4 de septiembre de 2021

Breve inventario de regocijos y jolgorios bejaranos civiles de la Edad Moderna y siglo XIX (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019


Fiestas civiles fijas en el calendario por hechos de armas

El 3 de mayo de 1839 se produjo en las calles de Béjar una lucha cuerpo a cuerpo entre el ejército carlista del general Basilio y el isabelino comandado por el laureado general Pardiñas, que con el apoyo de la Milicia Urbana de Béjar acabó expulsando a los carlistas con el derramamiento de no poca sangre. Como recompensa la reina Gobernadora Mª Cristina hizo entrega de una bandera de España al Ayuntamiento de Béjar, que se recibió con pompa y boato en 1839. No faltaron el repique de campanas, la bendición y jura de la bandera, la parada de la Milicia Urbana en la Plaza, la suelta de novillos en la Plaza Mayor y una corrida de toros en el Castañar. A partir de ese año se estipuló la celebración de un homenaje a los caídos en aquella jornada gloriosa de 1838, fiesta que fue eclipsada años después por la de 1868. 

 Hoy día también se celebra el Día de los Mártires de la Libertad con una procesión cívica. Foto Béjar al día

Precisamente la bautizada como “Función del 28 de septiembre”, hoy Día de los Mártires por la Libertad, nació del deseo de los bejaranos de no olvidar las jornadas luctuosas de septiembre de 1868. Unos días después de la masacre perpetrada por el ejército realista entre los habitantes del barrio de La Corredera, indefensos frente a una carga indiscriminada y profesional, se acordó de manera unánime festejar todos los años este suceso inolvidable para aquellos que lo vivieron. No todos los días un pueblo entero se levanta en armas en favor de la libertad y de la democracia y se gana la batalla, aunque habría de puntualizarse que el golpe de estado triunfó en toda España y los bejaranos fueron a rebufo de los acontecimientos nacionales. Así se acordó que, tras una misa de difuntos en San Juan con la presencia de los sacerdotes, el Ayuntamiento en pleno, autoridades y amigos de los fallecidos, se repartiese una limosna para los pobres de 1000 libras de pan y la iluminación del edificio consistorial[1]

 

 

Romería de la Virgen del Castañar

Foto Todocolección

Fiestas civiles inesperadas

Con este título englobo los días festivos que surgían en el calendario de manera inesperada cuales eran las rogativas para mitigar el azote de las epidemias, las celebraciones vinculadas a la familia real y ducal o acontecimientos singulares como la concesión del título de ciudad para Béjar en 1850.

            Cuando las epidemias asolaban la Villa y Tierra se rogaba a la Virgen del Castañar siendo competencia del Ayuntamiento trasladarla desde su ermita a Béjar, bien a El Salvador, bien al convento de la Piedad, siempre y cuando se debiera a uno de estos motivos: azote de plagas de insectos, periodos de sequías, epidemias o a petición de la Casa Ducal. El Consistorio nombraba a dos comisarios que informaban al Cabildo Eclesiástico de la intención de bajar a la Virgen en rogativa y se la trasladaba acompañada por los frailes franciscanos, con repique de campanas y encendido de luminarias. En el tiempo en que duraban las novenas, se exponía la imagen día y noche, se decían misas, se danzaba a la puerta del templo y se organizaban las “bodas de la Virgen”, un rito que enlaza con la tradición popular hacer presentes a los novios en el día de su enlace por vecinos, amigos y familiares en ámbitos rurales[2]

Día de mercado en la plaza Mayor de Béjar. 

Foto Archivo Fotográfico y documental de Béjar

 

Por cierto, los alumbramientos y las bodas de la Casa Ducal se festejaban en Béjar a regañadientes del Consistorio, pues los fastos eran costeados en buena parte por los peculios de una caja de caudales municipal más plagada de telarañas que de ducados. En estos regocijos se incluían las misas y los Te Deum, las hachas encendidas y luminarias, los cohetes, el repique de campanas y del reloj de San Gil, las cucañas y el aderezo de las calles con arcos de follaje, similares a los que se construían en el Corpus. 

A cuenta de algún bautizo o matrimonio no faltaron la lidia de toros y novillos en la Plaza Mayor o la representación de teatrillos con compañías de comediantes procedentes de Salamanca[3]. El Ayuntamiento había de apretarse el cinturón y pagar al sacerdote que pronunciaba los sermones y el gasto de las velas, contratar a los cómicos y lidiadores de toros, garrochistas y demás maestros del toreo, al margen de que los voluntarios levantasen los arcos, adornasen las calles y demás dispendios. Muy meticulosa es la descripción que se conserva del recibimiento de la duquesa Mª Alberta de Castro y Portugal[4]. Resumiremos: villancicos, máscaras, arcos triunfales, toros, coros de música, etc. en distintos emplazamientos, desde El Bosque hasta el Palacio Ducal recorriendo la villa.

 Fragmento de un cartel del Corpus Christi de Béjar. 

Tribuna de Salamanca

Algo similar acontecía cuando se proclamaba a un nuevo papa o a cuenta de la familia real, con la particularidad de que el montante total provenía de las menguadas arcas consistoriales, es decir, de los impuestos ciudadanos. En el Siglo de Oro se realizaban máscaras y encamisadas de jinetes portando hachas de fuego, se contrataba música de ministriles, se corrían toros y se tocaban pífanos y cajas

En 1830 se documentan los festejos por la boda de Fernando VII con su prima Mª Cristina de Borbón –con luminarias, misa mayor, repique de campanas y adornos de ventanas y balcones. Para el quinto cumpleaños de Isabel II la Milicia Urbana efectuó una parada frente a la fachada del ayuntamiento adornada al efecto con colgaduras y un retrato de la reina; hubo suelta de novillos y por la noche iluminación general[5]. Cuando la soberana cumplió la mayoría de edad se incluyeron corridas de gallos y una cucaña[6] y para su boda con Francisco de Asís se escogió una orquesta y una compañía de danzantes, se repartió limosna entre los pobres, las viudas indigentes y los presos[7]. Como solía ser habitual el retrato de la soberana presidió la fachada del ayuntamiento y hasta se corrió un toro embolado.

Con motivo de la concesión del título deCiudad a Béjar en 1850, se tiró la casa por la ventana. El 17 de junio los miembros del Consistorio, acompañados por las máximas autoridades de la villa y de Salamanca, bajo la mirada del retrato de Isabel II colgado del balcón del ayuntamiento, el alcalde leyó el Real Decreto de concesión del título y se realizó una procesión cívica por la ciudad. Durante la jornada no faltó la misa y el Te Deum, el lanzamiento de cohetes y fuegos artificiales, y el reparto de limosnas entre los pobres[8].



[1] AMB. Libro de actas del consistorio de 1870, sig. 1625, f. 11 v.

[2] APSJB. Libro de la Cofradía de la Virgen del Castañar (1708-1863), f. 35. CASCÓN MATAS, Carmen. «Los traslados de la Virgen del Castañar, patrona del alfoz de Béjar, a la villa. Una forma de aproximación a las tradiciones y las formas de vida durante el siglo XVIII.» Revista de Folklore nº 360. Fundación Joaquín Díaz, Valladolid, 2012.

[3] CASCÓN MATAS, Carmen. «Sobre festejos y dispendios del consistorio bejarano en la boda entre el conde de Belalcázar y la duquesa de Mandas (1616)» y «Los matrimonios del duque don Joaquín a través de las cartas envidas al Consistorio de Béjar», nº 4.562 (21/VIII/ 2009) y 4.563 (28/VIII/2009).

[4] LÓPEZ ÁLVAREZ, Alejandro. «En torno a la cultura aristocrática del Antiguo Régimen: Fiestas, símbolos y ritos en la entrada a los estados de Bejar, 1685». Revista Estudios Bejaranos 2-3, 1996.

[5] AMB. Libro de actas del consistorio de 1835. Sesión de 9 de octubre, sig. 1619, f. 8.

[6] AMB. Libro de actas del consistorio de 1843. Sesión de 13 de noviembre, sig. 1619, f. 73.

[7] CASCÓN MATAS, Carmen. «Festejos en Béjar por la boda de la reina Isabel II», Béjar en Madrid, 4.722 (6/02/2015).

[8] CASCÓN MATAS, Carmen. «Béjar: de villa a ciudad (1850)». Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2013.

 

17 comentarios:

  1. Lanzamiento de cohetes, lidia de toros, calles engalanadas, bebidas, comidas y jolgorio... Cualquier acontecimiento sirve de pretexto para que la gente corriente se alegre un poco la vida. Luego, acabada la fiesta, todo vuelve a la normalidad:
    "Se acabó.
    El Sol nos dice que llegó el final.
    Por una noche se olvidó
    Que cada uno es cada cual", que decía la canción.
    Un saludo.

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    1. Y lo gracioso es que seguimos en la misma línea: música, toros, beber y comer, fuegos artificiales y vuelta a la rutina después de la resaca.
      Saludos

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  2. Mucha fiesta celebrando la victoria del vencedor, pero no sólo es alegría, para todas las familias cuyos hijos participaron en la contienda. Muchas quedaron de luto, por la muerte de un ser querido y en ellas no había nada más que dolor.

    Besos

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  3. Lo de los duques que con el dinero del ayuntamiento mandaban hacer fastos para el pueblo en sus celebraciones ya era tener cara.

    Saludos.

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  4. Por lo que veo, siempre y en todos los festejos estaban presentes los toros. ¿Será posible que los toros formen parte de la esencia de nuestras costumbres y estén incardinados a nuestra cultura como un vínculo indisoluble? No lo se, pregunto yo...
    Un abrazo

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    1. Es posible, aunque no queramos verlo. Nos viene desde hace generaciones, otra cosa es que ahora reneguemos de ello.
      Un saludo

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  5. No estabas, Carmen, pero no hay notario del pretérito que te supere. Gracias por lo que cuentas y cómo lo cuentas.
    Un abrazo.

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  6. No han cambiado mucho las costumbres. Todo sigue por el estilo .
    Que siga la fiesta.
    Buena noche Carmen. Y también que pases buen día de la Virgen.
    Un abrazo.

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  7. No fueron diferente las fiestas de entonces que ahora... Fuegos artificailes, toros, bailes...
    Incluso pedirle a los "santos", que intercedan por la salud, se sigue haciendo, aunque más en privado.

    Besos

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  8. Me gusta esta palabra "Regocijos", un buen inventario .Sin la investigación muchas cosas se quedarían en un cajon.Me encanta leer estos actos y sobre todo ver que como pueblo no hemos cambiado mucho.Para muchos países somos los más escandalosos .Que dure que peor son las guerras...

    Un abrazo ya comenzaron las clases :(



    Un fuerte abrazo

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  9. A mi me gustan estos festejos que se hacían y pienso que es bueno seguir las costumbres.

    Un abrazo.

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  10. Qué pueblo tan festero. Desde luego la extraordinaria fiesta de la concesión del título de ciudad, merecía la pena. En realidad, como ahora, cualquier motivo que permita olvidar la dureza del día a día, es bueno para la fiesta, sea grande o pequeña, pública o privada.
    Un saludo.

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  11. todo ha cambiado nada volvera a ser igual abrazos

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  12. Ángel Mª Ridruejo Cabezasviernes, 10 septiembre, 2021

    Es una delicia leer lo que escribes y cómo lo escribes. No deja de impresionarme tu alcance para todos los períodos históricos.

    La facción de Basilio ya quiso hacer de las suyas por mi comarca de La Serena, antes de ser desmantelada en Béjar. Creo recordar que las de Jara y Peco siguieron derroteros parecidos.

    Un saludo muy cordial.

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    1. Gracias por leerme, Ángel. Es un placer tener lectores que se manifiestan y aportan datos interesantes como es tu caso.
      Veo que las partidas de Peco y Basilio ("el pérfido Basili" como le llamaban por aquí) hacían grandes recorridos para intentar controlar la mayor cantidad de territorio posible.
      Un abrazo

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.