Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar (2011)
En “Fiesta de aldeanos” (29 x 26 cms.) la composición del lienzo
vertical se divide en dos partes: la
inferior con la reunión de los aldeanos y la superior dominada por un árbol, la
fachada de una taberna y las nubes en las que se refleja el sol de la tarde.
Los personajes se distribuyen en dos
planos: sentados los primeros y de pie los del fondo. Del grupo destaca el
joven con gorro rojo que tañe un laúd. Mira a su derecha, donde junto una
granjera que se lleva la mano al pecho, un anciano sentado tras una mesa con
una jarra y un vaso de vino parece entonar una melodía. Una atmósfera de cierta solemnidad envuelve al
grupo que escucha atentamente a los músicos. Un hombre sujeta una jarra,
otro fuma en pipa pensativo, un anciano levanta una copa por la base (signo de
distinción)… nada que ver con las
reuniones bulliciosas y populares de alguna de las pinturas de Jordaens o Adrien Brouwer.
"Fiesta de aldeanos", de Gillis van Tilborgh
Museo Valeriano Salas (Béjar)
Técnicamente,
el autor da mucha importancia al dibujo,
usando el color para ordenar la
composición. Los campesinos sentados a la derecha del cuadro llevan indumentarias claras que atraen la vista del espectador, mientras que para cerrar
la composición visten de colores oscuros
(negro fundamentalmente) los sentados a la izquierda
y los que permanecen de pie en el segundo plano, que parecen fundirse con el
fondo.
En
cuanto a la autoría, el cuadro sería
de Gillis van Tilborgh, pues en el
ángulo inferior de la derecha del soporte aparece
la firma con su apellido en mayúsculas. Van Tilborgh (1625-1678), que vivió y murió en Bruselas, fue
especialista en escenas costumbristas de
ambientes populares, inspirándose en la obra de David Teniers (de hecho, la estructuración de la composición con un
árbol central entre la taberna y el celaje con nubes se observa en varias obras
de este pintor)[1]. Los
tipos humanos siguen el estilo de Van Tilborgh (cabezas femeninas)[2]; sin
embargo, adolecen de cierta rigidez, resultando una escena muy estática al compararla con otras de sus pinturas.
Carecemos de constantes típicas de su obra, como la agrupación de tres
personajes en agrupación piramidal y la animada conversación que alguno de los
varones entabla con una de las féminas. Tanto
Valdivieso como Torralba mantienen la autoría de este pintor.
El
cuadro “Interior de iglesia” (34 x
39 cms.) reproduce la vista del interior
de una gran edificación tratada a modo de paisaje y animada con personajes
menudos. El protagonista es el templo y su grandiosidad espacial en
contraste con las minúsculas figuras que deambulan entre capillas y pilares.
Más que en una iglesia, estamos dentro
de una gran catedral gótica de tres naves con capillas laterales. Un bosque
de pilares cilíndricos soporta las bóvedas de crucería que cubren el templo, adivinándose
hacia la mitad de la nave central la apertura de un cimborrio. La perspectiva
está ligeramente descentrada, pero sin desprenderse de la marcada axialidad de
la nave central que conduce hacia la cabecera del templo. Altares, retablos y
pinturas se reparten por las capillas y pilares. Entre los personajes contamos con una criada rezando de rodillas ante un
altar, un mendigo sentado junto a un pilar, dos damas con ricos vestidos
conversando y la organización de una pequeña comitiva religiosa.
"Interior de iglesia", de Pieter Neefs el Viejo
Museo Valeriano Salas (Béjar)
El
pintor aplica la perspectiva lineal
de modo que construye un espacio creíble e inserta con corrección los
personajes en distintos planos. Para crear ilusión
de profundidad, recurre a los tonos azulados, claros y diluidos en los
espacios más alejados (cabecera) respecto a los grisáceos y más saturados del
primer término.
El autor es Pieter Neefs el Viejo (1578-1656/61), nacido en Amberes, cuya firma quedó
plasmada en el primer pilar de la derecha. Neefs, al igual que su hijo (de
idéntico nombre), es un ejemplo paradigmático de la hiperespecialización de los pintores flamencos, pues su obra
conocida es monotemática: interiores de iglesias. Según Ayala Mallory[3] su
primer trabajo fechado es de 1605, de forma que entre esta fecha y la de su
muerte se puede datar el cuadro de Béjar. Quizás se formó con Hendrick van Steenwyck el joven (ca. 1580-1649) o se inspiró
en sus lienzos, también de interiores de templos. Un rasgo típico de la pintura
flamenca es la colaboración entre
distintos pintores en un mismo cuadro, consecuencia de la comentada
exclusividad temática practicada. De este modo, se sabe que Neefs hacía las
arquitecturas de sus obras, dejando las figuras a otros artistas como Frans
Francken II y III o Sebastian Vranx.
Una de las obras de Neefs que tiene más
puntos en común con la del Valeriano Salas es “Interior de la catedral de Amberes”, conservada en el Museo Real
de Bellas Artes de Bruselas, en la que utiliza un punto de vista muy parecido,
aunque ésta es más rica en personajes y detalles. Al igual que Van Steenwyck, recurría a la imaginación para reconstruir estos interiores en el taller,
aunque queda muy evidente que para el lienzo adquirido por Salas se inspiró
también en la catedral de Amberes. Hay dos detalles que llaman la atención si
lo comparamos con el bruselense: primero, que alguna de las tracerías bajo el
claristorio de la nave central están ejecutadas con cierta despreocupación, y,
segundo, que las numerosas estatuas que rematan los retablos y cuadros parecen
inacabadas, como apariciones espectrales.
"Interior de la catedral de Amberes", de Pieter Neefs el Viejo
Museo Real de Bellas Artes de Bruselas
El cuadro está
firmado, pero esta impronta, en letras minúsculas, es distinta a la habitual de
Neefs en mayúsculas. Muchas veces para revalorizar la pintura de un seguidor se
podía falsificar la firma del maestro. Torralba
y Valdivieso mantienen la atribución, aunque éste explica que su obra se
confunde con la de su hijo Pieter Neefs el joven, por su absoluta coincidencia
estilística.
Continuará
[1] Ver
DÍAZ PADRÓN, M.: El siglo de Rubens en el
Museo del Prado: catálogo razonado de pintura flamenca del siglo XVII, t.
II, Prensa Ibérica, Barcelona, 1985, pp. 1350-1351.
[2]
VALDIVIESO, E.: “Las pinturas del Museo Municipal de Béjar” en Homenaje a Gómez Moreno, tomo I, nº 83,
vol. XXI, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1972, pp
p. 242-243.
[3] AYALA MALLORY, N.: La pintura flamenca del siglo XVII, Alianza
Forma, Madrid, 1995, pp. 93-95.
No conocía a Pieter Neefs el Viejo. De todas formas hay algo en esa catedral de Amberes que no me acaba de agradar. La "Fiesta de aldeanos", de Gillis van Tilborgh, es otra historia. Es más amable.
ResponderEliminarSaludos, Carmen.
¿Puede ser quizás alguna fallo en la perspectiva? ¿O los tonos fríos son los que no te agradan?
EliminarSaludos
Yo creo que es la perspectiva, definitivamente.
EliminarUn saludo.
Segunda entrega dedicada a la pintura flamenca del siglo XVII. De los tres cuadros de esta entrada veo que sólo los dos primeros se hallan en Béjar, el último en Bruselas. Parece que era una moda de la época el distinguir entre "el joven" y "el viejo" cuando había más de un pintor en la familia. Una moda que se fue dulcificando con el tiempo, cambiando esos apelativos por los de "Hijo" o "Padre", cuando era ese el caso. Tal cosa ocurrió con los "Alejandro Dumas". El mejor, sin duda, el padre.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Buena apreciación! Por mi parte me quedo también con Alejandro Dumas padre.
EliminarUn saludo
Me ha gustado mucho conocer la pintura de Pieter Neefs el Viejo; tiene un dominio asombroso de la perspectiva, de la profundidad arquitectónica, además del típico detallismo y la minuciosidad de los pintores flamencos. Mis felicitaciones a Roberto. Saludos, Carmen.
ResponderEliminarNo hemos comentado en la entrada que este cuadro ha sido expuesto fuera de Béjar al igual de otra pintura de la que hablará Roberto en otra entrega.
EliminarUn saludo
Los tres ejemplos de pintura flamenca son bellísimos, Carmen. La profundidad del segundo y tercero, de tema arquitectónico es increible.
ResponderEliminarBesos
Me alegro de que aprecies la sensibilidad de Neefs a la hora de capatar en pequeño formato una gran arquitectura.
EliminarUn saludo
Muy interesante la pintura de Neefs, que no conocía. La fiesta de los aldeanos me parece muy agradable. Las vistas interiores...
ResponderEliminarBesos Carmen
Espero que haya alguna de tema médico, así nos podrás dar tu opinión, doc.
EliminarUn saludo
Carmen No conocía estas pintura son fabulosas Saludos
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por el saludo
EliminarLo que dices de Neefs que le daba mucha importancia al dibujo es cierto, pues se ve todo muy cuidado y con mucho detalle, tus explicaciones ayudan a comprender mejor los cuadros, teneís buenos cuadros en Béjar.
ResponderEliminarBesos
Sí, las explicaciones de Roberto enriquecen la contemplación de estas pequeñas obras. El detallimos de la pintura de Neefs es espectacular. Se puede apreciar en ella el dibujo del embaldosado dle piso.
EliminarUn beso
Deliciosa esa "Fiesta de aldeanos". Y, efectivamente, el parecido entre el "Interior de iglesia", de Pieter Neefs el Viejo, y el"Interior de la catedral de Amberes" del mismo autor, es sorprendente; la perspectiva es la misma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo cual no quiere decir que sean ambas obras de Neefs, ¿o sí? Ahí está la duda a la hora de atribuir autoría sporque en algunos casos, la presencia de la firma, como aquí en el Valeriano Salas, todavía no es concluyente porque bien podría tratarse de una falsificación.
EliminarUn besote
Dan mucha información este tipo de pintura sobre las costumbres antiguas, no hace mucho vi un documental de un cocinero que hacía platos de esos siglos basándose en los bodegones, pero no solo copiaba las recetas sino también fabricaba los utensilios, y que decir que sería de la música antigua sin los pórticos románicos...
ResponderEliminarCroe que me suena esto que nos cuentas. ¿Podría ser que se fijase en el "Banquete de bodas" de Peter Brueghel, el Viejo? Desde luego detallan muy fielmente las costumbres, hábitos y usos de las sociedades de otras épocas. En estos casos retrataban lo que veían, lo que tenían delante, en una antecedente de la llamada "Pintura costumbrista" que tendrá su mayor auge en el siglo XIX.
EliminarUn saludo
Muy interesante el artículo de Dominguez Blanca sobre la pintura flamenca existente en ese magnífico museo por el que me tengo que pasar un día de estos.
ResponderEliminarUn saludo.
Aquí tienes en Béjar el Museo Valeriano Salas esperando tu visita.
EliminarUn saludo y gracias por dejar tu comentario
Antes de la llegada el Renacimiento y devido al intercambio comercial que España tenia con los Paises Bajos, la mayoria de los cuadros llegaban desde alli junto con el comercio de las tela. Me encanta el cuadro "Fiesta de aldeanos" es una suerte que forme parte del Museo de Bejar.
ResponderEliminarUn beso
En el caso bejarano la historia de estos cuadros fue muy diferente, pues fueron comprados por un coleccionista de origen bejarano, Valeriano Slas, en el siglo XX y donados a su muerte a su ciudad natal.
EliminarUn beso
Notable reportaje. Un museo realmente magnifico que anoto en mi agenda.
ResponderEliminarUn beso.
Un beso y gracias por comentar
EliminarEstas pinturas tiene que ser un orgullo para tu pueblo. Estupendo patrimonio. Seguiré con detalles tu próximo reportaje.
ResponderEliminarBesos.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Gracias por el seguimiento y un beso
EliminarDe Pieter Neefs me encanta también el interior de la catedral de Antwerp. Sus cuadros, con esa fijación por el interés de las iglesias, curiosamente resultan muy personales a pesar de que otros artistas colaboraran en ellas.
ResponderEliminarFeliz tarde, madame
Bisous
El lienzo que nos comentas es otro buen ejemplo de la maestría de Neefs a la hora de representar con todo detalle el interior de los grandes edificios, jugando con la difícil perspectiva. Sigue la misma estela su hijo Neefs, el joven, aunque su paleta es mucho más clara que la de su padre.
EliminarUn beso
Excelente reportaje gráfico y literario. Magnífico museo el que tenéis.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias. Un saludo
Eliminar"La fiesta de aldeanos":tiene una composición muy bien cuidada y que conste que este cuadro aunque es de una excelente maestría en el trazo: no es lo mejor de este autor que de casta le venía.La perspectiva lineal: es increible tanto en uno cómo en el otro cuadro, alusivo a la catedral de Amberes.La escuela Flamenca, cuida mucho sus composiciones y sobre todo se procura que haya armonía entre las figuras y el decorado.
ResponderEliminarUn artículo fantástico gracias que continúa...
Abrazos Carmen.
Me gustan, como a ti, los pequeños cuadros flamencos y holandeses, porque son de pequeño formato y de variadas temáticas que van desde los paisajes, marinas y bodegones, a las escenas de interiores de iglesia, escenas costumbristas o retratos. Dejamos de lado las mitologías y cuadros religiosos por ser más abundantes en otros países.
EliminarSaludos
Buenas explicaciones Roberto. De los tres me quedo con el último. Por la luz y la sensación profunda perspectiva que tiene.
ResponderEliminarGracias Roberto.
El que me gusta no lo veré,Carmen, pero ya no tengo excusa para entrar a ver los otros cuando devuelva el libro:))
Un beso.
Vaya, mujer, vas a elegir el que no tenemos en Béjar. ¡Pero si son más bonitos los dos primeros y de mayor calidad artística!
Eliminar¡Ah, buena idea! Ya sabes que cuando vayas a la biblioteca tienes que pasar por el Valeriano Salas.
Besos
Pues ya podía yo pintar así un día al año, sí, pero no, lo mío es de impresión para caer de espaldas, ja, ja... Buena entrada, pero qué te voy a decir, costumbrista, ja,ja,,,, a lo que ya me tienes acostumbrada a tus buenas entradas. Bss
ResponderEliminarOjalá pudiésemos pintar... como Van Gogh, puesto a pedir. Lo malo es que no ganaríamos un duro en vida...
EliminarUn beso
Me han gustado muy mucho estas pinturas que nos muestras. El Cuadro de la Catedral tiene una luz muy conseguida.
ResponderEliminarGracias por las explicaciones, que como siempre son muy detalladas.
Saludos, manolo
Me alegra un montón tenerte por aquí, Manolo. No sabes cuánto... A ver qué te cuentan esos matasanos la próxima semana.
EliminarUn abrazo
De las tres la segunda es la que más me gusta y volveré cuando tenga un ratito para mirarla más. Y mejor. Me ha gustado mucho el artículo tan preciso y tan bien explicado. Un beso, Carmen
ResponderEliminarDeleita la vista cuanto quieras, Alma.
EliminarBesos
Un interesante tesoro pictórico, querida Carmen, tenéis en este Museo; me encantan las escenas costumbristas, con sus ricos detalles.
ResponderEliminarMil bicos.
Soy de la misma opinión, señor profe.
EliminarUn abrazo
Un museo con obras de un gran valor artístico, muy buena esta entrada, Carmen y muy enriquecedora la documentación que aportas.
ResponderEliminarSaludos.
El mérito es de Roberto Domínguez, que no mío.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Jesús, y un abrazo
"La fiesta..." me gusta, pero me quedo con los dos "Interiores". Siempre me ha gustado mucho el trabajo meticuloso de los pintores flamencos con la perspectiva. Por cierto: yo no le veo fallos, por lo menos en este tamaño.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
Un saludo, Xibeliuss, y feliz fin de semana
EliminarFelicidades por esos lienzos magníficos.
ResponderEliminarVeo que el interior que en la tela primera nos muestra silencio, recogimiento y fe, en la segunda se ensanchan sus dimensiones y los arcos se multiplican hasta perder la noción de su final, siendo aproximadamente el mismo escenario. Hay que ver qué importancia tiene la mesura en el arte, o viéndolo de otra manera, hay que ver cómo influye un determinado espacio en el creador según su estado de ánimo, en el caso de que los dos cuadros sean de la misma autoría. No hay más que ver como pintaba Goya el juego del corro en sus años de plenitud, y el cambio de personajes y la sordidez que mostró cuando volvió a una escena similar en su época oscura. En los óleos de Neefs, de silencio y penumbra pasamos a un entorno cálido y relajado que nos acoge. Claro que igual esa mañana que el artista tomó los apuntes para “Interior de la catedral” coincidió con uno de los escasos días soleados de Amberes, que conozco un poco y donde todo se anima cuando los vecinos se apresuran a sacar a la calle las macetas y las mascotas para que revivan al sol. Bszos
Muy buena reflexión, Ana María. Quizá ese día Neefs estaba de buen humor y pintó el interior de la catedral de Amberes más luminosa que el "Interior de iglesia" de Béjar; o quizá fuesen estaciones distintas o que la iglesia primera tuviese meno ventanales y fuera menos luminosa que la magnífica catedral de Amberes. En todo caso, y sin ser representar ambos cuadros el mismo lugar, me vienen a la mente los intentos de Monet de captar la incidencia de los rayos de sol en la fachada de la catedral de Rouan a distintas horas, meses y estaciones del año. Neefs no era un impresionista, no, pero se ve en él cierta preocupación a la hora de captar la luz, aunque no llevase a cuestas el lienzo, como le pasaba a los impresionistas.
EliminarUn besazo y gracias por tu comentario
Carmen, cada día me maravilla más el esplendor de las riquezas artísticas que guardáis y aumentáis poco a poco en Béjar. Además, la minuciosidad de este análisis que nos traes es excelsa. ¡Cómo ha estudiado Ronerto Domínguez todas las obras! Posee un sentido de percepción, perspectiva t relación con otras obras de los mismos autores autores o de la misma época que para sí quisieran muchos documentalistas y expertos en arte.
ResponderEliminarAsí que, además de obras artísticas de innegable calidad vuestros vecinos son unos estudiosos y expertos analistas de arte. Es algo que se debe cuidar con esmero en este momento en el que la cultura y el arte parecen poseer una importancia secundaria.
Excelente, extraordinario.
Un fuerte abrazo, querida Carmen.
Roberto se merecía un puesto de profesor en la universidad, pero ya sabemos como están las cosas y no precisamente fáciles en todos los campos de la vida. A veces la sabiduría no te abre las puertas, sino que te las cierra, porque ahora el mundo parece estar regido por los sinvergüenzas y la corrupción. Bueno, no quiero generalizar porque hay gente que lucha fuertemente por alcanzar su puesto en la vida y lo logran con gran merecimiento.
EliminarUn abrazo y muchas gracias por tu comentario. No tengas duda de que Roberto lo leerá.
Carmen gracias por su visita Feliz fin de Semana Saludos
ResponderEliminarUn saludo
EliminarEsas perceptivas interiores son realmente maravillosas
ResponderEliminarUn placer reencontrame con tu pueblo y contigo
Besotes
Está claro que en Béjar tenéis obras bien interesantes, a juzgar por las que podemos ir viendo en tu blog. Aquí un admirador también de la pintura flamenca. De los dos me gusta más el interior de iglesia más sombrío y fantasmal, el que tenéis vosotros. Saludos! Alberto
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