20 de septiembre de 2015

1715-2015: trescientos años de la iglesia parroquial de Valdesangil

Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.734 (7/08/2015), p. 4.

      *Para escribir este artículo me he basado en el excelente trabajo de investigación realizado por José Ignacio Díez Elcuaz y Juan Félix Sánchez Sancho y publicado en la revista Estudios Bejaranos nº 12 de diciembre de 2008. 

      Hace trescientos años que un canónigo placentino, se supone que natural de Valdesangil (a 5 kilómetros de Béjar), quiso honrar a su pueblo con una iglesia digna de sus paisanos. Corría el año 1715 y la monarquía hispánica acababa de salir de una cruenta guerra, la de Sucesión, que había mermado en demasía los territorios que la habían convertido en un imperio siglos atrás. Reinaba entonces Felipe V, el primer Borbón en el trono español, nieto del Rey Sol Luis XIV, y todavía no había desaparecido el aire cansino y decadente de aquel fatal siglo XVII plagado de luces y sombras. Los primeros compases del Siglo de las Luces y sus impulsos renovadores aún estaban por producirse, pero hete aquí que don Francisco Hernández Nieto, canónigo de la catedral de Plasencia, parecía vislumbrar que la brisa soplaba de otro lado y que los cambios no iban a tardar en llegar como una marea a la que pocos podían enfrentarse.

Espadaña de la iglesia de Valdesangil.
Foto extraída de aquí


Valdesangil había acrecentado su número de habitantes en una década de cierta prosperidad coincidente con los postreros coletazos del reinado de Carlos II, el último Austria, y con las medidas reformadoras del conde de Oropesa y del duque de Medinaceli. Aún con todo, el pueblo no disponía siquiera de parroquia propia, sino de una ermita que resultaba insuficiente para tanto feligrés, y dependía para los asuntos espirituales del rector de la iglesia de San Juan Bautista de Béjar. Don Francisco Hernández Nieto, cual vendaval desbocado, consiguió lo que pocos podían haber alcanzado sin ahínco: no retirarse de su canonjía en la sede del obispado, lo que de manera efectiva no se produjo hasta 1722, sin antes conseguir que Valdesangil, su retiro dorado, poseyera párroco al cargo, independiente de San Juan, y templo propio.


Vista aérea de Valdesangil. Foto sacada de aquí


El relato de la edificación de la iglesia de Valdesangil comenzó así en 1715, es decir, hace exactamente tres siglos, cuando don Francisco cedió unos terrenos de su propiedad, previa compra al Cabildo Eclesiástico, para las obras de una parroquia que sería la suya en el momento de su jubilación. El canónigo quería que su Virgen de los Remedios luciera hermosa en el centro de la hornacina de un nuevo templo, acorde con el estilo imperante del momento, cuyo coste asumió sin pestañear. La propiedad indicada para su construcción se hallaba, empero, lejos, al otro lado del río donde nada había, ni siquiera casas, solo extensos prados. La escritura de fábrica se firmó con tres maestros canteros: Juan y Alonso Álvarez, de Ledrada, y el portugués José Alonso por un total de 10.000 reales. De ese primer frenesí constructivo datan la única nave de la iglesia, la capilla mayor y una torrecilla para la campana, siendo posteriores el enlosado en piedra, la ampliación de un tramo y el portalillo. 


 Retablo de la iglesia de Valdesangil

En 1716 se contrató quizá el retablo mayor sin que se haya encontrado el contrato, por lo que se desconoce su autor. Sí se acepta como surgido del círculo de Joaquín de Churriguera, en boga en el momento. Gracias al buen hacer del actual párroco de Valdesangil, don Agustín Jiménez García, se logró su restauración en 2008 y hoy luce espléndido. Recuerdo con claridad aquellas jornadas de reinauguración en las que pudimos deleitarnos con la ponencia sobre la construcción del templo, de la que yo me he servido (de ella y de un posterior artículo publicado en la revista Estudios Bejaranos de 2008), por parte del profesor José Ignacio Díez Elcuaz. Don Agustín, como un día hiciera don Francisco Hernández Nieto, ha sabido dotar de una nueva vida al pueblo. Es por ello por lo que sus feligreses, sus paisanos y amigos hayan querido dedicarle una plaza con su nombre, o más bien, con el diminutivo cariñoso con que el que se le conoce, “Don Agus”. Trescientos años nos separan de su edificación y sin embargo el templo canta cada siglo con sus sillares de duro granito, leve y armonioso, humilde y recio, rural y moderno para su época, el centro de la vida de Valdesangil generación tras generación.


16 comentarios:

  1. Sus muros centenarios seguro que saben de historias que han visto.
    Solo que la discreción manda y no será la edificación la que cuente nada de lo que vio.
    Ahora les toca a los poderes públicos premiar el silencio de los sillares y evitar el deterioro de algo que es de todos.
    Que el tiempo sea generoso y permita al menos otros trescientos años de vida.
    Un saludo.

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    1. Como comento en el artículo, se restauró hace poco su retablo, una maravilla del barroco salmantino. Aunque pequeño, su valor artístico es innegable. No he encontrado a mano ninguna foto, pero prometo ponerla para que lo comprobéis.
      Saludos

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  2. Una edificación que ha sido testigo de muchos eventos históricos de la comarca y quizás de unas cuantas indiscreciones...

    La imagen de la Iglesia me recuerda a la Iglesia del pueblo de mi papá en Galicia (Nogueiró)

    Besos

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  3. El retablo de la iglesia es precioso, me gusta la Virgen en el centro.

    pd.La capilla de la Cinta suele estar cerrada en general con lo cual si tienes intención de visitar la catedral informate antes de los días que se pueda visitar, el museo está muy bien.

    Besos y buen regreso

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  4. Regreso, tras una larga ausencia y desconexión.
    Volveré a disfrutar de tus bien elaborados y documentados textos.

    Un abrazo

    · LMA · & · CR ·

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  5. Luce espléndida que trescientos años son un buen número: aunque se haya restaurado recientemente y en cuanto al fervor y gratitud de los feligreses siga pasando de generación en generación.Siempre seguirá luciendo ojalá que así sea, es un patrimonio cultural

    Un abrazo bienvenida Carmen. .

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  6. Ojalá los «curieles» puedan seguir disfrutando de su templo y de la protección de la Virgen de los Remedios durante otros trescientos años.
    Un abrazo

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  7. Boa tarde, arquitectura e arte com 300 anos de historia conhecida e desconhecida, texto sobre a sua pesquisa está perfeita.
    AG

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  8. Felicidades a Valdesangil, y muy especialmente al párroco, por mantener tan hermosa esta vetusta iglesia que gracias a su esfuerzo ha podido ser restaurada.

    Feliz tarde

    Bisous

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  9. Es de admirar la gente que lucha por conseguir para su pueblo lo que este necesita como es el caso del canónigo placentino y que todavía pueda ser admirada la iglesia entonces construida.
    Un saludo.

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  10. Luminoso retablo. Gracias. Desde Chile, JZR.

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  11. Digna de admiración es la persona que lucha por algo así. Una bonita y recoleta iglesia. Excelente entrada, enhorabuena. Saludos.

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  12. Qué magnífica espadaña, a la que ni siguiera falta el nido de cigüeñas,
    Un saludo.

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  13. En esta iglesia aprendi la misa de memoria pues mi abuela nos hacia ir en verano a diario con ella. Hace tiempo que no voy por alli pero permanece en mi mente como uno de los mas bonitos recuerdos estvales de mi infancia.

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  14. Pequeña pero luce muy hermosa, precioso el retablo y la espadaña. Gracias por tu aportación Carmen.

    Un abrazo.

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  15. De nuevo por tu casa, disfrutando de tus cosillas.

    Saludos.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.