7 de abril de 2019

Los saltos hidráulicos de la cuenca alta del río Cuerpo de Hombre y sus propietarios (1ª Parte)

Autor: José Ignacio Díez Elcuaz
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2009.

      A lo largo de este artículo vamos a explicar el proceso de construcción de los saltos hidráulicos que han surgido en la cuenca alta del río Cuerpo de Hombre. Es una aproximación inicial sobre un tema apenas explorado y sobre el que se irán conociendo más datos en el futuro, por lo que somos conscientes del carácter incompleto de este artículo. Por otro lado, hemos obviado los acontecimientos más recientes, pues sin duda son los más conocidos a través de la historia oral y de la memoria colectiva. En el comentario seguimos un orden topográfico, que puede facilitar la identificación de los espacios y de los edificios a los que nos referimos. 

LA ABEJA 

       El primer aprovechamiento hidráulico en el curso del río Cuerpo de Hombre es el de la central eléctrica La Abeja. En 1919, la sociedad empresarial homónima obtuvo autorización para instalar una línea de energía eléctrica para alumbrado y otros usos industriales en la ciudad de Béjar, aprovechando el salto de agua que la compañía tenía en Candelario. Las obras de construcción habían comenzado en 1917, con la construcción de una presa, a la que siguieron un edificio hidráulico y un puente anexo. Tal vez ocupara el lugar de un antiguo molino con tres piedras al que aludía Madoz en 1848. 

 Central de La Abeja hoy en ruinas

      La autorización oficial establecía que la línea eléctrica arrancase de la fábrica La Abeja en Candelario y siguiese en línea recta hasta el transformador situado en la entrada de Béjar, en las inmediaciones de la calle La Solana. Los postes habrían de ser de castaño de ocho metros de altura y la tensión de la línea sería de 6000 voltios, que en el transformador se reduciría a 110 voltios. 


         El principal empresario y director de La Abeja fue Eduardo Cid Sánchez-Matas (falleció en 1956). Su capital procedía tanto de la industria textil, que su familia había creado en Hervás, como de sus posesiones agrícolas en la provincia de Cáceres. Otro de los socios destacados fue Francisco Muñoz García

 Río Cuerpo de Hombre

      La instalación estuvo destinada inicialmente, como hemos indicado, a suministrar fluido eléctrico para la industria textil (actividad a la que se dedicaban en su mayoría los socios fundadores) y para la iluminación de la ciudad de Béjar. Con posterioridad, se tendería otra línea para proporcionar corriente al pueblo cacereño de La Garganta. 

LA FÁBRICA DE PAPEL DE FRANCISCO PEÑA RICO

       Tras la central eléctrica de La Abeja, se encuentra la presa y el canal de derivación que lleva las aguas a la antigua fábrica de papel de Francisco Peña Rico. Comenzó a funcionar en diciembre de 1841, cuando se exhibieron los primeros productos en el Conservatorio de Artes de Madrid. Cuatro años después, una muestra del papel que se fabricaba estuvo presente en una exposición que se celebró en la capital. Sólo tres industriales salmantinos consiguieron mostrar sus productos y uno de ellos fue el citado industrial candelariense, que presentó papel para imprenta, para cartas, para portadas, etc. 

 Acueducto cegado y en ruinas de la fábrica de papel

         En la fábrica se elaboraba desde el papel más fino hasta el más vasto, destinado a cartonajes para la industria textil. Un articulista, comentando la exposición de Madrid, exponía los problemas de esta industria: “A fuer de imparciales, creemos que la junta estuvo acertada en resolver, por punto general, que a ninguna fábrica de las establecidas en el reino para elaborar esta clase de papel se alentase con nuevos estímulos, hasta que sus productos se presentasen más baratos en el mercado y menos atacados en lo general del cloruro, que entra en su composición, en términos de no tener consistencia ni duración alguna. Todas las fábricas de papel continuo del reino, carecen de esta cualidad tan necesaria, y cuya falta hace que sea reclamado con interés y se pague mucho más caro el de fábrica a mano por el método antiguo”.

     El periodista destacaba también la iniciativa del empresario candelariense: “En obsequio a la verdad, debemos decir que la constancia y esfuerzos del señor Peña Rico han merecido premio del gobierno en otras ocasiones y mejorado mucho los productos de su establecimiento”. 



 La ruina y el olvido campan por sus fueros en la fábrica de papel

       Tras una primera fase con maquinaria moderna y buenos técnicos venidos de fuera (su primer director fue el francés José Constantino Lanceliu), siguió una segunda orientada a abastecer al mercado local, en la que la calidad del producto decayó. En sus mejores momentos, hacia 1848, empleaba a doscientos obreros. Debió de cerrar en los años ochenta del siglo XIX

      La acequia que conducía el agua, en las inmediaciones de la fábrica, se transformaba en un acueducto de treinta varas de longitud (algo más de veintitrés metros), con “arcos sostenidos por columnas cuadradas” según Madoz. Para acceder a la orilla izquierda del río, había inicialmente un puente de madera sobre pilares de piedra; pero, hacia 1848, fue sustituido por otro “de piedra de sillería labrada”, con un arco apuntado

      En la otra ribera, frente a la fábrica, había un batán, que se arruinó en un desbordamiento de 1845. Con posterioridad, fue reconstruido como una dependencia complementaria en la que se instalaron cuatro cilindros movidos por agua. En 1929, la fábrica seguía inactiva y el agua se destinaba a un pabellón donde estaba instalada una fábrica que proporcionaba la luz a Candelario

Continuará

11 comentarios:

  1. Muchas gracias por toda esta información. Has hecho un buen trabajo. Un abrazo.

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  2. La actividad industrial, textil en este caso, sirve de estímulo para la instalación de otras inversiones y la creación de puestos de trabajo. El mismo carácter multiplicador, pero en negativo, se produce cuando la principal actividad del lugar decae y, por efecto dominó, se cierran otras actividades y aumenta el desempleo. Creo que, por desgracia, tenemos más de un caso en nuestro país.
    Saludos.

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    1. Entre ellos el nuestro. A partir de los años 70 el goteo incesante de cierres de las fábricas textiles provocó el ahogo de otras industrias paralelas, como la siderúrgica. Una pena.
      Saludos

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  3. Con una industria floreciente y la red de distribución eléctrica poco o nada desarrollada, lo normal era aprovechar cualquier salto de agua o desnivel para transformar la energía en eléctrica en el lugar donde se necesitaba. Un tema muy interesante, el de aquellas antiguas presas.
    Saludos.

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  4. Había oído hablar de ese río y pude ver algo de él pero desde la ventanilla del autobús cuando me encaminaba a Candelario.

    Besos

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  5. Interesante. La pena es el estado en que se encuentra todo.
    Un saludo.

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  6. Hola Carmen
    La primera vez que escuché del río, me pareció un nombre original. No sabía del aprovechamiento que tuvo en su momento. Lastima que todo se haya venido abajo.

    Besos

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  7. Este río tiene un nombre bastante curioso.
    Nos has dejado una buena información para darnos cuenta de como fue en otros tiempos el suministro eléctrico para el funcionamiento de la fabrica de papel.
    Un abrazo.

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  8. Un destino muy similar al que llegaron muchos edificios junto al canal de Castilla.

    Saludos.

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  9. ·.
    Es un artículo muy interesante. Entiendo mejor la industria textil de Béjar con la aportación de esa energía eléctrica.
    Un abrazo Carmen

    LMA · & · CR

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  10. Hola a todos,
    Qué blog tan interesante. Parte de mi familia materna era de Béjar y estoy intentando reconstruir su historia. ¿Alguno de vosotros sabe algo sobre un alemán, Emil Kubissa, que llegó a Béjar hacia 1919 y se casó oon Juliana Gutiérrez Morales?.
    Os agradecería cualquier información

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.