Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 70-73.
El Ateneo
Bejarano se fundó en 1911 fruto de la práctica surgida a finales del s. XIX y
principios del XX que consistió en la creación de lugares de encuentro social
en los que se agrupaban según su estamento social: burguesía, grupos obreros,
partidos políticos, etc. con la finalidad de desarrollar actividades lúdicas,
culturales, educativas… y a los que se les asignaban distintos nombres como
círculo, ateneo, o casino. Era un proyecto
cultural avanzado, plural, que reconocía los derechos de la mujer. Su promotor,
el periodista bejarano José María Blázquez de Pedro, participó en diversas publicaciones
periódicas y anarcosindicalistas [1].
Carmen de Burgos, "Colombine"
Su corta
existencia, se extinguió en 1912, no impidió una intensa vida cultural que se
plasmó en su publicación “Cultura y Tolerancia”, cuyos números abarcan el
periodo comprendido entre el 1 de enero de 1911 y el 25 de agosto de 1912. En
ella se anunciaban actividades del Ateneo pero, sobre todo, era el órgano de
reflexión de algunos ateneístas [2]. Tuvo su
domicilio social en la Puerta
de Ávila nº 18 y una orientación progresista radical. No en vano había sido
iniciado por la
Juventud Republicana, Agrupación Socialista y Grupo
Anarquista, aunque esto no limitaba la pertenencia: “caben gentes de todas las
ideas, de todos los partidos, la puerta
está abierta al pasajero, la biblioteca a quién quiera utilizarla y se puede
discutir todo, no hay vallas, no hay limitaciones, lo único que se prohíbe son
los apostatas, no a nuestras ideas, sino a las ideas…[3].
José María Blázquez de Pedro, periodista bejarano, promotor del Ateneo Cultural y después fundador del movimiento anarquista en Panamá
El 1 de enero
de 1912 cuando se cumplía el primer aniversario de su fundación se invitó a
“Colombine” para pronunciar una conferencia en la sede del Ateneo que versó
sobre la “Misión Altruista de la
Mujer en Sociedad”. Aunque el
director del Ateneo y “Colombine” no se conocían con anterioridad, los dos
quedaron gratamente impresionados con la personalidad del otro. De ella dirá
José María Blázquez que escribe con genialidad, tiene hermosura, está en
posesión de cultos saberes y es buena, muy buena: madre insuperable, compañera
siempre noble, siempre cordial, amiga excelente… Por su parte, ella le describe
a él como un hombre excepcional, honrado, culto, bueno y amante del ideal [4].
¿Pero, quién
era “Colombine”? ¿Por qué se la invita a dar una conferencia en el Ateneo? ¿De
qué trataba su disertación?
Detrás de
este seudónimo estaba Carmen de Burgos Seguí nacida en Almería en 1867,
profesora, escritora y periodista. Adoptaría ese sobrenombre cuando en 1903 se
convirtió en la primera mujer redactora del periódico Diario Universal cuyo director, Augusto Suárez de Figueroa, le
concedió una columna diaria titulada “Lecturas para la mujer” y la bautizaría
como “Colombine”, que ella seguiría utilizando como firma durante el resto de
su vida [5].
Mujer de su
tiempo, no hay que olvidar que a finales del s. XIX emerge en Europa el
movimiento social que promovía la reclamación de los derechos de las mujeres y
su condición de persona [6], será,
sin embargo, su propia experiencia vital la que más contribuyó a que analizara
la situación de las mujeres en España y denunciara todas las trabas a que
estaban sometidas, tanto legales como sociales.
Carmen de Burgos y otras integrantes de la Liga Internacional de Mujeres
Casada muy
joven con el periodista Arturo Álvarez Bustos, su matrimonio fue un auténtico
fracaso. Ante esta situación se plantea la necesidad de una ley de divorcio en
España llevando a cabo, en 1904, una encuesta sobre el tema en el periódico en
el que escribía, lo que supuso un gran debate social y el rechazo de los
sectores sociales más reaccionarios, al mismo tiempo que le adjudicaría para
siempre el apodo de “la divorciadora” [7]. Pero, además,
la imposibilidad de divorciarse hacia más injusto castigar el adulterio que,
por otra parte, era delito si lo cometía la mujer, permitiendo al marido acabar
con la vida de su cónyuge, en cambio, se consideraba sólo falta leve cuando lo
cometía el hombre.
Ella misma,
separada, y habiendo mantenido durante años, contraviniendo todas las normas
sociales de la época, una relación sentimental con el escritor Ramón Gómez de la Serna, mucho más joven que
ella, figuraba aún como esposa cuando su marido murió. La salida a
su situación matrimonial, que ella definió como “un calvario”[8], le
vendría dada cuando acabó sus estudios de Magisterio y consiguió un empleo, abandonado
el hogar familiar con la única hija que había sobrevivido de los cuatro que
tuvo. Aunque había nacido en una familia burguesa y eso supuso que fuera una de
las pocas mujeres que en esos años sabía leer y escribir, los estudios que le
facultaban para desempeñar un trabajo los realizó estando ya casada.
Continuará
[1] HERNÁNDEZ DÍAZ, J. M. (2013): Educación y sociedad en Béjar en el primer tercio del siglo XX
(1900-1936). En Hernández Díaz, J. M. y Avilés Amat, A. (coords.), Historia
de Béjar. Vol. II. Salamanca: Diputación, pp. 427-429.
[2] Para un estudio más amplio de la publicación GUTIÉRREZ
TURRIÓN, A.: “Cultura y Tolerancia. Algo más que una revista”. En Revista de Estudios Bejaranos, abril
1994, nº 1, pp. 13-27.
[3] Cultura y
Tolerancia, 21-1-1912, p. 1.
[4] La conferencia integra está publicada en Cultura y Tolerancia, 21-1-1912, pp.1-7.
[5] SEVILLANO MIRALLES, A. y SEGURA FERNÁNDEZ, A.: Carmen de Burgos “Colombine”. (Almería,1867
– Madrid, 1932). Instituto de Estudios Almerienses. Colección Historia, nº
26. Almería, mayo 2009, p. 21.
[6] CUESTA BUSTILLO, J. (2003): El s. XX: La otra mitad de la humanidad. En Cuesta Bustillo, J.
(dir.) Historia de las Mujeres en España. Madrid: Instituto de la Mujer. Tomo I, pp. 25-33.
[7] SEVILLANO MIRALLES, A. y SEGURA FERNÁNDEZ, A.: Carmen de Burgos “Colombine”. (Almería,1867
– Madrid, 1932). op. cit., p. 25.
[8] MARÍN, A. M. (1981): “La Almería de Carmen de
Burgos Seguí”. En Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras (1), p.
166.
No tenia el placer de conocer a "Colombine". Una mujer muy interesante y que seguro fue una revolución su charla en Bejar. Me hubiera gustado asistir. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarY yo tengo el orgullo de tener dos abuelas de esa época que eran maestras y de dos lugares bien distintos aunque españolas.-Carmen fue una transgresora y una valiente porque no era lo mismo ser de Barcelona o Bilbao que ser de un lugar de Andalucía; que el peso del varón era mucho más significativo.
ResponderEliminarUn bravo por estas mujeres y hombres que supieron caminar hacia delante en igualdad y sobre todo en respeto el uno hacia el otro.
Deseando saber más de esta mujer(por cierto hasta guapa era), me encanta esa foto de familia de este grupo de valientes que pena que duro tan poco esta miel...
Un fuerte abrazo
Una vida activa e interesante la de esta mujer que, si mal no recuerdo, murió con las botas puestas de un ataque al corazón en pleno mitin político.
ResponderEliminarUn abrazo,
Mujeres valientes que tuvieron que enfrentarse con un sinfín de trabas y con buena parte de la sociedad y de las institucione en contra.
ResponderEliminarUn saludo.
Está historia, me recuerda a la de la primera mujer médico en Venezuela Lya Imber de Coronil, inmigrante rumana, fue la primera médico en Venezuela...Y no te creas, fue bien entrado en siglo XX cuando pudo romper barreras la Dra.
ResponderEliminarBesos
No nos podemos imaginar lo que hemos nacido en otra época lo que tuvieron que luchar estas mujeres contra los prejuicios sociales y lo más triste de todo es que además tuvieron que afrontar las críticas de las propias mujeres.
ResponderEliminarBesos
Las mujeres siempre estaremos en deuda con quienes, como Colombine, iniciaron el camino de la libertad, de la autosuficiencia y de la cultura para el género femenino. Una vida muy interesante de la que espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
Los insultos que debió escuchar esta mujer, como todas las que emprendieron el camino de la emancipación, debieron ser muchos. Porque ellas lo querían todo: Libertad y Respeto, dos conceptos que por su sexo no podían ir juntos. Seguro que en cuanto a su relación, Gómez de la Serna sí sería un hombre admirado...
ResponderEliminarComo dice Cayetano, mujeres muy valientes en los que todo estaba por hacer... y demasiadas cosas en contra. Tampoco yo conocía a Columbine, quedo a la espera de la continuación.
ResponderEliminarSaludos, Carmen.
"mijeres muy valientes en tiempos en los que estaba todo por hacer". Perdón
EliminarMalos tiempos para la mujer aún entonces. No lo tuvo fácil la célebre Colombine. Si todavía tenemos que escuchar insultos de vez en cuando, me imagino el calvario que debió de atravesar ella.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Carmen interesante la vida de esta mujer luchadora en unos tiempos donde el papel de las mujeres no eran precisamente la que ella pregonaba, mas bien todo lo contrario. Su vida matrimonial no fue precisamente un camino de rosas, de ahí su valentía a la hora de enfrentarse a el resto.
ResponderEliminarEsperaremos al continuación de esta historia que pinta ser interesante.
Besos
Puri
Una mujer luchadora y que sin duda abrió muchas puertas. Muy buen reportaje Carmen. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarUna vida llena de vivencias y de lucha por la igualdad y los derechos de la mujer. Mujer cultísima a priori y también gracias a su relación con Ramón Gomez de la Serna que la introdujo en un circulo de escritores y pintores tales com Blasco Ibañez, Perez Galdós, Sorolla o Julio Romero de Torres que la llegó a retratar en 1917, vestida de negro y sosteniendo un libro en sus manos. Espero la segunda parte. Un saludo.
ResponderEliminarQué buena idea. Pondré el retrato de Csrmen pintado por Julio Romero de Torres para ilustrar la siguiente entrada.
EliminarUn saludo
Hola Carmen.
ResponderEliminarSolo paso a decirte que por mi delicada salud me veo obligada a descansar quiera o no, una larga temporada. Nos vemos en octubre si estoy mejor y reza por mí.
Te dejo un beso de ternura hasta entonces
Sor. Cecilia
A veces recordar aquellas leyes retrógradas contrarias a la igualdad pone los pelos de punta.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen.
Muy interesante
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