16 de mayo de 2016

La duquesa de Béjar María de Zúñiga y Pimentel, y su legado a la Universidad de Salamanca



*Durante unos días permaneceré alejada de Internet, así que os dejo un par de entradas programdas para que disfrutéis con las historias de la Casa Ducal narradas por mi buen amigo en la distancia Jorge Zúñiga Rodríguez. 

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      María de Zúñiga y Pimentel, hija y esposa respectivamente de los dos primeros duques (y tía además del que fue su esposo), gobernó sola durante el breve período de dos años entre la muerte de su marido y su propio fallecimiento, dejando como legado una generosa provisión para edificar un hospital para los pobres que sean de esta mi villa de Béjar y lugares de su tierra, excepto si no pasare alguno y enfermare yendo de camino (testamento de doña María en Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, Anastasio Rojo Vega, 2008)




Fachada del Hospital de San Gil, hoy Museo Mateo Hernández, Béjar



      Otro de sus legados fue la provisión de seiscientos mil maravedís de renta, más cien mil eventuales, para la edificación de un colegio en la ciudad de Salamanca dedicado a San Guillermo, en el cual perpetuamente recibirían instrucción teológica y mantenimiento cincuenta frailes franciscanos, o en su defecto agustinos. De hecho era una facultad de teología, por lo que el colegio debía construirse en la Universidad de Salamanca (El convento de San Agustín y el colegio de San Guillermo, Teófilo Viñas Román, 2002) y albergar una iglesia y capilla donde se haga mi entierro humilde y sin curiosidad…

 




Fachada de las Escuelas Mayores, Universidad de Salamanca


     Sujeta al patronato de los siguientes duques de Béjar, esta fundación enfrentó sucesivos pleitos con la orden de los agustinos debido al empobrecimiento gradual de la Casa Ducal, pero cabe preguntarse qué relación tenía doña María de Zúñiga con la universidad y la ciudad para instituirla. Parece que no había entre la duquesa y Salamanca lazo personal alguno, pero sí familiar. Su sobrino Gaspar de Zúñiga y Avellaneda, hijo del III conde de Miranda del Castañar y futuro cardenal de España, había dictado clases en la Universidad antes de ser nombrado rector de la misma en 1539, y en la ciudad se había instalado su pariente Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca, III conde de Monterrey, gran mecenas de la educación en Galicia y constructor del palacio de Monterrey, del convento de las agustinas y de la iglesia de la Purísima en Salamanca.

 


Palacio de Monterrey, Convento de las Agustinas e Iglesia de la Purísima, Monumentos Nacionales, en Salamanca



      La relación del linaje con la Universidad continuó y entre 1540 y 1575 fueron rectores Juan de Zúñiga, Pedro Nuñez de Avellaneda y Zúñiga, Diego Luis de Zúñiga y Sotomayor (hijo de la III duquesa de Béjar Teresa de Zúñiga y Manrique de Lara), el teólogo Diego López de Zúñiga, el VII duque de Béjar Francisco López de Zúñiga y Mendoza, elegido unánimemente por el claustro universitario en pleno por dos períodos (Archivo de la Nobleza, Toledo) y en 1594 Juan de Zúñiga (obispo de Cartagena y XV Inquisidor General) realizó una reforma de los estatutos de la Universidad. De la fundación de la duquesa María de Zúñiga, sin embargo, y de la magnificencia con que se proyectó no queda nada, ni una sola piedra, en palabras de la historiadora Carmen Cascón Matas, pero sí el recuerdo y los testimonios de un gran proyecto planificado desde Béjar. 


    En la orden agustina profesó más tarde un nieto de doña María, Pedro de Zúñiga y Velasco, nacido en Sevilla, que murió mártir en Japón y fue beatificado en 1867. En Villamanrique de la Condesa, antes Villamanrique de Zúñiga, hay un colegio de educación primaria que lleva el nombre de San Pedro de Zúñiga.




Colegio San Pedro de Zúñiga, Villamanrique de la Condesa, Sevilla

12 comentarios:

  1. Un legado que muchos del lugar agradecerían por lograr beneficiarse, directa o indirectamente, de él.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Es de bien nacido ser agradecido, ellos con su estatu y su condición de privilegio por lo menos fueron unos buenos mecenas y estas piedras dan testimonio de ello.

    Veo que sale tu nombre mi estimada Carmen, una labor de peso la investigación y sobre todo el orgullo de ser una bejarana más.

    Un abrazo feliz semana que te sea fructífera.

    ResponderEliminar
  3. Lástima que no se conserve nada físico de aquel patrocinio, aunque si su memoria.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Aunque el patrimonio se agotara, ahí quedan sus espléndidos edificios para prestigio de Salamanca.

    ResponderEliminar
  5. Me ha gustado la referencia histórica que nos dejas Carmen, y hay algo de tu reportaje que me ha gustado especialmente y es la fotografía de las Escuelas Mayores de Salamanca: espectacular. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

    ResponderEliminar
  6. Un gesto que le honra, su interés por la sanidad y la cultura quedó reflejado mediante sus actos.

    Besos

    ResponderEliminar
  7. La nobleza en aquella época fueron los grandes mecenas de muchas instituciones y ellos no podían ser menos.
    Una lastima que mucho de ese patrimonio se perdiera.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Una pregunta para Jorge: ¡Cómo pudo tener María de Zúñiga un nieto (Juan de Zúñiga, martir en Japón) si no tuvo hijos? ¿O es que los tuvo de algún matrimonio anterior?

    ResponderEliminar
  9. Perdón. Pedro de Zúñiga y Velasco

    ResponderEliminar
  10. ¡Toooda la razón, estimado Jerónimo! Era nieto de doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, sobrina de doña María. Gracias y saludos, JZR.

    ResponderEliminar
  11. Disculpas al blog. Marea tanto parentesco. Aprovecho de felicitar a Carmen por las fotos. JZR.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces los datos son tan nuemrosos que los deslices se producen sin que nos percibamos de ellos. Menos mal que está Jero para darse cuenta y ehcar un capote.
      Un abrazo y gracias

      Eliminar

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.