Autores: Javier R. Sánchez Martín y Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2012, pp. 55-60.
Los primeros trabajos de Guitart en Béjar y su entorno
Benito Guitart se encargó,
además de numerosas cuestiones rutinarias, de otras obras urgentes y de más
enjundia que afectaban a los edificios religiosos de nuestra ciudad.
El 4 de abril de 1893 desde el
consistorio se da la orden de desmantelar la capilla del hospital de San Gil, teniendo
que ser llevados todos sus bienes muebles a la del hospital de San Francisco.
Pero surge un problema, y es que los retablos no se acomodan con exactitud a la
nueva capilla, por lo que se decide esperar el dictamen de Guitart para acometer
las reformas, con la esperanza de inaugurarla el 3 de mayo. Finalmente el
traslado no será aprobado hasta enero del año siguiente.
Torre de San Gil
Como hemos comentado, se le encargó de la revisión de los
edificios religiosos de la ciudad. Así, el 20 de junio Guitart presenta su
dictamen sobre la inseguridad de una esquina de la iglesia de San Juan y del
tejado de su torre, a cuenta del reloj construido sobre ésta, cuya techumbre
cedió ante este peso extra. Parroquia y consistorio no se ponen de acuerdo en
cómo afrontar los gastos. La primera entiende que todo el coste ha de ser por
cuenta del Ayuntamiento, ya que la ruina la ha ocasionado el reloj público;
mientras que el segundo propone solventar el gasto a medias entre las dos
instituciones, pues achaca a la mala construcción de la cubierta de la torre el
vencimiento del reloj. En el informe, Guitart señala que el punto de mayor
peligro para la ciudadanía es la calleja que circunvala la torre, por lo que se
propone prohibir su tránsito.
Campanario de San Juan
Entre junio y julio se sucedieron
los informes de Guitart sobre el estado de las demás iglesias y ermitas
bejaranas. Preocupaba sobre todo el estado de la iglesia y campanario de la de
El Salvador y del santuario de Nuestra Señora del Castañar. Esta
última se encontraba tan mal, que en la sesión del consistorio del 11 de junio
el alcalde manda clausurar el acceso a la nave.
El caso es que todas las bóvedas
del templo y el arco triunfal amenazaban ruina. Con esta urgencia, en la Junta General de la Cofradía de la Virgen del Castañar
celebrada el día 6 de agosto se tomó, entre otros, el acuerdo de que la ermita
necesitaba pronta reparación y, en base a ello, fue examinada por el arquitecto
municipal, quien certificó el estado ruinoso de la bóveda del presbiterio, que
se había agrietado. Por este motivo se hizo necesario sacar de su altar la
imagen de la Virgen
del Castañar y llevarla a la nave de la iglesia. En la Junta del 31 de agosto
siguiente, presidida por un nuevo abad, Francisco Poyo, y a la que asistieron
representaciones del clero y la
Mayordomía , del Ayuntamiento, de la Junta de Fábrica, Círculo
Obrero, Sociedad Económica de Amigos del País, etc., y varios ex-abades, se
decidió crear una Junta de Obras, así como el abrir una suscripción para
recaudar fondos [1].
En 1894 el Ayuntamiento encargó
al arquitecto municipal la realización de los planos y presupuestos necesarios
para las obras del Santuario, que fueron presentados por Guitart en la reunión
celebrada por la Mayordomía
el 20 de mayo de 1894, gustando mucho a todos. Los contratistas de la obra
fueron el portugués José Castro y el pontevedrés José Benito Villa, quienes cumplieron
estrictamente lo acordado, según certificó Guitart. Así, y con el visto bueno
del nuevo presidente de la
Junta Directiva de la Mayordomía de Nuestra Señora del Castañar, José
Díaz Amador, se decidió abrirla al culto público pero ya después de la fiesta
de la Virgen
de ese año[2].
Capitel de la galería del Casino Obrero
Otra de sus primeras
intervenciones, nada más llegar a Béjar, fue en el inmueble del Casino Obrero.
Este había sido construido por Vicente Pérez para servir como casa-fábrica,
próxima a los tendederos de paños del Murallón. En 1894 se reformó bajo la
dirección de Benito Guitart, encargándose de la cantería el taller de Casimiro
Hernández, a quién indica el arquitecto que en la fachada sur abandone el rutinario capitel compuesto[3], que como invariable
patrón esculpían siempre para todas las solanas. Le sugiere que talle unos
capiteles más atrevidos y complicados que den mayor prestancia y categoría a la
obra. Fue el hijo de Casimiro, el entonces desconocido Mateo Hernández, el
encargado de llevar a cabo esta labor[4]. Y
así se hizo: cada capitel se estría verticalmente, ornado en su mitad con
cuatro puntas de diamante, coronándose con un contario de esferas; toda una
novedad.
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Ayuntamiento de Candelario.
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También en 1894 construyó para
Candelario el magnífico edificio para su Ayuntamiento[5] que, con sus tres plantas y gran empaque, originariamente carecía de la
torreta del reloj[6]. Pese a la singularidad
del inmueble, éste no desentona con el entorno al utilizar idénticos materiales
y técnicas (granito, blanqueado de los muros, volúmenes sobrios y puros…).
Casaseca supone que también salieron de su mano otros edificios extraños a la
tradición local, como el modernista de la plaza del Solano[7].
Casa modernista de la plaza del Solano (Candelario)
Mucho después, en 1918, la Cofradía de la Virgen del Castañar decidió
ampliar la hornacina del altar de la
Virgen del Castañar, para la que el semanario La Victoria abrió una
suscripción que culminó con éxito. Guitart, que hacía años que vivía en Madrid,
llevó a efecto la obra, quedando la hornacina como está hoy[8].
Pero Guitart no sólo desplegó una
intensa actividad profesional en nuestra ciudad, sino que se integró plenamente
en lo social, colaborando incluso con la prensa. Así, y después de haber
realizado las obras citadas en la ermita del Castañar, en 1895 publica una
carta en el semanario local La Victoria [9], en
la que emite su opinión sobre las obras que sería necesario realizar en ella
para que quedara totalmente remodelada, proponiendo además la forma de llevar a
cabo una carretera que permitiera a los bejaranos un mejor acceso al Castañar.
Continuará
[1] MUÑOZ
GARCÍA, J: “Las más antiguas efigies marianas que tiene Béjar” en Ofrenda a la Santísima Virgen
del Castañar, Excelsa patrona de Béjar y su comarca. Vol. I, Prensa española, Madrid, 1954, p. 195.
[2]
Ibídem, p. 196.
[3] El
arquitecto se debe referir realmente no al capitel compuesto sino al toscano,
variante desde la antigüedad romana del dórico griego, que es el más sobrio y el
que realmente abunda en las galerías bejaranas.
[4]
VERDEJO, A.: “El Casino Obrero. Su fundación: Este camino también lleva a Roma”,
http://bejar.biz/node/2199, 21/05/2007.
[5]
CASASECA CASASECA, A: “Candelario”, en Jardines,
sitios y conjuntos históricos de la provincia de Salamanca, Diputación de
Salamanca, Salamanca, 2002, p. 64.
[6] Al
parecer, se añadió en 1926 (VALLEJERA MARTÍN, A. y E.: Candelario, costumbres y tradiciones, Candelario, 1998, p. 55).
[7]
CASASECA CASASECA, A: Ob. Cit., pp.
63-64.
[8] MUÑOZ
GARCÍA, J: Ob. Cit., p. 220
[9] La Victoria , 13/07/1895.
Es realmente estupendo que una ciudad se beneficie del buen hacer de gentes de fuera que contribuyen a mejorar la calidad de vida de todos.
ResponderEliminarUn saludo.
Un profesional y ademas con un buen criterio( lo digo por la iglesia que igual dado el lamentable estado en que estaba se evitó alguna catástrofe)...No solo era bueno en su trabajo, sino que creaba una buena atmósfera y eso es muy importante.Esto viene al caso: porque ya residiendo fuera de Béjar, él siempre ha tenido una necesidad o un agradecimiento para con esta ciudad.-Que si lo miramos desde un punto lógico, le dieron prestigio. , aparte de su buen hacer.
ResponderEliminarUn beso feliz domingo nos leemos.
Resulta reconfortante que haya arquitectos que no olviden que también son artistas, y que aspiren a innovar y abandonar lo rutinario. Da la impresión de que a menudo la creatividad queda relegada ante lo meramente funcional y práctico.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Querida amiga Carmen, este uen e ingenioso trabajador incansable y constante posee las virtudes de un espíritu inquieto por todo lo que afecta directa o indirectamente a su ciudad y a la belleza arquitectónica de la misma. Es tan loable su trabajo, que podía haber sido muy reposado en Madrid o cualquier otra ciudad importante, que su inquietud delata su espíritu siempre emprendedor y de colaboración. Sólo te respondo en esta publicación, a pesar de haber leído, claro está, con el detenimiento que requiere el anterior capítulo, sin escribirte en los comentarios de ella por los motivos que te comento personalmente. Es tan importante como ilusionante la espera para poder leerte en el capítulo siguiente. Tienes un mensaje en Hangouts de G+.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida Carmen.
Como siempre me sorprende estás historias de Béjar. Una viviendo fuera de la ciudad. la benefició con estás impresionantes construcciones.
ResponderEliminarBesos
Si bien no he pasado por Béjar, he llegado a visitar la población de Candelario y pasar por estos hermosos edificios frutos de una gran arquitectura.
ResponderEliminarBesos
Para mí, la arquitectura en una de las artes más decisivas. Un buen arquitecto puede hacer una ciudad sea maravillosa. Excelente entrada. saludos
ResponderEliminarPese a tantos ataques que sufrieron los arquitectos modernistas por parte de sus detractores, la realidad se impone. Más de un siglo después, no hay lugar en que exista una obra de ese estilo que no se convierta en la más visitada.
ResponderEliminarOtra cosa. Qué forma tan elegante de perfilar el remate vertical del retablo, en el Santuario del Castañar.
Saludos cordiales.
Lo ya dicho, Carmen, el relato me resulta interesante por referirse a Béjar pero sigo tratando de formarme opinión sobre la verdadera importancia y repercusión de su trabajo en nuestra ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo,
Me encantan las obras Modernistas Carmen, la casa de la plaza del Solano en Candelario es una maravilla, espero la continuación. Gracias por tan interesante aportación.
ResponderEliminarUn beso.
Magnífica la impronta que este arquitecto modernista dejó en vuestra ciudad. No os falta de nada a los de Béjar.
ResponderEliminarSaludos Carmen
Buenas obras dejó. Que ahora se que intervino en ellos. Siempre me han gustado capiteles del ventanal del casino y esa casa de Candelario.
ResponderEliminarUn beso.
Esta primavera, si Dios quiere, me quiero dar una vuelta por Las Hurdes y Las Batuecas y aprovechar para visitar Ciudad Rodrigo y Béjar que no conozco así que me guiaré por estas documentadas entradas.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Bien orgullosos se pueden sentir en Candelario de su casa consistorial. Vaya que sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen gracias a tu observación e solucionado el problema de la divulgación indeseada de anuncio en mi blog, quite los contadores como tú me expresaste y desde el domingo no sale nada de anuncio muchas gracias por su ayuda.
ResponderEliminarCarmen
Que buen trabajo nos dejas en cada Post mis Felicitaciones Saludos