La Escuela Industrial de Béjar fue fundada en 1852 gracias al esfuerzo
de un pensador y prohombre nacido en la ciudad, don Nicomedes Martín Mateos, con el apoyo, eso sí, de la burguesía, ayuntamiento y diputación
dentro de un proceso de expansión de las enseñanzas técnicas que se estaba
consolidando en España. La idea no era nueva, pues España se estaba sumando
tarde a un modelo ya implantado en Gran Bretaña o en Francia desde hacía medio
siglo. El objetivo consistía en alfabetizar
a las masas obreras, por lo menos en lo que se refería a la enseñanza
elemental, y obtener de ese modo una mano
de obra cualificada adaptada a la industria.
Unamuno |
La primera intentona de Escuela
Industrial en Béjar sucumbió en 1868 por falta de entusiasmo y recursos
económicos por parte de la diputación provincial. Sin embargo, los
intelectuales bejaranos no se dieron por derrotados, abriendo una Escuela Municipal con el apoyo del
consistorio y de la Sociedad Económica
de Amigos del País con las mismas premisas que la fenecida. En 1886 sus esfuerzos se vieron
recompensados al ser integrada como Escuela
de Artes y Oficios oficial y en 1900
al ser reconocida como una de las nueve primeras Escuelas de Artes e Industrias de España junto a las de Madrid,
Alcoi, Gijón, Cartagena, Las Palmas, Terrasa, Vigo y Vilanova i la Geltrù.
El primer curso de la reconocida escuela fue inaugurado
por el conde de Romanones, creador
de estos nueve primeros centros educativos, acompañado por el rector de la
Universidad de Salamanca Miguel de
Unamuno. El gran pensador asistió a la apertura del curso durante varios
años y destacable es la placa que se
colocó en el edificio de la Escuela (entonces en el convento de San Francisco y
hoy en el Centro de Formación Profesional) en conmemoración su discurso de
1903.
Claustro del convento San Francisco, sede de la Escuela en 1909 | . |
Hoy os traigo el discurso
pronunciado por Unamuno en una de esas ocasiones, en concreto en octubre de 1909. En él hace una reflexión
sobre la inmortalidad y la educación, con especial incidencia en la educación
femenina, el papel de los padres y la enseñanza pública.
“Señoras y señores.
Una vez más me encuentro entre
vosotros y en una especial situación de ánimo, ya que desde hace algún tiempo
formé el propósito de hablar cuanto menos posible en público. Fiel a ello he
rehusado recientemente solicitaciones al respecto, pero creí que no podía ni
debía hacerlo con vosotros, ya que estas pocas palabras de la inauguración del
curso de la Escuela de Industrias de Béjar es cosa que se ha incorporado a los
hábitos normales de mi vida.
Vuestro director y vuestro
secretario han hablado de esta lápida,
que aquí está, y conmemora la
inauguración de este edificio con mi asistencia, que en ella se menciona.
Me congratulo de haber inaugurado esta Escuela, pero es cosa triste que tengan
las lápidas que recordar ciertas cosas, que en la frágil y perecedera memoria
de los hombres se borrarían. Las lápidas
conmemorativas tienen algo de epitafio
siempre y son una prueba del hambre
que nos consume a todos, confesémoslo o no, de inmortalidad. Queremos que al menos quede nuestro recuerdo [...].
El tiempo ha destruido las moradas de los vivos, las de paso y ha respetado las
de los muertos. La muerte es la más
solemne y fecunda preocupación […].
Claustro del convento de San Francisco
Educación
es la vida toda del hombre y esa
educación no se interrumpe un instante. Esta Escuela representa un grado,
un grado técnico, en esa educación. A ella venís desde otras escuelas y de ella
saldréis a la escuela del mundo.
Venís a esta Escuela desde las escuelas públicas oficiales los más de
vosotros, desde esas escuelas que son, dígase lo que se quiera, las menos malas que en España tenemos.
Porque preciso repetirlo una vez más: la
educación mejor en España es hoy por hoy la oficial. Los locales en que se
da son acaso inferiores a los locales de otras empresas o sociedades docentes,
pero la enseñanza que se da en ellas supera, en general, a las que en estos se
da.
Y hay, además, un interés de
suprema educación social para que
todos los niños de un pueblo, desde
el hijo del más rico al del más pobre, concurran
a una misma escuela, y es que la
convivencia y el trato engendran el verdadero y sano espíritu democrático […].
Pero la labor toda de educación que en las escuelas se cumple se ve estorbada entre nosotros por cierta detestable deseducación de la
calle y del hogar. Los padres, y
lo que es peor, las madres fomentan en
sus hijos los instintos de bravía fiereza y hasta de grosería […]. La culpa
de mucho de esto tienen los padres que atentos sólo a las ventajas materiales inmediatas de un título o estudio, carecen de
cierto sentido de necesaria idealidad. Ignoran a la vez que es difícil saber
qué es lo que ha de servirnos.
Sede de la Escuela a partir de los años 40 |
Esta Escuela ni es ni puede ser un instituto meramente técnico; es un centro de educación social. Y a
este respecto he de felicitaros por haber tomado en cuenta mi indicación de que
se forme aquí una biblioteca popular.
Espero contribuyan a ello las personas pudientes de esta ciudad.
Me dicen que ha disminuido la matrícula de las enseñanzas para obreros, tal vez porque un mezquino y estricto concepto de
lo que es ser obrero ha cerrado las puertas de este centro a no pocos hijos de
modestos, modestísimos comerciantes o industriales, que no pueden soportar el
aumento de derechos. Aún no he logrado saber cuál es el criterio para
clasificarle a uno de obrero, con las ventajas que esta clasificación le trae.
También me dicen que ha disminuido la matrícula en la clase de
mujeres y me aseguran que se debe en parte a la resistencia de éstas a revacunarse. Me cuesta creerlo. Y así es no
me lo explico si no como una de tantas formas de nuestro instintivo anarquismo
que nos lleva a oponernos a los que la autoridad manda tan sólo porque lo manda.
Urge
combatir este instinto y afirmar una vez más que si hay algo civilizado en
España, algo que nos hace un pueblo culto, es más que otra cosa el Estado. El estado ha sufrido aquí las
calumnias de casi todos. Es preciso hacerle justicia, y aunque la malevolencia
puede atribuir este mi juicio a ser yo funcionario, desde aquí, como tal
funcionario del Estado español, repito una vez más que sólo coadyuvando a su
obra podremos hacer de nosotros un
pueblo grande.”
*Fotos extraídas de Fotografías Antiguas de Béjar y Archivo Fotográfico y documental de Béjar.
*Fotos extraídas de Fotografías Antiguas de Béjar y Archivo Fotográfico y documental de Béjar.
Fuentes
y bibliografía
“Escuela Superior de
Industrias de Béjar. Discurso pronunciado por el Ilustrísimo señor don Miguel
de Unamuno, Rector de la universidad de Salamanca, en el acto de la apertura
del curso de 1909- 1910. Memoria correspondiente al de 1908 a 1909, leída en
dicho acto por el secretario don Miguel Muñoz Elena”. Archivo del Centro
Integrado de Formación Profesional de Béjar.
CASCÓN MATAS, Mª C.: “La
Escuela Elemental de Artes e Industrias de Béjar (1852- 1902)”. Revista Electrónica de Historia “El futuro
del pasado”. Monográfico “Razón, utopía y sociedad”, nº 2. Salamanca, 2011.
I.S.S.N. 1989- 9289.
HERNÁNDEZ DÍAZ, J.M.: “Burguesía liberal y educación popular en la España
interior. Las Escuelas de Artes y Oficios en la Restauración”, en Clases populares, cultura, educación. Ss.
XIX y XX, Coloquio hispano-francés. Casa de Velázquez – UNED. Madrid, 1990.
Lo peor de todo es que más de cien años después Unamuno podría repetir el discurso casi palabra por palabra.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
Un invitado de lujo. Nada menos que don Miguel. Un hombre sensato, un profesor. Su defensa de la escuela pública y el papel de los padres en la educación -buena o mala- de sus hijos es de lo mejor que he oído en mucho tiempo. Ya podrían copiar de él todas estas personas que atacan lo público en defensa de los intereses privados, siempre económicos, y también todos esos padres que no saben educar a sus hijos y que cargan toda la responsabiliodad de la educación en unos profesores que pocas veces respetan.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué lúcido discurso el de Unamuno. Creo que es bueno que usted lo haya publicado, para que muchos tomen nota, porque contiene algunas cosas sobre las que aún sería bueno reflexionar hoy.
ResponderEliminarFeliz tarde, madame.
Bisous
Hola Carmen. Parece que la historia se repite después de tantos años, y sigue aquello de que continuamos llegando tarde a ciertas cosas en este país, no a la alta velocidad, que también. Es aún fiel reflejo, el papel educativo de cada casa y el concepto de clase, se sigue dando hasta la saciedad.
ResponderEliminarSe llega tarde y, recuerdo ahora un buen artículo publicado en Quercus ( revista científica de naturaleza ), recordando a Darwin, que las ciencias naturales no eran objeto ser calificadas de materia a impartir, y que el mismo abuelo de Antonio Machado, creo recordar, ponía en conocimiento a sus alumnos en la universidad de Sevilla, sobre los trabajos de este evolucionista tan interesante. Trabajo traducido por el mismo para luego impartir.
Quiero pensar que "los cincuenta años de atraso " son también explicativos de cierto pensamiento reacio a entender que un carpintero puede tener una educación como el hijo del burgués. Hoy sigue sucediendo lo mismo, pienso.
Me quedo con la frase: a la escuela venís para salir a la escuela del mundo.
Besos.
Precioso discurso que nos has dejado, lleno de valores y verdades, me ha encantado cantidad de frases de él.
ResponderEliminarNo hay diferencias de clases y en donde mejor la enseñanza en España fuerte en ella. Siempre he considerado que la enseñanza española es muy elevada.
Un abrazo y estupendo post
Gran discurso con un espiritu fundador, progresista e integral digna de tal prohombre. Educacion para todos. para el rico, el pobre, hombres, mujeres. Tambien ese es el espiritu que fundaron las bases en mi pais con la educacion gratuita, publica y laica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen interesante entrada.
ResponderEliminarSaludos desde Abstracción textos y Reflexión.
Felicidades a Las Dolores
Carmen iglesia que puse en mi blog aqui:
http://www.jerezsiempre.com/index.php?title=Iglesia_San_Francisco
Unamuno, nada menos.
ResponderEliminarEs una pena que aùn hoy, suene vigente.
Un abrazo.
Un discurso que hoy como ayer tiene total vigencia, da pena ver como en 100 años hemos avanzado tan poquito en muchos de estos temas.
ResponderEliminarEncomiable labor la de estos hombres 0por intentar llevar la albabetización y, por tanto, la libertad a las gentes de Béjar. Yo por mi parte me ediqué en escuela privada (después concertada) con gran esfuerzo de mis padres de muy humilde extracción y posteriormente acudí a la universidad pública (UAM).
ResponderEliminarUn beso.
La educación ha viajado siempre de la mano de los intereses de los dirigentes y de espaldas a los de los individuos. En tiempo remoto estaba enclaustrada, a partir de la revolución industrial era necesaria extenderla y crear especialistas, más tarde se hizo casi universal y ahora se recorta y privatiza en pro de privilegios: una constante no siempre ascendiente.
ResponderEliminarUnamuno siempre tan brillante, coherente y sensato. La defensa de la escuela pública y laica era necesaria entonces, tanto o más que ahora. Una maravilla de post. Feliz semana santa Carmen.
ResponderEliminarYa se ha dicho más arriba, pero a veces me pregunto si por España no pasa el tiempo. Ha sido un placer leer a don Miguel. Gracias Carmen. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente entrada...parece se rque se repite como las natillas danone!!!
ResponderEliminarUna entrada que invita a reflexionar un poco...
Un beso.
De nuevo por tu casa amiga.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Mari Cari: Espléndida entrada, me ha encantado, no sabía de la humanidad de Unamuno, de que fuera tan grande como persona, una lo piensa, pero al haber puesto sus palabras ante mis ojos, una se da cuenta de ello... me ha gustado mucho, muchas gracias amiga... Bss
ResponderEliminarLo triste de este país es que no escuchamos a los grandes pensadores que hemos tenido y tenemos, y hacemos caso a los charlatanes de turno.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Carmen:
ResponderEliminarEl discurso es tan actual, que impresiona...
No hemos adelantado?? o él era un adelantado??
Saludos Carmen
Xibeliuss: por eso, cuando lo leí por vez primera en una de las memorias de la Escuela, decidí colgarlo en el blog. Parece como si el tiempo no hubiese pasado.
ResponderEliminarSaludos
CayetanO. don Miguel solía venir bastante a Béjar, entre otras cosas porque era gran amigo de Marcelino Cagigal Valdés, director de la Escuela de Béjar, y sobre suya relación epistolar escribió un par de artículos en la Revista del CEB el colaborador de este blog Javier R. Sánchez Martín.
ResponderEliminarPor otro lado, estoy con lo que dices, Cayetano. Ya podían aprender otros del gran pensador español...
Saludos
Dame Masquée: seguro que en Madrid se tendría que poner buena nota por parte de algunos, sobre todo por esa división de educaciones (pública y privada) que está tan en boga.
ResponderEliminarUn besito
Marcelo: y Unamuno se daba buena cuenta de lo que dices, que la educación debe estar al alcance de todos en un momento, hoy, en que parece que vamos marcha atrás y que la educación puede ser una de las grandes afectadas por la crisis. Espero que en la enseñanza no haya división de clases.
ResponderEliminarSaludos
Mari-Pi-R.: pero siempre podría mejorar, todo es susceptible de mejorar. En España no tenemos la impresión de que la enseñanza sea tan elevada como dices...
ResponderEliminarBesitos
Carolina: y como Unamuno pensaban muchos otros. Además hay que tener en cuenta que este discurso no lo había escrito para un pueblo agrícola, sino para una ciudad con un agran desarrollo del obrerismo y con conflictividad social. De ahí que apele a la importancia de la educación pública para todos.
ResponderEliminarBesitos
José Ramón: gracias por la aclaración.
ResponderEliminarUn abrazo
Gauchop: es triste que no se haya avanzado en cien años, ¿o sí lo hemos hecho y ahora vamos hacia atrás?
ResponderEliminarSaludos
Jose Luis: al menos en cuanto a las mujeres se refiere el panorama ha cambiado sustancialemente. Ya no nos quedamos con la pata quebrada y en casa.
ResponderEliminarSaludos
Carolus: cada uno tenemos muchas experiencias por contar en este sentido. También yo estuve en un colegio privado concertado y después en un instituto público y en la universidad pública.
ResponderEliminarUn beso
Francisco Espada: hay que tener en cuenta que la Historia no significa progreso y que el paso del tiempo no nos conduce a un tiempo mejor que el anterior, sino que hay avances y retrocesos, evoluciones e involuciones, y ahora nos toca dar marcha atrás. Esperemos que el retroceso no sea duradero.
ResponderEliminarSaludos
Paco Hidalgo: tú lo valorarás en su justa medida por tu implicación con la labor docente.
ResponderEliminarFelices vacaciones, Paco.
Un abrazo
Desdelaterraza: ¿qué diría don Miguel si hoy hubiese vivido?
ResponderEliminarSaludos
Anita Iro: a reflexionar sobre el tiempo que nos toca vivir y sobre el paso de los años. Parece que hay cosas que no cambian.
ResponderEliminarBesos
Hiperión: soiempre tan agradecido, dejando un saludo.
ResponderEliminarUn abrazo
Mari Cari: ya has visto que he copiado tu comentario aquí y que no se ha perdido. No sé qué tendrá blogger contra ti... Sí, Unamuno, aunque serio y circunspecto, parece que era más social de lo que puede parecer su erudita figura.
ResponderEliminarBesitos
Iglesiasoviedo: ¡qué razón tienes! Ahora Unamuno es Belén Esteban (con perdón del magno don Miguel), pero es así de triste.
ResponderEliminarUn abrazo
Manuel: creo que su poder de reflexión era tan grande que vislumbraba perfectamente y comprendía la situación en que se encontraba la sociedad de su época y, al mismo tiempo, extraía la esencia de la propia España, que es la que sigue existiendo y perdurando desde entonces.
ResponderEliminarSaludos
siempre es interesante leer otras lecturas
ResponderEliminarun saludo
Roberto
Roberto: gracias por tu visita y tu comentario.
ResponderEliminarUn saludo
Qué grande era Unamuno. Mis padres viven a escasos metros de su casa-museo (al lado de la fachada de la Universidad). Los dos han sido profesores, le pasaré el enlace de esta entrada porque seguro que les gustará. Saludos!
ResponderEliminarAlberto
Gran discurso que se podría dar hoy dia
ResponderEliminar...Educación es la vida toda del hombre y esa educación no se interrumpe un instante...Una verdad como un templo, sin educacuón no somos nada.
Un beso.
Mundosocks: ¡qué casuslidad! Entonces seguro que desde su casa verán el balcón y esa enredadera o higuera cuyas ramas se entrelazan en la forja del mismo.
ResponderEliminarPues este discurso que traigo al blog es inédito. Se publicó en la memoria del año de la Escuela y ha acabado siendo olvidada por el paso del tiempo. Me parecía que las reflexiones de don Miguel venían al pelo de lo que pasa ahora.
Saludos
Laura M.: y entonces como ahora esa máxima sigue estando de actualidad.
ResponderEliminarBesitos