Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
En esta ocasión,
como sucede a veces en la historia, el ataque vino desde dentro porque los
miembros de la Casa de Mendoza estaban unidos por estrechos lazos de parentesco
con la Casa de Zúñiga, como también con otros linajes poderosos
de la época.
A comienzos de
1560, y previa aprobación de Felipe II, Francisco Hurtado de Mendoza, hijo de
los marqueses de Cañete, había enviado sus antecedentes familiares al Consejo
de Órdenes Militares con el fin de obtener el hábito de Santiago, trámite que
fue demorado por suscitarse algunas dudas sobre su limpieza de sangre. Agraviado el joven aspirante, hizo presente de
inmediato el hecho a su tío Francisco de Mendoza y Bobadilla, hermano de su
padre, que había vuelto de Roma con el nombramiento de obispo de Burgos,
el título de cardenal, y el encargo de recoger en Francia a Isabel de Valois y
traerla a España para su boda con el monarca, misión en la que llevó consigo, y a su costa, entre
parientes, amigos y criados hasta mil quinientas personas, y gastó en ella más de
tres millones de reales (Relación de
la entrada de Isabel de Valois en tierras españolas, Colección Granvela,
Real Biblioteca, Madrid).