9 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (1ª parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas  de Béjar, 2015, pp. 64-69.


        De mirada recia e inquisitiva, Gabriel Herrera nos observa altanero desde su posición privilegiada. Las largas patillas enmarcan una cara a la moda de la 1ª mitad del s. XIX, a caballo entre los bravos guerrilleros de la Guerra de Independencia y las barbas recortadas de su segunda mitad, siendo su boca, fruncida y de labios ausentes, el puente entre ambos apéndices. La cabellera azabache surge de la oscuridad del fondo, al igual que su figura austera vestida enteramente de negro en la que destacan un pañuelo anudado al cuello y las insignias del cargo de rector de la Universidad de Salamanca: las puñetas blancas, el bastón y la medalla[1]

 Retrato de Gabriel Herrera en un dibujo 
de Óscar Rivadeneyra

           Si de su vida sólo poseyéramos el rastro de este retrato deduciríamos de su mirada el peso de una grave responsabilidad que surcó su rostro de arrugas, enmarcó de ojeras sus ojos y resumió su boca en una sobria línea. Seriedad y austeridad, dureza, destacan de una figura cuya faz nos mira desde el hall del rectorado de la universidad de Salamanca. Y nuestro interés en ella no es baladí porque tal personaje olvidado desde hace siglo y medio nació en Béjar y su imperativa mirada nos ordena rescatar una vida que, como tantas otras, pereció bajo esa extraña enfermedad del olvido imperante en nuestro lugar de mutuo origen para los nacidos en ella.


            Gabriel Herrera vio su primera luz en Béjar el 18 de marzo de 1793 y fue bautizado un día después en San Juan Bautista por Jacinto Sánchez de Ocaña, canónigo de la catedral de Coria y tío de José Sánchez Ocaña[2], personaje bejarano de casi su misma quinta (nació 4 años después) que acabaría siendo su amigo, primo[3] y colega. Eran sus padres Sebastián de Herrera Domínguez, administrador de las rentas estancadas y heredero de una larga saga de plateros[4], y Joaquina Hernández-Agero Carlos, de familia consagrada a las manufacturas textiles. La villa era entonces un producto de los esfuerzos ducales por convertirla en una población útil a sus señoríos y contaba con un grupo social que descollaba del resto de sus habitantes por su dedicación a la fabricación de paños y con ínfulas de despegar más allá de los estrictos límites señoriales. La familia de Gabriel pertenecía a esta última y su padre presumía de ser defensor de que algo había que cambiar en aquella España marcada por el atraso.


 Batalla de San Marcial (1813) por Ferrer-Dalmau 


       La espoleta que desencadenó esas transformaciones políticas fue tristemente una guerra. Napoleón entró a sangre y fuego para imponer unos adelantos que España debería haber encontrado por sus propios medios. Sebastián de Herrera, el padre de Gabriel, se posicionó, en los años oscuros de la Guerra de Independencia, del lado de los patriotas y alentó al resto de sus hijos a defender un trono que se encontraba lejos y ausente, secuestrado e inhabilitado para maniobrar ante los invasores. Gabriel, con 17 años cumplidos en 1810 y con la sangre ardiente que sólo inflama la mocedad, se alistó en la partida de cuerpos francos al mando del teniente coronel Miguel de la Torre, andando el tiempo capitán general de Puerto Rico[5], y luego en el Batallón de Cazadores de Castilla, con el cual llevó a cabo “misiones importantes y arriesgadas[6]” en su puesto de subteniente de bandera del Regimiento Provincial de Ciudad Rodrigo

        Los ideales liberales surgidos en España al calor de la guerra inundaron los corazones de muchos estudiantes en su lucha frente al invasor y sirvieron de motor a un siglo desenvuelto en convulsas disputas entre partidarios del Antiguo Régimen y del liberalismo, carlistas y fernandinos, liberales moderados y progresistas, políticos de guante blanco y espadones, guerras civiles y golpes de estado. La participación del liberal Gabriel Herrera en su lucha contra el francés le reportó más perjuicios que beneficios a la vuelta de Fernando VII, una vez derrotado Napoleón. El monarca reinstauró el Antiguo Régimen borrando así todo rastro de liberalismo, incluyendo la constitución de 1812, y persiguió a los patriotas que habían derramado su sangre y arriesgado sus vidas por un rey ahora traidor y mezquino. Muchos guerrilleros cayeron fusilados ante la implacable maquinaria represiva del estado.


 Fachada de la Universidad de Salamanca


        Herrera quedó así en suspenso tras ser suprimidos los cuerpos francos. Comenzó entonces la carrera de Derecho en la Universidad de Salamanca, en donde le documentamos entre 1816 y 1820[7], mientras las convulsiones políticas provocaban una situación insostenible que condujo a Fernando VII a jurar la constitución de Cádiz en el primer triunfo del liberalismo español. El Trienio Liberal iniciaba su andadura en 1820 con la aplicación práctica de los ideales defendidos en Cádiz. Gabriel Herrera fue uno de los beneficiados por el cambio de gobierno y en 1821, una vez concluidos sus estudios, consiguió la plaza de promotor fiscal y más tarde de juez de primera instancia del partido judicial de Alba de Tormes. Atrás quedaban para Herrera las armas y se abría paso el camino de la pluma y el funcionariado. Afirmó, mucho después, que había desempeñado el destino de fiscal en Alba de Tormes con todo celo y lealtad[8]. Un año más tarde solicitó el traslado a Ciudad Rodrigo con idéntico cargo y sueldo, pero la inestabilidad política le arrebató la posición conquistada al ser depuesto el gobierno el régimen liberal en 1823 y regresar el Antiguo Régimen.

Continuará



[1] NIETO, José Ramón, GONZÁLEZ, Eduardo, y AZOFRA, Agustín. Inventario artístico de bienes muebles de la Universidad de Salamanca. Universidad de Salamanca, 2002, p.89. Gabriel Herrera fue uno de los primeros rectores en poseer retrato.

[2] Los datos sobre Sánchez Ocaña proceden de CASCÓN MATAS, Mª Carmen. “Pequeña biografía de un Ministro de Hacienda nacido en Béjar: José Sánchez Ocaña (1798- 1887)”. Revista Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio e Industria de Béjar, 2012.

[3] Así lo afirman BONILLA HERNÁNDEZ, José Antonio, y MARTÍN RODRIGO, Ramón, en su trabajo dedicado al padre de José Sánchez Ocaña “Un bejarano en las cortes de Cádiz: D. Andrés Sánchez Ocaña” en Estudios Bejaranos nº 16, CEB y Ayuntamiento de Béjar, dic. 2012.

[4] Sobre los plateros apellidados Herrera consultar DOMÍNGUEZ BLANCA, Roberto. La platería del renacimiento en Béjar. CEB, 20009, pp. 29-31. El autor apunta a la posibilidad de que Sebastián de Herrera pudiera también haber ejercido el oficio al heredar el taller de su padre Juan de Herrera en 1769.

[5] Recurriré para este artículo al Archivo Histórico Nacional (AHN) y a su portal de internet PARES donde se custodia su expediente personal. AHN: Ministerio de Justicia. Expediente personal del Magistrado Gabriel Herrera. FC-Mº_JUSTICIA_MAG_JUECES, 4.504, Exp. 3.968.

[6] Ibídem.

[7] Archivo Histórico de la universidad de Salamanca. Registros de exámenes de estudiantes para ingresar en Facultad Mayor. Disponibles en http://ausa.usal.es/ausa_registrosexamenes.php (enlace consultado en julio de 2015).


[8] AHN. Expediente personal del Magistrado Gabriel Herrera. Fuente Cit.

16 comentarios:

  1. Pues esperamos la continuación de la vida de este rector que ya no esta condenado al olvido.
    Besos Carmen

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  2. Con el rey felón fueron muchos sueños y muchos hombres de gran valía los que se quedaron por el camino. Creo que a nuestro Gabriel Herrera le quedan unos cuantos años -al menos, la "década ominosa"- para salir airoso del atolladero político e ideológico en el que se encontraba nuestro país en aquellos tiempos. Salvo que se dedique a una especie de "exilio interior" para no caer en desgracia como aquel otro que también llegó a rector de la afamada universidad. Malos tiempos para la gente decente y de valía. Buenos tiempos para los arribistas y pelotilleros del absolutismo. Me vienen ahora a la memoria esas palabras de Luces de Bohemia del gran don Ramón del Valle Inclán cuando uno de sus personajes dice “En España el mérito no se premia; se premia el robo y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.”
    Un saludo, Carmen.

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    1. Más bien Gabriel Herrera, sin ser absolutista, acabó integrándose en el sistema que alumbró el liberalismo imperante en el siglo XIX. Y no en el progresista, desde luego. Pero no quiero adelantar más. Lo veremos en las siguientes entradas.
      Saludos

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  3. Tremenda injusticia para aquellos que habían dado su vida para instaurar de nuevo al rey en el país, mientras él se encontraba a salvo de los franceses.

    Besos

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  4. Nunca mejor dicho que este rey fue un traidor y un vendido con la instauración de la Monarquía absolutista...

    Si se hubiera aprobado la "PEPA" otro gallo nos hubiera cantado; pero, esta visto que esta España nuestra esta marcada por errores que nunca se acaban de emendar.

    -El joven de sangre ardiente con solo 17 años y unos ideales; que costaron tanta sangre.Pero es así como se demuestra a lo largo de la Historia que el precio es muy alto para quien quiere ir por la senda de la verdad.

    Esperando saber más de este hombre grande y como bien apuntas casi olvidado.Por eso la labor de investigación es tan necesario para sacar a la luz lo que a muchos les escalda.

    Un beso

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  5. Un personaje más de la cuna de Béjar, esperando la continuidad para comprender toda su historia, un abrazo.

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  6. Cierto es que muchos fueron victimas del nepotismo de Fernando VII una vez recupero su trono, al parecer este bejarano fue uno mas de ellos.
    Sobre tu comentario en mi entrada sobre la plaza de Medinaceli si se ven dos personas en la primera y otra en la tercera. Si que era un día de semana de mediados de Junio al igual que las de Sigüenza y del monasterio de piedra en Zaragoza. Siempre intento no sacar a personas si me es posible.

    Saludos.

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  7. No fueron pocos las víctimas de Fernando VII y sus mezquindades...

    Ya nos contaras más sobre este caballero.

    Besos

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  8. Hola Carmen, eres un pozo de sabiduría en historia y me gusta leerte, la historia no es mi fuerte, por eso siguiéndote cuando puedo , aprendo.
    Me operan una pierna el 28 de este mes y volveré a ausentarme un tiempo, espero que poco a poco pueda tener mejor calidad de vida de la que tengo.
    Un gran abrazo

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  9. Un gusto haber conocido tu blog.
    Me encanta la historia...lamentablemente tuve una profesora que dejaba bastante que desear, la escuela secundaria no fue prometedora, he incursionado y leído por mi cuenta.
    Un cariñoso saludo y cuando lo desees te espero por mi espacio Carmen.

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  10. Gabriel Herrera, un gran Rector de la Universidad de Salamanca. Parece mentira que Gabriel, en su lucha contra el francés, le reportara más perjuicios que beneficios a la vuelta del Régimen de Fernando VII...El Mundo parece ser que, de vez en cuando, pierde su orden y predisposición por actitudes traidoras, mezquinas y realmente contradictorias.
    Otro relato extraordinario biográfico que, sabes, disfruto al conocerlo.
    Abrazos y Besines.

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  11. Interesante este personaje de la vida de Béjar, que en mi caso era un desconocido. Una lección de historia que gracias a ti Carmen es agradable de leer. Ahora esperaremos por la continuación.
    Un saludo
    Puri

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  12. Vaya cuadro bélico más espectacular.
    Veo que de esa enfermedad bejarana del olvido, hay ojos y plumas prestos a no dejarse contagiar. Espero leer la continuación. Abrazos.

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  13. Parece nuestro sino eterno estar enfrentados unos a otros. Parece que el personaje de hoy tampoco logró eludir esta situación.
    Un abrazo.

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  14. Espero la siguiente entrega para saber como acaba la andadura de Gabriel Herrera.

    Besos.

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  15. Promete ser una vida con altibajos según quien gobierne.
    Un saludo.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.