Autor: Óscar González Hoya
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2011.
Siguiendo nuestra ruta
y, a partir de este punto, nuestros pasos caminarán por un terreno que los ciclistas
denominarían rompe-piernas por la presencia de subidas y bajadas. Al finalizar
esta zona la ruta se alisa para llegar al lugar donde estuvo situada originalmente
la ermita de Santa Marina. En este paraje, denominado La Centena, se ubican dos
casas rurales: Santa Marina y La Centena. Invito a nuestros visitantes a
hospedarse en ellas, pues disfrutarán de una estancia en plena naturaleza
combinada con las comodidades modernas. El paisaje en este lugar es
espectacular, sobre todo en primavera. Hacia la transición entre esta estación
y el verano, allá para junio, los árboles adquieren una tonalidad de un verde
pálido similar a la del otoño.
El Cedro Centenario goza de buena salud
Una vez dejada a un lado la puerta de acceso a la Casa Rural de La Centena, el camino se estrecha. En ese mismo punto nos encontraremos con una vereda a nuestra izquierda que conduce a la Fuente del Lobo, un sendero escarpado escoltado por robles y castaños por ser de nuevo una zona húmeda. Merece la pena transitarla. En nuestro caso continuaremos el recorrido siguiendo la ruta marcada, es decir, hacia delante o hacia la derecha en contraposición al camino que conduce a la Fuente del Lobo. A partir de este momento nuestra marcha será más complicada al situarse el sendero entre paredones divisorios de propiedades y afloraciones graníticas.
Angarilla
La ruta invita a continuas paradas. Por ejemplo, antes de
introducirnos en un punto salpicado por los arroyos, merece la pena contemplar
los impresionantes prados que componen la finca de La Centena, poblados los más
de los días por ganado vacuno pastando. Llegamos a una zona donde existe una
gran cantidad de agua en forma de múltiples riachuelos. Sin duda es la más
complicada de nuestro camino porque debemos saltar entre piedras para poderlos
sortear. No resulta difícil atravesarla, pero hay que tener un especial cuidado
en invierno debido a la presencia de hielo. Es una zona magnífica para los
aficionados a la fotografía puesto que estos torrentes de agua dan mucho juego.
Regato
Dejamos atrás los regatos y tomamos una pronunciada
bajada. Tras un tramo llano llegamos a una cancela que deberemos abrir y dejar
cuidadosamente cerrada a nuestro paso para que el ganado suelto no se escape. Al pasarla nos encontraremos con una pista amplia de doble sentido:
hacia la izquierda, de subida, o hacia la derecha, de bajada. En nuestro caso
elegiremos lo segundo, pues en este punto se encuentra localizado un
señalizador que indica “Cedro Centenario 100 m”. Ya vemos el imponente árbol
tras recorrer unos metros entre densa arboleda. Es un lugar especial,
con un cierto toque de misterio que recuerda a los lienzos de ese magnífico
pintor catalán llamado Santiago Rusiñol, del cual tuvimos oportunidad de ver
alguna de sus pinturas en una reciente exposición realizada en la Casa Lis de Salamanca.
A los pies de sus magníficas ramas se cobija una fuente que llama la atención
por estar decorada por un escudo cuyos emblemas han sido intencionadamente
picados. Es probable que haya sido traído a este lugar desde algún punto de
Béjar.
Fotografía antigua de la construcción de la línea férrea de paso por Béjar
Abajo, en primera fila, con abrigo oscuro Monseiur Papau
En todo caso, es una zona fresquita y sombría. Alguien estará
preguntándose por el origen del nombre de esta propiedad: La Francesa. Podría
decirse que su génesis proviene del mismo momento de la construcción del ferrocarril,
tan cercano a este paraje. Durante el siglo XIX el estado español encargó su construcción
y explotación de las vías férreas a empresas extranjeras. Por este motivo
acudieron a nuestro territorio ingenieros franceses, belgas e ingleses. En
nuestro caso, el proyecto de ejecución de la vía estaba dirigido por el
ingeniero francés Monsieur Papau, quien vivió en este lugar durante el proceso
constructivo. Podemos contemplar su oronda silueta en una foto realizada con
motivo de la construcción del puente del ferrocarril situado a la altura del
futuro Museo de la Industria Textil. Sus esfuerzos junto al de otros muchos (ingenieros,
trabajadores y políticos bejaranos) permitieron la llegada del ferrocarril a
nuestra ciudad. Es una pena que sólo durase 88 años (1896-1984). Esperemos que
alguien tome una decisión coherente y apueste por la llegada de un ferrocarril
moderno, convirtiendo la foto ganadora del concurso de fotografía del Béjar Biz
del 2011 en una realidad y no en una utopía.
Continuará
Hablando del tren, ya me gustaría a mi saber, ya, que intereses se movieron en la desaparición del tren Ruta de la Plata ...
ResponderEliminarDicen que fue la escasa rentabilidad de la línea, pero yo no me lo creo. ¿Centralismo puro y duro? ¿Intereses de que sólo Madrid sea el nudo de comunicación principal de España? Sea lo que sea el norte y el sur de España están desde entonces peor comunicados.
EliminarUn saludo
El norte y el sur de España están peor comunicados por el oeste, porque por el corredor mediterráneo hay comunicación. En cierto modo la "culpa" podría achacársele a la Junta, que podía haber mantenido abierto el tramo de su territorio autonómico como hizo Extremadura de Plasencia a Mérida pero la Junta de CyL no quiso, y no será porque desde Extremadura (o Asturias y Andalucñía) no se buscó el mantenimiento de toda la línea abierta... Simplemente la Junta no quiso recoger la pelota que el Gobierno central le dejó en su tejado, y así nos va, las tres provincias leonesas con los peores índices socioeconómicos de la autonomía y de España...
EliminarSin duda son senderos buenos para los amantes de la naturaleza y la marcha.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso sendero para admirar la Naturaleza y plasmarla en fotos como tu bien has hecho.
ResponderEliminarBesos
Hola Carmen:
ResponderEliminarCon este calor, me dan ganas de irme por esos caminos. Esas fotos antiguas me recuerdan a ciertas fotos que he descubierto de mi Caracas natal.
Besos
Buena ruta y muy transitada. Este año en mayo Béjar Estaba así de verde por todos sitios daba gusto verla. 88 años y ahora esas vías cada vez con más abandono y sin que nadie haga nada por dar una solución. Pena da verla Carmen.
ResponderEliminarUn beso.
La verdad es que entonces dan ganas de sacar la cámara y llevársela a todas partes y no parar de hacer fotos.
EliminarLa vía está de pena y nadie se decide a hacer algo con ella. Parece que tenemos dos patatas calientes en Béjar: la vía del tren y El Bosque. Y antes de hacer algo parace que preferimos dejar que se hundan y caigan en el olvido.
Un beso
Vaya paseo bonito, impagable. Tal vez esté así porque no hay ningún tren de fanáticos de la tortilla. Pero no se pueden poner puertas al campo y la vida hay que actualizarla. Si queréis tren pues que así sea. De todas formas el paisaje es de lo más relajante.
ResponderEliminarBss
Con el calor que hace por aquí, un paseo por allí, por aquellos frescos y frondosos bosques despierta las ganas conocer aquella partida de la Francesa, darse un baño en aquel remanso y echarse para darse una cabezadita bajo su cedro centenario.
ResponderEliminarUn abrazo.
En Béjar en verano (y más éste en que el tiempo está tan cambainte) por la noche siempre hace falta una chaqueta. Por lo menos podemos dormir.
EliminarAbrazos
Qué belleza de árbol y vaya parajes para los ciclistas y amantes del senderismo.
ResponderEliminarY cuántas historias en la del ferrocarril de Castilla y Laón.
Bueno, Carmen, a la vez que iba leyendo tu cuidada y excelente descripción he ido haciendo un plano de los caminos y veredas que indicas (teniendo mucha atención de cerrar la puerta de la cancela para que no escape el ganado). Parece un lugar alq ue se accede por un camino iniciático y, bajo el cedro se encuentra el druida que con sus pócimas hace desaparecer a los incrédulos y salva de la maldad a las personas de bien. Es una ruta magnífica. Ha sido todo un acierto que relatases con tu estilo claro, sereno y mágico estas dos publicaciones sobre el Cedro Centenario.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida amiga Carmen.
Me encanta la visión de ese druida adentrándose por el monte y acogiendo a los neófitos a los pies del Cedro Centenario. La verdad es que ese monte tiene algo de mágico y no en vano la leyenda de nuestros hombres de musgo los hace partir del paraje de Santa Marina que Óscar, el autor del texto, cita. También en él se da culto a nuestra patrona, la Virgen del Castañar.
EliminarAbrazos