Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Con tan sólo cuatro años de edad, la niña Inés de Zúñiga fue ingresada en el convento de las Agustinas Recoletas que su padre había mandado construir frente a su palacio en la actual
Plaza de Monterrey, Salamanca.
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Virrey de
Nápoles entre 1631 y 1636 y embajador en Roma, el padre –que era nada menos que el VI conde de
Monterrey, Manuel de Zúñiga y Fonseca- tuvo siempre presente a su hija habida fuera del
matrimonio, y le envió un conjunto de veinte figuras de 50 centímetros de altura y articuladas fabricado en 1645. Los materiales que utilizaron los maestros napolitanos fueron la madera y el cartón piedra, y las vistieron con ropas de la época, en raso, bordados de oro, plata y perlas.
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Desde entonces el
cenobio conserva el legado, que se exhibe al público desde que se cumplieron
400 años de la fundación. Las ilustraciones que acompañan esta nota, no
obstante, corresponden a la ocasión en que el conjunto patrimonial salmantino
viajó a Madrid para ser exhibido en el monasterio agustino de la Encarnación.
Para esa ocasión se subió un texto descriptivo de la casa que contiene a las figuras, una casa charra del siglo XVII:
"Está situado en un escenario casero, la casa de Nazaret, una
construcción charra del siglo XVII donde se vislumbra la vida cotidiana
de Jesús. Se pueden contemplar los grupos compuestos por el Misterio,
los Reyes, pastores y ángeles músicos. Son figuras articuladas vestidas
con los ropajes originales realizados en raso bordado con hilos de oro
y plata".
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La niña Inés de
Zúñiga, cuyo nombre de profesa fue Inés Francisca de la Visitación, llegó a ser
priora del convento, y entre los pasillos del claustro se encontraría también su
retrato.
Lecturas
referenciales:
Gadea, Sira. La iglesia de las Agustinas de Monterrey de
Salamanca. 2013
Madruga Real,
Ángela. Arquitectura barroca salmantina:
las Agustinas de Monterrey. 2015
Muy bonito.Aprovecho para felicitarte las fiestas y desearte un feliz año 2020. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarMe gustan muchos los belenes. En la casa de mis abuelos maternos siempre había un que ocupaba la ventana, para que la gente lo viese.
ResponderEliminarFelices Fiestas Carmen
Besos
No siempre los bienes materiales son el mejor regalo que un padre puede hacer a una hija, aunque ahora quede esa joya para la eternidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso Belén, con mucha antigüedad. Este regalo, que recibió su hija, hace ahora que pueda ser contemplado por la población. Seguramente que es muy visitado por estas fechas.
ResponderEliminarBesos
Bonita historia. Interesante que se pueda contemplar al publico.
ResponderEliminarFelices Fiestas, saludos.
Muy interesante y curiosas las figuras que demuestran la antigüedad de tan bella tradición.
ResponderEliminarPreciosas figuras que ponen de manifiesto el arte y la antigüedad de ésta bonita tradición.
ResponderEliminar·.
ResponderEliminarEse belén... una joya. El tamaño de sus piezas ya lo hace interesante pero la articulación y los ropajes lo deben convertir en una maravilla.
Un abrazo
.·
LMA · & · CR