Amigos de Béjar y sus historias

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11/28/2025

El paisaje bejarano en forma de versos: algunos ejemplos

 Autor: Iván Parro Fernández

        Otoño es una estación en la que cambia el cromatismo de muchos lugares y de muchos paisajes. Empiezan a predominar los amarillos, los marrones, los ocres y tonos derivados. Caen las hojas, vienen las lluvias, empieza el frío y se cosechan o se recogen algunos alimentos. El otoño también sirve de inspiración, de motivación y de exaltación a artistas y almas en búsqueda. El otoño nos ofrece mucho y muy variado para todos los gustos. En nuestra zona bejarana llega la fecha de los calbotes, en la que se asan castañas al fuego que calienta y reconforta espíritus y cuerpos. En otros lugares celebran la vendimia por ejemplo con todo lo que ello supone y significa.


         En esta colaboración quisiera compartir algunas de las visiones que tienen varios poetas sobre el paisaje bejarano, no tanto sobre la sierra (de la que hablaremos mejor en invierno), sino del bello contexto natural en el que los bejaranos y bejaranas tenemos la suerte de poder vivir, pasear, festejar y celebrar durante todo el año. Contamos con una geografía singular que ha inspirado y sigue inspirando a muchos escritores y artistas. Un ejemplo de esto lo encontramos en el poema titulado “Mi pueblo” de Juan Belén Cela Martín, en el que describe a Béjar sirviéndose de las siguientes metáforas: “(…) es un gigante rasgando los vientos/ sobre el alto puente de un barco de piedras…”. O más adelante: “(…) es un nacimiento/ lleno de arroyuelos de papel de plata/ de montes pintados de verde y de blanco/ y de azul, y de rojo las casas”. Cela en este caso se fija sobre todo en el ambiente natural bejarano para describir y compartir su visión de la ciudad.

 

         El poeta Emilio Álvarez de la Cruz, en su extenso poema “Béjar para otear”, realiza una acertada y hermosa descripción del paisaje bejarano, utilizando de manera preeminente adjetivos calificativos que insertan fuerza y sentido a sus descripciones, como por ejemplo la siguiente referida al paisaje que se puede divisar desde la Fuente del Lobo de la ciudad y de sus alrededores: “Y siguiendo mi camino/ con incansable mirar/ escrutar los horizontes/ aquí, valles; allá, montes/ depresiones y cantiles/ y a más lejana distancia/ recortando sus perfiles/ Picos de Peña de Francia./ Apartado de la cuesta/ ir a la Fuente del Lobo/ y extasiarme en el arrobo/ de su tupida floresta…”.


           Emilio Muñoz de la Peña es quien en su poema “El Tomillar (Monte Mario)”nos ofrece una fantástica descripción de este paraje bejarano tan significativo y de gran historia por la carga emocional que tiene. Mencionamos los siguientes versos: “Sombra tendida en el monte/ griterío de hojarasca/ que, crujiente/ limonea el suelo a trechos/ y la herida/ en pincelada del sol que sorprende al Tomillar./ Siesta de tronco rugoso/ paz infinita en su alma/ por un puente/ que traspasa en blando sueño/ yo traspaso/ la ilusión de blanca ausencia que se oculta en el pinar”. Imágenes muy atractivas y muy vivas que describen este paisaje del Tomillar bejarano, hoy más conocido como Monte Mario, una visita que es muy recomendable si se viene a la ciudad.


 

          Y para terminar este breve recorrido por algunos paisajes bejaranos en forma de versos quisiera mencionar las descripciones del paisaje que el poeta Arsenio Barco realiza en su conocido poema “Béjar, en el camino de la plata”, tanto de la montaña como de otros lugares y elementos paisajísticos del entorno natural tan rico y tan variado que los bejaranos tenemos y disfrutamos. En el siguiente extracto por ejemplo menciona cómo se percibe el agua dentro de este paisaje: “Arropada de castaños/ como un oasis abierto/ entre desierto y desierto/ para la sed peregrina/ ella ofrece al caminante/ la caricia refrescante/ de su agua cristalina/ mezcla de nieve y hielo/ la sonrisa de su brisa/ y el limpio azul de su cielo”.


        Y en la siguiente estrofa del poema encontramos esta descripción de la montaña bejarana tan atractiva a la vista pero que invita también al descubrimiento y conocimiento de esta: “Y la sombra y la frescura/ y la frondosa espesura/ del Castañar; la montaña/ donde la naturaleza/ prodigó tanta belleza/ y se alza la espadaña/ como faro luminoso/ de su fervor religioso”.

        El paisaje bejarano reúne sin duda un montón de elementos muy variados, totalmente enriquecedores y a todas luces interesantes para conocer y para disfrutar con ellos como muchos bejaranos seguimos haciendo cada día y en cada estación del año. Seguiremos hablando de Béjar y sobre Béjar pronto, pero hasta entonces les envío a todos un cordial y afectuoso saludo.

 

 

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