Autora: Josefa Montero García
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019, pp.24-29.
Con este artículo quiero realizar un
breve recorrido por las fiestas que tenían lugar en Béjar hace aproximadamente
cien años, junto con las personas y entidades que las organizaban. La música
era imprescindible y había que interpretarla en directo, pues los incipientes
aparatos de grabación no estaban al alcance de todos y su técnica tampoco permitía
la actual presencia constante y quizás abusiva de la música. Sin duda, aquellos
bejaranos la apreciaban más que nosotros y se preocupaban de contar con músicos
profesionales o aficionados en los principales actos de la vida ciudadana.
La religión estaba muy presente en la vida cotidiana, por lo que la mayor parte de las fiestas tenían origen o carácter religioso y comprendían actos litúrgicos en los que se interpretaban piezas musicales de gran envergadura; después había bailes y veladas en el teatro, en el Casino Industrial o en el Casino Obrero. También se festejaban los eventos académicos, como aperturas o finales de curso de los centros educativos, donde destacaban las escuelas y especialmente el Colegio Salesiano.
Foto antigua de Béjar sacada de aquí
En aquellos veranos, Béjar era un centro turístico frecuentado especialmente por familias extremeñas acomodadas, potenciales consumidores de ocio. Se anunciaban pisos disponibles, que se ofrecían amueblados y con buenas comodidades y había una buena colonia de veraneantes, que asistía a las actividades estivales, algunas de las cuales se organizaron teniendo en cuenta la presencia de forasteros.
A la mayoría de las celebraciones iba la corporación municipal, que solía presidir los actos, acompañada de las principales fuerzas vivas, como el juez y autoridades militares y eclesiásticas. El pueblo expresaba su devoción en las ceremonias religiosas, aunque evidentemente también disfrutaba de ellas desde el punto de vista estético y artístico, en una sociedad que disponía de menos distracciones que la nuestra. En este trabajo, que no pretende ser exhaustivo, repasamos algunas de aquellas fiestas, resaltando su carácter cultural y social.
Las entidades educativas
La Acción Social Femenina, cuyas actividades tomamos como ejemplo, era una de las asociaciones católicas que ofrecían formación a la clase obrera con lecciones, conciertos, veladas teatrales, conferencias, etc. De acuerdo con Hernández Díaz, estas sociedades surgieron en Béjar “para neutralizar desde el campo católico la notable influencia que ejercían entre los obreros y las mujeres las tendencias ideológicas procedentes del obrerismo marxista o anarquista, y en parte republicano liberal”[1].
Dentro de sus objetivos, la Acción Social Femenina organizaba actividades donde se mezclaban en armonía las clases sociales[2]. Destacamos una velada en el Teatro Cervantes en enero de 1917, a la que asistió el Obispo de Plasencia; allí se interpretaron piezas musicales y jóvenes de ambos sexos, entre ellos el fotógrafo Juan Requena y el farmacéutico José Agero, representaron El poeta de la guardilla de Pedro Marquina y La señorita se aburre de Benavente. De la música se encargó Rufino Agero, jurista y director de La Victoria, que tocó el piano y dirigió a más de 80 voces juveniles acompañadas de una orquesta, en el Himno a la Virgen del Castañar[3]. La prensa resaltaba el éxito de la velada y su gran trascendencia social en Béjar.
Colegio Salesiano. Foto aquí
También aunó fiesta y cultura el Colegio Salesiano, cuyo director era el padre Buenaventura Roca. Los antiguos alumnos festejaban cada año a Santa Cecilia, patrona de la música, en el salón de actos del centro, que tenía banda de música propia y una Schola cantorum[4]. En 1917 se representaron un drama y un sainete y se interpretaron varias piezas musicales[5]. También celebraban la Inmaculada Concepción, con intervención de la banda, representación de una zarzuelita por parte de los niños y un sainete por los antiguos alumnos[6].
A las ceremonias de carácter académico asistían las autoridades, especialmente en la Escuela Industrial. Allí, en 1917, con motivo de una entrega de premios, hubo destacados discursos y se leyó la correspondiente memoria. Solemnizó el acto un sexteto musical, que interpretó entre otras piezas, fragmentos de la zarzuela Maruxa[7].
Fiestas religiosas
San Gregorio se celebraba en mayo, con mucha participación infantil. Se llevaba en procesión al santo desde su ermita de Santa Ana a la Iglesia del Salvador y al día siguiente en sentido contrario. Los niños llevaban ramos con rosquillas y la banda de Gonzalo Martín acompañaba a las dos procesiones[8].
Más importancia tenía el Corpus Christi, con ceremonias religiosas y procesión, acompañada por autoridades, hombres de musgo y la banda de música de Gonzalo Martín[9]. Las fuerzas vivas y la banda acudían también a la octava[10], que contó en 1918 con la interpretación en el templo de la Misa ‘de Angelis’ de Julio Valdés, a tres voces y gran orquesta, que alternaban con un coro popular de treinta niños[11]. En la parroquia de San Juan se honraba a la Virgen del Carmen, con solemne novena y procesión final. Un coro femenino, dirigido por Valdés, interpretaba cantos a la Virgen dentro de la iglesia y la banda de Gonzalo Martín acompañaba a la procesión[12].
Romería de la Virgen del Castañar. Foto sacada de aquí
La fiesta de la Virgen del Castañar comenzaba con una misa solemne, durante la que varios años Rufino Agero Brochín dirigió la Misa en re menor de Perosi, a tres voces, con armonio y orquesta. Después, como actualmente, salía la procesión por el recorrido habitual, acompañada por la banda de Gonzalo Martín[13]. Los bejaranos residentes en Madrid honraban a la patrona en la Catedral de la Almudena y luego se reunían en las alamedas de la Florida. En 1917, tuvieron orquesta y predicó y cantó en la misa Fernando Aguilar, un sacerdote bejarano que residía en Ciudad Real, donde era tenor en su catedral y tenía una magnífica voz[14]. Meses después, leemos en Béjar en Madrid que Aguilar ganó por oposición una plaza en la Catedral de Córdoba[15].
La Asociación de Hijas de María, con sede en la Iglesia de San Juan Bautista, festejaba la Inmaculada Concepción, con un coro propio, dirigido por Rafael Jiménez. Este interpretó en 1918 una misa de Ravanello, con el sexteto instrumental de Valdés[16]. También organizaba veladas en el Teatro Cervantes, donde en 1919 se cantaron fragmentos de óperas de Verdi, se representaron piezas teatrales y un grupo de niños, con trajes copiados de Las Meninas de Velázquez, cantó El retrato de Isabela. Se representó también una zarzuela, con cantantes aficionados de la sociedad bejarana y, finalmente, los soldados de la guarnición de la ciudad cantaron la Canción del soldado, acompañados de la omnipresente banda de música de Gonzalo Martín[17].
Continuará
[1] Hernández Díaz, José María. “Educación y sociedad en Béjar en el primer tercio del siglo XX (1900-1936)”, en José María Hernández Díaz y Antonio Avilés Amat (coords.). Historia de Béjar, vol. 2. Salamanca: Diputación Provincial de Salamanca, Centro de Estudios Bejaranos y Ayuntamiento de Béjar, 2013, pp. 353-433, aquí p. 390-391.
[2] Así lo afirmaba el recién fundado Béjar en Madrid reseñando una velada en el Teatro Cervantes: “El teatro ofrece brillante aspecto, y en él se ve a las familias más altas de Béjar, confundidas con las clases proletarias en consorcio dichoso”. Béjar en Madrid, 17/1/1917, p. 4.
[3] Finalizado el acto, el obispo entregó 200 cartillas de ahorro postal a los alumnos de la escuela dominical. Ibídem, p. 4.
[4] A esta agrupación se hace referencia en la mayor parte de las veladas y celebraciones que organizaba el Colegio Salesiano. Tenemos un ejemplo en La Victoria, 9/6/1917, p. 2.
[5] Béjar en Madrid, 1/12/1917, p. 11.
[6] Gómez Guijo, Felipe. “En el Colegio Salesiano”. Béjar en Madrid, 16/12/1917, p. 13.
[7] El artículo está firmado por Toribio Zúñiga Cerrudo. Béjar en Madrid, 1/2/1917, pp. 1-3.
[8] Hace un siglo comentaba esta fiesta La Victoria, 17/5/1919, p. 1.
[9] Esta banda es el origen de la actual banda municipal, según leemos en Domínguez Blanca, Roberto. “La banda municipal de música, los orígenes de una banda casi centenaria”. En Fiestas y ferias de Béjar, 2017, pp. 10-13.
[10] Una de estas fiestas se describe en La Victoria, 16/6/1917, p. 2.
[11] El Porvenir, 2/6/1918, p.
[12] La Victoria, 19/6/1915, p. 3.
[13] Encontramos los actos relativos a 1919 en La Victoria, 13/9/1919, p. 2.
[14] Béjar en Madrid, 28/9/1917, p. 11.
[15] “Nuestro paisano y amigo el Beneficiado primer tenor de la Catedral de Ciudad Real, D. Fernando Aguilar y Campo, ha obtenido en reñidas y brillantes oposiciones igual beneficio de la Catedral de Córdoba”. Béjar en Madrid, 1/2/1918, p. 10.
[16] A. P. “La fiesta de la Purísima en Béjar”, Béjar en Madrid, 18/12/1918, pp. 3-4.
[17] La crónica la firmaba M. Béjar en Madrid, 16/7/1919, p. 5.
La música siempre ha estado presente en nuestras vidas y no hay fiestas populares en que no falte.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay un apartado en el magnífico texto de Josefa Montero que desata los recuerdos y nos lleva a pensar en las relaciones humanas.
ResponderEliminarPrimordial, el de que "la música era imprescindible y había que interpretarla en directo", cosa lógica por la época pero que va más allá de la cronología. Pues hoy mismo, en cualquier fiesta al aire libre, la diferencia de ambiente que se consigue entre escuchar las piezas por un altavoz, a corear la orquesta o banda en vivo, es notable.
Gracias por el texto y espero recrearme este verano castellano-leonés disfrutando de tanto arte actual.
Buena semana a todos.
Buena semana a todos.
ResponderEliminarDe estas festividades que se narran en este articulo la mas próxima es el Corpus con sus hombres de musgo.
ResponderEliminarSaludos.