Autores: Roberto Domínguez Blanca y Carmen Cascón
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón, nº 11 (jun. 2011)
El palacio ducal a partir del siglo XVI
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón, nº 11 (jun. 2011)
El palacio ducal a partir del siglo XVI
La conversión del castillo de los
duques de Béjar en palacio transcurre durante el siglo XVI. Es entonces cuando
comienza un programa constructivo sin precedentes que afectó a los edificios
más significativos de la población. Generalmente importantes reformas y
ampliaciones siguiendo los parámetros del estilo artístico entonces vigente, el
renacentista. No sólo asistimos a la construcción de la casa madre de los
Zúñiga, sino que también se materializa la villa de recreo de “El Bosque” con
sus fuentes y jardines, cuya concepción sólo se puede explicar a través de un
contacto directo con el humanismo italiano[1].
Además, las iglesias de la villa se amplían para acoger mayor cantidad de
fieles, se crean conventos o se los dota de nuevas dependencias, se levanta el
nuevo edificio del consistorio o la casa de Gonzálo Suárez[2],
se abren puertas más monumentales en la muralla, se construye un acueducto como
el de Plasencia o se acondiciona el nuevo hospital que ocuparía el lugar de la
antigua iglesia parroquial de San Gil. Hasta bien entrado el siglo XVII
continuaron algunas de las empresas iniciadas en la anterior centuria. Asistimos,
por lo tanto, a la transformación del vetusto poblado medieval en una decorosa
villa ducal. La investigadora Esther Alegre Carvajal[3]
destacó la importancia de Béjar en el panorama español como villa ducal
entendida desde un punto de vista urbanístico, si bien señaló como singular la
ausencia de un poder clerical preponderante que se manifestara a través de
edificios de envergadura (colegiata), tal vez por la proximidad de la catedral
de Placentina y la buena relación de los Zúñiga con su curia[4].
Fotografía antigua de la fachada norte
En este contexto se han de entender las obras del palacio
ducal, y en ellas nos vamos a detener[5].
Es en época de Álvaro II, duque entre 1488 y 1531, cuando dan inicio. Llevadas
a cabo entre 1503 y 1510[6],
tuvieron como protagonistas fundamentalmente a las fachadas norte y sur. El ala
sur es la más palaciega y la que menos acusa el origen defensivo del complejo. Sería
de este momento la parte inferior de los muros, con los singulares seis
contrafuertes en forma de torrecillas achaparradas que, con escudos de los
Zúñiga y Sotomayor y de las iniciales F y G (en referencia al duque Francisco y
su esposa Guiomar), se suceden en la zona más al este del zócalo. Alguna piedra
ornada con las bolas típicas del arte de época de los Reyes Católicos reafirma
la datación propuesta.
Fuente de la Sábana. El Bosque
Junto al palacio y en las explanadas norte y sur se
reservará espacio para zonas hortícolas privadas, conocida la primera como
“Huerta del Aire”, próxima a la puerta de la muralla del mismo nombre, y la
segunda convertida prontamente en jardín, que se define como tal ya al menos
desde 1555[7].
Ésta consistía en tres parterres de diseños geométricos trazados con setos de
boj, ocupando el central una fuente que se abastecía de la cañería pública. El
acceso al jardín se realizaba mediante una escalera de un solo tiro que
conducía al palacio. Junto a esta escalera, a poniente del jardín, se elevaba
un torreón cúbico, terraza privilegiada desde la que se podía disfrutar mejor
de las vistas a la sierra y al sacro monte del Castañar. Otra escalera comunicaba
esta atalaya con un piso más elevado del palacio. La “Huerta del Aire”,
conocida con tal nombre al menos desde 1662[8],
también pasó a ajardinarse, en este caso en dos plataformas paralelas a la
fachada septentrional, pero a distinto nivel, al aprovechar como terraza el
antemuro del foso.
Detalle de la fachada sur
Entre 1567 y 1569 se asiste a la fase más importante en
la adopción de la tectónica y estética renacentista, de la que surgirán los
elementos que mejor caracterizan al edificio. Pedro de Marquina[9],
maestro cantero vecino de Cáceres con abundante obra en el norte de Extremadura,
se encargará de buena parte de las nuevas obras. En 1567 trabajó en la fachada
norte abriendo una airosa galería de tres arcos hoy tristemente desaparecida,
pero conocida por fotografías antiguas, como la del archivo Mas, y que
aligeraba la robustez de esos muros en el llamado cuarto del ayre o de los azulejos. En un principio parece ser que
el aspecto de esta fachada iba a ser más complejo, pues en la documentación se
citan dos galerías, una debajo de la otra, también con tres arcos cada una,
aunque con ocho escudos de Çúñygas y
Sotomayores[10], que es de suponer, irían ubicados en
las enjutas. Esta fachada actualmente ha desaparecido prácticamente por
completo en la reconstrucción de los años sesenta, a excepción de su basamento,
en el que se aprecia alguna tronera de cruz y orbe, aunque estas abundan más en
los restos de la fachada oeste. También originales son los dos vanos inferiores
protegidos con arco de descarga. Articulando fachadas norte y oeste permanecen
los restos del cubo de Santa Ana.
Fachada norte (dibujo de José Muñoz Domínguez)
Menos reformas se acometieron en la fachada de poniente.
En ella se ubicaba la desaparecida Puerta de Hierro, antigua entrada principal,
que había perdido esta preminencia en favor de la ubicada en la fachada de
levante, hacia donde en ese momento basculaba el corazón de la villa, al pie de
la plaza Mayor. En este lienzo, en el antemuro del adarve, se rasgará la nueva
puerta principal, también proyectada por Marquina. Sobre ella se tallarían tres
escudos de a çinco pies de alto cada uno
y de ancho tres pies y medio. Cada uno dellos llevara una tarja bien agraçiada
y de las armas que su señoria mandare y subira todo el edifiçio hasta treynta
pies de alto[11]. Nada
nos ha llegado de esta portada, ni del antemuro, ni de la torre situada en una
de sus esquinas en el ángulo sureste. Pascual Madoz[12]
a mediados del siglo XIX, se refiere
a esta puerta como cochera y de arco escarzano. La piedra para su construcción,
granito, se tendría que traer del cercano pueblo de Valdesangil. Sin embargo,
para las piezas labradas y talladas (arcos y escudos) se requiere una piedra de
grano más fino procedente de las canteras de Sorihuela, otro pueblo del ducado.
Desde aquí se preveía mandar a Béjar 49 carretadas de granito[13].
(Continuará)
[1] Existieron lazos de
parentesco entre los Zúñiga y los Medici florentinos por medio de Eleanora de
Toledo y Zúñiga, esposa de Cosme de Medici, primer Gran Duque de la Toscana. Este matrimonio poseía
villas de gran semejanza a la de “El Bosque” (GARRIDO, A. y MUÑOZ, J.: El Bosque, jardín artístico, Grupo
Cultural San Gil, Béjar, 1997, sin paginar).
[2] Más conocida
como Casa de Clavijo.
[3] Ver ALEGRE
CARVAJAL, E.: “Béjar como villa ducal”, Estudios
bejaranos, nº 4, Excmo. Ayuntamiento de Béjar y Centro de Estudios
Bejaranos, Béjar, 2000, pp. 123-146.
[4] Ibidem, pp. 132-133.
[5] Citar bibliografía
del Palacio Ducal
[6] MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.:
“La Plaza Mayor
de Béjar: En el origen de la ciudad nueva”, en José Antonio Bonilla (coord.) Plazas con encanto de la provincia de
Salamanca, Diputación de Salamanca, Salamanca, 2005, p. 54.
[7] MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.:
“Jardines urbanos en el Palacio Ducal de Béjar”, en Urbano Domínguez Garrido y
José Muñoz Domínguez (coords.) El Bosque
de Béjar y las Villas de Recreo en el Renacimiento. Actas de las IV jornadas, Grupo
Cultural “San Gil”, Béjar, 2002, p. 148.
[8] MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.:
“Naturaleza “versus” artificio. El monte, “El Bosque” y otros jardines
bejaranos del siglo XVI”, en Urbano Domínguez Garrido y José Muñoz Domínguez
(coords.) El Bosque de Béjar y las Villas
de Recreo en el Renacimiento. Actas de las II jornadas, Grupo Cultural “San
Gil”, Béjar, 1997, p. 63.
[9] Sobre la
intervención de Pedro de Marquina en el palacio ducal de Béjar ver ANDRÉS
ORDAX, S.: “El arquitecto Pedro de Marquina”, en Norba Arte, 1983, pp. 8-23.
[10] Archivo Histórico Provincial de Cáceres: Protocolo Notarial 3927 (4), f. s/f.
[11] Ibidem.
[12] MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.:
“La Plaza Mayor
de Béjar…” ob. cit., p. 54.
[13] Archivo Histórico Provincial de Cáceres: Protocolo Notarial 3927 (4), f. s/f.
Impresionante la cantidad de documentos que aportas. Una pena que no se conserve, pero aún así Béjar conserva en la memoria y cuida su legado artístico en una documentación exhaustiva y son muchos los estudiosos del tema.
ResponderEliminarEstupendo post y reportaje gráfico.
Bienvenida de tus vacaciones.
Bss y buena semana
Reformas que al parecer se integraron bastante bien en el conjunto del edificio.
ResponderEliminarSaludos y feliz verano.
Es curioso el nombre de la Huerta del Aire, próximo a la puerta de la muralla del mismo nombre.
ResponderEliminar¿Se llamaba Muralla del Aire o Puerta del Aire? y por que eso de Aire.
Saludos, manolo
Cuando veo el Mapa del Tiempo y veo Bejar 17 y veintitantos, que envidia.
Según todos los indicios, documentos incluidos, parece ser que llevaba el nombre de Huerta del Aire, Puerta del Aire o Plazuelka de los Aires, como se la llama actualmente. Y este nombre proviene, seguramente, de que en esa zona hacía mucho viento porque se encuentra junto a un saliente, un precipicio por donde va el río Cuerpo de Hombre encajado y que divide el salto que media entre la plazuela de Santa María y la Plaza Mayor, dos espacios abiertos junto al desnivel.
EliminarAquí no creas. Estamos a 37 grados ahora mismo.
Un beso
Maravilloso, Carmen, impresionante el lujo de detalles históricos con el que nos deleitas de una ciudad que antes me quedaba en el eco de una vieja factoría de hilatura y que ahora compruebo y degusto que es mucho más y desde bastante más atrás.
ResponderEliminarBesos marbellíes.
Pásalo bien y descansa.
EliminarUn beso
Un Placer pasear por la Historia de Béjar y de su Palacio Ducal.
ResponderEliminarMe encanta saber más cosas de los lugares que he visitado.
Abrazos y besos.
De nuevo entre nosotros, me alegro de tu regreso ya que en el verano eso se queda muy muerto.
ResponderEliminarCon tu tercera publicación sigo los pasos más claros del Palacio Ducal.
Un abrazo
Bienvenida Carmen: espero que hayas disfrutado de esas bien merecidas vacaciones!
ResponderEliminarPor lo menos todas las reformas fueron a mejor pasó de parecer un fortín medieval a tener un encanto de ciudad Ducal. Muy interesante la cantería empleada por lo que leo es que teneis unos buenos yacimientos de granito.
Deseando saber más de este paso a paso de esta bella ciudad.
Un abrazo feliz semana.
Ya echaba de menos la continuación de esa hermosa serie. Por lo que veo te has tomado unos días de vacaciones. Espero que hayas disfrutado donde quieras que hayas ido.
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Hola Carmen!
ResponderEliminarprecioso palacio y gran archivo, amiga.
Un besote.
Según se ve en el dibujo, la fachada norte era preciosa. Lástima que no podamos conservarlo todo!
ResponderEliminarFeliz día, madame
Bisous
Inmpresionante y riguroso el trabajo que has hecho. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
Es sorprendente el cambio que ha sufrido la fachada norte.
ResponderEliminarDesde el dibujo, hasta la fotografía antigua y hasta el aspecto actual.
Una pena lamentable la del corredor con los tres arcos. Esos arcos darían a la Plaza Mayor ¿verdad?
Tengo que ir a Béjar a verlo todo in situ.
Abrazos, Carmen!!
No. La galería del corte, diseñada por Pedro de Marquina, daba hacía el río Cuerpo de Hombre y desde ella se contemplaba éste y los Picos de Valdesangiul. La fachada que da hacia la Plaza Mayor es la del este y tiene un aire inconfundiblemente señorial, pétreo, cerrado, a modo de castillo y fortaleza medieval. Precisamente sería una de las fachadas menos tocadas en la transformación de castillo en palacio, aunque poseería otros aditamentos, como puertas de muralla blasonadas, hoy también desaparecidos.
EliminarUn abrazo
Esa foto de la fachada norte la vi por primera vez hace muchos años y me dejó alucinando, preguntándome quien sería al que se le ocurrió quitar la galería.
ResponderEliminarComo siempre buen trabajo, espero con ganas la siguiente parte.
¡Ah! Pásate a ver mi comentario sobre tu foto en la comunidad. A pesar de lo que puedas pensar está hecho con ánimo constructivo.
Saludos.
Fíjate, se desmontói en los años 60 cuando se convirtió el castillo-palacio-cuartel-escuela-vivienda en instituto, pero no sabemos cómo se encontraría en ese momento. Quizás las condiciones constructivas eran penosas. En todo caso el mal está hecho y no hay vuelta atrás.
EliminarUn beso
PD. Me acabo de pasar y te diré que todo tiene su explicación, jejej
Los años del desarrollismo, años 60 de siglo XX han sido terribles para el patrimonio arquitectónico español. Una prueba más es esa fachada norte del palacio ducal. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarCarmen, ¡qué minuciosidad! Vuestra atención se ha centrado en todo los mínimos detalles de este Castillo Palacio de los Zúñiga. Sus peculiares reconstrucciones que han motivado que las arquerías desapareciesen. Eran muy esbelta y bellas. Una lástima transformar esta fachada que realzaba el aspecto de fortaleza le imprimía una gracia arquitectónica especial. Como siempre, la documentación es exquisita y no fácil de conseguir con los detalles que publicas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
En los albergues te puedes encontrar con todo, sobre todo ronquidos...Bueno yo ronco, también, pero como no me oigo...Recomiendan llevar tapones para los oídos. Lo demás se lleva bastante bien por que suelen ser casi como Hoteles, la mayor parte de ellos.
ResponderEliminar¡¡¡Gracias por tus Comentarios, Carmen!!!
Abrazos y besos.
magnifico reportaje, un autentico trabajo de campo, minucioso y perfectamente ilustrado. Una prueba mas de algunas de las cocas que no se deben de hacer.
ResponderEliminarUn beso.
Killa no se la de veces que te lo he dicho ya, pero es que cada vez que vengo me sorprende más lo que me muestras de Bejar Todo un placer, un auténtico placer
ResponderEliminarUn besote
Leer este trabajo me ha dejado agotada, porque he soltado a “la loca de la casa” y a medida que avanzaba la lectura vuestro relato se iba convirtiendo en un documental en 3D que me permitía asistir, como dices, a la transformación del vetusto poblado medieval en decorosa villa ducal. Un placer, Carmen
ResponderEliminarViendo esa foto antigua del Palacio ducal, esta irreconocible,vaya descampado que tenía delante.
ResponderEliminarBien nos enterais de todo Roberto y tú:))
Que tengas un buen domingo.
Un beso.