo es rico en expresiones y palabras autoctonas
saludos moza
cuentos brujos: pues enhorabuena y que no se pierda!!! Al que le disguste el TO que "cierre" los oídos, o que no los cierre y sienta curiosidad por saber qué significa.
ResponderEliminarUn beso, brujo
Allek: muchas gracias por pasearte por mi blog y dejar tu comentario. Espero que te haya gustado.
ResponderEliminarUn saludo
Pasé a echar un ratito de lectura y a desearte todo lo mejor.
ResponderEliminarSaldos y un beso!
La sonrisa de Hiperión: muchas gracias y lo mismo te deseo
ResponderEliminarMe ha encantado leer estos términos, algunos de los cuales también se usaban (ahora se hace poco) en mi pueblo, Sax, de la provincia de Alicante: gobanilla, escuchimizao, guá y alguna más, que creo son más generales, como estar de coña y alguna expresión más. ¿Por qué no te animas a recoger otras, ya que siguen si estar "inventariadas"? Besitos, guapa.
ResponderEliminarSe me ha olvidado decirte que me gusta mucho el cambio que has hecho. La foto es preciosa y el fondo manuscrito también. Enhorabuena.
ResponderEliminarIsabel Romana: lo de inventariar en serio tantos términos variopintos del "bejaranismo" se lo dejo a intelectuales de la talla de Javier, autor de este artículo, o de Manuel Antonio Marcos Casquero, compilador y recreador de estos giros del lenguaje en su libro "El habla de Béjar".
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro de que te guste el cambio.
Un beso
Querida Carmen paso a saludarte y decir que aprendo cosas interesantes y curiosas muy buena entrada. Felicidades.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo
Besos Isthar
Isthar: muchas gracias por tu visita. Ya sabes queésta es tu casa.
ResponderEliminarUn beso
Tó! y yo soy de Hervás y se nota la poca distancia entre las dos ciudades.
ResponderEliminarUn beso, Carmen Cascón
Jose A. Bejarano (jejejj)
De Hervás era mi abuela
EliminarEl de arriba a la izquierda, en la foto, el de gafas, era mi abuelo. Era el maestro de Béjar.
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