Autora: Mª Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº4.473. Diciembre de 2007.
El título de este artículo sorprenderá, sin duda, a unos lectores que se preguntarán: ¿esclavos en plena Edad Moderna? Pues sí. La mayoría de nosotros, cuando oímos la palabra esclavitud en sentido histórico, la encuadramos en la Edad Antigua, en la Historia de Roma, por ejemplo, o en la América colonial, los esclavos negros llevados a las plantaciones de algodón, café o caña de azúcar. Pero lo que se ignora es que en la España Imperial de Cervantes, de Velázquez o de Santa Teresa, junto a hidalgos, pícaros y clérigos, uno se podía encontrar por la calle con nobles acompañados por sus esclavos. Símbolo de lujo en la época, su número era escaso, reservándose preferentemente a trabajos domésticos. Procedían de África, Europa del Este, América o de la propia España (se podía llegar a la esclavitud por deudas), existiendo importantes mercados en lugares como Valencia, Lisboa o Sevilla.
El título de este artículo sorprenderá, sin duda, a unos lectores que se preguntarán: ¿esclavos en plena Edad Moderna? Pues sí. La mayoría de nosotros, cuando oímos la palabra esclavitud en sentido histórico, la encuadramos en la Edad Antigua, en la Historia de Roma, por ejemplo, o en la América colonial, los esclavos negros llevados a las plantaciones de algodón, café o caña de azúcar. Pero lo que se ignora es que en la España Imperial de Cervantes, de Velázquez o de Santa Teresa, junto a hidalgos, pícaros y clérigos, uno se podía encontrar por la calle con nobles acompañados por sus esclavos. Símbolo de lujo en la época, su número era escaso, reservándose preferentemente a trabajos domésticos. Procedían de África, Europa del Este, América o de la propia España (se podía llegar a la esclavitud por deudas), existiendo importantes mercados en lugares como Valencia, Lisboa o Sevilla.
Fuente de los Ocho Caños
Palacete renacentista de "El Bosque". Béjar
Construído por el duque de Béjar Francisco II
Es, por tanto, admisible suponer, por todo lo dicho, que el duque de Béjar poseería algunos o muchos esclavos, dada su calidad de Grande de España y su residencia en la Corte. Cecilia de Castro era una de ellas.
Propiedad de Doña Teresa de Zúñiga, hija del duque Francisco II y de su primera esposa Guiomar López de Mendoza y Aragón (luego casaría con el duque de Arcos), sabemos por la documentación que manejamos, que Cecilia era blanca y que se dedicaba a la atención doméstica. Seguramente el trato continuo entre ambas, llevaría a Doña Teresa a manumitirla. Así consta en el documento que comentaremos.
Empieza así: “Sepan quantos esta carta vieren como yo Doña Teresa de Çuñiga, hija lejitima del Ilustríssimo Sr. don Françisco de Çuñiga y Sotomayor, duque de Bexar, marques de Jibraleon, conde de Belálcazar, mi señor, y de la Illma. Señora doña Guiomar de Aragon y de Mendoça, duquesa de Bexar, mi señora. De mi propia libre, agradable, y spontanea boluntad sin ser apremiada, ni induçida por perssona alguna para lo que de uso desta carta sera contenido, e con liçencia e autoridad e espreso consentimiento que ante todas cossas pido e demando al dicho Illmo Sr. Duque de Bexar, mi señor y padre, para haçer e otorgar todo lo que en sta carta de libertad y manumision sera contenido, e yo el dicho duque de Bexar que presente stoy a lo que dicho es, digo que otorgo y conozco que presto autoridad y espreso consentimiento e doy liçencia a vos la dicha doña Teresa de Çuñiga, mi hija legitima, para que hagais y otorgueis esta carta de libertad (...)”. Doña Teresa era entonces, según la época menor de edad, y por ello y por ser mujer, pide el consentimiento de su padre para dictar esta carta.
Patio renacentista del Palacio Ducal. Béjar.
Construído a instancias del duque Francisco II ,
su constructor fue el maestro Pedro de Marquina
Continúa: “(...) otorgo e conosco e digo que por quanto la muy excelente señora doña Teresa de Çuñiga, duquesa de bexar, mi señora a la que la madre del dicho duque mi señor, difunta, que sta en gloria, su testamento e ultima boluntad que hiço, me mando e dejo a Cecilia, su esclava, que es blanca, entre otras mandas que me hiço, para que fuesse mi propia y me sirviese todos los dias de su vida como esclava mi e con que yo no la puediese vender, ni enajenar a persona estraña (...)”. Parece ser, según esto, que Cecilia fue uno de los legados dejados en herencia a Teresa por su abuela, la gran duquesa de Béjar Teresa de Zúñiga y Guzmán, que había muerto en 1565. En resumen, poseía la condición de regalo, un bien que había legado a Teresa su abuela. Deducimos entonces que los esclavos recibían el tratamiento de cosas, de bienes que se podían comprar y vender a antojo del propietario. No sólo esto: sabemos que los hijos de los esclavos heredaban su condición de tales si sus amos no les concedían la carta de manumisión.
“(...)e agora por serviçio de Dios Nuestro Señor e por haçer bien e merced a la dicha Cecilia, quiero y es mi boluntad de la libertar y manumitir e manumito para que sea donde e en el dia en adelante que esta carta escriba y otorgue, queda libre e esenta de toda servidumbre e cautiberio, y le doi liçencia, poder e facultad para que pueda haçer e disponer de su perssona e do aquello que quisiere (...) y que pueda goçar e goçe de todas las franquicias e inmunidades e preminencias que tiene e goçan los que son libres (...)”. Nótese que, a pesar de ser un documento de carácter jurídico, se aprecia una cierta nota de cariño de Teresa hacia Cecilia. Pensemos que seguramente fueron compañeras de juegos y crecieron juntas, en el caso de que Cecilia tuviera una edad próxima a la de la hija de los duques, o bien, su segunda madre, si la esclava se encontrara en la edad madura.
Fuente del patio del Palacio Ducal. Béjar
“(...) ansi en esta vill de bexar como en todas las otras partes e ciudades, villas e lugares destos reinos (...) como si nunca hubiera sido esclava (...) e por cuan soi mayor de 19 annos y menor de 25 para mayor corrovoracion e firmeça de esta carta (...) digo que juro a Dios Nuestro Señor e a Santa Maria, su madre, e a las palabras de los santos, cuatro evangelios y a la señal de la Cruz (...) de no ir, ni venir contra esta carta de libertad (...) A 23 dias del mes de diçiembre del año del señor de 1568 annos, testigos que fueron presentes Rodrigo de Arteaga e Gaspar Sarazo de Losada e Juan Mendez portero de Su Señoria Illma. –Firmado Doña Teresa de Çuñiga ante mi Juan Gonzalez, escribano (...)”. Es curiosa la fecha de este documento pues es el año en que ocurren tantas cosas en nuestra ciudad: la reducción parroquial, el ducado en su máximo esplendor, obras de ampliación en todas las iglesias de la ciudad (El Salvador, San Gil, San Juan, Santa María), los conventos en construcción y reforma, la edificación de la Carcel, ahora ayuntamiento...Parece que la ciudad hierve de actividad.
Y concluye así: Cecilia una vez que conoce la carta, leída por el escribano en presencia de los testigos, Doña Teresa y el duque, “se hinco de rodillas y beso las manos a los dichos Illmos. Señores Duque de Bexar y Doña Teresa de Çuñiga su hija(...)”.
(Continuará)
(Continuará)
Muy interesante tu entrada. Muy bien documentada, con fuentes de primera. No me extraña de esos cristianos viejos que consintieran tener bajo el yugo de la esclavitud o la servidumbre a gentes sobre todo de otros lugares y credos, súbditos de segunda categoría en un país xenófobo como era España por aquel entonces.
ResponderEliminarUn saludo.
Madame, que interesante su tema de hoy. Realmente cuando evocamos aquellos tiempos nunca imaginamos a los esclavos, pero es cierto que hasta el siglo XIX no se abolio en realidad la esclavitud, o eso tengo entendido.
ResponderEliminarNos parece una estampa comun en America, y en cambio nos produce perplejidad leer que aqui una dama salia en compañia de su esclava, como si de pronto nos hubieran cambiado de lugar.
Me ha encantado, madame.
Feliz domingo
Bisous
Que curioso, yo sabía que había empleados del hogar y eso pero esclavos lo que se dice esclavos no.
ResponderEliminarBesitos
Felicidades por el primer aniversario. Es una coincidencia... el mío cumple los dos años mañana, un día antes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy interesante el artículo, estoy muy contento de la existencia de este blog. Mi familia es originaria de Lagunilla, pueblo cercano a Béjar, por lo que ambos comparten parte de su historia.
ResponderEliminarPor desgracia no estoy de acuerdo con algunos comentarios al artículo. España en aquellos momentos (o mejor dicho la Corona de Castilla) no era ni más ni menos xénofoba que otros reinos de la época. Todos aquellos que nos dedicamos a escribir de historia sabemos que uno de los preceptos fundamentales es mirar la historia con los ojos del momentos, es decir, y para este tema, es evidente que en pleno siglo XVII un Grande de España, es decir el grado de nobleza más importante que existía en Europa, era considerado alguien por encima de la masa y solo por debajo del rey y de Dios, y por debajo incluso de esa masa se encontraban los esclavos (africanos, prisioneros de guerra, musulmanes, etc), con esto quiero llegar al hecho de que la sociedad del siglo XVII era una sociedad absolutamente jerárquica (no solo en los reinos hispánicos) y esto implicaba que cada uno según sus roles acataba una posición de la que ni siquiera le pasaba por la cabeza que pudiese mudar pues era el orden divino que así lo había querido. Por suerte, a medida que la historia, las revoluciones y las luchas fueron transcurriendo todo cambió, pero, por favor, no queramos imponer nuestra visión del mundo a unos hombres que tenían su propia visión teocrática de sus vidas...
Es interesantísimo un hecho que hoy nos sonaría a guasa: con América apenas descubierta se inició una gran discusión entre conquistadores y religiosos sobre el hecho de si debía considerar o no a los indígenas como hombres o bien como algo cercano a un animal...¿por qué esta mentalidad?...bien, para un hombre europeo de la época, educado en unas costumbres cristianas era impensable que un hombre no conociese la palabra de Dios como así sucedía con los indígenas, pero también eran inconcebibles ciertas costumbres que escandalizaban a dichos europeos...
...todo esto cambio con los escritos de autores como Bartolomé de las Casas...
Mi querida Carmen, estupenda entrada, qué historias tan interesantes las de Béjar, siempre leo algo ameno y enriquecedor.
ResponderEliminarTe envío un gran abrazo
Besos Isthar
FELIZ CUMPLEAÑOS. un añito cumple tu blog. Felicidades amiga, he aprendido muchas cosas interesantes, curiosas,muy instructivas. extraordinario tu espacio.
ResponderEliminarBesos Isthar
Ante todo enhorabuena por el primer año. Aunque sigo su blog desde hace poco tiempo, me agradan mucho sus trabajos. Si usted lo desea podría pasarle referencias muy interesantes y dolorosas sobre el exclavismo en la provincia de Salamanca durante el mismísimo siglo XIX.
ResponderEliminarMi correo electrónico es claudiaurbina@terra.es.
Saludos.
Gran entrada y muy currada!!!
ResponderEliminarEnhorabuena Carmen,espero que sea el primero de muchos aniversarios màs.
ResponderEliminarYo creo que la exclavitud no se puede justificar porque en la época en la que existió se considerase algo normal.
Me imagino la felicidad de Cecilia cuando recibe su carta de libertad.
Besos.
Carmen...
ResponderEliminarSi, es cierto, me llamó sobremanera la atención el título del post. Y me ha sorprendido conocer esta historia que desconocia. Muy interesante y enriquecedor.
Besos
Precioso documento nos traes, carmen. Una entrada muy interesante. Como bien dices, pese a todo el ceremonioso lenguaje, se transmite cierto cariño del ama hacia la esclava.
ResponderEliminarFelicidades por el aniversario: el primero de muchos.
Un saludo.
Cayetano: intento que las fuentes sean inéditas para que los lectores en general conozcan nuevos puntos interesantes y desconocidos de la Historia de Béjar.
ResponderEliminarDel otro punto de vista del que me hablas te diré que no tenían conciencia de xenofobia. La religión, la moralidad y las costumbres hacía normal la condición de superioridad. Probablemente conductas que hoy se consideran normales sean vistas de otra forma en el futuro.
Un abrazo y gracias por comentar
La Dame Masquée: por eso mismo elegí este artículo para colgarlo en el estreno del blog, porque para mí era de uno de los más curiosos que había escrito. Tocaba dos temas interesantes, además de la corte ducal: la esclavitud en España y el tema de género. No podía desaprovechar la oportunidad de volverlo a retomar para que lo disfrutáseis.
ResponderEliminarUn beso
Gema: pue sya ves. En la España de Cervantes las clases pudientes podían disponer de esclavos que les sirviesen las 24 horas del día. Y además era frecuente que los bautizasen a poco de llegar al hogar para que no permaneciesen dentro de la herejía, como ellos mismo dirían.
ResponderEliminarUnbeso y gracias por comentar
Juan Carlos: muchas gracias por tu felicitación. Ya te dejé la mía en el tuyo, y como estoy algo retrasadilla en la contestaciones, imagino que ya lo habrás visto.
ResponderEliminarUn abrazo
Carlos II: ¿de Lagunilla? Buen palacio episcopal y Hospital tienen por allí e interesante Historia. Me llama la atención la vida y el mecenazgo del obispo de Coria que habitaba en ese lugar (no sé si sería natural de Lagunilla).
ResponderEliminarY agradezco con emoción sus palabras y documentadas aclaraciones sobre la mentalidad de la época, el concepto de Historia que tenemos en la actualidad y la forma que tenemos de ver el pasado. Mucha razón tiene en aclarar la manía que tenemos de juzgar el pasado con los ojos del presente.
Reitero mis felicitaciones y agradecimientos por su comentario que considero muy necesarios.
Isthar: muchas gracias por tus felicitaciones. Espero que la entrada de esta semana te haya gustado.
ResponderEliminarUn besazo
Claudia Ortiz de Urbina: creo que seguimos ambas el blog de Oscar Rivadeneyra (he visto que es seguidora y que comenta con asiduidad. Es lo que tiene el espacio virtual que compartimos la asucencia d eprivacidad).
ResponderEliminarMe encantaría ponerme en contacto con usted. En breve le enviaré un correo.
Un saludo
José Luis: muchas gracias por tus elogios y por pasearte por el blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Juana: espero que te haya gustado. Cuando ví el documento en el archivo de Santa María me gustó tanto y me pareció tan bonito que no dudé en escribir algo sobre esta mujer. Desde entonces me atrae mucho el tema y estoy pensando en hacer lago más desarrollado (da para mucho más), aunque hay tantos temas que abordar...
ResponderEliminarUn besazo
Felix Casanova: me alegro que te haya gustado. Por eso lo elegí como artículo para inaugurar el blog. No dudé en absoluto en volver a rescatarlo para que mis seguidores actuales lo pudiéseis disfrutar.
ResponderEliminarUn saludo
Xibelius: eso espero que la fiesta no decaiga y el blog se mantenga mucho tiempo gracias a vuestro aliento y la riqueza d elos archivos, las historias y leyendas bejaranas.
ResponderEliminarUn fuerta abrazo
Felicidades por esoeañito de esplendoroso blog.
ResponderEliminarGracias por tu entrada porque quizás nunca hubiese leido este documento tan lleno de contenido .
Los sentimientos que demuestra Patricia hacia Cecilia son extraordinarios y como siempre tu maravilloso trabajo.
Un fuerte beso .¡¡Cumpleaños feliz....!!
Interesante artículo, Carmen, no sabía de la existencia de esclavos en España. Por otra parte, muy buenas las fotos, veo en ellas muchos elementos traídos por los españoles a América, me recuerdan a ciertos lugares del Perú y el norte argentino.
ResponderEliminarVaya, Carmen, tengo que admitir que es un tema que desconocía por completo. Yo creía que la esclavitud en España no había existido debido a la prohibición de Isabel La Católica y te agradezco que me saques de mi error. La verdad es que este tema me resulta interesantísimo porque siempre me ha llamado mucho la atención la relación que se establece entre amo y esclavo y como puede existir estima y aprecio entre ellos (como sin duda existía en este caso en que la esclava es manumitida por su señora). Me ha encantado esta entrada. Por cierto, sales muy guapa en tu nueva foto :) Un besito!
ResponderEliminarLoli Martínez: a mí me pareció una historia preciosa de afecto entre una señora y su criada, en este caso una esclava. Qué pena desconocer la edad de cada una porque de esa forma podríamos saber si era un amor filial o una amistad infantil.
ResponderEliminarUn besazo y enhorabuena por tus creaciones
Dubois: me alegra que nuestra tierra pueda recordar a otras tan hermanadas como las de Hispanoamérica. Sí, como ves esxitían también esclavos en Europa (de algún lugar tuvieron que exportar esas ideas, jejej)
ResponderEliminarSaludos
Ana Trigo: pues este es un buen ejemplo de ese cariño entre amo y esclavo. Espero que te haya gustado. Al descubrir el documento me dí cuenta de la importancia que tenía tanto investigarlo como darlo a conocer.
ResponderEliminarUn besito, Ana
Así es... Alguno de ellos, de esos esclavos, esto es, alguno aventajado que siguió los pasos de su señor, fue inmortalizado por los pinceles del genial Velázquez... Quién diría hoy al contemplar a los turistas sentados, contemplando el entorno o sencillamente tomando el sol en las gradas de la Magna Hispalensis, que éstas un día tuvieron un uso bien distinto...
ResponderEliminarMuy interesante el artículo... Y el blog en su conjunto. Enhorabuena y gracias por todo.
Buenas noches.
Carmen, intesantísimo artículo sobre la relación real que se establecía entre personas contrarias en situación social y unidas por unos lazos peculiares y por lo que veo habituales en ese momento.
ResponderEliminarImportante documento el que nos traes para saber nuestra historia más cercana y comprender como poco a poco vamos evolucionando, aunque siempre habrá buenas y malas personas.
Te felicito por tu año de blog, es un gran trabajo el que nos regalas en cada post.
Tengo que ver la segunda parte, nos vemos.
José: bienvenido a mi blog y muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarA veces la mente se retrotrae visitando lugares históricos. A mí me pasa con frecuencia y cuando voy a la catedral de Toledo veo al Cardenal Cisneros, en el Palacio Real a los cortesanos de Carlos III, al Escorial y a Felipe II en su reclinatorio, a la Sagrada Familia y a Gauí diseñando planos. Si no la Historia sería muy aburrida. Se limitaría a los documentos y a la escritura. Estaría muerta y debe estar siempre presente.
Un abrazo y muchas gracias
Carmensabes: muchas gracias por tu felicitación. No sabes lo que valoro tu apoyo a la hora de elegir más y mejores temas para colgar aquí.
ResponderEliminarUn besazo