Autores:
Roberto Domínguez Blanca y Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista Cultural de Gibraleón nº 10 (dic. 2010)
En 1396 don Diego López
de Stúñiga (1396- 1417) trueca la villa de Frías por la de Béjar al rey Enrique
III de Trastámara. Béjar deja de ser de realengo y se convierte en dominio
señorial. A partir de ese momento, la villa sufre un proceso de conversión
lento pero progresivo hasta alzarse en capital inexcusable de los variados y
extensos estados de la Casa,
aunque para ello tengan que pasar varias décadas, entre otras cosas porque sus
dos primeros señores, don Diego y su hijo don Pedro (1417- 1453), apenas
residieron en ella [1]
prefiriendo Plasencia o Arévalo (también dentro de sus vastos dominios). Este
protagonismo de Béjar como imagen de prestigio como linaje [2]
se adquirirá a partir de su definitiva conversión en ducado en 1485, siendo ostentado
este título por vez primera por Álvaro de Zúñiga (a la vez que los Zúñiga
pierden Plasencia), hasta la muerte del duque don Joaquín en 1777. Así se
comprende que el antiguo castillo- fortaleza sufra importantes y decisivas modificaciones
destinadas tanto a hacer más habitable el edificio como a elevarle a la
condición de Palacio a la vez que imagen capital del prestigio ducal.
De todas
formas, la antigua alcazaba no era el único espacio utilizado como residencia
ducal, pues en la actual Plaza de la
Piedad se alzaba el Palacio Nuevo, propiedad de la Casa Ducal desde los
tiempos del duque Álvaro de Zúñiga y Guzmán (1488- 1531), comunicado con la Plaza de Armas o Plaza Mayor
a través de la estrecha calle de Las Armas, lugar de residencia de los hidalgos
y caballeros. Tras distintos avatares, el Palacio Nuevo pasó a convertirse en
cenobio destinado a monjas dominicas después de la reforma del edificio en
1582.
La villa de recreo de El Bosque,
propiedad vinculada al mayorazgo del primer señor de Béjar, se comienza a
construir en tiempos de don Álvaro de Zúñiga y Guzmán y se continúan las obras
durante los ducados de Teresa de Zúñiga y de su hijo don Francisco de Zúñiga y
Sotomayor [3].
Esta finca, alzada según el modelo renacentista italiano (no hay que olvidar la
relación de parentesco de la Casa
de Zúñiga con los Medicis [4]),
se situaba a las afueras de Béjar y combinaba jardín y palacio a un tiempo [5].
Jardín de El Bosque, residencia de verano de los duques
Al calor de esta capitalidad ducal, Béjar alojó durante la Edad Moderna a una
Corte Ducal extensa y compleja, conformada con una baja nobleza y un gran
conjunto de criados y empleados que, o bien vivían de continuo en la villa, o
bien habitaban de manera temporal los palacios bejaranos trasladándose a la par
que sus señores (este tema será tratado en la revista siguiente).
La decadencia del edificio como centro de poder ducal se
hizo inevitable a partir de 1777
a raíz de la muerte del duque don Joaquín, momento en el
que sus dominios caen en manos de la
Casa de Osuna. De todas formas, durante ese mismo siglo, y
ante la ausencia cada vez más acusada de los duques, el palacio fue regentado
por un alcaide, cargo que ostentaban personas de plena confianza de la casa.
Patio del Palacio Ducal
A partir de la ocupación francesa de Béjar durante la Guerra de Independencia, el
Palacio se convirtió en un cuartel militar cuando las situaciones bélicas así
lo imponían, sin importar que su propiedad estuviese todavía en manos de la Casa de Osuna. Así, en julio
de 1810 un destacamento francés se acuarteló en él para mantener su dominio
sobre la población [6] y en él
permanecieron hasta octubre del año siguiente. Ni que decir tiene que sufrió
saqueo y destrucción de parte de sus riquezas.
El 4 de septiembre de 1869, según consta en escritura pública
firmada ante Jerónimo Fernández [7],
el edificio pasa a manos del Ayuntamiento bejarano por compra a la Casa de Osuna, utilizándose como
una especie de cajón desastre adecuado a la convivencia de distintas
actividades del todo heterogéneas. En un informe redactado en 1894 por el
ayuntamiento a petición del Ministerio de la Gobernación [8]
se realiza una descripción general del Palacio. En los subsótanos se alojaban
dos escuelas, una de párvulos y otra elemental de niños (llamadas Escuelas del
Salvador), fundadas en este lugar en 1876; en la planta baja, crujía del
mediodía, se situaba el salón de actos del ayuntamiento, la secretaría, el
despacho del alcalde y el archivo; los pisos altos, también en el sur del
edificio, no tenían función alguna; las crujías de levante, norte y poniente,
servían como cuartel militar, alojando una zona destinada a dormitorio con una
capacidad de alojamiento de 10
a 20 hombres.
Fotografía antigua del patio cuando el Palacio
se usaba como cuartel
Al mismo tiempo el bello patio del palacio se utilizaba
como centro de reunión extraordinario en ocasiones especiales tales como los
recitales anuales de la
Tertulia Literaria Bejarana en la Fiesta de la Poesía o el Pregón de las
Fiestas Patronales [9]. Con
motivo de la Guerra Civil,
el lugar se utilizó como cuartel en su totalidad y como dispensario médico para
los soldados. Incluso en ocasión de un incendio que devoró varias viviendas del
casco viejo, el ayuntamiento cedió sus instalaciones para alojar a las familias
que se habían quedado sin hogar. Su uso como vivienda parece ser que venía de
antiguo a juzgar por las numerosas versiones orales obtenidas.
En 1948 se realizaron públicas demostraciones por parte
del ayuntamiento bejarano de ceder este gran edificio al estado para instalar
un parador de turismo, seguramente ante la decadencia que exteriorizaban sus
muros. La idea cayó en saco roto [10],
pero no la voluntad de transformar aquella augusta semi ruina en un espacio
útil al pueblo bejarano. Muchas fueron las manifestaciones en este sentido en
los medios de comunicación de la ciudad.
La Plaza Mayor en día de mercado.
A fondo el Palacio Ducal
La transformación del palacio en Instituto de Enseñanza
Media en 1963 vino a satisfacer esas ansias. Por clamor popular, y ante la
ausencia de de Instituto de Enseñanza Media en la ciudad, desde 1961 se aúnan
voluntades para conseguir este objetivo que se ve satisfecho tres años más tarde.
En 1966 se instala en la cara este del palacio la Biblioteca Municipal,
la Escuela de
Música y la Casa
de Cultura, primer museo creado en la población donde se expusieron por vez
primera las obras del escultor bejarano Mateo Hernández, el legado artístico
cedido a Béjar por el también bejarano Valeriano Salas y el patrimonio
histórico, arqueológico y artístico surgido en varios siglos de Historia en la
ciudad [11].
Fachada este del castillo- palacio
En la actualidad, el edificio sigue albergando un
Instituto de Enseñanza Secundaria con el apelativo de “Ramón Olleros Gregorio”,
en memoria del alcalde que hizo posible su conversión en centro de enseñanza.
Una vez trasladados el legado “Valeriano Salas”, la Biblioteca Municipal
y la Escuela
de Música al convento de San Francisco, y las tallas de los escultores
bejaranos Mateo Hernández y Francisco González Macías al Museo Municipal “Mateo
Hernández” (creado en los años 80) el espacio ocupado anteriormente para tal
fin ha sido agregado al Instituto, siendo de reciente creación (2010) la Cámara Oscura y su
sala musealizada que ocupan la antigua “Casa del Bedel”.
(Continuará)
[1] MUÑOZ
DOMÍNGUEZ, J.: “La Plaza Mayor de Béjar:
en el origen de la ciudad nueva” en BONILLA J. A. (coord.): Plazas con encanto de la provincia de
Salamanca. Salamanca, 2005 p. 53.
[2] Sobre la
transformación de la Béjar
medieval en villa ducal consultar ALEGRE CARVAJAL, E.: Las villas ducales como tipología urbana, U. N. E. D., 2004, pp.
123-145.
[3] Un resumen de su
construcción en MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.: “Haec erigebant. El Bosque y la memoria” en
Estudios bejaranos, nº 12, 2008, pp. 79-98.
[4] Esta relación se
establece a través del casamiento entre Eleonora de Toledo y Zúñiga con Cosme
de Médicis, primer Gran Duque de Toscana, poseedores de las villas de Castrello
o La Petraia
de gran semejanza con El Bosque de
Béjar.
[5] Sobre El Bosque hay
que destacar las cuatro publicaciones editadas por el Grupo Cultural San Gil al
calor de las Jornadas que se celebraron en Béjar entre 1996- 2003 con el título
de El Bosque de Béjar y las Villas de
Recreo del Renacimiento.
[6] Para
conocer la Guerra
de Independencia en Béjar consultar RODRÍGUEZ BRUNO, G. E.: Béjar y la Guerra de Independencia, ed. Rodríguez Bruno, G. E., Béjar,
1993.
[7] MUÑOZ
GARCÍA, J.: “Nota para la historia del Palacio Ducal de Béjar” en Béjar en Madrid, nº 1.809, 1956.
[8]
MUÑOZ DOMÍNGUEZ, J.: “Naturaleza versus artificio. El monte, El Bosque y otros
jardines bejaranos del siglo XVI” en El
Bosque de Béjar y las villas de Recreo en el Renacimiento. Actas de las II
Jornadas, Grupo Cultural San Gil, 1997,
pp. 56-60.
[9] Una persona bajo el
pseudónimo de PEPE escribió un pequeño artículo titulado “Palacio, Cuartel,
Viviendas e Instituto” en el Béjar en
Madrid, nº 3.801, 1995.
[10] “Sobre el Palacio
Ducal de Béjar. Nuestra primera autoridad local ha dirigido al Ilustrísimo
señor Director General de Turismo el siguiente escrito” en Béjar en Madrid, 1948.
[11] Ver noticia “Museo
de Béjar” firmada por M, en Béjar en Madrid,
1966.
Un alcalde sensato, me parece muy util esta conversión en Centro de Enseñanza. Pero tambien tiene mas funciones o esta en puertas de ello?.
ResponderEliminarEsperando la siguiente entrada y desearte un feliz fin de semana.
Un abrazo Carmen.
De momento es sólo instituto. Hace unos años, en época de bonanza, se trató de traer a Béjar un Parador Nacional y se abogó, por parte de algunos colectivos, para que se instalase en el Palacio Ducal, haciendo otro instituto nuevo, claro. El proyecto en eso quedó y allí sigue uno de los dos institutos de enseñanza secundaria que tiene la ciudad.
EliminarUn beso
Un edificio "multiusos", reciclado una y otra vez según los caprichos y las necesidades de cada momento. Lo mejor que le pudo pasar es acabar convertido en un centro de enseñanza. Lo peor haber sido cuartel de una Béjar ocupada por los franceses.
ResponderEliminarUn saludo.
Desde luego, madame, este edificio ha servido para todo lo imaginable y más. No sé yo si acabar convertido en un centro de enseñanza no será peor que haber sido ocupado por los franceses. Saqueado puede que no vuelva a ser, pero arrasado, diariamente por pequeños y no tan pequeños bárbaros.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Hola Carmen:
ResponderEliminarConcuerdo con Cayetano. Lo mejor que le ha pasado es convertirse en centro educativo. Ha cumplido funciones interesantes, que quizas no hayan sido el agrado de todos.
Besos
A lo largo del tiempo tuvo varias aplicaciones pero al final parece que está en la buena vía, como mejor que un Instituto de enseñanza media.
ResponderEliminarUn abrazo
Por ahí hemos pasado muchos unos cuantos años, entre esos enormes muros. Otros tiempos. Este año se celebra el 50 aniversario de la creación del instituto.
ResponderEliminarSaludos.
Por eso precisamente no hemos decidido a colgar este pequeño artículo sobre ese edificio tan emblemático, por el que casi todos hemos pasado, y tan desconocido a la vez para los bejaranos.
EliminarSaludos
Su conversión en instituto supuso en aquella época para muchos chiquillos bejaranos la diferencia entre poder o no hacer un bachillerato. Así pues, desde mi óptica, fue un acierto. Un abrazo,
ResponderEliminarInteresante historia y devenir de este castillo - palacio, y todavia sigue dando frutos muy buenos. Como siempre, me gustaron mucho las fotografias, especialmente las antiguas porque tienen un encanto extra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un edificio con historia y una historia que se va deshojando a través de un edificio. Muy interesante como es vieja costumbre en esta casa, Carmen.
ResponderEliminarBesos
Acabo de leer las dos entradas sobre el castillo. Aunque prefiero que los castillos sigan siempre siendo castillos, el cambio fue para bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Carmen, en mi opinión es un acierto que, después de la larga odisea por la que el palacio Ducal ha pasado, siga siendo hoy, desde hace cincuenta años, un centro educativo; no podrá haber para sus profesores y alumnos edificio más hermoso para alojar un instituto.
ResponderEliminarExcelente artículo, querida amiga, que ha sido un placer degustar en sus dos capítulos.
Mil bicos.
Una entrada muy interesante, Carmen, muy bien documentada e ilustrada con buenas fotos.
ResponderEliminarSaludos.
Por lo menos ha sido útil este palacio para los bejaranos. Me ha gustado el palacio llamado del bosque, tiene buen aspecto y me parece un lugar muy acogedor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya le dediqué a El Bosuqe una pequeña entrada hace tiempo. Sé que merece mucho más, pero poco a poco se irán colgando más artículos sobre él.
Eliminarhttp://ccasconm.blogspot.com.es/search/label/El%20Bosque
Un saludo
Me encanta que a partir de conocer tu blog estoy conociendo la historia de mi segundo pueblo. Buena entrada y fantasticas imagenes.
ResponderEliminarSaludos
Muchas vicisitudes ha tenido a lo largo de la historia este palacio, esperemos que el el futuro se siga conservando para el disfrute de los habitantes de esta ciudad y las personas que la visitan.
ResponderEliminarUn beso.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
CUÁNTA HISTORIA DETRÁS DE ESOS MUROS, YO QUE ESTOY TAN LEJOS ME SIENTO PARTE DE TODO ESO PORQUE ME GUSTA MUCHO CONOCER LOS PASOS DE QUIENES TRANSITARON AQUELLOS LUGARES DEJANDO PARTE DE SUS VIVENCIAS COMO LEGADOS.
ResponderEliminarTE FELICITO POR RESCATAR LA ESENCIA.
UN BESO GRANDE.
Madre mía...debe imponer respeto hacer la ESO en un lugar así... Un abrazo, Carmen
ResponderEliminarEvidentemente gusto no les faltó a los duques, ni medios tampoco.
ResponderEliminarSaludos.
Pura historia y pura evolución social sobre la ocupación de este espléndido edificio. Conseguir que fuese un lugar en el que enseñanza y saber se diesen la mano fue todo un éxito: Instituto, biblioteca y casa de cultura. Tu documentación, Carmen, y los hechos históricos son excelentes, amenos de leer y poseen el atractivo de visitar y memorizar cada rincón de este palacio. Las fotografías son muy importantes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
Precioso reportaje, me gusto que fuese Instituto, biblioteca y casa de cultura, es un fin muy adecuado para estos edificios emblemáticos.
ResponderEliminarComo nos tienes acostumbrados perfectamente documentado.
Un beso.
Qué poder tienen los viejos muros con siglos a la espalda. Cuando he visitado lugares nuevos y prósperos pero que no poseen esa corteza de solera en sus edificios, siento como si les faltase un vaho de espiritualidad, de alma. Bszos
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