Autor: Javier R. Sánchez Martín
Publicado: Béjar en Madrid, Especial de Navidad 2005
En la primera quincena del siglo XX se producen numerosas huelgas, que sembraron el hambre y la miseria en una población cuyos recursos económicos eran ya de por sí muy escasos. La más dramática fue la de 1913-1914, que puede calificarse como una de las huelgas más largas y tristes de la historia de Béjar, que fue originada por la finalización y consiguiente renegociación del convenio sobre trabajo y jornales que había estado vigente durante 10 años. En esta situación de paro total y con gran cantidad de emigración, en 1914 estallaría la Primera Guerra Mundial lo que haría que Béjar no reaccionara inicialmente y no aprovechara las reiteradas ofertas de los ejércitos en liza, especialmente del francés para que fabricara uniformes para ellos. Cuando la industria textil volvió a ponerse en marcha, ya le fue muy difícil hacerse con buenos contratos por la competencia de otros centros textiles como Cataluña, la zona valenciana e incluso Hervás. A la vecina población de Hervás, que reaccionó más ágilmente, derivaron contratas que inicialmente estaban destinadas a Béjar. En aquella época todas las empresas se encontraron con problemas de desabastecimiento de materias primas, principalmente lanas y colorantes, así como con restricciones en las importaciones, lo que trajo como consecuencia unos aumentos de precios desmesurados, y que afectaron a todos.
Fábrica de García y Cascón
Extraído del blog Archivo fotográfico y documental de Béjar
Es noticia reseñable también que, en 1917, la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Béjar, presidida por Emilio Muñoz, y de acuerdo con la Escuela Industrial solicita un Acondicionamiento de Materias Textiles, para cuya concesión realizaría eficaces gestiones el entonces diputado a cortes, Filiberto Villalobos. El Acondicionamiento, que sería el cuarto establecido en España después de los de Barcelona, Tarrasa y Sabadell, se inauguraría el 24 de febrero de 1920 aunque parece que ya estaba funcionando desde un mes antes. Sería su primer director Miguel Muñoz Elena, a la sazón también director de la entonces Escuela Industrial.
En agosto de 1923 se inició una nueva crisis textil motivada en parte por el escaso caudal de agua que traía el río, pero también por la falta de maquinaria moderna, por los conflictos obreros, por la competencia de otros centros fabriles españoles y extranjeros, además de por la reducción en ese mismo año del contingente en Marruecos, por la mala situación económica por la que pasaba el país, por los muchos miles de pesetas que adeudaba el estado a los fabricantes de contratas anteriores y por los rumores insistentes del cambio de uniforme del Ejército Español. Dicha crisis se vio agravada en ese mismo otoño por el incendio y destrucción total de una importante fábrica, la fábrica de los hermanos Gosálvez Anaya, ubicada en el sitio denominado “Batán de Arriba”, lugar donde años más tarde se fundaría la THESA. En marzo de 1924, esta rama de la familia Gosálvez comenzaría la construcción de una nueva fábrcia, pero esta vez de una sola nave de planata baja, en el mismo lugar donde estuvo la que se les incendió.
En 1932 comienza a gestarse THESA, que comenzaría a producir en 1935. Con esta empresa la ciudad entraría de lleno en la producción de tejidos de estambre lo que, con mucho retraso eso sí, serviría para hacer que la industria textil bejarana fuera más competitiva.
Ruinas del THESA
Durante la Guerra Civil (1936-39) Béjar se convirtió en el principal foco textil lanero de la llamada “zona nacional” y, una vez acabada la guerra, se produjo una época de gran desarrollo textil. La tradición del sector y una serie de circunstancias favorables, como la situación geográfica y la escasa incidencia de la guerra en la estructura industrial, favorecieron ese desarrollo, lo que se materializó en la apertura de nuevas fábricas y en el perfeccionamiento de las existentes. Durante toda la guerra, Béjar fabricaría en sus telares 3.356.750 metros de paño para los soldados de Franco.
Respecto a la repercusión de la guerra civil en la industria textil de Béjar y en su desarrollo posterior, dice Ferrán Billoch: “A partir de este momento empezó la verdadera transformación de Béjar, y de una industria casi artesana se pasó a una gran industria, de un ritmo de producción acelerado. Las fábricas se transformaron totalmente, con importación de maquinaria abundante, nueva, moderna, dotada con los últimos adelantos. Llegaron técnicos y se asimilaron sus enseñanzas, se capacitó al elemento obrero..., y se triplicó el ya considerable número de telares, y la población pasó de 8.000 habitantes a 20.000."
Hilaturas Béjar, aún en funcionamiento
Después habría una reactivación que llevaría a varios años de bonanza, terminándose ésta a finales de los sesenta y agudizándose como consecuencia de la crisis del petróleo iniciada en 1973. A partir de entonces son perfectamente conocidos los problemas que ha ido sufriendo nuestra industria textil, unos debidos a razones coyunturales, otros a estructurales y, últimamente, a razones externas (competencia desleal asiática) que nada tienen que ver con el buen hacer de nuestras fábricas.
BIBLIOGRAFÍA:
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LOSADA DE LA TORRE , J: colaboración en el folleto Béjar. Imprenta Prensa Española. Madrid, 1944.
FERRÁN BILLOCH, F: “Béjar y sus paños”. Colección Temas españoles, nº 167. Publicaciones Españolas. Madrid, 1955.
Carmen...
ResponderEliminarExcelente trabajo que realizaste. Muy pormenorizado y perfectamente elaborado además de ameno. Leyéndote uno se hace a la idea de los avatares por los que pasó esa industria durante el siglo XX. Lo de los asiáticos, en fin, sobran palabras, porque la cantidad prevalece sobre la calidad...
Un beso
Madame, que lastima de huelga la del 14! En el peor momento posible. Da pena pensar en todo lo que seguramente se perdio ahi, con la cantidad de pedidos que hubieran llovido con la guerra.
ResponderEliminarY ahora son malos tiempos otra vez, si. Mala competencia es esa, aunque no pueda ofrecer la misma calidad ni parecido.
Buenas noches
Bisous
De acuerdo con Madame. Pero ¿Se tiene noticia si la huelga fue justificada?Me gustaría pensar que los empresarios trataron de mantener una posición justa.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Vemos cómo los acontecimientos nacionales e internacionales marcan la historia de la industria textil bejarana. La huelga de 1914 no afectó sólo a Béjar sino que se inscribe en un movimiento mucho más amplio, reivindicativo de las masa obreras por unas condiciones laborales dignas, en todo el mundo. Cierto es que también se vieron impulsadas y fortalecidas por ideologías de izquierda revolucionaria: anarquismo, socialismo... Hubo movilizaciones y huelgas en Asturias, en Andalucía, en Valencia, en Florencia, en Uruguay, en Rusia... Aquí acabó poco después en revolución.
ResponderEliminarEra una época convulsa.
Un saludo.
La revolución industrial que debió hacerse en el XIX, no solo en Bejar sino en toda España, se hizo en el XX tarde y mal... una lástima
ResponderEliminarFélix Casanova: no, si no lo he hecho yo. Verás en la parte superior del artículo que pongo el autor y el lugar donde se han publicado (semanario, revista, etc). En este caso el artífice de estos tres artículos es Javier Ramón Sánchez Martín especialista en esto del textil por ser profesor en la Escuela de Ingeniería Industrial de Béjar, dependendiente de la Universidad de Salamanca.
ResponderEliminarTus felicitaciones van destinadas a él y a su trabajo de investigación técnica e histórica sobre esta materia.
Un besazo
La Dame Demasquee: la huelga de 1914 significó un duro parón para nuestra industria. Muchos fabricantes tuvieron que cerrar las puertas de sus negocios y otros resistieron a duras penas. Los que consiguieron mantenerse a flote no tuvieron ganas de hacer negocio con la venta de uniformes para los ejércitos europeos en la Primera Guerra Mundial.
ResponderEliminarBueno ni ganas ni posibilidades. Los tejidos que se producían aqui no eran aptos para la demanda, la maquinaria era anticuada y los tintes caros. Si a eso sumamos la huelga tenemos los componentes básicos para un verdadero fiasco.
Lo mismo le deseo madame.
Un beso
Xibelius: bueno, digamos que en la huelga mucha razón tenían los obreros para hacerla. El motivo que la desencadenó fue una revisión de las condiciones de trabajo que habían sido redactadas en un convenio tiempo atrás.
ResponderEliminarLos obreros trabajaban demasiadas horas, cobraban poco y las condiciones no eran muy edificantes. De hecho a finales del siglo XIX varios intelectuales de Béjar se habían reunido en la "Sociedad de Amigos del País" para intentar buscar soluciones a problemas acuciantes como era la pobreza, las malas condiciones de higiene, la insalubridad de las calles, la falta de educación. Pero había mucho por hacer. El trabajo infantil no era extraño.
Así es que patronos y obreros no se pusieron de acuerdo. Había mucha tela que cortar, nunca mejor dicho. Y los principales fabricantes, que se marcharon a Madrid nada más ver las orejas al lobo, no cedían en sus posturas. La situación tuvo que ser lidiada por pequeños y medianos fabricantes dirigidos por los "otros". Además éstos no permitían la mediación de ninguna institución alegando que nadie tenía derecho a entrar a mandar en sus fábricas. En fin, la cosa se puso fea, la verdad.
Muchas gracias por tu comentario.
Un besazo
Cayetano: como puedes leer en el anterior comentario así es. Y Béjar tenía los miembres preparados para cualquier tipo de reivindicación de ese estilo. De hecho los sindicatos eran muy visibles en Béjar desde el siglo XIX y uno de los líderes visibles del movimiento obrero anarquista de España, Aniano Gómez, era natural de Béjar. Así que imagínate.
ResponderEliminarLa huelga del 14 fue una más de muchas.
Un saludo
Jose Luis de la Mata: sí y así nos luce el pelo. Qué se le va a hacer.
ResponderEliminarUn saludo
Podría concluirse, pues, que las historia de la industria textil en Béjar ha estado plagada de vicisitudes, de altibajos, demasiados supongo, más de los que hubiera cabido esperar...
ResponderEliminarEs una pena que el sector no aprovechase el tirón que supuso para la producción industrial nacional la condición de España de país no beligerante durante la que se denominaría I Guerra Mundial... Muy inoportuna, aunque supongo que justificada, aquella huelga, que de no haberse producido igual curso de la historia industrial bejarana habría sido otra sensiblemente distinta... Por otra parte, me ha llamado poderosamente la atención, y ahora que lo pienso, no sé por qué, porque tiene una lógica aplastante, que una de sus etapas más brillantes coincidiera justamente con la Guerra Civil y la posguerra... No todo iba a ser malo...
A los españoles nos falta constancia y autoestima, y nos sobra temperamento... Y talento, sí... Lástima que no lo sepamos aprovechar... Tal y como está el panorama económico e indstrial nacional no nos quedará otra que convertirnos en la súper residencia para la tercera edad de Europa, a imitación de lo que es La Florida para los EE.UU... ¡Qué fatalidad...!
Que tengas una muy feliz velada, Carmen...
Buenas noches.
Un beso.
La verda es que a nuestra industria textil le pasó de todo y fijate esas terribles guerras que le favorecieron desde el punto de vista productivo yo creo que al final fueron su ruina,se acomodaron a una producción de sota, caballo y rey y perdieron el tren de la innovación.El diseño,la exclusividad les hubiera salvado ¿o no?,el mundo empresarial es tan complicado.
ResponderEliminarUn beso.
Aquí me tiene como viernes que es. Bebiéndome tus letras.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Hay burguesías y burguesías. Tradicionalmente la de origen industrial era ilustrada y progresista: ¿lo ha sido en Béjar?
ResponderEliminarTe sigo leyendo.
Un saludo.
Gran visión la que nos muestras en estos emotivos escritos.La realidad de cada época ha sido reflejada fielmente .Duros y añorables tiempos.
ResponderEliminarFelicidades por tu fantástico estudio.
Un besito .
Se ha rematado de manera excelente esta historia de la industria textil de Béjar. Espero que vuelvas la próxima semana, como has prometido... Besos.
ResponderEliminarJose: la posición de Béjar en la llamada "zona nacional" frente a Cataluña desde el comienzo de la guerra favoreció que las contratas del estado durante el régimen franquista se decantaran hacia nuestra ciudad. Todo el paño destinado a los ejércitos de tierra, mar y aire salían de nuestros telares.
ResponderEliminarPor otro lado, hay que entender además que parte de las infraestructuras catalanas quedaron muy dañadas con la guerra, mientras que nuestra zona apenas sufrió destrozos importantes (exceptuando en lo que a vidas humanas se refiere). Eso explica que muchos técnicos catalanes vinieran a trabajar a nuestra industria, en un moviemiento de inmigración que ya se venía produciendo mucho antes.
Un abrazo
Juana María: el textil bejarano siempre estuvo destinado exclusivamente y casi por entero a la demanda del estado a través de las contratas. Era un mal que arrastrábamos desde el siglo XVIII y no supimos diversificar la producción hacia otros mercados. A veces se achacaba a la falta de transportes que imposibilitaba taer maquinaria adecuada, otras que era demasiado arriesgado, otra por falta de técnicos, etc. El caso es que nos acostumbramos a lo cómodo, a lo que no suponía ningún riesgo económico y el tren pasó por delante nuestro sin apenas darnos cuenta.
ResponderEliminarUn besito
La sonrisa de Hiperión: muchas gracias por tu visita.
ResponderEliminarUn besito
Claudia Ortiz de Urbina: bueno, podemos decir que había de todo. Si me permites voy a generalizar un poquillo. Digamos que durante el siglo XIX había dos bandos claramente diferenciados: los grandes industriales ennoblecidos, claramente monárquicos y conservadores, y los pequeños y medianos que deseaban la mejora de las condiciones políticas y económicas de Béjar porque, al fin y al cabo, hasta hacía poco tiempo ellos habían salido hacía poco de ser meros trabajadores.
ResponderEliminarEn el siglo XX y con la guerra incivil la cosa cambia. Todos se hacen afectos al régimen franquista para ellos sinónimo de orden y de bonanza económica.
Pero, como te digo, estoy generalizando demasiado.
Un besito
Loli Martínez: gracias por tus piropos. Me pongo colorada, ejejeje
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel Romana: pues aquí estoy, como ves, intentando volver a la carga. Ahora mismo me pongo a colgar alguna cosilla.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo emigre de Ceclavin/Cáceres en Abril de 1973 a Granollers/Barcelona con 13 años y once meses. al cumplir 14 y no estudiar. Comencé mi vida laboral de aprendiz mecánico industrial en una importante fábrica textil donde entraban balas de algodón y salian ropa de todo tipo tejanos sabanas mantelerias etc.y también para el ejército estuve trabajando 5 años y un día exactamente
ResponderEliminarRecuerdo perfectamente que me tocó vivir muchos momentos como los ocurridos en Bejar.
crisis del textil máquinas antiguas se renovaron algunos telares por nuevos comprados en suiza y creación de nueva planta más moderna y más productiva pero comenzaron a llegar las importaciones de otros países y al final no se pudo aguantar y comenzaron los despidos en el 1978 y finalmente en 2000 termino cerrando 🤷